Project Gutenberg's Curiosidades antiguas sevillanas, by Josť Gestoso y Pťrez
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Title: Curiosidades antiguas sevillanas
(serie segunda)
Author: Josť Gestoso y Pťrez
Release Date: June 3, 2011 [EBook #36318]
Language: Spanish
Character set encoding: ISO-8859-1
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En esta ediciůn se han mantenido las convenciones ortogrŠficas del
original, incluyendo las variadas normas de acentuaciůn presentes en el
texto. (nota del transcriptor)
CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS
Tirada de 250 ejemplares
CURIOSIDADES
ANTIGUAS SEVILLANAS
POR
Josť Gestoso y Pťrez
(SERIE SEGUNDA)
[imagen: colophon]
SEVILLA
En la oficina del periůdico EL CORREO DE ANDALUCÕA
1910
Es propiedad del autor
AL LECTOR
_Ocupado asiduamente en otras literarias tareas que han absorvido mi
tiempo por completo, he dejado transcurrir °veinticinco aŮos! desde que
fuť impreso el tomo 1.ļ (Serie 1.™) de estas_ Curiosidades, _hasta
ahora, que doy Š la estampa el presente volumen II; y cierto que si sigo
Š este paso, bien sť que no he de publicar ninguno mŠs. Falto de los
estŪmulos de otros dŪas, casi extinguidos ya los alientos juveniles, en
espera de emprender, el dŪa menos pensado el gran viaje, del cual no se
regresa jamŠs; las numerosas notas y apuntes que podrŪan servirme para
emborronar otras cuartillas, posible es que pasen al cajon de un
especiero, con lo cual ya sť que sůlo se habrŪa perdido el tiempo que
invertŪ en reunirlas, porque ni la Historia ni la ArqueologŪa sentirŠn
gran pena al verse privadas de otro ķ otros volķmenes. A la buena
amistad con que me favorece el Sr. D. Josť MarŪa de Valdenebro,
facilitando los medios para la impresiůn de este volumen, dťbese su
salida Š la plaza pķblica; sin sus amables oficios, seguramente yo no lo
habrŪa dado Š la estampa. AllŠ van pues estos articulejos escritos_
cŠlamo currente, _sin mŠs pretensiůn que la de entretener un rato Š los
pocos que en estos venturosos dŪas, gustan del conocimiento de las_
cosas viejas, _y con ellas se complacen, para hacerles olvidar siquiera
momentŠneamente, los pesares de la vida que Š todos nos alcanzan asŪ
como otros de mayor bulto que parecen dibujarse allŠ en el horizonte,
fruto natural de corrompidas semillas._
_Dediquť el tomo 1.ļ Š asuntos arqueolůgicos; comprenderŠ este II otros
de caracter histůrico y si tengo ocasiůn y Dios me dŠ vida, serŠn temas
del III varias tradiciones sevillanas, ya que no pueden ser todas las
conocidas, que andan diseminadas en varios libros; las cuales, estimo
que, publicŠndolas reunidas en un volumen como ha tiempo yo imaginť,
serŪa obra meritŪsima, pues, asŪ se conservaria su memoria, se
facilitaria al curioso su conocimiento, y los altos ejemplos de virtud,
de valor, de abnegaciůn y de patriotismo que de tales narraciones se
desprenden, serŪan provechosa lectura para la juventud, tan necesitada
hoy de este linaje de libros._
_El tiempo dirŠ hasta quť punto verť realizados mis propůsitos._
Antiguas Industrias Sevillanas
Tejidos y Tejedores
Entre las muchas industrias que ennoblecieron Š nuestra ciudad en los
pasados siglos, ocupů lugar preferentŪsimo la de los tejidos de seda,
debida, sin duda, como tantas otras, Š los sarracenos, consumados
maestros en ella. Los innumerables datos que acerca de tan rica como
bella manifestaciůn del gusto y del trabajo consignan los historiadores
musulmanes, los recientes estudios debidos Š doctos arqueůlogos, y el
descubrimiento de riquŪsimas estofas con que se ataviaron reyes,
infantes y prelados, persuaden del extraordinario auge alcanzado por
nuestros dominadores en esta fabricaciůn, que hizo cťlebre Š las
ciudades espaŮolas de Murcia y de AlmerŪa[1], de Cůrdoba, Granada,
MŠlaga[2], Toledo, Valencia y Sevilla. ęCaso es de recordar, por
rarŪsimo dice Š este propůsito un ilustre acadťmico, que aun prohibiendo
Mahoma Š los hombres vestir seda, y que llegando Omar el conquistador de
Jerusalen Š perseguir Š cuantos la usaban, sean los mahometanos,
casualmente, los que sobresaliesen mucho en vestirla y llegasen Š tal
perfecciůn en tejerla, que, ni los celebťrrimos frigios les
aventajaran[3].
No parece sin embargo que esta prohibiciůn fuť tan absoluta, como se
deduce de las siguientes frases: ęEs probable, dice Francisco Michel,
que estas telas (refiťrese Š las ricas de seda) fueron destinadas Š la
exportaciůn, puesto que el CorŠn prohibŪa Š los hombres el uso de la
seda y ciertas sectas solamente empleaban estas telas con otras
mezcladas.Ľ Haremos notar, por tanto, que el Profeta permitŪa las sedas
en los trajes de guerra, y el lujo de los ejťrcitos musulmanes cuando
iban Š combatir era inusitado. Sobre el mismo campo de batalla, fuť
donde los Cruzados se iniciaron en estos famosos esplendores
orientales[4].
El mismo autor, dijo ya en otro lugar: ęDurante la Edad Media, fuera del
traje y de los paŮos mortuarios, las telas preciosas empleŠbanse tambiťn
para las banderas, enseŮas, gonfalones, tapices ů colgaduras, cubiertas
de libros, gualdrapas de caballos, tiendas de campaŮa ů de casa, etc.
Las telas en sedas y oro eran lo mismo que el numerario, un medio de
cambio comercial. Los emperadores griegos pagaban en sederŪas Š las
iglesias de Occidente ciertos tributos anuales. En los numerosos
inventarios de los tesoros de los templos, se trata del samit de Persia,
de Egipto, de AlejandrŪa, el baudequin de Bagdad, etc.... En el saqueo
de Antioquia (1098) en la toma de Constantinopla (1204) en Damieta
(1219) los Cruzados encontraron entre otras riquezas, cantidad de telas.
Los Šrabes fueron nuestros maestros y sus tradiciones arraigaron de tal
suerte en la PenŪnsula, que hasta el primer tercio del siglo pasado, por
lo que Š Sevilla respecta, pudimos envanecernos de que fuese esta ciudad
famosa entre las productoras de los mŠs apreciados tejidos,
representados por aquellas riquŪsimas telas de seda y oro llamadas por
los musulmanes marabique[5] tartari, zarzahan, ricornŠs, samit,
ciclatůn; sirgo y otras, algunas de las cuales empleŠronse en las
mortajas de San Fernando y de su hijo el infante Don Felipe, y en las
mŠs estupendas, que atavŪan la momia del gran arzobispo Don Rodrigo en
su sepulcro de Sta. MarŪa de Huerta; pero, aun todavŪa pueden citarse
otros muy peregrinos ejemplos recordando las inapreciables enseŮas
militares sarracenas, custodiada una en las Huelgas de Burgos, de
filŪacion desconocida hasta ahora, y otras dos en la catedral de Toledo,
pertenecientes al Sultan Abu-Said Otsman y Š su hijo Abu-l-Hasam Aly,
que acreditan la singular pericia y exquisito gusto de sus autores, los
mismos sin duda que fabricarŪan aquellas preciosas estofas de honor
destinadas Š los principes, llamadas _tiraz_, de las cuales nos dice
Almaccari que sus tejedores habitaban en Cůrdoba el barrio llamado ęde
los bordadoresĽ[6].
No es extraŮo pues que con tales maestros hubiesen alcanzado alto
renombre los telares sevillanos, y que en nuestra ciudad fuese
extraordinario el nķmero de los destinados Š la producciůn de las ricas
y costosas telas, de las cuales, desgraciadamente, no quedan mŠs
memorias que las citas que Š cada paso halla el curioso rebuscador de
papeles viejos, al leer los inventarios de los templos y de las casas de
nuestros magnates.[7]
Conquistada Sevilla, por San Fernando, sabido es que en ella quedů una
numerosa poblaciůn musulmana, y si repasamos el famosŪsimo cůdice de los
ęLoores et Cantare de Santa MarŪaĽ sus numerosas viŮetas nos
manifestarŠn cuŠl era el gusto que dominaba en los trajes y en todos los
productos textiles, aun aquellos que se aplicaban al culto, como las
frontaleras de los altares y los ornamentos sacerdotales. En ellos vese
ostensible el gusto artistico de los vencidos, y cůmo se lo adaptaron
los vencedores; Ņquť mucho, pues, que los telares sevillanos fuesen
desde entonces famosos, cuando el mismo monarca y sus hijos no
desdeŮaban de emplear en sus vestiduras telas sarracenas, hasta con
leyendas alcorŠnicas? Quiso el Rey Sabio poner coto al Šnsia de lujo que
dominaba Š sus vasallos, y en el Ordenamiento de 27 de febrero 1256
prohibiůles que trajesen ęsillas ferpadas nin con oropel nin con
argenpel, que tampoco emplearŪan en coberturas, perpunte, cofias y
pendones, ni en las fundas de los escudos: que no usasen cascabeles
etc., etc., prohibiendo tambiťn Š las mujeres el uso de objetos de
metales ricos, de camisas bordadas de oro; extremando estos rigores
hasta en las comidas, en las fiestas de bodas y en la manera de vestirse
los vencidos sarracenos.Ľ
Estas disposiciones fueron letra muerta, como lo acreditan las Cortes de
Valladolid de 1258, prohibiendo que ningķn oficial de la Casa Real,
ballesteros, halconeros ni porteros, trajesen pieles blancas, ni
cendales, ni sillas de barda doradas, ni argentadas, ni espuelas
doradas, ni calzas de escarlata, ni zapatos dorados, ni sombrero con
oropel, ni argentpel ni con sedas, salvo los servidores mayores de cada
oficio. No es posible detenernos en todo el articulado de estos
interesantes acuerdos, que comprueba las raices que el lujo habŪa
cobrado entre nosotros, aumentando cada vez mŠs y mŠs, no obstante las
penas que entonces se impusieron Š los infractores de la ley, las
cuales, del mismo espiritu animado, impusa Š su vez Don Alfonso XI de
acuerdo con los representantes en Cortes reunidos en AlcalŠ de Henares
en 1348, que tampoco fueron obedecidas en el reinado de sus hijos Don
Pedro y Don Enrique, cuando por propia confesiůn del ilustre cronista y
autor del Rimado de Palacio, poseia paŮos tan ricos, que con su valor
podrŪan haberse vestŪdo cien pobres.
Convencidos dichos monarcas y sus sucesores de la ineficacia de las
disposiciones que se habŪan dictado para refrenar el lujo por una parte,
y por otra, porque cada vez era mayor la aficiůn por todo lo suntuario,
es lo cierto, que, desde los dŪas del vencedor del Salado no se
registran leyes encaminadas Š refrenarlo, y asŪ llegamos al reinado de
Don Juan II, cuya corte ofrece el mŠs brillante y fastuoso conjunto que
puede imaginarse emulando con el monarca los prelados y ricos hombres en
el comer, en el vestir y en los mŠs costosos deportes. A tanto llegaron
ya estos excesos, que en las Cortes de Palenzuela de 1452 solicitůse del
monarca que renovara las leyes suntuarias de Don Alfonso XI, peticiůn
que no fuť acogida, Š pesar de que en el Ordenamiento de dicho aŮo se
dice: ęe como parecerŠ claramente en el presente en los mis Reinos
aquella mesma disoluciůn e aun mucho mŠs en traer superflua e
desordenadamente las gentes ropas de seda e de oro e de lana, e
forraduras de martas, e de otras peŮas e otras muchas guarniciones de
oro ť de plata e de aljofar e de muy grand valor e que no tan solamente
aquellos e aquellas que razonablemente lo podŪan e debŪan traer por ser
de grandes linajes e estados e faciendas mŠs aun las mugeres de los
menestrales e oficiales querŪan traer e traŪan sobre sŪ ropas e
guarniciones que pertenecŪan e eran bastantes para dueŮas generosas e de
grand estado e hacienda a tanto que no se conocŪan las unas entre las
otras e que acaecia muchas veces a muchos e a muchas asŪ de grand estado
como de menor que por causa de los dichos trajes e aparatos que avian de
vender lo que tenŪan o la mayor parte dello para lo cumplir e venŪan
despuťs por ello a muy grand pobrezaĽ.... ŅA quť mŠs? Basta con lo dicho
para apreciar la pasiůn desenfrenada por el lujo que dominaba entonces Š
la sociedad espaŮola, que no decayů tampoco en los reinados de Enrique
IV y de los Reyes Catůlicos, y como muestra de la pompa, verdaderamente
oriental, con que se ataviaron nuestros monarcas, vťanse las riquŪsimas
vestiduras que ostentan las estŠtuas yacentes de Don Juan I y su mujer
en la Cartuja de Mirafiores, la del infante don Alonso en el mismo
templo, la de Juan de Padilla y otras que serŪa enojoso mencionar.
Confirman los datos expuestos, que el gremio de tejedores sevillanos
desde la reconquista hasta el siglo XVIII, fuť uno de los mŠs
importantes de la ciudad y por tanto capitulos especiales les dedicaron
nuestros monarcas y Concejo para su rťgimen y buen gobierno en las
Ordenanzas municipales, bajo los tŪtulos de ęTejedores de terciopeloĽ de
los ęSederosĽ Toqueros e ęHiladores del torno de sedaĽ cuyas
disposiciones persuaden del interťs que habia porque la fabricaciůn no
decayese, ni se desprestigiase el renombre alcanzado. De las noticias
adquiridas resulta, que, el nķcleo de los telares de seda estuvieron,
por lo menos ya en el siglo XVI, en los barrios del Norte de la ciudad,
por las parroquias de San Lorenzo, San Gil y Santa Marina en nķmero
extraordinario, como lo demuestran los nombres de los artŪfices
dedicados Š estas labores, que hallamos citados en fehaciente
documentos, Š partir del siglo XIV.
Como una leve muestra de los que florecieron entonces entre nosotros, y
para conocimiento de las ricas telas que tejŪan, ofrecemos al lector el
siguiente extracto:
Ferrand Alonso y Alonso Manuel,
T.[8] de sirgos 1406
Ruy GonzŠlez Cendalero, T. (de
cendales) 1425
Alonso MartŪnez, Id. Id 1431
Alfon Garcia JardŪn, T. de reposteros 1442
Juan GonzŠlez Beniste y Manuel
Lůpez, Ts. de oro y de sirgo 1450-53
Miguel de la Cueva y Diego FernŠndez
Ts. de terciopelo 1475-79
Anton de AlanŪs y Daniel SŠnchez,
Ts. de oro y seda 1478
Siglo XVI
Anton GarcŪa, T. de seda 1514
Alonso NuŮez, T. de raso 1534
Hernando DŠvila, T. de tocas idem
Juan del Castillo, T. de damascos idem
Alonso de Carvajal, Cristůbal
Alameda y Bartolomť Barrasa,
Ts. de terciopelo idem
Antůn Ramirez T. de oro y sedas idem
Virgilio Ximťnez, T. de mantos idem
Juan de Illescas, T. de oro tirado idem
Lucas SŠnchez, T. de randas 1548
Pedro de Espinosa, T. de terciopelo 1555
Juan de Arva y Manuel FernŠndel,
Ts. de tafetŠn 1575
Diego de Lara, T. de buratos idem
Diego de AgŁero y Diego de la
Cruz, Ts. de brocados 1576
Francisco Pťrez de Morales, T.
de damasco y terciopelo. 1598
Siglo XVII
Gaspar de Herrera, T. de sedas. 1601
Pedro de Burgos, T. de terciopelo. 1603
Juan de Torres, T. de pasamanos. 1604
Esteban Bernal, T. de terciopelo. idem
Miguel MartŪn, T. de brocados. 1605
Juan Bautista Sea, T. de damascos. 1611
Pedro Gutierrez. T. de brocados. 1613
Benito Guerrero, T. de terciopelo. 1621
BartolomŤ RodrŪguez, T. de tocas. 1626
Antonio de Herrera. T. de telas
de oro. 1628
Alonso Lůpez, T. de pasamanos
de oro. 1644
SebastiŠn de Cuesta, tejiů una
tela de raso negro y oro para
la Catedral. 1667
Claudio Bertel, Josť de Llanos y Andrťs de la PeŮa se obligaron en 9 de
Mayo de 1693 Š tejer 4000 varas de terciopelo carmesŪ para la Catedral,
y el fleco y galůn que hiciese falta. Refiťrese este contrato Š las
suntuosas colgaduras de nuestra BasŪlica.
En cuanto Š los tejedores de los siglos XVIII y XIX vamos Š tratar ahora
separadamente. Por centenares podrŪamos haber consignado nombres de
tejedores, Š partir del siglo XV, y como muestra no mŠs, quedan citados
algunos, para conocimiento de las diversas telas que produjeron: sirgos,
cendales, oro y sirgo, terciopelo, oro y seda y paŮos reposteros en los
siglos XIV y XV. En el XVI cŪtanse ya tejedores de damasco, de seda, de
raso, de tocas, terciopelos, oro y seda, mantos, oro tirado, randas,
tafetanes, buratos y brocados; y en el XVII y XVIII hķbolos que hacŪan
tambiťn pasamanos y rasos y paŮos de seda y oro.
El lector curioso que desee mŠs datos para conocer las diferentes clases
de tejidos de seda, y de seda y oro que se producŪan en Sevilla, ů que
en esta ciudad se vendŪan, procedentes de otras en el siglo XVII, asŪ
como sus precios, puede acudir Š la curiosŪsima, ęTassa general de los
precios Š que se han de vender las mercaderŪas en esta ciudad de Sevilla
y su tierra: y de las hechuras, salarios y jornales y demŠs cosas
contenidas en esta relaciůn, que se ha hecho por el SeŮor Conde de la
Puebla Marques de Vacares Asistente de esta dicha ciudad etc.Ľ (aŮo de
1627).
Las vicisitudes porque pasů en esta la fabricaciůn de los tejidos de
seda, durante los siglos XVII y XVIII sorprenden extraordinariamente,
cuando se sigue con interťs su historia, y en confirmaciůn de este
aserto vamos Š consignar algunos datos no mŠs, que tomamos de un
documento, casi oficial, debido Š muy autorizada pluma. Nos referimos al
ęDiscurso sobre las fŠbricas de seda de Sevilla, sus principios,
progresos y decadencia y los motivos desta, noticia de su actual estado
y de los medios que puedan ser conducentes Š su fomento y prosperidadĽ.
Tan interesante escrito fuť redactado por Don MartŪn de Ulloa,
Vicedirector de la Sociedad Patriůtica de Sevilla, y forma parte del
tomo I, de las Memorias de dicha Sociedad.
Despuťs de hablar de las funestŪsimas consecuencias que causů en todas
las industrias sevillanas la epidemia de 1649, dice, refiriťndose al
memorial que en 1655 dirigiů al Rey el maestro tejedor FrancŪsco
MartŪnez de la Mata en nombre de sus compaŮeros Francisco de Cisneros y
Jerůnimo de Porras; que consta en dicho documento, que no habŪan quedado
en Sevilla mŠs que 60 telares, siendo asŪ que antes habŪa 3000, en los
cuales trabajaban 30000 personas. En 1713 existŪan ya 405 telares y en
1732 llegaron Š 1000. Siete aŮos despuťs quedaron reducidos Š 140,
aumentando este nķmero hasta 398 en 1745. En 1779 contŠbanse 462
telares ęde lo anchoĽ y uno en que se tejŪan gťneros con mezcla de oro y
plata y 62 de galones de plata y oro, 354 de cintas labradas, 17 de
cintas de plata y oro, 8 de cintas de rizo y franjas; 1391 telares
bajos, 23 de tejidos menores de plata y oro, que suman en total 2318.
AdemŠs habŪa 87 ęmundillos de hacer puntas de oro y plata, 95 tornos
para los hiladores que tenŪan dichas fŠbricas, los cuales consumŪan
entre todas 100.000 libras de seda. HabŪa ademŠs 50 tornos, en que se
ocupaban 192 oficiales, 19 aprendices, 2985 encaŮadoras, 133 rodeteras,
que suman 3397 personas. AdemŠs contŠbanse 63 telares de medias, 65 de
redecillas y 3 de gorros todos de sedas[9].
Viniendo ya al aŮo 1790 tenemos Š la vista una certificaciůn expedida en
papel del sello 4.ļ por Juan MartŪnez, secretario del Arte Mayor de la
seda, de la cual consta que en dicho aŮo se mandů hacer por Don Josť
Jerůnimo de Espejo Veedor Presidente de dicho Arte, calaycata de los
telares que habŪa en esta ciudad, con distinciůn de las clases de
tejidos, la cual se hizo en 12 y 13 de Marzo del mencionado, aŮo. Segķn
dicho documento habŪa 168 maestros y 111 tratantes que tenŪan cada uno
varios telares de las clases siguientes:
Lama de plata con flores de seda 1
Id. id. lisa. 2
Sarga ancha lisa. 26
Id. id. labrada. 53
Id. angosta. 10
PaŮo de seda. 2
Felpa lisa. 26
Id. labrada. 10
Terciopelo de verano. 5
Raso liso. 1
Damasco. 1
Canutůn ů cotonia. 4
Cotonia con plata. 1
CeŮidores. 4
PaŮuelos. 12
Anafayas. 3
EstameŮa. 2
Canicula. 1
Velillo. 1
Mantillas anchas de velillo. 1
Mantos anchos. 18
Tafetan. 95
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AdemŠs de las ricas telas mencionadas, tejŪanse toda clase de galones y
de pasamanerŪa, cintas, trenzas, y encajes de oro, de todo lo cual
existe un curioso muestrario, que debiů pertenecer Š un fabricante ů un
mercader, el cual se conserva en el museo Arqueolůgico municipal.
Llegado el siglo XIX, de tres peritŪsimos fabricantes tenemos noticias,
llamado el uno Acosta, que viviů en la calle de Santa Clara, del cual
hay una casulla de tisķ de plata con flecos de oro y seda en el Hospital
de Venerables Sacerdotes de esta ciudad, magistralmente tejida, y los
otros dos, Don Manuel del Castillo y Povea y Don Josť Ledesma. Aun hemos
alcanzado Š ver muestras de rasos, tafetanes y damascos del primero de
ellos, que con razon fueron premiados en Exposiciones extranjeras y del
segundo conservamos parte de su muestrario de tisues, lama de plata y de
algunas sederŪas con dibujos de colores y otras en que se emplearon
unidas la seda y el terciopelo. De la fŠbrica del Sr. Ledesma fueron los
tisues de los Angeles y del NiŮo Jesķs, del antiguo paso de la cofradŪa
de la Quinta Angustia, donados por los Duques de Montpensier.
Con el Sr. Ledesma se extingue por completo la fabricaciůn de telas de
seda y de seda y oro, en Sevilla, olvidŠndose por completo las
tradiciones de tan hermosa como productiva industria artŪstica.
ŅA que causa debiůse su ruina? ocķrrese preguntar. Muchas y muy
complejas fueron, que si tratŠsemos de determinarlas nos excederŪamos
considerablemente de los lŪmites de este artŪculo. La principal de todas
salta Š la vista. No fuť posible luchar con el incremento de las
fŠbricas extranjeras, con la perfecciůn y belleza de sus productos,
juntamente con la relativa economŪa de aquellos. Mientras que Francia,
Inglaterra, Italia y Bťlgica adelantaban extraordinariamente y se
apoderaban de todos los mercados, nosotros sin recursos ni inteligencia
tenŪamos que cederles el paso, llegando Š la vanidad miserable de tener
Š gala vestirnos con telas extranjeras. Despuťs de esto Ņquť hemos de
decir? Abandonada la industria, no es extraŮo que se abandonaran tambiťn
los plantŪos de morales y moreras, al punto que son ya muy escasos los
Šrboles de esta clase que nos quedan, sin los cuales no es posible
conseguir el renacimiento de la industria sericŪcola.
Todo el siglo XIX ha transcurrido sin que una voz amiga se haya alzado
en su favor entre nosotros, mientras que en otras capitales espaŮolas va
adquiriendo importancia y estŠ llamada Š adquirir mŠs, pues por lo que
respecta Š la producciůn de la seda tan solo, como puede alcanzarse Š
poquŪsima costa, y como es muy apropůsito para que Š ella se dediquen
las familias pobres, una vez que ťstas sientan el estŪmulo de una
ganancia anual de relativa importancia, se multiplicarŠ el cultivo y con
ťl los beneficios consiguientes.
Como complemento de este trabajŪllo sťanos lŪcito transcribir el
interesante artŪculo publicado en el BoletŪn de Acciůn Social n.ļ 38, 15
de Septiembre de 1909 que podrŠ ser aprovechado el dŪa de maŮana por
algķn curioso cronista sevillano:
Primer Sindicato en Sevilla.
Bajo la presidencia de un delegado de la Junta Diocesana de Acciůn
Social, se reunieron, el dŪa 8 de los corrientes, les criadores del
gusano productor de la seda en esta capital, para constituirse en
gremio.
Invocado el EspŪritu Santo se diů principio Š la sesiůn por la lectura
del proyecto de Reglamento, que fuť aprobado por unanimidad y Š
continuaciůn se procediů al nombramiento de la Junta Directiva quedando
constituida en la siguiente forma:
Presidente honorario: D. Francisco Ysern y Maury.
Presidente efectivo: D. Josť GarcŪa Morůn.
Vicepresidente: D. Josť Hidalgo FernŠndez.
Secretario: D. Ricardo Gůmez MartŪnez.
Visecretario: D. Antonio Aparicio SŠnchez.
Tesorero: D. EvarŪsto Diez HernŠndez.
Conciliario EclesiŠstico: D. Juan Caballos Pťrez.
No es hoy muy grande el nķmero de los agremiados, pero por esto no
desmerece su importancia, si consideramos que es una industria que habŪa
desaparecido por completo de esta ciudad, habiendo sido fuente
abundantŪsima de riqueza en toda EspaŮa, y en particular de Sevilla,
donde existŪan en 1520, segķn datos fidedignos, 16,000 telares, si bien
no eran de la importancia de los modernos, que utilizan los poderosos
elementos del vapor y la electricidad; eran telares domťsticos, de
familia, donde no se utilizaba para hilar mŠs que el rudimentario torno;
pero con este clŠsico torno se elaboraban, solamente en Sevilla y su
provincia, 100,000 kilogramos de seda al aŮo, y se utilizaban los
servicios de 100,000 obreros, sin contar con las mujeres, los ancianos
y los niŮos, que tambiťn prestaban sus cortas energŪas en la crŪa del
gusano productor de la seda. Ni por esto desmerecŪa la calidad de su
seda, la mejor de los mercados conocidos, aun del extranjero, Š los que
hacŪa competencia; verdad que hoy mismo puede comprobarse, visitando la
fŠbrica de filatura de los seŮores Faustino MartŪnez y CompaŮŪa, ķnica
que se dedica en esta capital Š su hilado, y donde se elaboran capullos
de todos los mercados de EspaŮa y del extranjero, y al simple tacto se
distingue la criada en esta regiůn, por sus cualidades de flexibilidad,
tenacidad y elasticidad y Š la que por su finura y brillantez llaman los
inteligentes seda ęjoyanteĽ.
A muchos se le ocurrirŠ esta pregunta;--ŅSiendo tan productiva esta
industria y tan buena la calidad de su seda, por quť causa ha
desaparecido por completo de esta regiůn? Varias han sido las causas que
han contribuido Š la decadencia de tan floreciente industria; en primer
lugar, las enfermedades del gusano productor de la seda, y en particular
de la llamada ępebrinaĽ, enfermedades que, por pura negligencia, propia
de nuestro caracter, no estudiamos ni combatimos; y en segundo lugar,
porque Š mediados del siglo XVIII ya comenzamos Š gustar de lo
extranjero, y las sabias leyes de nuestros catůlicos monarcas, fueron
cayendo en desuso, ť invadieron nuestros mercados los tejidos de seda
ingleses y franceses, y en el siglo pasado y en el actual nos
europeizamos, y ya no nos gusta nada que sea espaŮol, vestimos Š la
inglesa, comemos Š la francesa y nos arruinamos Š la espaŮola. Sůlo nos
quedan preciosos recuerdos y riquŪsimos ejemplares de lo que fuť nuestra
industria sedera en pasados siglos, como la maravillosa capa de Carlos
I, que se conserva en la Parroquia de Santiago en esta ciudad, las obras
maestras de las Catedrales de Sevilla, Toledo y Cůrdoba y la tapicerŪa
riquŪsima del Real Palacio de los Reyes en Madrid, Aranjuez y el
Escorial, y esa variedad, en suma, de preciosas producciones, que es la
admiraciůn de propios y extraŮos, en casullas, capas y ornamentos
sagrados, que existen en todas las Catedrales de EspaŮa.
ŅCůmo ha nacido ese gremio? Preguntadlo al ingeniero director de la
Estaciůn SericŪcola de Murcia, D. Emiliano Lůpez, gran patriota y celoso
propagandista de la industria sedera, y este seŮor os dirŠ que en el mes
de Septiembre de 1907 visitů Š esta ciudad para hacer propaganda de la
crŪa del gusano productor de la seda, y como delegado del Estado, para
cumplir su misiůn, se dirigiů, como era natural, Š los centros y
corporaciones oficiales y Š distinguidas personalidades de reconocida
competencia agrŪcola y en sus industrias derivadas ů similares, y este
mismo seŮor os dirŠ tambiťn que por ninguna de estas entidades fuť
patrocinada su propaganda.
No por esto desistiů de su intento el seŮor Lůpez, pues Colůn ofrecia un
nuevo mundo y con la misma indiferencia glacial fueron recibidas sus
teorŪas en las altas esferas; y del mismo modo que Colůn volviů su
mirada Š la Iglesia, siempre patrocinadora de toda idea noble y elevada
y fuť oido ť hizo que prosperaran sus afirmaciones, por la intervenciůn
y apoyo de un humilde religioso; asŪ este seŮor recordů que en el mes de
Mayo del mismo aŮo, un sacerdote sevillano[10] se habŪa dirigido Š ťl,
como Director de la estaciůn SericŪcola que el estado tiene establecida
en Murcia, en atenta carta, haciťndole algunas consultas y pidiťndole
instrucciones acerca de la industria sedera y en especial de la cria
del gusano productor de la seda, y acudiů Š ťl, como nŠufrago Š tabla de
salvaciůn, y ťste humilde clťrigo, y por lo tanto ęclerical, retrůgado,
oscurantista y medio eval,Ľ como lo llaman los ęintelectuales,Ľ prestů
atenciůn Š sus deseos, expresados con tal entusiasmo y con tal profusiůn
de datos prŠcticos, encaminados Š probar sus observaciones, que rendido
Š la evidencia, con las cortas nociones que de la industria tenia, hizo
suyo el pensamiento y, desde luego, le indiců los medios con que se
podŪa contar en la regiůn para hacer prŠctica su propaganda.
Al efecto, le invitů Š dar un paseo en uno de los vaporcitos de recreo
que prestan servicio pķblico entre esta capital y los pueblos ribereŮos
del Guadalquivir y le enseŮů la hermosa plantaciůn de moreras que con
gran sentido prŠctico ha hecho en sus mŠrgenes la Junta de Obras de este
Puerto, encontrando en ťsta la soluciůn de su problema, el alimento
predilecto del gusano de seda.
Al regreso de nuestra excursiůn por el Guadalquivir nos apeamos en el
desembarcadero de San Juan de Aznalfarache, para descansar breves
momentos en una huerta que el hermano de este sacerdote cultiva,
průxima al mismo apeadero, y allŪ encontrů dicho Sr. Lůpez el
complemento para el desarrollo de su plan, un gran salůn corrido que
reune todas las condiciones necesarias para la industria, espacioso, con
gran elevaciůn, buenas luces y buena ventilaciůn, y mŠs que todo esto,
muchos pueblecitos esparcidos Š su alrededor, donde sus habitantes, en
su mayorŪa braceros, pudieran gozar de los beneficios de esta industria,
al propio tiempo que contribuŪan Š su desarrollo y propagaciůn.
Una sola dificultad se le ocurriů al sacerdote Š que nos referimos en
estas lŪneas; Ņquiťn habŪa de educar y formar Š los nuevos criadores,
que no tenŪan noticia alguna de esta industria? Duda que fuť resuelta en
el acto por dicho Sr. Lůpez prometiendo enviar un obrero de la Estaciůn
SericŪcola de Murcia y fundar una Escuela PrŠctica en San Juan de
Aznalfarache, en el salůn antes mencionado, Š lo que accediů gustoso su
dueŮo, quedando asŪ acordadas las bases generales para desarrollar su
plan en la primavera průxima.
Llegada esta ťpoca, 15 de Marzo, se presentů el obrero en San Juan de
Aznalfarache con todo el material propio para fundar la Escuela;
incubadora, higrůmetro, barůmetro, termůmetro, microscopio, etc., mŠs
las andanas y zarzas, que ya estaban preparadas de antemano, en el
local destinado al efecto, haciťndose enseguida la instalaciůn de la
misma. Mas una vez instalada ťsta hacŪan falta, como es natural,
discŪpulos; al efecto se hizo una atenta invitaciůn Š las clases
acomodadas del pueblo y ... ocurriů lo que en Sevilla; se acudiů Š la
clase obrera, y recelosa, como sucede siempre con lo desconocido,
tampoco respondiů y por ķltimo, se llamů Š la puerta de la clase media,
y ťsta, no sin grandes dificultades, y gracias Š la generosidad del
patrono de la Escuela, que ofreciů gratuitamente la semilla ya avivada y
hasta su alimento, y Š las reiteradas promesas de prosperidad en el
resultado, bajo la direcciůn del inteligente obrero D. Josť Hidalgo, y
sin tener que hacer gasto ninguno de su parte, pues Š todos atendiů la
Escuela, y sŪ con la seguridad de un beneficio, de mayor ů menor
importancia, segķn la cantidad que criaran, pues Ūntegro serŪa para
ellos, para de esta manera adiestrarlos en la industria y estimularlos
para los aŮos sucesivos.
Estos nuevos criadores, recelosos en un principio, fueron los mejores
propagandistas despuťs por su feliz resultado, guardŠndose sus
ganancias, que fuť el producto total de la cosecha, que ascendiů, segķn
los casos, Š veinte, treinta, cuarenta y hasta cincuenta duros,
despertando gran interťs en la clase pobre, que al aŮo siguiente
solicitů, en su mayorŪa dedicarse Š la industria. En este aŮo de 1908
produjo la cosecha de estos pequeŮos criadores y la de la Escuela, mŠs
de cuarenta arrobas de capullos de seda, y en el aŮo actual ha pasado de
cien arrobas, que si bien esto no es nada comparado con la producciůn en
los siglos en que floreciů esta industria, si sigue aumentando en la
proporciůn que estos dos aŮos, Š la vuelta de quince ů veinte aŮos
tendremos la industria Š la altura de su mayor apogeo.
Al agremiarse tendrŠn los productores personalidad legal para poderse
dirigir al Estado, Š la Provincia y al Municipio, con el fin de
estimular Š estas entidades en la plantaciůn de moreras, base necesaria
para la propagaciůn de la industria por ser el alimento mŠs apropiado al
gusano y para la mejor calidad de la seda, imitando en esto el laudable
ejemplo dado por la Junta de Obras de este Puerto, que en diversas
plantaciones, hechas en el corto espacio de tres ů cuatro aŮos, tiene
plantadas 14,000 moreras y se propone, por iniciativa de su dignisimo
Presidente D. Francisco Ysern, y de su no menos digno Ingeniero Director
D. LuŪs MolinŪ, plantar todas las mŠrgenes de este productivo Šrbol; y
al propio tiempo dando una prima Š los criadores, como lo hace hoy la
vecina Repķblica, que da un franco de prima por cada kilo de capullos, y
como lo hicieron nuestros catůlicos monarcas que dieron sabias
pragmŠticas en las que ofrecŪan premios de importancia Š los
agricultores que hicieran mayor plantaciůn de moreras en sus
propiedades.
Si esto se consigue, la industria florecerŠ en un corto periodo de aŮos,
de lo contrarŪo, resurgirŠ muy lentamente, si la influencia del
extranjero no la ahoga en su nacimiento.
D. N.
EL ZAPOTE
Ultima memoria de las casas de don Fernando Colůn
Con el transcurso de los siglos hanse ido borrando de esta ciudad
insignes memorias, testimonios de sus grandezas de otros tiempos, las
cuales, yacen al presente olvidadas, entre el polvo amontonado sobre
ellas por algunas generaciones. Vana empresa serŪa la de intentar
reconstituir la forma y disposiciůn que tuvieron eminentes fŠbricas
arquitectůnicas; y Š veces, ni aķn es dado seŮalar los parajes en que se
alzaban: sobre templos, palacios, portadas y torres, abre el arado
profundos surcos, crecen Š su sabor los jaramagos y amapolas, ů entre
sus despedazados fragmentos anidan reptiles y alimaŮas. Tan triste
suerte, tan vil paradero ha tocado Š ilustres fundaciones con que
Sevilla se enorgullecŪa; y toda la diligencia de historiadores y
cronistas para dar vida Š alguno de sus monumentos, perdidos hoy, ha
resultado insuficiente, cuando no esteril por completo, pues, la
destrucciůn inexorable no ha consentido que permanezcan, ni aun leves
vestigios de aquellas glorias del arte ů de la historia. A veces sin
embargo, el hallazgo de un simple papel, despreciable Š primera vista,
nos facilita medios para restaurar la obra mentalmente, con toda
exactitud. Para prueba de esto volvamos los ojos Š la Sevilla antigua y
venga el lector benťvolo Š pasar breves momentos en nuestra compaŮŪa,
que mŠs de un motivo de recreo y de curiosidad hemos de ofrecerle, en
que se espacie y distraiga su Šnimo con la contemplaciůn de grandezas
pasadas.
Cuantos viajeros ilustres por su amor Š las ciencias y Š las letras,
visitaban esta metrůpoli en los aŮos de 1528 al 29, despuťs de cruzar
por la plaza del Duque de Medina Sidonia, en que se alzaba la opulenta
vivienda de aquel magnate, y de contemplarla por algunos momentos,
fijŠndose, ora en los dos eminentes y robustos torreones que se alzaban
en sus Šngulos, ora en sus grandes ventanas, balcones y portada de
sillerŪa, con sus herŠldicos escudos, ora en la fila de antiguos fustes
de mŠrmoles, encadenados entre sŪ que marcaban la jurisdicciůn del seŮor
de aquella casa; despuťs de admirar, decimos, aquel enorme edificio,
mitad palacio mitad fortaleza, que segķn tradiciůn, motivů que Felipe II
preguntase: ęsi aquella era la casa del seŮor de la villaĽ enderezando
sus pasos por la calle que entonces decŪan de las Armas, y despues de
atravesar por debajo del gran arco Š que nombraban puerta de Goles,
donde mŠs tarde mandů levantar el Cabildo y Regimiento de la Ciudad la
Puerta Real, pasŠbase, nuevamente, ante otra vasta y magnŪfica vivienda
que allŪ se parecŪa, construida sobre un paraje eminente, y desde el
cual espaciŠbase la vista con la contemplaciůn de un maravilloso cuadro.
ExtendŪase Š la diestra mano una deliciosa huerta plantada de naranjos y
limoneros, entre cuyas oscuras y apretadas copas, erguŪanse, balanceando
sus ligeros penachos, las esbeltas palmeras y los melancůlicos cipreses,
con mucha copia de otros Šrboles y arbustos preciosos y raros traidos de
allende los mares, entre los que descollaban gigantescos zapotes,
plantados Š lo largo de la margen del rio, hasta la jurisdicciůn exenta
de San Juan de Acre; y ademŠs, mil variadas suertes de odorŪferas
plantas, que embalsamaban el aire con suavŪsimos perfumes. Por entre
esta arboleda sobresalŪan las almenadas murallas de la ciudad, con sus
robustos torreones, la pequeŮa iglesia de San Juan de Acre, Š la sazůn
recientemente reedificada, el templo y monasterio de Santiago de los
Caballeros, la elegantŪsima atalaya, que decimos todavŪa de Don
Fadrique, enclavada en el jardŪn del convento de Santa Clara, y por
ķltimo, Š los lejos, la sombrŪa mole del real monasterio de San
Clemente. Frontero al sitio en que imaginamos hallarnos, y en la otra
banda del Guadalquivir, junto Š su orilla, plantada de alamos blancos y
de verdes caŮaverales, veŪase la Cartuja de Santa MarŪa de las Cuevas,
rodeada por un espeso bosque de naranjos y de olivos, y en los ķltimos
tťrminos, la fundaciůn insigne de San Isidoro del Campo, sepulcro del
hťroe de Tarifa, el monasterio de San Jerůnimo y la robusta atalaya,
erigida por los Guzmanes en el lugar de la Algaba, ya casi envuelta en
las nieblas azuladas del horizonte.
Si dirigŪamos los ojos hŠcia la izquierda, tambiťn por esta parte
continuaba el recinto de las murallas hasta llegar Š la Puerta de
Triana, enfrente de la cual, y Š la otra margen del rio, veŪase la mole
del castillo de San Jorge, asiento del Tribunal establecido contra la
herťtica pravedad en los reinos de EspaŮa, cuyos torreones semejaban
negros gigantes mirando amenazadores hacia el arrabal y la ciudad, al
par que reflejaban sus sombrios contornos en las ondas del caudaloso
rio. Cierto que al contemplar la amenidad de todo aquel extenso paraje,
la grandiosidad de sus edificios y las bellezas todas que rodeaban la
casa de Don Fernando Colůn, justamente pudo ťste recomendar Š sus
descendientes que conservasen el suntuoso edificio y su magnŪfica huerta
porque ęsegķn habŪa visto sitios de casas por la cristiandad, ninguno
pensaba haber mejorĽ. De propios y de extraŮos era con razůn celebrado,
y aķn mŠs, si se atiende Š que por aquellos aŮos, el ilustre hijo del
Almirante, cuidŠbase preferentemente de terminar el adorno de la
fachada, enriqueciendo con los primores del cincel aquel venerando asilo
de las ciencias, en el cual pensaba pasar los aŮos de su vida, trocando
las inquietudes y falŠcias de la corte, en que habŪa vivido los aŮos de
su juventud, por el dulce sosiego y apacible deleite del estudio.
Determinůse pues, no solo Š embellecer su morada, sino Š procurar digno
albergue Š los numerosos libros y grabados adquiridos en sus frecuentes
viajes por EspaŮa, Alemania, Italia, los Paises Bajos, Inglaterra y
Francia, para lo cual, por aquellos dŪas de los aŮos de 1529-30
recreŠbase en admirar las delicadas fantasias, que en ricos mŠrmoles
blancos de Carrara, habŪan esculpido por su encargo, los famosos
entalladores genoveses, Antonio MarŪa Aprile de Carona y Antonio de
Lanzio, naturales ambos del obispado de Como, segun contrato, que para
este efecto con ellos habŪa celebrado.
TenŪan las casas, dice un fidedigno documento[11] de una esquina Š otra
198 pies y por el lado de largo 78. Con dos suelos de alto ... salas
bajas y altas quadradas y recŠmaras. Todo muy bien labrado y muy fuerte,
y ansimismo jardŪn Š vn lado y vn quarto largo que sirve de caualleriÁa.
Tres corrales Š las espaldas ... etc.
Bien probaron su suficiencia y habilidad aquellos mencionados artistas
italianos en la ejecuciůn de tantas peregrinas invenciones arregladas
ęal romanoĽ, segķn decŪan por entonces en EspaŮa, conque adornaron la
archivolta del arco de medio punto, principal entrada de la casa, asŪ
como el entablamento que corrŪa encima, con su piso no menos delicado y
peregrino, sustentado por dos pilastras pareadas, con capŪteles del
orden corintio, las cuales alzŠbanse sobre proporcionados pedestales.
Encima de la clave del arco lucia el nobilŪsimo escudo con las armas de
los Colones, y Š ambos lados, Š modo de remates ů cresterŪa, corrŪan
grupos de delfines, alusivos Š la empresa paterna.
A cada lado de la portada habŪa ademŠs dos ventanas con marcos,
consistentes estos, en pilastras que sostenŪan sendos entablamentos, con
frontoncŪllos, en cuyos tŪmpanos resaltaban en relieve bustos de
hombres, concluyendo los adornos, cartelas, vasos con flores y otras
invenciones propias del estilo, todas esculpidas en blanquŪsimos
mŠrmoles[12].
La hojarasca de los capiteles ętomada del antiguoĽ, era tan delicada y
buena, como la que adornaba los mismos miembros arquitectůnicos
empleados en la casa del Marquťs de Tarifa (la de Pilato). En cuanto Š
la traza, semejŠbase en gran manera Š lo esculpido por los mismos
artistas para los sepulcros de los Marqueses de Ayamonte.[13] Tuvo de
costo la obra de marmoleria, para el adorno de la casa de Don Fernando
230 ducados de oro. El edificio remataba en un antepecho revestido de
brillantes azulejos, entre los cuales corrŪa la siguiente inscripciůn,
con letras capitales romanas (tambiťn de azulejerŪa) negras sobre fondo
blanco:
DON FERNANDO COL”N HIJO DE DON XPOVAL
COL”N PRIMERO ALMIRANTE QUE DESCUBRI”
LAS INDIAS FUND” ESTA CASA A—O DE MIL E
QUINIENTOS E VEYNTE E SEIS.Ľ
y debajo parecia la siguiente octava:
ęPrecien los prudentes
La comķn estimaciůn
Pues se mueven las mŠs gentes
Con tan fŠcil vocaciůn
Que lo mesmo que lanzaron
De sus casas por peor
De que bien consideraron
Juzgan hoy ser lo mejor[14].
AludŪase en los versos al hecho de haber sido edificada la casa sobre un
antiguo muladar.
Pero, sŪganos el lector curioso, y penetremos en una vasta pieza, en que
habŪa reunido el gran bibliůfilo un rico tesoro ęde todas las ciencias
que en su tiempo hallůĽ pues ciertamente, habrŪa de sorprendernos el
orden y singular inteligencia conque estaban custodiados los numerosos
volķmenes que constituian la biblioteca. Agrupadas las Facultades,
colocados de canto los libros en armarios, que rodeaban la cuadra,
corrŪa Š dos varas de distancia, y por delante de aquellos, una verja
con travesaŮos horizontales, que permitia, solamente, al lector, pasar
las hojas del volumen en que estudiaba, colocado sobre un atril, entre
el estante y la dicha verja, precauciones todas encaminadas Š ponerlo Š
cubierto de la codicia, por ser cosa probada ęque es imposible guardar
los libros aunque estťn atados con cien cadenasĽ[15].
AdemŠs de los libros llegů Š formar el ilustre hijo del Almirante una
riquŪsima colecciůn de estampas, Š juzgar por el Ūndice que de ellas
hizo ťl mismo; la cual, por la punible desidia de las manos todas porque
pasů el tesoro Fernandino, ha desaparecido, con gran dolor de los
amantes de las artes[16]. Pocas naciones como EspaŮa y pocos pueblos
como Sevilla podŪan ufanarse de poseer riqueza bibliogrŠfica, tan
inapreciable como ťsta, y asŪ no es de extraŮar, que, atendidos los
mťritos del fundador, la importancia de su biblioteca, asŪ como los
servicios de imperecedera memoria prestados por el descubridor de un
Nuevo Mundo, el Cesar Carlos V, y en su nombre la Reina DoŮa Juana,
hubiesen expedido en favor de Don Fernando, un albalŠ, su fecha en
Valladolid Š 20 de Noviembre de 1536, para que ęhaya e tenga de nos (Don
Fernando) por merced en cada un aŮo para en toda su vida 500 pesos de
oro de 450 maravedis cada peso ... para ayuda Š su sustentaciůn y de la
librerŪa que hace en la Áibdad de SevillaĽ. Situaba el monarca tan
importante pensiůn ęen las rentas e provechos de la Isla de CubaĽ y los
oficiales de ella habŪan de satisfacťrsela anualmente, con testimonio de
escribano, que acreditase la existencia de Don Fernando. Por otro
mandato real, fecho tambiťn en Valladolid Š 2 de Marzo de 1537,
facilitŠbasele el cobro de dicha renta, y por ťl se establecŪa, que se
efectuara por los tercios de cada un aŮo, sin que en cada uno de ťstos
tuviese que presentar la fť de vida, pues bastarŪa que llenase este
requisito anualmente. Mas como podŪa ocurrir su fallecimiento una vez
cobrado un tercio de la renta, obligŠbase Don Fernando Š que se
devolviese por sus herederos Š la Hacienda Real. Pocos aŮos pudo
disfrutar de la merced el ilustre bibliůfilo, pues, entre las 12 y la
una del dŪa 12 de Julio de 1539 pasů de esta vida Š otra mejor, Š los 50
aŮos, diez meses y veintiun dŪas, acompaŮado del duelo general por sus
virtudes y muy particularmente, del de todos los varones amantes de las
letras.
De aquella famosa biblioteca, reunida Š costa de tanta diligencia,
dispendios y sabidurŪa, puede decirse que solo quedan tristes restos. El
abandono y desidia de unos, la rapacidad y codicia, de los otros,
tuvieron, ya Š raŪz de la muerte de Don Fernando, ancho campo abierto Š
su funesto dominio; y cuantas precauciones dejů aquel, tan sabiamente
dispuestas, en su ķltima voluntad, encaminadas, no solo Š la
conservaciůn de los libros, sino tambiťn Š su aumento; las rentas que
dejů seŮaladas para estos fines, todo cuanto soŮů en vida, no fueron mŠs
que vanos deseos, ninguno de los cuales llegů Š realizarse. Las
translaciones que hubo de sufrir, primero desde la casa de Don Fernando
al convento de San Pablo, de ťste Š la Catedral, (1552) y las mudanzas
de uno Š otro claustro del Patio de los Naranjos, y por ķltimo el
abandono en que estuvo en los primeros aŮos del siglo XIX, con alguna
que otra depredaciůn mŠs reciente, redujeron de manera tan considerable
el nķmero de volķmenes, al punto, que, los existentes han hallado capaz
colocaciůn en un pequeŮo gabinete, cuya rica estanterŪa costeů con su
proverbial munificencia, S. M. la Reina DoŮa Isabel II.
Menos aķn resta de la que fuť suntuosa morada junto Š la Puerta de
Goles:[17] claustros y salones, portadas y ornatos han desaparecido, y,
sobre aquel emporio del saber, tesoro de las ciencias, y monumento del
arte, Šlzanse hoy los frŪos muros de unos almacenes de granos!
Hasta hace poco, quedaba algo mŠs, sin embargo; de la famosa huerta
permanecŪa uno de aquellos hermosos zapotes, que hizo venir del Nuevo
Mundo el gran Don Fernando, y que tal vez plantara por su mano. Su
magnŪfica copa alzŠbase en medio de un solar, ędonde las necesidades de
la poblaciůn, obligarŠn Š construir manzanas de casas; entonces caerŠ al
golpe del hacha, como sus mŪseros compaŮeros,Ľ mientras que, diremos con
un ilustre escritor, la ciudad de Sevilla, indiferente al recuerdo de
aquellos ciudadanos, que mŠs honra le dieron, verŠ desaparecer, sin
fijar en ello su atenciůn, ese postrer vestigio de una ťpoca, en que las
letras y las virtudes cŪvicas florecieron y fueron honradas en
AndalucŪa; y verŠ caer, sin sentimiento de pena aquel testigo de los
generosos esfuerzos de un hombre, que, segķn el docto caballero Pero
Mexia, ędebe ser alabado y merece que los que en esta ciudad vivimos
roguemos Š Dios por su Šnima, la cual segķn fuť su vida tan
virtuosamente gastada en letras y en honestos exercicios, y su tan
christiana y buena muerte yo creo cierto que estŠ en la gloria de
Jesucristo.Ľ
* * * * *
Nuestros temores, desgraciadamente, no han tardado mucho en confirmarse.
Hace pocos aŮos, el Ayuntamiento vendiů el solar en que se alzaba el
zapote. No faltaron cultos sevillanos, amantes de nuestras memorias
histůricas, que alzaron su voz, solicitando del Ayuntamiento que se
exceptuase de la venta la parcela en que se hallaba el frondoso Šrbol,
la cual deberŪase rodear de una verja, colocando al pie del tronco de
aquel una inscripciůn que expresase al transeunte su histůrico
significado. Tales excitaciones fueron despreciadas; Ņpor ventura,
aquellos celosos administradores consentirŪan que se lesionasen los
intereses ęmaterialesĽ de la ciudad, descontando algunos metros de los
que constituŪan el total del solar; equivalente Š unos centenares de
pesetas? °En cuanto Š los intereses morales ... medrados estamos! ŅQuiťn
para mientes en ellos, en esta ťpoca de tanto progreso y de tanta
cultura?
Cayů el pobre Šrbol, y con ťl, desapareciů la ķltima memoria de las
casas de Don Fernando Colůn!
La mezquita de los osos
Las ķnicas noticias histůricas que se nos han transmitido de algunos
edificios religiosos erigidos en esta ciudad por los musulmanes, las
debemos al analista ZķŮiga, el cual consigna en sus ęAnalesĽ las
mezquitas que fueron convertidas, en templos cristianos Š partir del aŮo
1248. Segķn el mismo escritor, nuestras iglesias parroquiales se
establecieron primitivamente en las fŠbricas musulmanas, escepciůn hecha
de las tres sinagogas, en cuyos emplazamientos levantŠronse las iglesias
de Santa Cruz, Santa MarŪa de las Nieves y San Bartolomť. Empero: por lo
que se refiere Š las mezquitas Ņno hubo otras mŠs en la ciudad que las
citadas por ZķŮiga? Creemos que sŪ y Š pensarlo asŪ nos induce la muy
curiosa relaciůn de ellas consignada en el ęLibro BlancoĽ, inapreciable
tesoro de memorias antiguas que se custodia en el Archivo de nuestra
Catedral. Sabido es que el volumen n.ļ 3, Š que nos referimos, se acabů
de escribir por el Racionero Diego MartŪnez, en sŠbado 21 de Febrero de
1411 y en ťl constan separadamente todas las mezquitas que tocaron en el
ęRepartimientoĽ Š la Iglesia Catedral; comprendiendo entre estas, tal
vez, las ęzahuiasĽ ů lugares de enterramiento de Santones, pues, de otro
modo estimamos demasiado el nķmero de aquellas. Fueron algunas trocadas
antes del citado aŮo de 1411 por casas y propiedades, atento Š lo cual
no se las menciona en el ęLibro BlancoĽ pues no pertenecŪan ya al
Cabildo EclesiŠstico, como aconteciů, precisamente, con la ęMezquita de
los OsosĽ, acerca de la cual hemos hallado algunas noticias.
Fronteras Š la parte oriental del Templo metropolitano, hallŠbanse en el
siglo XIV las casas en que moraba el Arcediano de Ecija, Fernan MartŪnez
ęvarůn de exemplar vida, pero de zelo menos templado que convinieraĽ el
cual predicando al pueblo contra los males que acarreaban los judŪos que
vivian en el reino, diů lugar Š que la plebe se concŪtase contra ellos,
produciťndose sangrientas escenas en la juderŪa sevillana, que no
pudieron evitar Don Alvar Pťrez de GuzmŠn, Alguacil Mayor de Sevilla y
el Conde de Niebla acaecidas en el aŮo de 1391, segķn ZķŮiga.
Seis aŮos antes de esta fecha, el referido Arcediano habŪa llevado Š
efecto el loable propůsito de fundar un hospital bajo la advocaciůn de
Santa Marta, cediendo para ello, no solo las casas de su morada, sino
que para ampliarlo hizo una permuta con el Cabildo de la Santa Iglesia,
cuyo instrumento original escrito en pergamino se conserva en su Archivo
y comienza de esta suerte:
ęSepan quantos esta carta vieren como nos el dean e el cabildo de la
santa iglesia de la muy noble Áibdat de Sevilla estando ayuntados en
nuestro cabildo llamados especialmente para esto que se sigue: Por
quanto vos don fernan martŪnez arÁediano de ecija e canůnigo en la dicha
eglesia por faser seruicio a dios e a la virgen santa martha fesiste vn
ospital para pobres a onrra de la dicha virgen ques en la collacion de
la dicha iglesia viendo que la dicha obra es santa e buena e gran
seruiÁio de dios a lo cual todos nosotros somos tenudos Otorgamos e
conosÁemos que vos damos agora e para siempre en troque e en cambio que
conusco facemos para el dicho ospital las casas que se siguen conuiene a
saber: ęla mezquita que disen de los ososĽ iten las casas que dexo
domingo perez ... etc. Fecho veynte dŪas de mayo aŮo del nasÁimiento de
nro. saluador ihuxpo. de miletresientos e ochenta e cinco aŮos.Ľ (Falta
al documento el sello que pendia de las sedas de colores que conserva).
Tal vez esta mezquita fuť la misma Š que se refiriů ZķŮiga al consignar
el hecho siguiente: ępidiů el Rey Don Alonso X al Arzobispo y Cabildo
unas mezquitas de las cuales habŪa dado para morada de los fŪsicos que
vinieron de allende e para tenerlos de mŠs cerca, porque eran cercanas
al AlcŠzar.Ľ
Sea de esto lo que quiera, creemos que en las partes existentes de la
SacristŪa del actual convento de la Encarnaciůn, que caen Š la calleja
llamada de Santa Marta, y en la casa conocida con el nombre de la misma
Santa, frontera Š la Puerta de la Campanilla, pueden reconocerse todavŪa
restos de la antigua Mezquita de los Osos, en unos fustes de mŠrmoles
con capiteles que estimamos Šrabe-bizantinos, existentes en los sitios
mencionados, los cuales, antes de tener noticia de la mezquita, habŪan
llamado nuestra atenciůn y que ya creemos explicarnos satisfactoriamente,
como restos de la misma.
En el deseo de esclarecer nuestras dudas hemos visitado el interior del
convento, y aunque Š primera vista, se observan considerables restos de
construcciones antiguas, estimamos que no alcanzan Š mŠs remota fecha
que Š la del siglo XIV, y son por tanto obras de mudťjares, efectuadas
por el racionero MartŪnez, haciendo extensivo este parecer, aun Š las
considerables partes de un gran torreůn, que puede observarse desde la
calle, y Š los hermosos arcos ultrasemicirculares del pozo. En el
transcurso de cinco siglos ha sufrido el antiguo edificio tantas y tan
importantes transformaciones, que no nos atrevemos Š distinguir los
restos de la mezquita de las obras efectuadas por el fundador del
hospital. La cķpula octogonal de la iglesia, conpechinas de arista viva,
relacionadas con el caŮůn de la nave, cuyas bovedas estŠn formadas por
nervaduras ojivales, comprueba cůmo permanecŪan vivas las tradiciones
mauritanas en los albaŮiles del siglo XIV.
Diremos, por ķltimo, que efectuada la permuta de dicha mezquita por
otras casas, bodegas y 3000 ms. que diů el Arcediano, otorgů este su
testamento en Carmona Š 7 de Junio de 1403. Consta en el mismo
pergamino la fundaciůn del Hospital nombrŠndose entre sus
administradores al Cabildo de la Ciudad, cuya designaciůn dejů sin
efecto el Arcediano por su codicilo, que sigue al mismo testamento,
otorgado en 14 de Julio de 1404, en el que instituyů como ķnico
administrador al mencionado Cabildo EclesiŠstico, que desde el siglo XIV
ha venido cumpliendo con la voluntad del testador; si bien las
necesidades de los tiempos han obligado Š alterar la forma de los
socorros que se dispensan Š los acogidos.
RECIBIMIENTO EN SEVILLA
de un Embajador de Inglaterra
Al Sr. Doctor Thebussem.
PrometŪ Š V. no ha muchos dŪas, mi excelente amigo, darle cuenta de los
curiosos pormenores contenidos en la ęQuenta del gasto que se hizo en el
hospedaxe del embajador de yngalaterra en estos Reales AlcŠzares de la
Ciudad de Sevilla por mandado del Conde Duque de Olivares,Ľ segķn reza
un curioso m-s. que tuve la suerte de encontrar en la tarea que me
impuse, aŮos hace, de ordenar los involucrados papeles de aquel
Palacio. Hoy, que puedo disponer de tiempo, se lo dedico gustoso, aun
cuando temo que no encuentre en este texto muchas noticias aprovechables
para sus aficiones. Usted dirŠ si me equivoco.
Llegů Š Sevilla el embajador Baronet Francis Cottington[18] jueves 20 de
febrero de 1631 saliendo Š recibirle hasta Ecija, donde le encontrů, don
Juan de Mendieta ępor no auer auisado cuando auia de entrarĽ pagŠndose Š
dicho seŮor 100 reales por el gesto que hizo.
Hospedůse en el AlcŠzar desde el mencionado dŪa Š las cinco de la tarde,
hasta el lunes 24 del mismo mes, acudiendo Š todos los gastos el Sr.
Juan Assiayn Ugalde, Tesorero de los AlcŠzares, con intervenciůn de
AgustŪn BolaŮos, Veedor, Contador del Rey y asŪ mismo contador del Conde
Duque, por cuyo mandato se dispuso todo.
Comenzůse por sacar la basura, tierra y hierba del Patio de la MonterŪa
y de los demŠs del AlcŠzar en que se ocuparon Bartolomť GonzŠlez, Juan
RodrŪguez y otros compaŮeros, abonŠndose 76 reales Š Francisco
RodrŪguez, por lo que se ocupů en limpiar desde la Puerta de Xeres Š la
puerta del Alcoba la basura y estiercol que auia por auer de entrar por
allŪ el embajador.Ľ
Preparůsele el alojamiento colgando en las paredes tapices y cuadros;
estos ķltimos consta que fueron alquilados. Representaban unos Š los
Reyes de EspaŮa, y otros eran de asuntos de devociůn; pusiťronse faroles
encerados y canceles ricos claveteados de tachuelas de latůn doradas,
colgaduras de terciopelo y tapicerias, invirtiťndose en el adorno de los
aposentos siete bufetes, un escritorio, doce sillas de terciopelo
bordadas, veinticuatro que no lo estaban, seis taburetes, ęquatro
paysesĽ un sahumador y dos alfombras grandes. La cama era colgada y
bordada y con flecos de oro cubriendo un paŮo que servŪa de cubierta Š
las almohadas con cinco varas de tafetŠn verde orlado de puntilla de oro
fino, sin que faltase el indispensable vaso de noche, encerrado en una
caja revestida por fuera de cordobŠn, con cordůn de hiladillo verde
orlado de puntilla de oro fino, y por dentro de bayeta colorada ęcon la
frisadura.Ľ PagŠronse Š un maestro guadamecilero 176 reales por dos
sobremesas grandes para la mesa del Embajador, y dos chicas para dos
bufetes; y se comprů por 68 mrs. una baraja de naipes para su
entretenimiento.
En su tocador abundaron los perfumes; entre ellos dos azumbres de agua
de olor muy rica Š 14 rs. la azumbre, contenida en un pomo de vidrio
cuyo precio fuť 24 mrs, que estaba dentro de un canastillo con cintas y
en su boca una flor.
GastŠronse ademŠs Š este intento, ocho docenas de pastillas finas de
olor, almizcle estoraque y benjui contenidas, en pomos de vidrio,
algunos de ellos de los celebrados de Venecia.
Hay entre todas las partidas de la ęQuentaĽ algunas que se refieren Š
cierta piedra que vino de Cartagena, y cuya aplicaciůn no acierto Š
comprender. Las copiarť sin embargo, por si algķn sujeto curioso puede
ilustrar el particular.
_Maravedises_
Mas 5 rs. Š los hombres que trajeron
la piedra que vino de Cartagena
que estaua en el mesůn
de los Carros. 186
Item 6 rejones de hierro para la caxa
donde fuť metida la piedra. 24
Item para adereÁar la piedra vna
libra de cera blanca Š 6 y
medio. 220
Vn real de trementina. 34
Media libra de albayalde fino. 48
Mas vna libra de almaciga blanca
escoxida para el dicho efecto,
20 rs. 680
Item vn anafe. 24
De vna caÁuela medio real. 24
De carbon 8 libras Š 6 mrs. 48
Mas de pez medio real. 16
Item. 6 rs. de dos bisagras de fierro
para la dicha piedra. 204
A MartŪn Cardeno el maestro que
adereÁo esta piedra 60 rs.
concertado en este precio por
el maestro mayor destos
AlcŠzares 2.060
Dirť Š usted por ķltimo que para el inmediato servicio del ilustre
huťsped se destinaron cuatro alabarderos que asistŪan de dia y noche Š
las puertas de su aposento, acompaŮŠndole Š todas partes, con sombreros
y zapatos nuevos que estrenaron para dicho fin.
Diůsele de cenar la noche del jueves, Š cuyo efecto se aderezaron:
_Maravedises_
24 gallinas Š 5 rs. 4.080
30 conejos Š 2 rs. 3.060
6 patos 60 rs. 3.060
13 pichones 26 rs. 884
3 jamones 8 ducados. 2.999
2 cabritos 20 rs. 680
1 carnero 40 rs. 1.360
4 libras de lengua, orejas y codillos. 850
12 libras de vaca 18 rs. 612
De salchichones 12 rs. 408
De libras de diacitron 6 rs y medio. 226
De 12 Azumbres de miel 9 rs. 306
De una libra de piŮones 2 rs. 66
De una libra de azucar 2 rs. y
medio. 85
Termina esta cuenta expresando los limones, vinagre, huevos, grajea,
aceite y tocino que se consumieron en dicha cena.
Veamos ahora la ęRelaciůn del gasto que se hizo con el embajador de
ynglaterra en su ospedaje en estos Reales AlcŠzares, por mandato del
Conde Duque mi seŮor que llegů Š ellos Š 20 de Febrero de este aŮo de
1631, hasta lunes 23 del dicho que se fueron en su compaŮŪa de
caualleros y criados mŠs de 130 personas.Ľ
La forma en que se halla redactado este papel me priva del gusto que
hubiese tenido en consignar todas la viandas con que fuť obsequiado,
pues en sus diversas partidas cŠllanse frecuentemente las cantidades de
piezas que se consumieron, diciendo solo por ejemplo ęde perdices tantos
realesĽ sin citar el nķmero de ellas, por esta razůn unas veces
mencionarť el costo y otras el nķmero y cantidad de los manjares.
_Reales_
Lengua de vaca y codillo. 35
Tocino para las ollas. 125
Queso de Alentejo. 1.608
Azucar. 38
Arina. 112
Grajea. 210
Leche. 58
Bizcochos. 4
Manteca de Flandes para almorzar
los ingleses. 180
Naranjas y limones. 46
Avellanas y almendras. 264
Atun. 14
Miel. 96
Anis preparado. 14
Melones. 2.380
Arenques. 614
24 sŠbalos
75 lenguados
12 libras de asedŪas
32 manojos de espŠrragos
80 docenas de ostiones
284 huevos de gallinas
4 arrobas de aceite
8 botijas de alcaparras
60 conejos
64 perdices
58 gallinas
6 docenas de pŠjaros
3 carneros
6 libras de pasas
9 piernas de cabrito y carnero
4 cabritos
42 arrobas y media con 2 azumbre de vino
10 libras de gibia
20 de raya
70 besugos
60 libras de corbina
332 hogazas de pan
40 libras de peros
1.000 nueces
30 barriles de aceitunas y alcaparras
10 melones sanos que pesaron 17 libras
4 libras de azucar de pilon
15 libras de velas
16 de bujŪas de cera blanca para los candelabros
de noche
12 arrobas de velas de sebo
ęItem 17 achas de cera blanca pesaron 107 libras y diez onÁas truxeronse
18 y boluiose vna y quedů liquida las dichas 107 libras y diez onÁas
serbŪan y se gastaron en esta manera quatro en el salon para las
comedias cada noche y dos en las dos antesalas del quarto del embajador
y dos que seruian para ir por la cena Š la cosina Š 6 reales cada
libra==21.964.Ľ
Dichas hachas ardŪan en blandones de bronce que se llevaron del famoso
Colegio de Santo TomŠs.
ęItem 12 achas amarillas, pesaron 84 libras y media Š 5 reales y medio
de los quales se davan dos cada noche Š las comediantes y vna ardŪa en
la escalera principal destos AlcŠzares y otra de noche donde estaua el
aparador.Ľ A propůsito de este mueble, dedķcese que estuvo enriquecido
con piezas de plata segķn se desprende de las siguientes frases. ęA seys
personas que acudieron Š colgar las salas y armar las camas y otras
cosas necesarias ... y guardar de noche las dichas ropa y plata ...
etc.Ľ
Para los postres se sirvieron en cajas y vidrios limůn, batata y
ęalfajor de CarmonaĽ (vea usted mi querido Doctor que no era solo famoso
el de Medina) una libra de diacitrůn, otra de calabacete y 4 de
confitura fina de Portugal. Abonůse ademŠs Š Gonzalo Diaz por los
vidrios de dulces y caxas que diů para los postres de las comidas y
cenas y almuerzos y caxas que mandů el embajador dar Š las
representantas 554 rsĽ pagŠndose Š Don Melchor de Solorzano 832 rs. por
42 platos de regalo que por su orden se hicieron en los conventos de
Madre de Dios y San Leandro para principio y postre de las comidas,
almuerzos y cenas de estos cinco dŪas 28.288 mrs.Ľ y Š Gabriel de Pamies
625 rs. de la niebe que diů para el gasto del embajador en esta ciudad y
vna carga que pidiů para llevar en la falua la qual se truxo desde la
ciudad de Ronda solo para este efecto en que entran los portes della
21.250 mrs.Ľ
Consta tambiťn lo que se invirtiů en platos, lebrillos, tinajas,
cubiertos, manteleria, palillos, que supongo serŪan para los dientes,
camas, ępichones para los halconesĽ y otros particulares que omito en
gracia Š la brevedad: dirť Š usted que fueron cuatro los cocineros cuyos
nombres no figuran Š quienes se pagaron 6.800 mrs. asi como Š Juan de
Vega ministril se le dieron 50 rs.Ľ por lo que se ocupů en tocar Š las
oras de la comida y salidas del enuajador.Ľ Para hacer al ilustre
huesped mŠs agradable su estancia, hiciťronse fiestas de torneos y
representaciones teatrales, como aparece de las siguientes partidas:
ęA Luis de Estrada, Representante de comedias, 200 reales en que con ťl
se consertů los gastos que hizo para las ynbenciones y adereÁos
necesarios para las fiestas del Torneo.Ľ
ęA Joseph de Salazar autor de comedias, 36 rs. para pagar Š los
ministriles que tocaron en la fiesta del torneo y de ęlas dos comediasĽ
juntas, 1.324.Ľ
ęA Pedro de Ortegůn autor de comedias 700 rs. en que se concertaron tres
particulares vno de entremeses y dos de comedias que hiÁo 23.800.Ľ
ęAl dicho Joseph de Salazar 440 rs. de dos particulares que hiÁo.Ľ
Cumplidos los cinco dŪas de su estancia en Sevilla, determinů su partida
el Embajador, Š cuyo efecto embarcŠronse antes sus criados que fueron en
una falua hasta Sanlķcar, y consta que Š Pedro Bernal, patrůn de la
falua de la casa de Contrataciůn le dieron 858 rs. por el flete de dicho
barco y jornales de los que fueron llevando al embajador Š San Lķcar, en
que entran 62 rs. que se le debŪan de lampreas y sabalos que tomů dicho
personaje en las vandurrias y en esta falua iba dicho seŮor solo con los
caballeros ingleses que le acompaŮaban y en la otra los criados y el
regalo.
Su propůsito debiů ser el de embarcarse en CŠdiz, por cuanto Š Don Juan
Mendieta se le dieron 500 rs. por el gasto que hizo de su persona desde
esta ciudad Š la de CŠdiz, guiando por tierra dos caballos del
Embajador.
Montaron todos los gastos del hospedaje quinientos veintisiete mil once
mrs.
No satisfecho aun el Conde Duque, llevů su esplendidez hasta ordenar que
se le hiciese un regalo que consistiů en lo siguiente:
4 arrobas de higos de Cůrdoba.
24 barriles de conservas Š 4 libras cada uno.
1 docena de barrilillos de agua de Šngeles
de Š 3 cuartillos y medio cada uno.
Otro idem, de agua de azahar con 16 azumbres.
2 docenas de jamones que pesaron 196 libras.
13 arrobas de aceite de Ecija.
60 almudes de aceitunas negras.
16 barriles de alcaparras.
12 idem, de alcaparrůn.
7 docenas de chorizos.
5 cajas de conservas Š 7 libras cada vna.
12 barriles de aceitunas aÁofayrada.
12 idem. de aceituna gordal.
12 quesos de Lantejo.
500 limones grandes.
1.000 naranjas dulces muy grandes.
1.500 limones Poncies agrios y dulces.
1 carga de vino de regalo para el viaje.
6 capones fiambres.
4 piernas de carnero.
2 jamones.
Con los demŠs gastos que originů este regalo gastŠronse trece mil
cuatrocientos catorce mrs.
Bien verŠ usted seŮor Doctor que no llegan estas comilonas de Sevilla al
punto que otras famosŪsimas, por usted y otros ilustres ingenios dadas Š
luz. Sin embargo considero que la presente no es para desdeŮada, por los
sujetos curiosos; y como Š usted le tengo en el nķmero de ellos,
diputŠndole la Fama por capitan de la hueste, Š usted la dirijo desde
este lugar de Aguas Buenas Š 25 de Julio de 1888.
La policŪa urbana de Sevilla
EN LOS SIGLOS XV, XVI Y XVII
Para los felices mortales que vivimos en el presente siglo, Š los que
tan natural y legŪtimo nos parece el uso de todas las comodidades y
ventajas de que disfrutamos, pues que Š toda hora y sin el menor empacho
ponemos el grito en el cielo Š la menor falta que advertimos en el
cumplimiento de las ordenanzas municipales, no podemos comprender la
desidia y abandono de nuestros abuelos, en cuanto al rťgimen y gobierno
de esta ciudad en las pasadas centurias. Indudablemente, nosotros somos
mŠs exigentes, y sentimos un cķmulo de necesidades, desconocidas de
aquellos, y asŪ es que nos alborotamos y hasta los pelos se nos ponen de
punta, al encontrar en las calles un montoncillo de basura ů unos
despojos de hortalizas ů de frutas, por ser espectŠculo que ofende Š
nuestra delicada vista.
ŅQuť dirŪan nuestros intolerantes convecinos si por arte sobrenatural al
despertarse una maŮanita se hallasen viviendo en aquella gran Sevilla
del siglo XVI?
Pues si se situaban en el centro de la misma plaza de San Francisco,
repararŪan los grandes hoyos que Š cada paso se formaban en el
empedrado, en los cuales, si era tiempo de invierno, podŪan cantar las
ranas, y si de verano, eran depůsito de infecto y sutil polvo, que el
mŠs ligero vientecillo transportaba sobre casas y personas. Que aquellos
baches eran numerosos y grandes, pruťbalo el tiempo que invertŪan los
trabajadores municipales en su compostura, pues, no era insignificante
el gasto que se hacŪa anualmente ępor allanar los foyos et barrancas de
las calles,Ľ en los dŪas que precedŪan al de la fiesta del ęCorpus
Christi,Ľ segun consta de las cuentas de la Ciudad.
Pero esto de los hoyos, con ser muchos y grandes era lo de menos, pues
con el constante trŠfago de las recuas de los arrieros, de los caballos
de los soldados y de los vehŪculos tirados por bestias, ů con las
paradas que tantos animales hacŪan en aquel lugar, el mŠs cťntrico de la
poblaciůn, por tal escogido como sitio en que sus dueŮos hacŪan sus
tratos ů ventilaban sus asuntos; ya los espectadores de tan animado
cuadro podrŪan recrear su olfato con el olor de Šmbar y algalŪa que
exhalaban los perennes montŪculos de estiercol, repartido por todos los
puntos de la plaza. Este gran basurero continuaba embalsamando el aire y
recreando la vista hasta el dŪa en que habŪan de celebrarse fiestas de
toros ů caŮas ů con motivo del paso de alguna procesiůn, por manera que
meses enteros gozaban los vecinos del lugar ů los transeuntes, de tan
recreativo y limpio espectŠculo[19].
Bien es verdad que en ocasiones el paternal municipio velando por la
comodidad de los vecinos tratů de extirpar tan graves males para lo cual
y en vista de que la plaza estaba ętan llena de inmundiciasĽ que no se
la puede andar Š pie ni Š caballoĽ se pregonů que los vecinos la
limpiasen y barriesen Ť hicieran llevar la basura al campo so pena de
una multa de 1.000 maravedises(!!).
HabŪa pues que salir huyendo de aquel tan concurrido paraje, por las
molestias del piso y por el hedor, y, dejando Š un lado los sucios
paredones de las huertas de los conventos de San Francisco y de San
Buenaventura, cuya irregular traza formaba estrechos, tortuosos y
terrizos callejones, para entrar por la famosa calle de las Sierpes,
pero ya en ella tampoco serŪa extraŮo el hallar Š cada paso montones de
basura Š las puertas de menestrales ů posaderos, ů bien en forma de
artŪsticas pirŠmides, arrimados Š los rincones que formaban los
entrantes y salientes de las casas y conventos de las MŪnimas y de
Pasiůn, muy apropiados para que los vecinos vertiesen las inmundicias y
ęvestiglosĽ que asŪ llamaban entonces Š los animales muertos, no
obstante que habia persona Š cuyo cargo estaba el recogerlos.
Pero llegado aquŪ, suspendamos nuestro relato para dar cabida Š algunos
curiosos documentos de la ťpoca, cuyo sencillo texto es mucho mŠs
elocuente que podrŪan serlo nuestras palabras.
En una peticiůn que los Jurados de Sevilla dirigieron al Concejo, en 14
de Septiembre de 1461,[20] despuťs de exponer los graves males que
resultaban del excesivo nķmero de rufianes y mujeres de mal vivir, de
cuyo trato se seguŪan todo gťnero de delitos y cuyo mal ejemplo
propagŠbase Š los buenos, decŪan aquťllos, que eran aquťllos tan
excesivos ęque las gentes que en sosiego desean beuir andan espantadas e
dizen asy que les conuiene vna de dos o ser como aquellos por se
defender de los malos o despoblar la tierra e yr buscar donde biuan en
sosiego.Ľ
Y en cuanto al descuido de los servicios pķblicos expresŠbanse de esta
suerte: ...ęy que mandedes limpiar esta Áibdad de tanta grande suÁiedad
como en ella esta por tanto e tan altos muladares asŪ en el cuerpo de la
dicha Áibdad como en el derredor de ella asŪ dentro como de fuera que ya
las baruacanas ha muchos logares tienen los muladares mas altos que las
almenas e asŪ por el derredor, dentro de la Áibdad estŠn los muladares
tanto altos como los lienÁos de los adarbes et sy caso acaesÁiese de
lluuias como en nuestro tiempo avemos visto esta Áibdad peresÁeria pues
guarde nos dios de lo mŠs peligroso sy viere sobre sy las gentes que
otras veces de pocos tiempos aca se vieron bien es de creer que sin
mucho trabajo que la quisiesen conquistar averŪa muy.. enseŮorearse
della.Ľ
En un Memorial que los vecinos de la Ballestilla dirigieron Š la Ciudad
se dice: ęque en la dicha calle estŠ vna callejuela la qual
hordinariamente en todos tiempos estŠ llena de inmundicias y vestiglos
muertos y jamŠs pasa nadie por ella porque no se puede pasar por causa
de la inmundicia quť ay que allega hasta los tejados y aunque algunas
veces la hemos limpiado Š nuestras costas desde Š dos dŪas estŠ peor que
de antes por lo qual no es bastante remedio limpialla y el hedor que
allŪ ay es insufrible y muchos veÁinos dexan sus casas por no podello
sufrir y podrŪa congelar pestilenciaĽ ...pedŪan que se cerrase la dicha
calleja[21].
De igual modo que aquellos vecinos quejŠbanse en 1556 el Beneficiado
Curas y Mayordomo de la iglesia parroquial de San Andrťs, en otro
memorial, suplicando al Concejo que mandase empedrar una callejica muy
angosta que daba Š las espaldas del Sagrario en que se depositaban
muchas basuras por lo cual los exponentes habŪan acordado ęencalalla y
debuxar cruces y santosĽ como remedio Š tales abusos.
Como ķltima pincelada del cuadro que vamos bosquejando, merece ser
copiado otro documento de los mismos curas de la mencionada iglesia de
San Andrťs en el cual decŪan: ęque la dicha iglesia tiene vn cementerio
en el qual se entierran cada vn aŮo assŪ de la collaciůn como del
hospital del amor de dios, mŠs de ochocientas personas y estŠn
sepultados de mucho tiempo mŠs de cien mil christianos, en medio de
dicho cementerio estŠ puesta vna cruz grande de mucha veneraciůn como
lugar dedicado para lo sobre dicho por todo lo qual es lugar de piedad,
emos hallado y visto muchas veces perros sacando parte de los cuerpos de
los sepulcros y comiťndolos y los vecinos comarcanos no teniendo
respecto Š la decencia del lugar echan de noche mucha suciedad y
inmundicia de sus casas en el dicho cementerio, lo cual parece muy mal y
todo lo sobredicho nasce de estar el dicho cementerio descubierto y sin
cerca ...Ľ PedŪan que la Ciudad lo mandase cercar. Firmaban los
Bachilleres, Hernando de Luque y Fuentes de Carvajal[22].
En cuanto Š los ęvestiglosĽ por acta capitular de 7 de Julio de 1597
mandůse que se hiciera un repostero para cubrir la acťmila en que eran
transportados al campo los que se encontraban en las calles; y de los
comienzos del siglo XVII hay un asiento en el Libro de Propios (19 de
Octubre de 1605) en que constan los particulares siguientes: ęDiego
Lůpez vecino de Sevilla deue por Gabriel de Barahona Receptor general de
la cuenta de los Propios deste aŮo ... diez ducados en Reales que se
libraron balor 12 ducados en que se concertů Por vn Repostero quel
susodicho a de hacer de estambre con vn perro y va Ņgaraban? de colores
para encima de la cabalgadura con que a de andar la persona en quien
estŠn ęRematadosĽ los vestiglos desta ciudad echandolos fuera della los
cuales dies ducados se le libraron como dicho es avnque se conÁertů en
doce el hazer el dicho Repostero en virtud de dos acuerdos de Sevilla de
29 de Agosto y cinco de Octubre de 1605 aŮos, por los quales se acordů
que porque el lugar estŠ lleno de vestiglos en mucha cantidad que los
hay muy podridos en todas las calles el veintiquatro Alonso de Porras
hiziese arrendarlos la limpieza dellos la executasse luego en el mŠs
moderado precio que pudiesse sacŠndolo Š Remate y poniendo en ťl dos
condiciones que la persona en quien se Rematasse anduiese todo el aŮo
tarde y maŮana todos los dias por todo el lugar y que la bestia que
traxese fuese mular macho, cubierta con vn Repostero el qual mandasse
hazer el dicho veintiquatro, lo mŠs aprouecho que pudiesse y que no
costase mŠs de diez ducados....Ľ
Dejamos Š nuestros lectores la libertad de hacer los comentarios que se
les ocurran acerca de los documentos consignados. Por nuestra parte
diremos solo que si esto ocurrŪa en la mŠs importante rica y floreciente
ciudad de EspaŮa como Š la sazůn lo era Sevilla y durante las mŠs
gloriosas de nuestras monarquias; ŅŠ quť estado de abandono y de
suciedad habrŪan llegado otras ciudades de segundo y aun de tercer
orden? Y sin embargo, aquellos hombres de antaŮo apenas si paraban
mientes en estas ępequeŮeces,Ľ para dedicar toda su poderosa
inteligencia, toda su voluntad de hierro, todos sus nobles estŪmulos al
fomento de las ciencias, de las letras y de las artes, al
engrandecimiento de nuestros dominios, Š la realizaciůn de ťpicas
empresas con las cuales asombraron al mundo, pudiendo decir
enfŠticamente que: ęen sus dominios no se ponŪa el sol.Ľ Hoy por el
contrario, pobres, descaecŪdos, faltos de ideales y de energŪas,
habiendo dejado perder el inmenso patrimonio que nos dejaron nuestros
abuelos, ęarmamos un dos de Mayo.Ľ al encontrar Š nuestro paso un
montoncillo de basura.
LOS LEONES
DE LOS REYES DE CASTILLA
A juzgar por algunos antecedentes que hemos reunido, parece que nuestros
antiguos monarcas miraron con gran predilecciůn Š tan hermosos animales,
no sabemos si porque de antiguo han representado la fiereza y el valor ů
por su significaciůn herŠldica conque aquellos los consideraran. Cierto
que en los ķltimos aŮos de la Edad Media, no eran, solamente nuestros
reyes los encariŮados con tan bravas bestias, pues, otros monarcas
tambiťn lo estuvieron. Segķn los historiadores, cuando regresů el rey
Renť de Anjou de su desventurada expediciůn de NŠpoles en 1442 entre
los obsequios que recibiů al detenerse en Florencia, fuť el de una leona
que estimů mucho, porque era, aficionado Š las bestias raras[23].
En el ęMemorial de diversas hazaŮasĽ que escribiů Mosťn Diego de Valera
referentes al reinado de Don Enrique IV, dice el autor: ęen el mesmo aŮo
se mostrů otra muy grand llama en el cielo y lo que mayor turbaciůn diů
en todos los deste Reyno, fuť que teniendo el Rey en Segovia en su
palacio ęmuchosĽ leones y leonas e habiendo ende uno muy grande Š quien
todos los otros obedecŪan se comenzů entre ellos tan grand pelea que
todos se juntaron contra el mayor leůn y le mataron e comieron parte de
ťl: de ende todos pronosticaron ser cercana la muerte del Rey ů gran
caida[24].Ľ
Fieles Š esta tradiciůn, de sus predeceores, mostrŠronse les Reyes
Catůlicos, que Š lo menos en Sevilla, complacŪanse en poseer leoneras,
no solamente en el rťgio AlcŠzar, sino tambiťn en el castillo de Triana.
De la existencia de las primeras atestigua el maestro Juan de Malara, el
cual describiendo las bellezas del mudejar palacio, dice entre otras
cosas: ęLa talla de las puertas, las labores moriscas, los jardŪnes que
estŠn entre la huerta de el Alcoba y los aposentos nuevos con grandes y
espaciosos miradores, ęlas leoneras que solŪa auer en tiempo de los
Reyes Catůlicos etc ...Ľ Y que no fuť solamente en el AlcŠzar donde
aquellos monarcas tuvieron sus predilectas fieras, compruťbase por el
siguiente documento, curioso por mŠs de un concepto:
Muy honorables seŮores:
Juan de Merlo alcayde del castillo de triana me encomiendo en vuestra
merÁed a la qual plega saber: quiero que sepan que El aljama e judios
desta Áibdad ęacostumbraron siempreĽ dar para mantenimiento de los
leones que los Reyes nuestros seŮores en esta Áibdad tenŪan cinco mill
maravedises de cada aŮo. Y porque agora el Rey e Reyna nuestros seŮores
tienen e dexaron en el dicho castillo de Triana dos leones que han
menester los dichos Áinco mill maravedises e mucho mŠs para de que sean
mantenidos Š vuestra merced suplico mande que los dichos judŪos me den e
paguen los dichos cinco mil maravedises de cada aŮo para ayuda al
mantenimiento de los dichos leones en lo cual al Rey e Reyna nuestros
seŮores fareys seruiÁio e Š mi fareys merced[25].
Dada cuenta al Cabildo de esta peticion, ęlos dichos asystente y
oficiales fablaron sobrello. Et finalmente encomendaron y mandaron al
jurado alfon garcŪa, escribano del dicho cabillo quel se informe y sepa
si los dichos judŪos solŪan pagar y pagauan los dichos cinco mil
maravedises y ello por ťl sabido faga relaÁiůn para el primero dŪa de
cabillo.Ľ
Faltan algunas hojas del cabildo celebrado dos dias despuťs de la
peticiůn, en las cuales, acaso, constarŪa el resultado de la
averiguaciůn practicada por Alfon GarcŪa.
Parece tambiťn que en aquella ťpoca atributase Š tan temibles animales
virtudes curativas, pues el docto caballero Pedro Mexia, hablando del
insigne arzobispo Don Fr. Diego Deza, consigna, que, no fuť bastante Š
curarlo de la enfermedad de gota que lo aquejaba el colocar sus pies
sobre los lomos de un leůn que sus deudos hicieron traer de Africa, lo
cual viů por sus propios ojos el ilustre historiador sevillano. La
predilecciůn de nuestros monarcas, especialmente de los Reyes Catůlicos,
por los leones, cayů en desuso en los reinados posteriores; pero en
cambio alguno de aquellos gustaron de poseer colecciůn de fieras como
Don Felipe IV que ordenů en 1632 se escribiese al Virrey del Perķ y Š
aquellas Audiencias para que se le enviasen los animales feroces de
dichas regiones, pues S. M. deseaba tener un circo donde encerrar
leones, tigres, osos y demŠs bestias salvajes[26].
LA COMPRAVENTA
de los esclavos en Sevilla
SIGLOS XV-XVI
Como una triste consecuencia de la guerra, como costumbre aceptada y
reconocida por todos los reinos de Europa, en los que podrŪamos llamar
cůdigo ů convenciones militares, es sabido que los prisioneros
constituŪan parte del botin del vencedor, y por lo que respecta Š
EspaŮa, de igual modo que nosotros imponŪamos la esclavitud Š los
enemigos que aprisionŠbamos, asŪ tambiťn aquellos nos sometŪan Š
durŪsimos cautiverios, extremando sus rigores hasta el mŠs bŠrbaro
refinamiento.
Sůlo procedentes de la toma de MŠlaga, llegaron Š esta ciudad 2.300
moros enviados por los Reyes Catůlicos, para que el Concejo los pusiese
en guarda, por cuanto estaban rescatados por 30 doblas moriscas cada
uno, y en Cabildo de 27 de Septiembre de 1487, se dispuso cumplir lo
mandado por el Rey de que se diesen 3 maravedices diarios Š cada uno,
mientras llegase el rescate.[27] Aquellos prisioneros tenŪan quienes los
rescatasen; pero °cuŠntos mŠs se vieron obligados Š sufrir el yugo de la
esclavitud!
La esclavitud fuť siempre consecuencia del derecho de la fuerza,
entonces mostrŠbase en su mŠs salvaje vigor, sin atenuaciones; sin
hipůcritas convencionalismos. El seŮor disponŪa de su esclavo, como de
sus muebles ů de sus animales, y asŪ vemos corrientemente en los
antiguos inventarios de bienes que se hacŪan por fallecimiento de
cualquier persona, que, Š seguida de la enumeraciůn de los asnos, bueyes
etc. hacŪase el aprecio de los esclavos, hombres, mujeres ů niŮos,
siendo de notar que de igual modo que se determinaban los defectos
fŪsicos de los brutos, marcŠbanse tambiŤn los de aquellos infelices
seres; consignando por ejemplo, si era viejo, tuerto, ů manco, si
padecŪa de bubas ů de enfermedad contagiosa. Verdad tambiťn, que, raro
era el testador de regular posiciůn social, que no recompensaba los
servicios que sus esclavos le habŪan prestado ęahorrŠndolos;Ľ esto es,
concediťndoles plena libertad y hasta otorgŠndoles mandas ů legados para
atender Š su sustento.
Promulgada en 1502 la PragmŠtica de los Reyes Catůlicos contra los
moriscos, dispķsose en ella que los que optasen por permanecer en el
Reyno habŪan de convertirse Š la religiůn cristiana, prohibiendo Š los
que no lo hicieran dentro del plazo que se les fijaba, que saliesen de
ťl, para lo cual facultůse Š los gobernadores de las fronteras para que
los hiciesen prisioneros. A este propůsito, dijo en un curioso artŪculo
nuestro amigo Don NicolŠs Tenorio. ęEn el mes de Abril de 1504 varios
ęcristianos nuevosĽ vecinos de Hornachos intentaron pasar la frontera y
entrar en Portugal por tierra de Extremadura. El Comendador de Badajoz,
Gonzalo Mendez supo su intento y tratů de impedirlo ... para lo cual
enviů en su persecuciůn Š Pedro MuŮiz Alguacil de Mťrida, quien al
frente de algunos hombres de armas fuť tras ellos y les diů alcance
haciťndoles prisioneros. Los moriscos fueron llevados Š presencia de
Gonzalo Mendez, ťste les hizo esclavos de los Reyes y como por una
cťdula de Sus Altezas estaba obligado Š entregar 35 esclavos Š los
oficiales de la Contrataciůn de Sevilla, dispuso que siguiesen el camino
para esta ciudad ...Ľ Ya en Sevilla fueron aposentados en las
Atarazanas, mientras los Oficiales daban cuenta al Rey y se resolvŪa la
proposiciůn hecha por algunos ęcristianos nuevosĽ que solicitaron de
aquťllos que antes de subastarlos, se escribiese Š sus parientes vecinos
de Hornachos para que los rescatasen. La Cťdula Real dispuso que fuesen
subastados pķblicamente y adjudicados al mejor postor, como asŪ tuvo
lugar en las Gradas, donde puestos en fila los 35 fueron examinados por
los licitadores procediťndose desde luego Š la subasta, que durů cinco
dŪas, importando la venta 671 502 maravedises.
Era natural, por tanto, diremos nosotros, que la compraventa de esclavos
fuese ęun negocioĽ tan importante como lo era la de los productos que
venŪan de las Indias ů los de la tierra, que hubiese mercaderes,
tratantes y corredores que en ella se ocupasen. MŠxime si se atiende Š
que el contingente de esclavos tuvo que aumentar de manera considerable
con los pobres indios que venŪan del Nuevo Mundo.
Con el ęhonrosoĽ tŪtulo de mercader de esclavos se nombra Š MartŪn
SŠnchez, marido de Luisa FernŠndez, que vivŪa en la plaza de San
Francisco casa propia del Cabildo eclesiŠstico en 1548[28].
Con el de tratante en esclavos, hallamos Š un Francisco Diaz, que vivŪa
en la collaciůn de la Magdalena en 1564[29] y con el de corredor, Š un
Francisco Barja, vecino en la calle de San Roque, segķn consta del
Padrůn de 1691[30].
Muchos de aquellos desdichados, bien porque fuesen de levantisca ů
viciosa condiciůn, bien porque se le hiciese la esclavitud intolerable,
huŪan de sus dueŮos y escapaban Š lugares donde pudiesen vivir
libremente, y para dificultarles su evasiůn impusiťronseles marcas en el
rostro como comprueban los siguientes documentos.
En una escritura de 5 de Septiembre de 1500 se habla de un esclavo que
llevaba en una mejilla una flor de lis, y una estrella en la otra[31].
En el testamento de Pedro Garcia de Quesada, otorgado Š 9 de Marzo de
1520, en la enumeraciůn de sus bienes se lee: ęyten vu esclabo moro del
cabo de hedad de quince Š diez y seys aŮos, herrado en la cara en vn
carrillo con una S. y enotro vn clavo que se dice abrahem el cual compre
de Gonzalo de Toledo mercader ...Ľ[32]
Beatriz de Miranda otorgů carta de ahorramiento en favor de su esclava
Catalina, morisca, herrada en la barba y en un carrillo, 20 de Enero de
1539[33].
Jerůnimo Delcia, colchero, vendiů un esclavo indio Š Diego HernŠndez
FarfŠn, llamado Hernando de 24 aŮos con vn letrero en la cara con unas
letras que dizen esclavo de Juan Romero ... 7 de Diciembre de 1554[34].
Catalina de Villafranca comprů un esclavo mulato marcado en ambos
carrillos con una S. y un clavo, 14 de Diciembre del mismo aŮo[35].
Juan SŠnchez, maestro mayor de las obras de Sevilla, que dŪrigia las de
nuestras famosas Casas Capitulares, vecino en la Magdalena, vendiů Š
Alonso MartŪn tratante en esclavos una esclava morisca herrada en la
cara con vnos letreros en que dizen ęJuan SŠnchez, cantero,Ľ 24
Noviembre de 1555[36].
Francisco de Aranda vendiů Š Miguel de Escobar un esclavo mulato llamado
Fernando, de 20 aŮos, herrado en la cara con unas letras que dicen:
ęFrancisco de Aranda en SevillaĽ 29 de Mayo de 1539[37].
Diego de CŠceres clťrigo, vendiů Š Diego Mendoza un esclavo morisco de
28 aŮos herrado en la cara ęcon vnas letras que disen diego de cŠceresĽ,
28 Enero de 1547[38].
Bastan las anteriores citas para que nuestros lectores juzguen de la
consideraciůn que tuvieron nuestros antepasados Š los infelŪces Š
quienes la fuerza bruta de las armas sumiů en las desventuras de la
esclavitud.
La lectura de los infinitos documentos referentes Š aquella, que han
pasado por nuestras manos, ofrece como marcas generales las de la S y el
clavo que colocaban en el centro de dicha letra verticalmente y las de
los nombres y apellidos de los dueŮos seguidos Š veces hasta de la
profesiůn de aquel como se ha visto en la morisca que perteneciů al que
hoy llamarŪamos arquitecto municipal.
Por ķltimo diremos que en ocasiones, fueron tambiťn objeto de regalo los
desdichados moros, hechos prisioneros por nuestros soldados, segķn
consta en un libramiento de la Ciudad hecho Š 1.ļ de Diciembre de 1488
en favor de Gonzalo Gůmez de Cervantes y del comendador Juan de la
Parra, ęde 50000 maravedises por ciertos moros y moras del Rey y de la
ReynaĽ que la Ciudad regalů al Maestre de Santiago y ademŠs 30 doblas de
oro castellanas, que se pagaron Š LuŪs Diaz de Toledo por un halcůn que
se enviů tambiťn como obsequio al mencionado Maestre.
Muy posible es que entonces el magnate agasajado hubiese visto con mŠs
agrado el halcůn de 30 doblas que sus mŪseros esclavos.
La fiesta del Corpus Christi en Sevilla
EN LOS SIGLOS XV Y XVI
I
No pretendemos en estos ligeros apuntes trazar la historia de tan gran
festividad religiosa de la Iglesia Catůlica en nuestra ciudad. Redķcese
nuestro objeto tan solo Š consignar algunos curiosos pormenores por los
cuales verŠ el lector de quť distinta manera fuť solemnizada en Sevilla
en aquellos siglos de fe y de entusiasmo, durante las centurias XV.™ y
XVI.™ con datos inťditos en su mayor parte por cuyo concepto estimamos
que serŠn vistos con gusto por los aficionados.
Instituida esta solemnidad por el PontŪfice Urbano IV en 1264 para toda
la cristiandad, no fuť acogida en sus principios, con todo el amor que
era de esperar Š causa de la gran divisiůn que perturbaba la Italia de
gŁelfos y gibelinos, pero en el Concilio general de Viena celebrado en
1311 bajo Clemente V, fuť confirmada la Bula de Urbano IV en presencia
de los reyes de Francia, Inglaterra y Aragůn, mandŠndose ponerla en
vigor en toda la Iglesia. En 1316 el PontŪfice Juan XXII aŮadiů Š esta
fiesta una octava con el mandato de llevar pķblicamente en procesiůn el
SantŪsimo Sacramento.
Ni en los archivos capitular eclesiŠstico ni en el municipal, hemos
logrado ver documentos relativos Š esta solemnidad en el siglo XIV,[39]
mas parece razonable suponer, que entonces, los pueblos, que no eran muy
dados Š novedades porque tampoco las circunstancias polŪtico-sociales
permitŪan andar variando Š cada paso sus usos, costumbres y ceremonias
se celebraria la fiesta del Cuerpo de Dios entrado el siglo XV con poca
diferencia de como se efectuaba en la precedente centuria.
Los documentos mŠs antiguos consultados por nosotros en el archivo de la
Santa Iglesia son de 1454 y los asientos de gastos de esta fecha juntos
con los que contienen los libros del Mayordomazgo Mayor de Sevilla,
permiten reconstituir el ceremonial que se empleaba y dan cuenta de los
dispendios que ocasionaba Š ambos Cabildos eclesiŠstico y secular
interesados en el mayor esplendor de la Fiesta.
Anticipadamente al dŪa en que habia de celebrarse cuidŠbanse de allanar
los ęfoyos et barrancas de las calles,Ľ asŪ como limpiarlas del
estiťrcol. ColocŠbanse toldos en el Corral de los Olmos, los tapices del
Sr. Arzobispo en las Gradas y cubrŪase el suelo del templo y el de las
calles, de juncias, alcacel y hierbas olorosas.
SalŪan en la procesiůn doce mozos del coro con sendas hachas de cera que
pesaban una arroba cada una, con Šngeles pintados ů con flores
naturales, otros llevaban pťrtigas de plata ů incensarios.
Al acordado son de dos ůrganos portŠtiles, entonaban himnos 27 cantores
entre ellos ocho con jubones y guirnaldas en las cabezas y ademŠs seis
Šngeles taŮendo instrumentos y cuatro profetas con sendas filactťrias
de oropel[40], siguiendo luego la ęroca,Ľ que como los ępasosĽ de
nuestras procesiones era transportada ů empujada por hombres. En ella
veŪanse, tambiťn representados por hombres, Š Jesķs, la Virgen, Santo
Domingo y San Francisco,[41] con dos juglares que aquel aŮo fueron Juan
Canario y ęsu compaŮeroĽ y otro que se ocupaba en lanzar truenos desde
la ęroca,Ľ cobijados por un cielo de algodůn en rama, azul,[42], con sus
estrellas el sol y la luna, el cual por medio de un mecanismo abrŪase y
cerrŠbase de cuya operaciůn se encargaban angeles. Tambiťn iban en la
ęrocaĽ los cuatro Evangelistas, por cierto que al que representaba Š San
Juan pagŠbasele 50 mrs. doble que Š sus compaŮeros, ęporque llevaba el
aguilaĽ y 25 ęal hombre que adiestra Š este del aguilaĽ cuyo dato nos
hace suponer que la simbůlica ave serŪa de movimiento. Bajo las andas
cerradas por paŮos (frontales), iban otros imitando el canto de canoras
avecillas. Las cuentas de gastos de los trajes, atributos, barbas, etc.
asŪ como lo que se pagů al platero Anton Ruiz ępor el trabajo que toma
en coger esta gente e aliŮallos e vestillosĽ con otras curiosas partidas
nos dan cabal idea de lo que era la procesiůn, la cual terminaba con la
rica arca destinada al Cuerpo de Dios, acompaŮada por la nobleza que el
aŮo de 1496, la constituŪan el Duque de Medina, el Conde de Cabra, los
hijos del Conde de Cifuentes y otros caballeros, cerrando la brillante
comitiva, el Preste para cuyo descanso transportaban una silla. Por
ķltimo despuťs de la procesiůn el Cabildo eclesiŠstico obsequiaba Š sus
convidados con cerezas, brevas, ciruelas y vino blanco; merienda harto
frugal y que andando el tiempo en 1530 hŪzose ya mŠs suculenta pues
ademŠs de las frutas y vinos hubo ternera, pollos, palominos, perniles
de tocino, pasteles, limones para la ternera y azucar Š cuyos sabrosos
comestibles aŮadieron el conocido manjar blanco, agraz y vino aloque.
De 21 de Enero de 1499 es el auto capitular mŠs antiguo que hemos
encontrado en que se manifiesta el deseo del Cabildo de sustituir la
antigua arca en que se transportaba el SantŪsimo por una Custodia,
estimulado por el ofrecimiento del Patriarca B. Juan de Rivera de
contribuir para ella con cien marcos de plata, dando otros ciento la
FŠbrica y con igual suma brindaron otros seŮores canůnigos, racioneros y
compaŮeros.
Las grandes lagunas que hay en los Libros de FŠbrica de estos aŮos,
impiden saber cuando y por quť orfebre se comenzů la obra; siendo de
miťrcoles 8 de Mayo de 1504 el primer auto capitular que encontramos
referente Š ella por el cual parece que no se habŪa comenzado aun pues
en ťl se dispuso que ępedro pinelo faga vna custodia muy buena de plata
e su aparejo de brocadoĽ y sin embargo en 10 de Diciembre del citado aŮo
encargaron al Maestrescuela y al Arcediano de Carmona ęque vean con
algunos plateros cierta obra que se desfizo de la que los plateros que
fazen la custodia tenŪan labrado.Ľ El auto anterior por consiguiente,
tuvo por objeto recomendar al Canůnigo Pinelo que cuidase de que la obra
de la alhaja fuese excelente y por no considerar asŪ lo que hasta
entonces llevaban hecho sus autores, se acordů que desbaratasen lo
labrado.
En miťrcoles 13 de Diciembre del referido aŮo de 1504 ęse platiců sobre
lo de la custodia de la forma que se a de acabar ... e determinůse quel
seŮor arcediano de sevilla e los otros seŮores beneficiados que se
fallaron presentes quando se platiců sobre esto con el Rmo. Sr.
ArÁobispo vayan a su seŮorŪa e le digan como su seŮorŪa fuť contento que
se fiziese de la manera que estaua al principio traÁado y que desta
manera ayan asŪ a por bien que se acabe.Ľ Por ķltimo en 10 de Julio de
1506 se ordenů al Canůnigo Pinelo ęque venda el arca de madera en que
antiguamente se lleuaua el corpus xpi.Ľ
Parece que despuťs de esto, poseyendo ya la Iglesia su rica y nueva
Custodia, no habŪa ya que pensar en mŠs, y, sin embargo no tardů mucho
tiempo sin que el Cabildo proyectase una nueva alhaja. En su virtud, en
10 de Enero de 1509 encargů la Corporaciůn al entallador Gomez de Orozco
que hiciese un diseŮo, por el cual recibiů 1500 mrs. y en 23 de Mayo del
citado aŮo dicho Cabildo comisionů al platero de FŠbrica Juan de OŮate
para que marchase Š Portugal por el maestro que habŪa de ejecutarla, que
fuť el orfebre Juan Aleman[43]. Esta nueva custodia no parece que
satisfizo tampoco al Cabildo, caso de que llegara Š hacerse, puesto que
otros dos alemanes, los maestros NicolŠs y Marcos fabricaron una nueva
que se terminů en 1525.
Ya hemos dicho de paso, que al esplendor de la fiesta del Corpus en el
siglo XV contribuŪa muy eficazmente la Ciudad, y por sus
interesantŪsimos cuanto poco conocidos Libros del Mayordomazgo, sabemos
lo que se gastaba en arrayan, ęramosĽ y juncia, en el barrer de las
calles en las 106 candelas que llevaban los seŮores capitulares ť
invitados, algunas de ellas, las que se daban Š las personas de calidad,
tenŪan reyes pintados por los mejores artistas de la ťpoca, ů bien las
armas reales[44] y en la ęcolaciůnĽ que se servŪa despuťs de la
procesiůn, compuesta de los mismos frugales comestibles que la del
Cabildo eclesiŠstico, escanciŠbase en ęjarras bermejasĽ y jarrillas el
vino que se traŪa de Lepe y de Madrigal.
En 1426, para aumentar el pķblico regocijo, comisionů la Ciudad Š su
Alguacil Mayor Don Juan Pťrez de Guzman para que se concertase con un
hombre que ofrecŪa ęfazer vnos juegos para el dŪa de la fiesta del
cuerpo de Dios por 50 florines de oro ... por donde serŪan excusados
ęmuchos de los otros juegosĽ que se fazŪan con gran costa.Ľ
Tambiťn la nobleza tomaba parte en las fiestas contribuyendo Š su
esplendor con lucidas justas y al propůsito transcribimos el siguiente
curioso acuerdo capitular de la Ciudad. ęEn este cabildo (sŠbado 30 de
Abril de 1474) vinieron don gaspar y tello y dixeron Š los dichos
oficiales de como ellos y otros caualleros entendŪan justar el dŪa de la
fiesta del Cuerpo de Ntro. SeŮor. Et que Š su merced pluguiese de les
mandar dar tela y lanÁas ęsegund la costumbre en semejante casoĽ sobre
lo qual fablaron y finalmente mandaron que les fuesen dadas la dicha
tela y lanÁas y para ver donde y como se podŪa complir, encomendaron y
mandaron a don Pedro nuŮez de guzman y a iohan de pineda y rodrigo de
ribera regidores de la dicha cibdad y que como lo ellos ordenaren que
asy se faga e cumpla[45].Ľ
Andando el tiempo, y cuando la piedad y devociůn habŪan llegado Š su
mayor auge, el Concejo sevillano, interpretando el pķblico sentimiento,
procurů el mayor esplendor en esta Fiesta, y para, ello entre otras
disposiciones concediů premio Š los vecinos moradores en las casas de la
carrera, que, con mŠs gusto y riqueza adornasen sus fachadas, segķn
comprueba un libramiento de 1870 mrs. en favor de Pedro Gůmez ępor la
costa que tuvo en adornar su casa, sita en la CerrajerŪa el dŪa que pasů
la procesiůn, fecha Š 8 de Julio de 1603.[46]
En cuanto Š las representaciones de carros[47] con las de Autos
Sacramentales, es tan larga la materia, que darŪa ella sola para
escribir un amplio ť interesante volumen, por su significaciůn literaria
y artŪstica, sin contar el curioso estudio de costumbres Š que se
presta: diremos solamente, que el primer carro de representaciones de
que tenemos noticia, debiůse Š la inventiva del clťrigo Figueroa, en
1558, en el cual pudo verse muy al vivo la conversiůn de San Pablo; asŪ
como las primeras farsas, origen de nuestro teatro, no comenzaron en
esta Catedral hasta 1563. Vamos sin embargo Š titulo de curiosidad Š
consignar los datos que hemos recogido referentes Š carros, danzas,
representaciones etc. que acaso algķn curioso pueda aprovechar.
=1497=
En este Cabildo (viernes 27 de Junio) fuť dho. Š los dhos. oficiales por
don pero nuŮes de guzman alguacil mayor en conmo bien sabŪa su merced
quel tenŪa cargo de fazer salir los juegos y danÁas cuando la Reyna nra.
sra. mandase fazer la fiesta del cuerpo de nro SeŮor, Et que agora el
seŮor duque le auia dicho que le parescŪa que se deuia fazer la dha.
fiesta y salir al recibimiento quando la Reyna nra. sra. entrase y
asymismo dixo que deuian salir al dho. recibimiento todos los negros que
ouiese en esta Áibdad. Et visto lo sobre dho. dixe ron que eran en que
se asy fiziese segund y en la manera quel dho don pero nuŮes lo hauŪa
dho.[48]
=1501=
ęen este cabildo (14 de Mayo) fuť dho. Š los dhos. tenientes e Regidores
por don Pedro de guzman alguasil mayor como los gigantes que se sacan
el dŪa de la fiesta del corpus xpi. estan mal reparados que gelo fazia
saber para que los mandase reparar sobre lo qual por el dho. teniente e
regidores fuť acordado que los fieles executores manden dar luego Š los
tintores desta Áibdad o al que de ellos touiere cargo de fazer aderezar
los dhos. gigantes para esta fiesta de corpus xpi. primera que viene,
mill mrs. de qualesquiera penas en que haya condenado a cualquier
persona para ayuda de reparo que ouiere menester para que salgan la dha.
fiesta con tanto que los dhos. pintores[49] se obliguen primeramente
ante los contadores de la dha. Áibdad de tener de aqa delante reparados
los dhos gigantes.Ľ[50]
=1570=
--En 24 de Junio, 3000 mrs. Š Luis DŪaz Š cumplimiento de 32 ducados en
que se concertů con ťl el carro de Lucifer.
--En 4 de Julio 3000 mrs. Š Luis de SaldaŮa Š cumplimiento de 32 ducados
por el carro de ęEl Desposorio.
--Este dŪa, 1700 mrs. Š Juan Flores Š cumplimiento de 200 rs. por la
danza de los caballos que se concertů con ťl.
--Este dŪa, 11920 mrs. Š Diego de Santiago, chapinero, Š cumplimiento de
80 ducados por las tres danzas que saců el dia de la fiesta.
--Este dŪa, 3282 mrs. Š LuŪs de CerdeŮa (ŅSaldaŮa?) Š cumplimiento de 35
ducados en que se concertů con ťl el carro de San Antonio y San Pablo.
--Este dia, 2812 mrs. Š Juan Fernandez Š cumplimiento de los 530 ducados
en que con ťl se concertů el carro de los hijos de Jacob.
--Este dŪa, 3300 mrs. Š Diego Berrio de resto de 35 ducados en que se
concertů ęel carro de diria hija de cabosĽ que saců para la fiesta.
--Este dŪa, 1800 mrs. Š Cristůbal Ortiz, de resto de 20 ducados que con
ťl se concertů la danza de los matachines.
--En 12 de Julio 2126 mrs. Š Cosme de Xerez Š cumplimiento de 250
ducados en que con ťl se concertů la danza de los Šngeles y los
demonios.
--En 12 de Julio 3289 mrs. Š Cristůbal HernŠndez, pintor, de resto y Š
cumplimiento de los 35 ducados que con ťl se concertů el carro de la
muerte.
--En 19 de Julio 2159 mrs. Š Andrťs de Hoces, de resto y Š cumplimiento
de 30 ducados que con ťl se concertů la danza de las Amazonas.
--Este dŪa Š Juan Lůpez Romero, 1875 mrs. de resto y Š cumplimiento de
10 ducados en que con ťl se concertů la danza de los galanes.[51]
En otro Lib. de caja en 4.ļ, cuyo tejuelo lleva los aŮos 1570-74 se
determinan los gastos y por sus asientos sabemos que en el carro de La
Muerte de Adan entraban 7 figuras vestidas de seda, que en el del
DesafŪo de Lucifer con el hombre 8 aliŮadas tambiťn de seda, en el del
Casamiento ů Desposorio de EspaŮa, 9, etc., etc., con igual lujo
ostentŠbanse las danzas.
--A Diego de Santiago se pagaron en 8 de Agosto 1571, 3000 mrs. por la
danza de villanos.[52]
--En 12 de Junio Š Cristůbal SŠnchez de Mendoza por la mitad del carro y
danza que ha de sacar el dŪa del Corpus xpi.
--En 15 de Junio 2250 mrs. Š Alonso RamŪrez, por la mitad de lo que hubo
de haber por la danza de las espadas.
--En 12 de Junio Š Diego de Berrio, sastre, 5625 mrs. por la mitad del
carro del Convite de Abrahan.
--Al mismo 12375 mrs. por la mitad de 66 ducados que con ťl se
concertaron por dos carros el uno del rey Agabaro y el otro El Bautismo
de San Juan.
--A Cristůbal de la Cruz, zapatero, 3612 mrs. por las danzas de las
Ninfas y del Loco.
--A Luis de CerdeŮa 5625 mrs. por la mitad de 30 ducados que con ťl se
concertů el carro de las Cortes de la Muerte.
--A Lorenzo NuŮez por la mitad de 20 ducados que con ťl se concertů la
danza de los monstruos.
--A Melchor de San Miguel 3400 mrs. por la mitad de 200 reales que con
ťl se concertů la danza de los galanes.
--A Luis de Ribera pintor, 4875 mrs. por la mitad de 26 ducados que con
ťl se concertů el carro de Joachin y Santa Ana.
--A Pedro MartŪnez 1500 mrs. por la mitad de 8 ducados que con el se
concertů la Tarasca y moxarrillas.
--En 8 de Agosto Š Melchor de San Miguel 5950 mrs. por una danza que
saců el dŪa de la fiesta Š cumplimiento de la dha. danza y del premio de
ella que le mandaron dar.
--En 1ļ de Octubre Š Luis Diaz 4420 mrs. que la Ciudad le mandů librar
porque saců el mejor carro el dŪa de la fiesta del Corpus este aŮo de
1571.
--A Luis Diaz dorador ... por un carro que ha de sacar de La esgrima
espiritual.
--A Cristůbal SŠnchez de Mendoza 30 ducados por un carro de la
visitaciůn de la Reina de SabŠ y 12 por una danza de Los Portugueses.
--A Diego de Santiago 15000 mrs. por dos danzas, una de los Villanos y
otra de los Turcos.
--A Diego de SaldaŮa 7500 mrs. de una danza de La Justa de Ņlos
perineos?
--A Cristůbal de la Cruz 7225 por una danza de los ninfas y del oso.
--A Luis de CerdeŮa 11250 mrs. por un carro de las Cortes de la Muerte.
--A Lorenzo NuŮez 7500 mrs. por una danza de Ņmoriscos?
--A Melchor de San Miguel 6800 mrs. por una danza de galanes.
--A Alonso Ramirez 4500 mrs. por una danza de espadas.
ęEn 18 de Junio, 4888 mrs. Š Pedro Gůmez sacristŠn y Š Juan MartŪn, que
les mandaron dar de premio por dos cruces que sacaron de ynbinciůn el
dŪa de la fiesta del Corpus xpi.Ľ[53]
=1572=
Entre los asuntos de la Fiesta del Corpus que estimamos mŠs curiosos
podemos citar los siguientes:
--A Juan FernŠndez jubetero, 13125 mrs. por el carro de la Justicia
espiritual.
--A Diego de Berrio 11250 mrs. por el de los Cinco Sentidos.
--A Cristůbal de Santa Cruz 6000 mrs. por una danza de turcos y
peregrinos y una fuente.
--A Pedro Guerra 6750 mrs. por una de gitanos.[54]
=1574=
--A Miguel Diaz 14 ducados por una danza de espadas.
--A Juan Jimťnez, zapatero, 20 ducados por la danza de los gitanos.
--A Diego de Berrio 400 rs. por el carro de la historia del Rey
Jubiniano (sic.)
--A Cristůbal de la Cruz 20 ducados por la danza de los galanes.
--A Melchor de San Miguel 200 rs. por la danza de los salvajes.
--A Luis Diaz, Dorador, 35 ducados por el carro de La ViŮa del SeŮor.
--A Diego de Santiago 20 ducados por una danza de moriscos.
--A Juan Bautista 20 ducados por una danza de indios.
--A Juan de Reinoso 300 rs. por un carro de La Historia del Rey Cosdruhe
(ŅCosroes?).
--A Pedro Montiel 400 rs. por un carro de ęEl Sembrador.Ľ
--A Andrťs del Castillo 32 ducados por un carro de ęEl Convite
celestial.Ľ
--A Bartolomť Romero 20 ducados por una danza de villanos de un
desposorio.
--A Alonso de Capella 40 ducados por el carro de la Batalla de la muerte
de los justos Š la vida de los viciosos.
--A Cosme de Xerez 400 rs. por el carro de la Asunciůn de nra. SeŮora.
--A Hernando Manuel 20 ducados por la danza de Torneo de Š caballo.
--Al mismo por sacar la Tarasca, mojarrillas y dos salvajes.
--A Diego de Tejeda 400 rs. por un carro de Las Tiendas del mundo.[55]
--A Pedro Montiel 40 ducados por el carro de los Desposorios de Cristo
con la naturaleza humana ęque tiene 7 figuras.Ľ
--A Luis Diaz 40 ducados por el de La Demanda que pone el demonio al
gťnero humano, con 7 figuras.
--A Alonso RamŪrez por una danza de espadas con 18 figuras.
--A Lorenzo NķŮez por la danza llamada de ęLa MonterŪa" con 10 figuras.
--A Melchor de San Miguel por otra de los galanes, ninfas y un toro.
--A Diego HernŠndez morisco, 22 ducados por otra con 8 figuras y una
ermita.
--A Feliciano de Salazar 70 ducados por otra de ęLas SerranasĽ con 8
figuras y la danza de los gigantes que tiene 7 con el padre.
--A Hernando Manuel 210 rs. en que se le concertů la danza de ęLos
Cavadores,Ľ la Tarasca y Mojarrillas.
--11 de Mayo. A Alonso RodrŪguez Ņde caros? se libraron 30000 mrs. mitad
de los 160 ducados en que con ťl se concertaron quatro carros ... el uno
dellos por sŪ y los demas en nombre de pedro de segura y de luis de
sagrancena y de francisco de plaza que son el uno de los desposorios de
josep que tiene 10 figuras y el otro del ensalzamiento de la humanidad
que tiene 10 figuras y el otro el niŮo perdido que tiene 8 figuras y el
otro del nacimiento de Moysen que tiene otras 8 figuras Š razůn cada
vno de 40 ducados y los 40 ducados restantes Š cumplimiento de los
dhos. 12 ducados por lo que se ocupů en la yda y buelta Š la villa de
sanlķcar de barrameda y por los acarretos de sus rropas y lo que dexo de
ganar en las comedias que pudiera haber hecho por benir Š esta ciudad.Ľ
--A Juan Bautista 20 ducados por la danza de ęEl triunfo de DavidĽ con 9
figuras.
--ęA ples Ņautapel? 3567 mrs. por 87 varas de anjeo que diů para el
carro que se hace de los italianos Š 41 mrs. la vara lo qual se librů
por cťdula del seŮor juan de leůn, veyntiquatro Š quien fuť cometido el
hacer el dho. carro ... etc.
--A Juan Chacon pintor 6358 mrs, que los ubo de auer por lo que pinto en
los medios carros que se hicieron para los italianos ... etc.[56].
=1576=
Pedro de SaldaŮa autor de comedias vecino Š Santa MarŪa diů poder Š Juan
de QuiŮones, Escribano de S.M. para que en su nombre pidiese y cobrase
del Cabildo de la Ciudad 70 ducados que debŪa pagarle en cuenta de lo
que hubiese de haber por razůn de dos carros que se obligů Š presentar
en la fiesta del Corpus. 10 de mayo 1576[57].
=1580=
Memorial de los autores de danzas Diego HernŠndez y Cristůbal de la Cruz
en 1580 pidiendo Š la Ciudad la paga de sus salarios, por haber seruido
al cabildo en diferentes fiestas[58].
=1586=
Mateo de Sauzedo autor de comedias citado en el Lib. de Propios de dho.
aŮo; fuť comisionado para ajustar una compaŮŪa para los autos
Sacramentales del dia del Corpus de 1587.[59]
=1597=
En el Libro de Propios de la Ciudad de dicho aŮo se cita Š Juan Bautista
de Aguilar ęcomo maestro de las invenciones de los cuatros carros de
representaciůn que se hicieron para la fiesta del Corpus del mencionado
aŮo.
En el mismo figuran Diego Lůpez y Pedro de Aguirre, el primero como
autor de la danza ęLos indios.Ľ
En el citado aŮo, Hernando Franco cobrů 95540 mrs. por sacar el dŪa del
Corpus la Tarasca y moxarrillas y dos danzas tituladas ęLas
carrastollendas de BarcelonaĽ y ęLas Ferias de BilganĽ y consta que
Baltasar de Guzman, autor de danzas, saců dos en la fiesta de que
tratamos, una llamada ęLos gitanosĽ y otra el ęhombre vicioso.Ľ
En las representaciones de los autos tomaron parte los comediantes
Melchor de Villalba, Francisco de Palencia, Pedro Nubio y Vicente
Caballero, el cual ganů la joya.
A Melchor de Leůn autor y comediante, se libraron 300 ducados para ťl y
su compaŮero por dos carros de representaciůn que saců el dŪa del Corpus
del mismo aŮo de 1597. TitulŠbanse de ęSanta ElenaĽ y el ęCometaĽ y con
ellos ganů el primer premio. En el mismo Libro de Propios se cita Š
Pedro Guerrero, autor de danzas, que quizŠs es el mismo que hizo ęlos
escudos que se pusieron en la carrera de la procesiůn del CorpusĽ para
que ante ellos representasen.
A NicolŠs de los Rios se libraron 700 ducados por sŪ y en nombre de
Miguel RamŪrez por dos carros de representaciones.
A Hernando Franco, autor de danzas; se libraron 280 ducados por dos que
habŪa de sacar, intituladas: La maŮana de San Juan y una boda pastoril.
La primera con 20 figuras y la mķsica y la otra con 18 y dos de mķsica y
asimismo por la Tarasca y moxarrillas[60].
A Baltasar de Guzman autor de danzas 8 ducados por la que saců el dŪa en
que se hizo la procesiůn general por la salud; 14 Septiembre 1600[61].
=1600=
A Antonio Calvo sastre, 21193 mrs. resto de 170 ducados en que se ajustů
con ťl la danza titulada La maŮana de San Juan que saců en la fiesta del
Corpus de este aŮo; 9 Septbre. 1600[62].
A 25 de Octubre del mismo aŮo se libraron al pintor Gonzalo de Campos
Guerrero 26.080 mrs. Š cumplimiento de la pintura de los cuatro carros
de representaciůn que salieron el dŪa del Corpus ť invenciones de
ellos[63].
=1602=
Francisco BaÁan, autor de danzas, se concertů con la Ciudad en sacar una
de espadas con 20 figuras con su panderete un tamboril y unas chapas en
precio de 40 ducados y otra intitulada La conquista de las amazonas, por
160 ducados.[64]
Luis de Vergara, autor de comedias, concertů con la Ciudad en 14 de Mayo
del mismo aŮo por ante Antonio de Alfaro Š representar dos autos, en 700
ducados.[65]
A Baltasar de GuzmŠn y Pedro de la Fuente, autores de danzas, MartŪn de
la Rumia y Gonzalo de Campos Guerrero maestros de hacer invenciones y Š
Anton Calvo autor de comedias los vemos citados en el Lib. de Propios
del mismo aŮo.
El segundo de los tres ķltimos citados era el pintor que la Ciudad
ocupaba en las ocasiones que se ofrecian y de el tratamos en la pŠg. 22
del tom. II de nuestro ęDiccionario de artŪfices sevillanos.Ľ
=1603=
Gaspar de Porras, autor de comedias, recibio 300 ducados por los dos
carros de representaciones La encomienda del hombre y Los locos; 10 de
Junio del aŮo citado y Juan de Madrid autor, de danzas saců la de El
robo de Elena, 9 de Julio del mismo aŮo[66].
Baltasar de Pineda autor de comedias contratů en 700 ducados dos carros
de representaciones ęLa humanidad del hombreĽ y la ęVenta del
mundoĽ[67].
ęgastos de la fiesta del Corpus Christi deste aŮo de 1603--deue por
gabriel de barahona Receptor general de la mayormŪa deste aŮo 18700 mrs.
que se le libraron Š gonÁalo de campos guerrero Pintor de Resto y a
cumplimiento Š los 300 ducados en que en ťl se Rematů digo concertů la
comisiůn de la dha. fiesta. Por la pintura de los carros de
representaciones que salieron el dŪa de la dha fiesta del Corpus xpi.
con sus ynvenciones de los quales dchos 300 ducados. Por auersele
librado los 250 ducados dellos conforme Š su asiento y por hauer
cumplido con su obligaciůn y concierto se le libraron los 50 ducados
Restante en virtud de una fee de Mateo de uilla Real escribano de
comisiones que va con la libranza y de los acuerdos de su seŮorŪa.
Referidos en otras partidas deste quaderno[68].Ľ
=1604=
Anton Calero y Antonio de Villegas autores de comedias citados en un
asiento de 14 de Junio de 1604[69].
=1605=
Antonio de Granados autor de comedias cobrů 700 ducados por dos autos de
representaciůn que hizo en las fiestas del Corpus. Libramientos de 7 de
Mayo y 17 Diciembre de 1605 y acuerdo capitular de 22 de Marzo[70].
=1606=
Melchor de Leůn autor de comedias citado en el Lib. de Propios, 18 Mayo
1606.
=1671 Y 72=
Peticiones de una autora de danzas, no expresa el nombre, 29 Mayo, 11
Diciembre de 1671 y libramiento Š la misma 20 Junio 1572.
Peticiůn de Bernardo de la Vega y Alonso Caballero autores de comedias
sobre la joya, por los Autos Sacramentales de la fiesta del Corpus, 27
Junio 1672.
Peticiůn de Alonso Caballero autor de comedias para que la Ciudad le
deje representar con un carro suyo el dŪa del Corpus, 9 Abril 1672[71].
Peticiůn de Alonso Cano autor de comedias sobre que se le libre la joya
del Auto Sacramental del dŪa del Corpus[72].
=1694=
Isidoro de Herrera autor de danzas dirigiů memorial Š la Ciudad
hallŠndose preso en la cŠrcel Real.
=1739=
Por escritura de 11 de Septiembre de 1739 obligůse Melchor Rendon
maestro de obras de carpinteria vļ. Š Sta. M™. Š vestir, desnudar y
aderezar los gigantes tarasca y demŠs agregados para el dŪa del Corpus,
siendo de su cargo vestirlos la vŪspera de la octava, pintar de nuevo la
tarasca y caras y manos de los gigantes[73].
=1752=
Manuel Gůmez como pral. y Juan Gůmez su fiador; obligŠronse Š sacar la
danza de espadas el dŪa del Corpus[74].
Los datos consignados son sufientes para dar una idea de lo que costaba
Š la Ciudad la Fiesta del Corpus Christi durante los pasados siglos: el
lujo que debiů ostentarse en los carros y en las danzas, el ingenio de
los escritores, de asuntos para aquťllos y para ťstas. Los primeros
rindiendo culto Š la piedad, ora acudŪan Š las enseŮanzas de los
Sagrados Libros, ora Š procurar la correcciůn de costumbres, ofreciendo
al pueblo por medio de alegůricos asuntos las funestas consecuencias del
vicio y los galardones reservados Š la virtud.
Mucho mŠs hubiťsemos podido aumentar continuando el examen de los libros
y documentos de nuestro riquŪsimo Archivo Municipal, pero, quede
reservada esta tarea Š quienes especialmente se propongan escribir la
historia de una solemnidad, que durante siglos fuť la mŠs celebrada de
los sevillanos.
* * * * *
El extravŪo de unas cuantas cuartillas, dejů incompleto el presente
artŪculo, en la sucinta descripciůn que dejamos hecha de la Procesiůn
del Corpus en el siglo XV. Halladas luego, estimamos que por su interťs
deben ser publicadas, aun fuera de su lugar, y asŪ lo hacemos, seguros
de que su contenido serŠ visto con agrado por los curiosos que deseen
conocer la historia de los gremios sevillanos, casi desconocida al
presente.
* * * * *
Desde muy antigua fecha prestaban esplendor en la Procesiůn con su
asistencia los gremios todos de la ciudad, presididos por sus alcaldes,
agrupados bajo sus banderas ů pendones, luciendo todos sus oficiales las
mejores galas y preseas: de algunos de ellos consta que sacaban
ingeniosos carros, como se veŪa por los documentos que extractados
transcribimos.
En 1498 dirigieron los hortelanos un memorial Š la Ciudad, en que
decian, entre otros particulares, que al tiempo que se mandaron hacer
las honras por el prŪncipe Don Juan, para ir al AlcŠzar con los oficios
(gremios) y pendones ęque se acostumbran Š sacar el dŪa del Corpus,Ľ
ellos se juntaron con sus alcaldes para distribuir los gastos ... etc.
No hay duda, pues, que desde hacŪa mucho tiempo asistŪan aquellas
Corporaciones Š la procesiůn[75].
En una escritura otorgada en 1.ļ de Mayo de 1519, ante las puertas del
hospital de los tejedores de lino y lana establecido en calle Lisos,
consta que manifestaron los alcaldes del gremio lo siguiente: ęque era
sabido que ellos tienen la costumbre de sacar en cada aŮo el dŪa del
corpus xpi. en la fiesta que se fase dho. dia el castillo ť otras cosas
quel dho. hospital tiene ť de cumplir el dho. dŪa las cosas que se
suelen cumplir ...Ľ El documento no es mŠs que una subasta, para
adjudicar al mejor postor Š la baja, los gastos que el gremio hacia en
la fiesta[76].
Tambiťn los carpinteros sacaban otro castillo en la procesiůn, pues, asŪ
consta de una escritura otorgada por el carpintero Diego Ruiz y el
hospital y cofradŪa de San Felipe y Santiago que entonces era la
advocaciůn de los de aquel oficio, en la cual obligŠbase el susodicho Š
hacer Š su costa el dŪa del Corpus de 1530 ęel oficio que los
carpinteros llevan en la dicha fiestaĽ segķn las condiciones siguientes:
1.™ ObligŠbase Š armar el castillo dos dŪas antes del de la fiesta,
costeando los herrajes que fueren menester para que pudiese ir y venir
bien en la fiesta y Š los doce hombres que habŪan de llevarlo, asi como
desarmarlo terminada la fiesta.
2.™ Que el mayordomo en quien rematare aquella reparase el chapitel
tejando, el tejadillo de su juncia, con ciertos cinco pendones de
oropeles de manera que quede Š contento del alcalde y que pusiera las
cabezas del buey y de la mula donde es costumbre en el dicho castillo
siendo obligado Š dar ęcuatro cantores para que vayan haciendo encima
del castillo el oficio del nacimiento e vn jusepe e otro que sea la
maria e otro que sea el angel e la maria lleue un niŮo chico e su corona
de plata el niŮo otra e el angel con su alba e sus alas e vna guirlanda
en la cabeÁa de oropel e la marŪa con sus ropas de seda e los pastores e
el josepe lleuen sus ropas conforme al oficio que han de faser de la
fiesta segund a sydo costumbre otros aŮos e estos cantores e officiales
que han de ser el dho. oficio sean los mŠs mejores que se pudieren aver
que sean sabedores para hacer los dhos. oficios e estos que sea obligado
a traellos al espital para que se ensayen e fagan el dho. ofiÁio delante
del (alcalde) e con los ofiÁiales que para ello se juntasen ocho dŪas
antes de la fiesta porque han de yr a contento de todos.Ľ
ObligŠbase tambiťn Š armar la tarasca, reparŠndola de cuanto necesitara
poniťndole una lengua de la misma hechura de la vieja, y un petral de
cascabeles y dos nŪsperos que sonasen bien, colgados de las orejas,
paseŠndola por las calles la vŪspera de la fiesta.
ęyten quel mayordomo sea obligado a coger vn alferez que sea hombre
blanco e no negro el mŠs alto del cuerpo que se pudiese aver que vaya
bien vestido a vso de alferez ępara que lleue el pendonĽ e lleue vna
espada morisca ceŮida como es vso e costumbre otros aŮos e sea obligado
el mayordomo Š coger dos trompetas e que no sean negros sino hombres
blancos que sean muy buenos ofiÁiales e los coja desde el dŪa que se
arrematase la fiesta en ocho dŪas e si non los cojiese dentro en los
ocho dŪas de al alcalde quatro ducados para que los coja el alcalde
dende que se rematase la fiesta en quince dias e estas trompetas las
trayga el mayordomo Š casa del alcalde la bispera de la fiesta de maŮana
ępara descojer el pendonĽ[77] y tengan toda la fiesta delante del ofiÁio
hasta bolber al espitalĽ.
Era tambiťn de cuenta del mayordomo dar las candelas, que serian de Š
dos libras de buena cera blanca ęcon el pauilo ques de vso e costumbre
desta ÁibdadĽ dando una Š cada oficial y que las que sobrasen se
pusieran en el castillo.
FŪjanse luego las cuotas que pagarŪa cada uno de los que fueran en la
procesiůn con el gremio, 26 de Abril de 1530.
No hay duda por los pormenores que se consignan en el documento anterior
y por los que contiene el que vamos seguidamente Š extractar, que estos
ęcastillosĽ fueron los primitivos ęcarros,Ľ asŪ como la asistencia en la
procesiůn de los gremios con sus pendones.
Diego Toledano herrero, Cristůbal HernŠndez jervillero y Anton de
Moguer cordonero, obligŠronse mancomunadamente con el zapatero Andrťs
Vanegas mayordomo de dicho gremio ęa sacar vn castillo de la ystoria de
la bendiciůn de ysaqueĽ (Isaac) segķn la muestra que habŪa dado,
poniendo la gente vestidos y mķsicos que se necesitaran para el dia de
la fiesta del Corpus de 1550, ęe de lo dar e poner bien e cumplidamente
en los cantos desta Áibdad para que ande toda la procesiůn dandonos vos
el castillo que se acostumbra dar conforme Š como la Áibdad lo mandaĽ
recibiendo por cuanto hicieran ocho ducados de oro ęe nos obligamos Š
poner el dho. castillo en los dhos. cantos con el dicho auto e gente que
lo a de representar Ņen los ... quatro de la maŮana?Ľ 11 de Mayo, de
1550[78].
El mismo herrero Diego Toledano, como principal y Diego de Xerez sastre,
su fiador, concertŠronse con Francisco de Mesa y Francisco de Salamanca,
rejeros, mayordomos de la fiesta ęque anualmente sacabanĽ los de aquel
oficio en el dia del Corpus Š sacar una danza con ocho personas ęque
vayan vestidos de tafetan presado e blanco e sus calÁas blancas e su
tamboril bien e cumplidamente.Ľ ObligŠbanse Š ensayar y dir Š casa del
seŮor Asistente con la dha. danza, por lo cual recibirian 8 ducados, 8
Mayo 1551[79].
Finalmente, por otra escritura, obligŠronse Diego Paez sastre con Alonso
de Casalla y Alonso HernŠndez zapateros, Š sacar el auto de la
Conversiůn de la Magdalena en el Corpus del mismo aŮo de 1551 ęcon vn
castilloĽ que era del gremio, con cinco ů seis hombres y los que fueren
menester ępara el dho. paso e obraĽ dŠndole vestidos de las mejores
ropas. Los zapateros se comprometŪan Š facilitar ocho hombres que
llevasen el mencionado castillo y el Diego Paez Š que los cantantes que
mostrarŪa el tercer dŪa de Pascua del EspŪritu Santo ępara la muestra
que tengo de hacer de dho. autoĽ fuesen los mismos que sacarŪa el dŪa de
la Fiesta que irŪa con los recitantes en el castillo, saliendo asŪmismo
con ellos el tercer dŪa de Pascua para el ensayo yendo el del Corpus Š
los cantos, y en la procesiůn hasta que volviese esta Š la Iglesia,
recibiendo seis ducados y medio de oro, 9 de Mayo de 1551[80].
Profesiones de AntaŮo
Tan radical ha sido la transformaciůn experimentada en la vida pķblica ů
privada de los espaŮoles durante el espacio de cuatro siglos, que,
cuesta hoy trabajo creer en la existencia de algunos. En aquellos dŪas,
para nosotros inolvidables, en que registrŠbamos Š nuestro sabor los
numerosos legajos de este Archivo general de Protocolos, ocupaciůn
gratŪsima, de la cual nos hemos visto privados por la suprema voluntad
del actual Notario Archivista Don Antonio Lemus y Malo de Molina, que lo
estima como propiedad particular suya y no permite efectuar en ťl
investigaciones de interťs histůrico: °cuantas curiosŪsimas escrituras
pasaron ante nuestra vista, demostrativas del espŪritu, de las
tendencias, de las preocupaciones de los hombres de antaŮo! De algunas
de ellas tomamos ligeras notas, las mŠs, allŪ han quedado sepultadas,
bien hasta que otros mas afortunados consigan registrarlas, ů bien para
que la polilla dť cuenta de ellas destruyendo un tesoro histůrico
insustituible.
Entre nuestros apuntes de entonces, hemos hallado uno que confirma el
cambio de que hablamos, experimentado en las costumbres; porque Ņquiťn
sospecharŪa que hasta los mancebos mŠs pertinaces viciosos valŪanse
entonces de las escrituras pķblicas para procurar la enmienda de sus
yerros? A este propůsito bien merece consignarse la nota siguiente:
Diego de Jerez, hijo de Gonzalo GonzŠlez de Jerez, se obligů por
juramento que hizo en escritura pķblica, ante los escribanos de Sevilla,
Š no jugar Š los dados, ni entrar en casa donde supiese que jugaban, por
tťrmino de diez aŮos, sopena de perjuro ť infame, 16 de Enero de
1461[81].
No dudamos que al lector habrŠn de ocurrirse sabrosos comentarios, como
ocurrieron Š nosotros, despuťs de conocido el documento, pues, es de
tal naturaleza, que su lectura prťstase Š reflexiones de Ūndole
distinta, por mŠs de un concepto.
Como natural consecuencia de aquellas costumbres, se nos ofrece la
prŠctica de ciertas profesiones y oficios, que alcanzaron gran boga
entre nuestros antepasados.
EspectŠculo, bien curioso, por cierto, serŪa para los que hoy vivimos,
el que diariamente ofrecŪan las Gradas de la Catedral y la plaza del
Salvador, sin contar otras calles y sitios concurridos de la ciudad,
donde se pregonaban las subastas y almonedas judiciales, como las
voluntarias, las cuales tenŪan lugar ante numeroso y abigarrado conjunto
de personas de todas clases sociales, que allŪ confundidas esperaban la
llegada del alguacil y del escribano, encargados de la venta de
infinitos heterogťneos objetos, dignos algunos del Jueves ů del Boquete,
y otros aplicables al atavio de las personas ů de las casas mŠs
calificadas.
Voceaba el pregonero, lo mismo las prendas de uso mŠs Ūntimo y personal,
como eran las camisas, calzas, jubones, sombreros y zapatos viejos, como
las mŠs preciadas telas, las tapicerŪas ů ępaŮos de rŠs,Ľ guadameciles,
encajes, armas, vidrios, esmaltes y cuantos objetos de arte suntuario
empleaban nuestros magnates en sus personas ů viviendas, juntamente con
los utensilios y mŠs insignificantes trebejos del menaje de una casa,
cuya enumeraciůn es bastante para formar juicio exacto de la vida
privada y de la pķblica, de todas las clases sociales.
Todo era subastable entonces; baste decir, que, hasta los peines, bien
es verdad que aquellos sacados Š pregůn, no eran como los que
corrientemente usamos hoy, de despreciable pasta, caucho ů celuloide,
sino de marfil ů de plata artŪsticamente tallados, con finos y
elegantŪsimos adornos de renacimiento, ů con asuntos religiosos ů
profanos, por lo cual, no era extraŮo que tales verdaderas joyas, fuesen
adquiridas por sujetos muy calificados, asŪ como las prendas de vestir,
tabardos y gregŁescos, capas y manteos, calzas y jubones ricamente
bordados de oro, con pasamanos y encajes de subidŪsimo precio, sin
contar aquellos jaeces de caballos, cuya simple enumeraciůn por boca del
pregonero, nos da Š conocer su singular riqueza, tan singular, que hoy
no se concibe.
Pues, si estos actos atraŪan la atenciůn ů interťs de todas las clases,
volvamos la vista hacia el Arenal: allŪ presenciarŪamos entre otros
animados y vistosos cuadros que tan frecuentemente se sucedŪan, los de
las pķblicas lecciones de esgrima, que ante numeroso concurso de la
soldadesca de mar y de tierra, de rufianes y bravos de profesiůn, de
moriscos y de indios, mulatos y negros, daba algķn maestro de los muchos
que entonces bullŪan por la ciudad, demostrando las excelencias de la
espada blanca ů de la prieta, asŪ como la bondad de las escuelas, de los
maestros Francisco Roman, Bernal de Heredia ů de los sucesores de ťstos,
los famosos Carranza ů Pacheco de NarvŠez.
TendŪa el maestro la amplia capa en el suelo, para que sobre ella
cayesen las blancas y maravedises con que el pķblico lo socorrŪa; y
trazada una gran circunferencia en la tierra con la punta de la espada,
y empuŮŠndola arrogante, describŪa cŪrculos rectos, tajos adelante y
atrŠs, revolvŪase como energķmeno, saltaba agilŪsimo de un lado Š otro,
acometŪa ů bien retrocediendo, simulaba parar los golpes de su imaginado
contrario, todo tal y tan verdaderamente, como nos lo pintů al vivo el
gran Quevedo, en su saladŪsima crŪtica de los que elevaban la esgrima Š
la altura de la ciencia matemŠtica, tan Š maravilla ridiculizados en el
Buscon Don Pablos ...
Pero, no prosigamos por este camino, que habrŪa materia para llenar un
volumen; y vengamos al tema de este articulejo, en el cual vamos Š dar
Š conocer algunas profesiones, que en los siglos pasados tuvieron gran
auge, y cuya existencia no nos explicamos ni acertamos Š comprender hoy.
CreŪase entonces por altos y bajos, chicos y grandes, como verdad
inconcusa, que habia sujetos dotados por la Divina Providencia de la
virtud de curar enfermedades, por medios sencillŪsimos: llamŠbanlos
ęsaludadoresĽ y he aquŪ lo que de ellos nos dice el docto Covarrubias:
ęSaludar en otra significaciůn, vale curar con gracia ęgratis dataĽ y Š
los que esta tienen llaman Saludadores, y, particularmente saludan el
ganado; pero, yo mas cierto tengo auerse dicho de saliua, saliuador, por
tener en ella la virtud de sanar, y assŪ los saludadores dan vnos
bocaditos de pan al ganado, catados por su boca, y mojados en su saliua
y de que esta tenga virtud para algunas enfermedades rabiosas ay lugar
de Plauto ... Escribe Plinio, libro 10, capit. 23. Al fin del auer
costumbre de escupir en la cara al que le toma el mal de gota coral por
remedio. Quienes tengan esta virtud ů no, aueriguenlo los ordinarios,
porque muchos de los que se dizen ser saludadores, son embaydores y
gente perdidaĽ.
Era profesiůn, que pķblicamente la practicaban no pocos embusteros, Š
ciencia y paciencia de los mťdicos de entonces, que no se quejaron, que
sepamos, de sus trapacerŪas y engaŮos, las cuales pueden ponerse al
nivel de la buena ventura de nuestras gitanas. Pero, entonces no habŪa
quien dudase ni por asomo, de la eficacia de aquellos privilegiados
seres, que vivŪan y holgaban Š costa de los crťdulos con su lucrativo
oficio, entre los cuales contŠbase nada menos, que con el Cabildo y
Regimiento sevillanos, como prueba el siguiente documento:
ęPor carta de la Áibdad firmada de juan fernŠndez alcalde e de mendoÁa e
alonso fernŠndez e alonso lopez escribano fecha 22 noviembre de 1441
aŮos por la qual mando al dho. mayordomo que de ende luego a pero alonso
saludador o al que les oviere de aver por el quinientos mrs. que la
deha. Áibdad le mandů dar por el afan e trauajo que a pasado e pasa en
curar de las personas que estauan dotadas de rauŪa en la dha. Áibdad e
en su tierra los quales con la ayuda de dios todos guarecŪan de que se
sigue mucho prouecho e bien al comun de la dha. Áibdad e que tome del su
carta de pago ... etc.[82].
ŅQuť extraŮo es, pues, que si la Corporaciůn municipal nada menos,
confiaba en la virtud de los saludadores, fuese ťsta arraigada creencia
en las clases todas de la sociedad?
Pedro MartŪnez, saludador, dirigiů una peticiůn Š la Ciudad, como consta
en una hoja suelta de Actas capitulares, que comprende el comienzo del
Cabildo de viernes 19 de Agosto de 1491.
Cůmo esta preocupaciůn permaneciů viva en el siglo XVI, pruťbanlo las
siguientes notas:
Bartolomť Porras, saludador, era vecino Š la Puerta de Triana en 1534 y
se le halla citado en el Padrůn vecinal de dho aŮo lo mismo que Š Anton
SŠnchez, saludador, vecino de Alcala del RŪo, el cual obligůse Š pagar Š
Hernando Navarro, ropero, 48 rs. resto del importe de un manto que le
habŪa comprado, 4 Marzo, 1560[83].
* * * * *
De saludador Š curandero ů viceversa, no habŪa mŠs que un paso, y entre
los segundos tambiťn los hubo que gozaban de crťdito en la repķblica
hispalense, no siendo agenas Š la profesiůn las mismas mujeres como p.
e. Antonia MartŪnez de Cervantes ęfŪsica y cirujana,Ľ la cual por
escritura pķblica ante Juan GarcŪa Š 11 de Diciembre de 1450, obligůse Š
curar en doce dŪas Š Pedro de OrtuŮo de la finchazůn que tiene en su
cuerpo e piernas e del figado e bazo e estůmago ... etc.[84]
Asi, con esta seguridad nada menos, y por ante escribano, en pķblico
documento, comprometŪase la ęfŪsica y cirujana,Ľ Š curar al desdichado
Pedro de OrtuŮo, cuyo cuerpo, bien podrŪa compararse con la famosa caja
de Pandora, segķn los males que le aquejaban.
Igual reputaciůn contarŪa en la villa de Lebrija Antonia SŠnchez, mujer
de Juan Gutiťrrez Hidalgo, la cual durante mucho tiempo dedicŠbase Š la
especialidad de curar las quebraduras de brazos y de piernas con permiso
del Licenciado Loaysa, y no obstante aquel el Licenciado Roxas, Teniente
de Asistente, le prohibiů que lo hiciese, por lo cual acudiů al Cabildo,
Š fin de que le ratificara el permiso obtenido. (Siglo XVI).
No es de extraŮar que si las mujeres se obligaban Š curar enfermos en
plazo fijo y por escritura, los hombres fuesen Š la zaga y asŪ veremos
que el curandero Antonio de Vargas obligůse en 1495, por carta ante
Francisco Segura, Š curar de un lobanillo que tenŪa en el pescuezo Š la
mujer del librero GarcŪa FernŠndez, y en tťrminos de tres meses (ni uno
mŠs ni uno menos) por lo cual recibirŪa 5000 maravedises[85].
Maestros de curar lamparones y quebraduras fueron Carlos de Villafranca
y Pedro RodrŪguez, los cuales obligŠronse Š curar Š Francisca, criada de
NicolŠs Durango, por escritura de Miťrcoles 12 de Agosto de 1489[86].
Ya que tratamos de la ciencia de curar, aunque practicada por
saludadores y curanderos, dedicaremos algunas lŪneas Š la profesiůn de
la ęflebotomiaĽ que es ni mŠs ni menos que la de los sangradores, y Š la
cual, los poco escrupulosos amanuenses del siglo XVI, llamaban
flonotomia y de aqui flonotomianos. Estos, ademŠs, solŪan ser dentistas
y fabricantes de medicinas. Vťase al propůsito el siguiente documento:
ęSepan quantos esta carta vieren como yo maestre juan de peralta
cirujano vecino que so desta Áibdad de seuilla en la collaciůn de santa
marŪa digo que por quanto vos guillermo frances natural de badad tierra
de francia ha syete aŮos que entraste conmigo a me servir para aprender
el oficio de sacar dientes e muelas que dizen notomia e a curas de
quebrados e potras e fazer bragueros e fazer poluos para lombrizes e
fazer aguardiente e otras Ņdiversas? medecinas ... etc. dice: que en
virtud de haberle servido los dichos siete aŮos y ser ya habil y
suficiente suplica Š los protomedicos de Sus Majestades que lo
examinaran y diesen licencia para ejercer su oficio dŠndole carta de
exŠmenĽ. 13 de Enero de 1524[87]. y que la profesiůn tenia ya de
antiguo, arraigo, pruťbalo la peticiůn que los flonotomianos (sic)
elevaron al Cabildo de la ciudad para que les guardasen sus privilegios,
en 11 de Septiembre de 1507[88]. Andaban, pues, entonces unidas las
profesiones, y asŪ las hemos conocido todavia en nuestra juventud, de
barberos, sangradores y sacamuelas, aunque con respecto Š los ķltimos
los hallamos citados como especialistas desde los albores del siglo XVI
(p. e.) Maestre AgostŪn que vivŪa en la ęysleta de calle de las
SierpesĽ en 1500 y Š Maestre Juan de Peralta vecino en la collaciůn de
Sta MarŪa en 1541.
Citaremos por ķltimo Š tŪtulo de curiosidad, como mťdicos
ęespecialistasĽ para que se vea que no es nueva la distinciůn que
hacemos hoy de ellos, Š Maestre Fernando cirujano de la Ciudad que
reclamaba en 1459 que le pagasen su salario por los servicios que
prestaba Š la misma, entre ellos, el de ir Š la guerra[89].
Maestre Sancho Vizcaino maestro de curar ojos, vecino de Bilbao,
hallŠndose en Sevilla apoderů Š Pedro Ruiz para recibir ciertas cosas
contenidas en una caja que le remitian desde Lisboa, 26 Febrero
1504[90].
Bartolomť de Mesa, maestro de curar bubas, cobraba sueldo anual de la
ciudad en 11 de Octubre de 1511[91].
A Felipe Tovara ęcirujano de la orinaĽ le pagaba tambiťn salario el
Concejo, por mandato real en 8 de Julio de 1597 y en 10 de Mayo de
1602[92] y por ķltimo consta que Maestre Antonio Purga ů Parga cobraba
24 ducados por curar de quebraduras; en 21 de Agosto de 1602[93].
* * * * *
Don Diego Hurtado de Mendoza en su Lazarillo de Tormes, dice entre cosas
al hablar del pŪcaro ciego. ęEn su oficio era un aguila. Ciento y tantas
oraciones sabŪa de coro, un tono bajo, reposado, y muy sonable que hacŪa
resonar la Iglesia donde rezaba, un rostro humilde y devoto que con muy
buen continente ponŪa cuando rezaba sin hacer gestos ni visages con boca
ni ojos, como otros suelen hacer. Allende de esto tenŪa otras mil formas
y maneras para sacar el dinero. DecŪa saber oraciones para muchos y
diversos efectos ... pues en caso de medicina decŪa que Galeno no supo
la mitad quť ťl para muelas, desmayos y males de madre. Finalmente nadie
le decŪa padecer alguna pasiůn que luego no le decŪa, haced esto, haced
estotro, coced tal yerba, tomad tal raŪz. Con esto andŠbase todo el
mundo tras ťl, especialmente las mujeres que cuanto les decŪa creŪan ...
Tambiťn ťl abreviaba el rezar y la mitad de la oraciůn no acababa porque
me tenia mandado que en yťndose el que la mandaba rezar le tirase por
el cabo del capuz. Yo asŪ lo hacŪa y luego ťl tornaba Š dar voces
diciendo: Ņmandan rezar tal y tal oraciůn? como suelen decir ...
Por esta acabada pintura viťnese en conocimiento que los ciegos de
antaŮo serŪan en su mayorŪa redomados pŪcaros y avisados truhanes, que
vivŪan de la piedad de las gentes, lucrŠndose de su buena fe y
estimulando su devociůn con el recitado de oraciones que tenŪan para
todos gustos; asŪ se comprende que el ęoficio de ciegoĽ tuviese su
aprendizaje como los practicados por menestrales, y probablemente,
tambiťn, como acontecŪa con estes, serŪan sometidos Š exŠmen, pues, como
adelante veremos, los desdichados ciegos parece que constituyeron
hermandad, ya que no gremio, como todos los oficios mecŠnicos.
En tal virtud creemos curioso el siguiente documento:
ęPone por aprentis leonor rodrŪguez, mujer de juan sobrino ollero,
vecino de triana guarda e collaciůn de seuilla a lope su hijo ciego moÁo
de edad de doze aŮos poco mŠs ů menos que esta so su poderŪo e
administraciůn con juan de villalobos ciego vezino desta dha. Áibdad en
la collaciůn de santa Maria magdalena questa presente desde oy dŪa
fasta quatro aŮos primeros para que en este dho. tiempo el dicho su fijo
le sirua en el dho. su oficio de rezar e le acompaŮar en todas las otras
cosas que le dixere e mandase fazer ... etc. El maestro le daria al
aprendiz de comer, beber, vestir, casa y lecho, enseŮŠndole Š rezar y Š
decir oraciones bien y cumplidamente. Lunes 14 Septbre. 1495[94].
El formulario natural empleado en este contrato es exactamente igual al
de cualquier carta de aprendizaje celebrada entre pintores, escultores,
plateros ķ otro oficio, por tanto, no cabe duda, que entonces se
consideraba como verdadera profesiůn la de los ciegos rezadores.
Y que estos estaban tambiťn agremiados, parece probarlo el siguiente
documento que extractamos: Juan de la Redondela ciego ...Ľ otorgo e
conozco a vos luis fernŠndez cabron ciego vecino de la dha cibdad en la
collaciůn de seŮor sant viceynte ędepositario de los privilegios de los
ciegosĽ desta dha cibdad e de su arÁobispado questades presente que por
quanto vos ... me days los preuilegios de los dhos ciegos porque goce
dellos segķnd que los otros ciegos gozan ęe me recibis por hermano en
la hermandad de los dhos. ciegos,Ľ por ende otorgo de dar e pagar Š los
dhos. ciegos e a vos el dicho luis fernandez en su nombre 24 mrs. de
cada un aŮo que serŠ la primera paga para el dŪa de casimodo de cada aŮo
... etc. 5 Abril 1526[95].
TodavŪa entrado el siglo XVII, ademŠs de los particulares, el mismo
Concejo sevillano costeaba ęoficialmenteĽ un rezador, el cual no consta
que fuese ciego, mŠs para el caso no es esencial la diferencia.
Por acuerdo capitular de 20 de Febrero de 1636, fue nombrado el hermano
Pedro Diaz de Villamayor ępara que encomiende las benditas Šnimas del
purgatorio todas las noches Š las horas acostumbradas repartiťndose por
todo el lugar desde la oraciůn del ave maria hasta que hayan tocado
conforme Š la costumbre y gane lo que han llevado ęsus antecesoresĽ y
este nombramiento hace la ciudad por el tiempo que sea ęsu
voluntadĽ[96]. La frase subrayada indica que era vieja la costumbre de
que la ciudad pagase rezadores.
Vamos Š pasar ahora ęde lo religioso Š lo profano.Ľ
* * * * *
Durante el siglo XV fuť tambiťn oficio socorrido el de juglar, los
cuales ocupŠbanse en divertir Š magnates y pecheros, recitando poesŪas y
cantando al par que taŮŪan sus instrumentos, todo esto mediante
remuneraciůn.
La casualidad ha hecho llegar hasta nosotros la noticia de la existencia
de algunos juglares sevillanos, entre los cuales debiů de gozar de gran
prestigio, un tal Guillen, que fuť vecino de la collaciůn de San
Esteban, y como tal se le cita en el Libro del Mayordomazgo mayor de
esta ciudad del aŮo 1407, consignando que era ęfranco por privilegio del
Rey.Ľ
Este privilegio nos inclina Š creer que acaso sirviů al mismo Enrique
III, al cual deberŪa la exenciůn de todo pecho y tributo, mŠs bien que
al niŮo Don Juan II proclamado en 1406.
Posible es que este juglar fuera uno de aquťllos Š quienes se refiere el
siguiente tŪtulo que va Š la cabeza de unas cantigas citadas en el
Cancionero de Baena.
ęEsta cantiga fizo el dicho Alfonso Aluarez por alabanÁa e loores de la
rredundable cibdat de seuilla e presentola en el cabildo e fizogela
cantar con juglares delante los offiÁiales e ellos mandŠronle dar en
aginaldo cient doblas de oro por esta cantiga e dende enadelante de cada
aŮo por cada cantiga otros cientoĽ y cuya primera estrofa dice:
ffuente de grand marauilla
jardyn de dulce olor
morada de Enperador
rŪca fermosa baxilla
digan esto por seuilla
trobadores e poetas
pues que synos e planetas
lo sostienen sin mansilla
SŪguen otras tres cantigas que de igual modo que esta, cantaron juglares
ante el Concejo en los dŪas de Navidad de tres aŮos siguientes, por las
cuales recibiů el poeta sendas cien doblas.
En 1442 moraba en la collaciůn de San Miguel el juglar pedro RodrŪguez,
segķn consta del Padrůn de Contias de los vecinos de dho. barrio del aŮo
1442 y por ķltimo en otro Padrůn, tambiťn del siglo XV, de la collaciůn
de Santiago se cita Š Pedro Alonso, juglar pobre y por ķltimo no
olvidaremos Š Juan Canario, que con un compaŮero suyo fuť en la
procesiůn del Corpus del aŮo 1454, imitando ů entonando coplas
probablemente el canto de los pŠjaros[97].
* * * * *
Siendo el ejercicio de las armas en los pasados siglos el mŠs noble, la
profesiůn de casi todos los espaŮoles, por decirlo asŪ, dominando en las
clases sociales el espŪritu caballeresco, no es extraŮo que Š la
enseŮanza del manejo de las armas se hubieran dedicado muchas personas.
De los esgrimidores que vivieron en los siglos XV y XVI apenas si se nos
han transmitido noticias, y de estos, precisamente, hemos reunido una
porciůn de curiosos documentos, que nos proponemos dar en breve, Š la
estampa en libro aparte. Sin embargo, para demostrar el auge en que
estuvo esta aficiůn, hoy tan en desuso, nos concretamos Š consignar
ahora los nombres de los Maestros esgrimidores sevillanos de que tenemos
noticia:
Maestre Rodrigo 1498
Maestre Anton Zapata 1500
Alonso de Vargas 1515
Maestre Andrťs Carbonero }
Maestre Francisco RomŠn } 1523
Cristůbal MartŪnez }
Diego Bernal de Heredia 1526
Maestre Fernando de Algarbe }
Gabriel de Contreras }
Maestre Juan de Milla } 1528
Maestre Pedro SigŁenza }
Maestre TomŠs }
Maestre Fernando }
Juan de Pťrez } 1529
Juan de Triana }
Juan de la CŠmara 1533
Juan de Carmona }
Maestre Cristůbal[98] } 1534
Romanes }
Antůn Ruiz Zapata[99] }
Benito de Zafra 1548
Maese Andrťs de Espinosa 1553
Maestre Alonso 1555
Maese Vella 1556
Cristůbal HernŠndez 1563
Martin de Castro 1569
Juan Dominguez 1639
Diego Raio 1669
Baltasar de los Reyes 1675
Juan de Roxas } 1677
Blas de Navarrete }
D. Manuel SŠnchez de Morante} 1683
Juan Caro de Montenegro }
* * * * *
Ya impresas las noticias referentes Š curanderas, hemos hallado el
memorial que en 1550 dirigiů Š la Ciudad la curandera Antonia SŠnchez
de que hacemos cuenta en la pŠgina 135, que dice asŪ:
ęmuy illustre seŮores: Antonia SŠnchez mujer de Juan Gutiťrrez Hidalgo
vecina de la villa de Lebrixa beso las manos de vra. seŮorŪa y digo que
a mucho tiempo que en la dicha villa e curado y curo de quebraduras de
braÁo y piernas y el ldo. lvayza ynformado desto me mandů que curase y
abrŠ mes y medio que el ldo. Rojas teniente del seŮor asistente en la
tierra de vra. seŮorŪa me mandů que no curase diciendo que no estaba
desaminada y sobre ello me prendiů y Š ruego de ciertas personas me
soltů a vra. seŮorŪa suplico me haga merced de Ņmandar? que de aquŪ
adelante ningunas ŅjustiÁias? pueda pedirme cosa alguna y me dexe
libremente hazer mi ofiÁio porque sŪ de otra manera Ņpasa? no lo vzar
mas.[100]
LA CASA SEVILLANA
EN LOS SIGLOS XIV, XV Y XVI
Conjunto tan bello como genuino de elementos artŪsticos, que Š pesar de
sus diversos orŪgenes, fueron peregrina y hŠbilmente combinados por el
talento de nuestros obreros mudťjares y cristianos de pasadas
centurias, elocuente expresiůn del refinado gusto de peritŪsimos
artŪfices, fehacientes testimonios de la cultura general alcanzada que
llegů Š resplandecer en todas las esferas, produciendo originales
construcciones ataviadas con el mŠs depurado gusto decorativo, tales
fueron las suntuosas moradas que edificaron los magnates y favoritos de
la fortuna, en aquellos dias gloriosos, en que pudieron decir algunos de
nuestros monarcas, que en sus dominios no se ponŪa el sol.
Imposible es, atendidas las formas mezquinas y vulgares que desde hace
mŠs de un siglo se emplean en las casas sevillanas por los constructores
contemporŠneos (con rarŪsimas excepciones) formar concepto aproximado de
lo que fueron aquellas grandiosas viviendas, que ya en los puntos mŠs
cťntricos, como en los mŠs apartados de la ciudad, alzŠbanse para
atestiguar la esplendidez de sus dueŮos, los cuales hicieron de Sevilla
una de las mas famosas ciudades del mundo; y apenas, si juzgando, en
vista de los pocos testimonios que al presente se conservan, podemos
formar acabado concepto del carŠcter artŪstico que en ellas dominaba, de
los diversos ornatos que las embellecŪan, de los mil objetos que
atesoraban, constituyendo cada una de ellas inapreciable Museo, en que
lo mismo las Bellas Artes, que las obras artŪstico-industriales lucŪan
en toda su plenitud.
MŠs para venir en conocimiento de lo que fueron y para apreciarlas en
todo su valor, hay que tener en cuenta, precisamente, las exigencias de
aquellas costumbres, el aspecto general de la edificaciůn, la traza y
proporciones de sus calles; y contando ya con estos antecedentes y con
los datos que nos suministran los papeles viejos, podremos intentar, una
casi restauraciůn de la antigua ciudad, Š partir del siglo XIV, que
estimamos ha de aproximarse no poco Š la verdad.
Reconquistada Sevilla en 1248, no hay que pensar que en un siglo hubiese
experimentado una, ni radical ni apreciable transformaciůn; por oponerse
Š ello circunstancias tan atendibles, como fueron las de haber
continuado morando en ella parte numerosisima del vecindario musulman
que prefiriů la condiciůn de mudejar al abandono de sus casas y
haciendas y al ejercicio de sus profesiones. El hecho del truhan Pajas
narrado en la Crůnica de San Fernando, asŪ lo confirma. AdemŠs, en
ťpocas de turbulencias, de inquietudes y de militares empresas, cuando
no podŪan gozarse todavŪa las ventajas de la paz, no era posible pensar
en la realizaciůn de obras pķblicas, que ni las costumbres exigŪan ni
los ciudadanos particularmente demandaban. La Sevilla de tiempos de Don
Alonso X tuvo que ser la misma, ofreciů el mismo aspecto, que la de los
monarcas sucesores, hasta llegados los comienzos del siglo XVI.
ŅY cůmo fue? VeŠmoslo.
Dentro del grandioso recinto de sus murallas, parecŪase una red de
callejuelas estrechas, tortuosas y sombrias, que formaban verdadero
laberinto, en que abundaban los callejones sin salida, con alguna que
otra plazoleta Š que decian ębarreras,Ľ (ejemplos las de Alvar Negro y
de los Marmolejos que ahora recordamos) las cuales formŠbanse delante de
las casas mŠs principales para desahogo de estas.
Las casas, no tenŪan mŠs que uno ů dos pisos sin balcones ni ventanas,
ni mŠs huecos Š la calle, que algunas estrechas aspilleras y
ventanillos, ů ajimeces, palabra, cuya significaciůn no era entonces la
misma que se le dŠ hoy pues llamamos ajimez al vano gemelo, cuyos arcos
se apoyan en una columna central; y entonces, los antiguos nombraron asŪ
Š los vanos de cualquier forma, ocultos por un cierro, formado en sus
lados y frente por tupidas celosias de madera, con su tejaroz, apoyado
en canes de bastante vuelo, que proyectaban grandes sombrŪos batientes
en aquella especie de caja calada, tras de la cual podŪase ver sin ser
visto, como actualmente existen en muchas ciudades orientales. Aparte de
estos pequeŮos respiraderos, abiertos al exterior, como hemos dicho, ni
el mŠs insignificante detalle distraŪa los ojos en aquellos sucios ů
blanqueados paredones, que remataban en tejados con enormes aleros y en
su mayor nķmero en azoteas. Confirma este concepto el hecho siguiente:
Cuando se recibiů en Sevilla la nueva de la toma de MŠlaga, en Cabildo
celebrado Š 24 de Agosto de 1487, dispuso la Ciudad la celebraciůn de
grandes fiestas, y para conocimiento de los vecinos se mandů pregonar en
las Gradas y en las Plazas de San Francisco y de la Alfalfa, la parte
que Š aquellos correspondŪa tomar en el pķblico regocijo, diciendo asŪ
el pregonero: ęasymismo mandan (los seŮores del Concejo) questa noche e
maŮana sŠbado en la noche todos los que pudiesen fagan fogueras y pongan
fachones encendidos por sus aÁoteas y ventanas y candelas encendidas a
sus puertas e fagan grandes alegrias por manera que se muestre el plazer
de la vitoria que dios ha dado al Rey nro. SeŮor y Š toda la xpitiandad
lo cual todo fagan y cumplan sopena de dos mill mrs. Š cada vno que lo
contrario fiziere.Ľ
Nůtese bien que para nada se habla de balcones. En cambio del pobre
aspecto, que imaginamos, las casas mŠs humildes tenŪan entonces sus
desahogos de corrales, huertos y jardines, por encima de cuyas tapias
erguŪanse balanceando sus elegantes ů melancůlicas copas las palmeras y
los cipreses, ů bien embalsamaban el aire con el perfume de sus
azahares los naranjos y limoneros.
A raiz de la reconquista estableciťronse en Sevilla numerosas
comunidades monŠsticas de ambos sexos, muchas de ellas no tardaron en
construir sus casas y templos, y otras por lo pronto, adaptarŪan Š sus
necesidades los edificios que los monarcas les donaran. Unos y otros
ofrecieron el mismo aspecto exterior que las edificaciones urbanas:
altos y desmantelados paredones: y cuando aumentaron sus necesidades y
adquirieron casas y edificios situados al opuesto lado de la calle, los
arquillos y pasadizos facilitaron el trŠnsito de una parte Š la otra,
repitiťndose este caso frecuentemente aun entre los particulares. AsŪ
pues, el aspecto de la poblaciůn con la estrechez laberŪntica de sus
calles, la pobreza exterior de sus casas y de tanto edificio religioso,
con los densos batientes que proyectaban los arquillos, y los volados
aleros y los ajimeces, debiů ser lůbrego y triste, sobre todo, desde que
el crepķsculo de la tarde comenzaba Š envolver la ciudad en las sombras
precursoras de la noche. En cuanto al trŠnsito por las calles, ya
entrada aquťlla, corrŪanse serios riesgos, contando con los montones de
basura, con los grandes hoyos y con los cantos rodados que salŪan al
paso.
AsŪ nos figuramos ęmutatis mutandisĽ Š la Sevilla de los siglos XIV y
XV, en cuanto al exterior de sus edificios, porque aquellas frŪas y
desmanteladas viviendas, interiormente no debŪan serlo. Algunos restos
que aun se conservan de casas de aquella ťpoca en Toledo y en Granada,
leves vestigios en las de Cůrdoba y Sevilla, y sobretodo, el
conocimiento general que nos ofrece la historia del arte, comprobado por
la lectura de los documentos de la ťpoca y el de las costumbres de
entonces, asŪ como los caracteres generales que distinguieron Š aquella
sociedad, mitad cristiana y mitad sarracena, nos dan la clave para
reconstituir tambiťn el interior de sus casas. El criterio que acerca de
este punto ha tiempo abrigŠbamos, vŪmoslo comprobado en una excursiůn
que hicimos Š TŠnger y Š TetuŠn.
Cuando dimos vista Š ambas ciudades, cuando recorrŪamos aquellas sucias,
estrechas y terrizas callejas, cuando penetramos en algunas de sus
casas, Š cada paso, Š cada momento nos afirmŠbamos mŠs y mŠs en que lo
mismo que aquellas ciudades, debiů ser la nuestra, hasta que el
renacimiento italiano comenzů Š ejercer su influencia en la PenŪnsula.
Tomando por base la estructura y disposiciůn interior de las viviendas
africanas, y las mismas que ofrecen todavia las nuestras en las
ciudades andaluzas, y estudiando los vestigios que en ťstas han podido
salvarse de la destrucciůn, no puede caber duda que unas y otras fueron
y son hermanas, pudiendo completar y restaurar las sevillanas con poco
temor de incurrir en graves errores.
Franqueadas las siempre pequeŮas puertas de ingreso, que mŠs bien
llamarŪamos postigos, y el zaguŠn de dimensiones proporcionadas con el
resto de la vivienda, penetramos en el patio, constituido por galerŪas
altas y bajas con arcos inscritos en sendo arrabaes, bien de ojiva
tumida ů de medio punto peraltados, que volteaban, ora sobre pilares de
ladrillo agramilado ů de planta exagonal ķ octogonal ora sobre fustes de
mŠrmoles de distintos diŠmetros, y Š veces, hasta de desigual altura;
diferencia que se salvaba, enterrando los fustes hasta dejarlos al nivel
del piso, pues, importaba poco Š los constructores que tuviesen ů no
basas, asŪ como que los capiteles correspondiesen Š un mismo orden ů
estilo, porque aprovechaban todo material que se les ofrecŪa sin el
menor escrķpulo. Precisamente, en un monumento de la importancia de
nuestro AlcŠzar, hallamos numerosos ejemplos de estas libertades
constructivas.
Siguiendo el gusto sarraceno debiů ser frecuente festonear los arcos con
adornos lobulados ů angrelados de yeso ů estuco asŪ como los intradoses
y enjutas, todo ello labrado Š lo ęmusaycoĽ (que asŪ llamaban Š lo
morisco) en finas yeserŪas. Las maderas de las techumbres de estas
galerŪas bajas, lo mismo que las de las altas, serŪan de parihuelos
apoyados en un friso ů arrocabe pintado mŠs ů menos ricamente, segķn el
lujo de los dueŮos y con dorados racimos estalactŪticos en los Šngulos
de los corredores. Ancho friso, tambiťn de yeserŪa, con bellas
combinaciones geomťtricas, limitados en sus partes superior ť inferior
con inscripciones africanas ů cķficas, rodearŪan las galerŪas por bajo
del arrocabe y anŠlogo decorado servirŪa de marco ů arraba Š los vanos
de las puertas y Š los de las ventanas ů Š los ajimeces que daban luz Š
las ętarbeasĽ ů salas, las cuales, cuando tenŪan ciertas dimensiones,
llamŠbanlas ępalacios.Ľ
Si decoraron los zůcalos de las citadas galerŪas bajas, hiciťronlo,
seguramente, con azulejos de mosŠico, primer procedimiento con que se
manifestů esta parte tan bella, de la industria cerŠmica.
En cuanto Š los suelos, puede afirmarse que emplearon peregrinas
combinaciones de ladrillos y azulejos, ya formando labores geomťtricas
de estrellerŪa polŪcroma incrustada en aquellos, ya de los pequeŮos
ladrillos cuadrados, conocidos con el nombre de olambres ķ olambrillas,
ya finalmente, de azulejos tan solo. En medio de los patios habŪa tazas
de marmol muy estendidas y de poca altura, de la cual brotaba alegre
surtidor de agua. A veces el centro del patio estaba terrizo, en forma
de jardŪn, con sus bojes, mirtos y arrayanes, sus Šrboles frutales, sus
cipreses y palmeras, jazmŪnes y granados y en el verano la odorŪfera
albahaca.
El interior de las estancias nos lo figuramos decorado con zůcalos de
azulejos, frisos de yeserŪas y techumbres de alfarje ů de policromadas
vigas y los muros blanqueados con cal, cubiertos de sargas, de
guadameciles ů de tapicerŪas, segķn la fortuna de los dueŮos.
En cuanto al portage, debiů ser, ya de maderas taraceadas, ya con
clavazůn de hierro ů ya con adornos pintados de vivos colores.[101]
Las galerŪas altas, generalmente, estaban formadas por pilares de madera
con grandes zapatas que recibŪan el tejado de gran vuelo, y con barandas
ů antepechos tambiťn de madera, de mŠrmol ů de ladrillo, siendo muy
anŠloga la decoraciůn de las salas altas con las de la planta baja.
Como ejemplos de los ķltimos podrŪan citarse los patios de Sta. MarŪa de
la RŠbida y de San Isidoro del Campo.
He aqui Š grandes rasgos, lector amigo, cůmo he imaginado que serŪan las
buenas casas sevillanas durante el siglo XIV hasta llegar Š las
postrimerŪas del XV; ťpoca en la cual, su aspecto exterior
especialmente, variů por completo, pues asŪ lo exigŪan la transformaciůn
de las costumbres y el radical cambio operado, lo mismo en las Bellas
Artes que en las industrias artŪsticas, por la avasalladora influencia
del Renacimiento italiano, que bien pronto hubo de dominar en el arte de
la construcciůn.
Las relaciones Ūntimas que desde hacŪa tiempo, sostenŪanse entre
nuestra patria y aquella privilegiada regiůn, cuna del arte, como
consecuencias de gloriosas conquistas realizadas por nuestros capitanes,
contribuyeron eficazmente Š hacer extensivo dicho influjo, y asŪ no es
de extraŮar, que magnates tan calificados como los Duques de Arcos y de
AlcalŠ, los Marqueses de Ayamonte y de la Algaba, el Conde de Gelves,
Don Fernando Colůn, y otros mŠs que serŪa prolijo enumerar, aceptando de
buen grado dichas influencias, acudieran Š artistas italianos, unos para
que les labrasen las ricas portadas, fuentes y columnas de sus casas,
otros sus sepulcros ů retablos para las capillas de que eran patronos, y
todos ellos para que decorasen Š la manera italiana las estancias y
salones de sus palacios.
El gusto florentino, especialmente, se enseŮoreů de nuestra ciudad, y
entonces aquellos pobres y desmantelados muros de las casas del siglo XV
fueron enriquecidos con monumentales portadas de marmol ů de piedra
franca, con sus cuerpos arquitectůnicos, con sus herŠldicos escudos
sostenidos por tenantes, con sus ricas pilastras y frontoncillos, y en
suma, con todos los variados y esplťndidos ornatos que caracterizan el
llamado estilo plateresco.
En vez de mezquinos ventanillos con misteriosas celosias,
distribuyťronse en las fachadas proporcionados vanos para balcones y
ventanas, decorados con sendas pilastras y frontispicios arquillos con
sus robustos y cincelados barandales de hierro, apoyados en labradas
tornapuntas; las otras con magnificos herrajes enriquecidos con volutas
y tarjas, flameros, geniecillos y pirŠmides; y las reglas eurŪtmicas mŠs
acomodadas Š los principios del viejo clasicismo, aplicŠronse Š las
nuevas casas, prestŠndoles un aspecto tan majestuoso como rico.[102]
Cierto, que en este periodo no olvidamos los sevillanos las antiguas
tradiciones tan arraigadas entre nosotros; y sostenidas por tanto y
tanto artifice mudejar como vivŪa aķn en Sevilla, descendientes de
aquellos ętornadizosĽ que si bien encubrŪan su nombre sarraceno bajo los
mŠs vulgares, y Š veces ilustres apellidos cristianos, sus primorosas
obras delataban Š tiro de ballesta su origen muslŪmico; y asŪ se
comprende, que, al mismo tiempo que nuestros arquitectos, (que entonces
se contentaban con ser llamados ęmaestros mayores de albaŮeria ů de
canterŪa)Ľ aceptaban sin escrķpulo las nuevas enseŮanzas, no tenŪan
empacho en que se manifestasen vivos los recuerdos del arte sarraceno,
de lo cual resultů un estilo tan artŪstico como original el ķnico
verdaderamente genuino de AndalucŪa, que bien puede ser llamado ęmudťjar
plateresco,Ľ del cual poseemos inapreciables ejemplares en las
casas-palacios de los Duques de AlcalŠ, de Arcos, de Medina Sidonia y de
Alba en las de los Marqueses de Ayamonte y de la Algaba, del Conde de
Gelves, en las de los JŠureguis, Quirůs, Arias de Saavedra, Marmolejos,
Pinelos, Vazquez de Leca, Levanto, MaŮara y otros, todas las cuales
fueron suntuosas viviendas, en las cuales halla el curioso inequŪvocos
rasgos que acreditan la fusiůn de los elementos decorativos platerescos,
de filiaciůn italiana, con los moriscos y ojivales, que de igual modo
que en las viviendas, desplegaron su risueŮa y peregrina pompa en las
edificaciones religiosas, en templos, monasterios y santuarios y ahŪ
tenemos la mayor parte de los salones de la planta alta de nuestro
regio AlcŠzar, edificados en los primeros tiempos del Emperador, que
acreditan nuestro aserto, ofreciťndonos techumbres de traza sarracena
con decoraciůn plateresca de cuyo mismo gusto son los hermosos frisos de
yeserŪa que corren alrededor de los muros.
En prueba de lo dicho acerca de las diferencias que hubo entre las casas
sevillanas del siglo XIV, y las del XVI vťase lo que dice el historiador
Morgado, en el capŪtulo que lleva el siguiente epŪgrafe ęDel nuevo
adorno exterior de las casas de Sevilla ... etc. Todos los vecinos de
Sevilla ęlabran ya las casas Š la calle,Ľ lo cual da mucho lustre Š la
ciudad. Porque en tiempos pasados todo el edificar ęera dentro del
cuerpo de las casas, sin curar de lo exterior segķn que hallaron Š
Sevilla de tiempo de Moros. Mas ya en estos, hacen entretenimiento de
autoridad tanto ventanaje con rejas y gelosias de mil maneras que salen
Š la calle.Ľ
No puede ser mŠs decisiva la confirmaciůn que hace Morgado de los
conceptos que venimos sosteniendo, pero vťase tambiťn como aun los
sevillanos no perdian la costumbre de las moriscas ęgelosiasĽ.
En otro lugar de la misma obra aŮade: ęY assŪ no son las casas de
Sevilla tan altas como las de Castilla la Vieja, porque de ser la
ciudad tan hķmeda y caliente, de industria las edifican sus moradores
algo bajas, Š fin de que las entren mejor los aires y desta causa
abiertas y en Patios y Corredores. Lo cual tambiťn hacen por causa de
las humedades porque mejor puede el sol baŮar todas las calles y casas,
que Š no edificarse en esta forma, forzosamente fuera Sevilla de
invierno mŠs hķmeda y frŪa y de verano mŠs calurosa. Y asŪ son de ver
los admirables reparos para contra los calores, que hay en la mayor
parte de las casas desta gran ciudad, por sus muchos jardines, con sus
encaŮados revestidos de mil juguetes de jazmines, rosales, cidros y
naranjos, de industria apanados que como los mirtos forman tambiťn
grandes tablas y mesas muy llanas en todas las variedades de rosas y
flores que se dan en Sevilla todo el discurso del aŮo ... Los patios de
las casas (que casi en todas las hay) tienen los suelos de ladrillos
raspados y entre la gente mŠs curiosa de azulejos con sus pilares de
marmol etc.
Habla tambiťn Morgado de las fuentes de los patios con sus tazas de
mŠrmol y jaspe; asŪ como de las macetas de diferentes hierbas odorŪferas
con que siempre fuť costumbre adornarlos.
Al penetrar en algunas de las buenas casas sevillanas del siglo XVI,
pasado el gran zaguan empedrado que servŪa para apeadero de carrozas y
de caballos (ejemplo las casas de Alba, los Pinelos, Pilato etc.)
sorprťndennos las hermosas proporciones de sus patios principales, con
arquerŪas de medio punto peraltadas, sostenidas por columnas de marmol
blanco de iguales dimensiones, con sus basas y capiteles ya platerescos,
ya de los llamados sevillanos ů de moŮo, en su mayor parte procedentes
de Gťnova; siendo de advertir que las arquerŪas no las vemos arrancar
inmediatamente del Šbaco del capitel sino que apoyan en un macizo de
material de forma cķbica, que suelen ostentar en cada uno de sus
frentes, sendos escudos de yeso ů de mŠrmol, que aquŪ llamamos
sota-capiteles. Dichas arquerŪas se ven, por lo general, adornadas en
sus intradoses con yeserŪas, cuyos motivos, ů son de estilo de
renacimiento ů mudťjares, como asŪ mismo, los recuadros (arrabaes) en
que cada uno de dichos arcos hŠllase inscrito. Zůcalos de azulejos, no
ya de mosaico (aliceres) sino de cuenca, guarnecŪan los muros hasta una
altura conveniente, mientras que en la parte superior de los mismos
corrian los indispensables frisos de yeso platerescos ů moriscos, siendo
de advertir que en algunos de ťstos, hechos ya Š fines del siglo XVI,
las inscripciones, africanas, por lo general, no son mŠs que
decorativas, sin valor fonťtico ninguno, prueba de que ya iban
perdiťndose las tradiciones sarracenas.
BellŪsimos adornos, tambiťn de yeso, guarnecŪan los vanos de puertas y
ventanas: los primeros en forma de arrabŠa, haciťndose extensivos Š las
enjutas, en cuyos centros lucŪan escudos familiares ů Šureas con cabezas
de damas y guerreros, mientras que en las segundas aparecen adornadas en
forma de marco.
En cuanto Š los pavimentos de los corredores y centro del patio, eran de
ladrillos, combinados con olambrillas ů con cintas de azulejos formando
bellas lacerŪas, de las que se conservan preciosos restos en la Casa de
Alba. Las puertas de las salas, las de las ventanas ů de los ajimeces
eran de taracea, de talla moriscas ů pintadas: ejemplos de las primeras
en las casas de Pilato en la de Alba y en el AlcŠzar y de las segundas
en la sala de ęProfundisĽ del Convento de Sta. Inťs, de que mŠs adelante
hablamos.
Los techos fueron de lacerias ů de parihuelos pintados por sus tres
caras, al claroscuro, con fantasŪas platerescas, combinadas con motivos
sarracenos; y en las tabicas los monogramas gůticos de ihs xps. ů MarŪa.
PiŮas ů racimos estalactŪticos dorados completaban la decoraciůn.
Tambiťn fueron muy frecuentes los techos de azulejos llamados de
ęladrillo por tablaĽ ocupando los espacios de las viguerŪas en forma de
casetones. Por ķltimo, en los comienzos del siglo XVI se pintaron techos
planos al claroscuro, con dibujos de lacerŪas o con casetones de estilo
plateresco. Fuentes de mŠrmoles ů revestidas de azulejos completaban la
artŪstica decoraciůn del patio.
El interior de las salas era muy anŠlogo; techumbres mudťjares, frisos
de yeso, con cuyo material, ů estuco grabado, como se ve en la Alhambra,
decorarŪanse las paredes, cuando no con guadameciles, sargas ů
tapicerŪas de Arras Š que llamaban paŮos de ęrrŠs,Ľ introduciťndose en
esta ťpoca el adorno de los muros con variados asuntos ępintados al
fresco ů al templeĽ de los cuales se han descubierto restos en la casa
de Pilato, y acerca de cuya decoraciůn creemos interesante consignar
algunos datos, por su curiosidad.
En 1511 el pintor Francisco Ximťnez contratů con el Veinticuatro Juan de
Torres hacerle una obra, juntamente con su ęescuderoĽ (oficial) en el
patio de la casa de dicho seŮor, la cual serŪa pintada al temple ęal
altura que va comenÁando en vn cabo de portal por manera que sea
conforme Š ello.Ľ
ObligŠbase Š ęechar los colores finos por esta manera, quel verde que
pusiere en las fresas (Ņfrisos?) donde las armas vinieren e de otras que
se an de repartyr sin las armas sean todas metŪdas de su verde
cardenillo en blanco con su azeyte e barniz por manera que la primera
mano sea por ynprimadura e la otra mano sea mŠs oscura e que sean
sacadas sus fojas e encima dada la otra mano en tras Ņfloria? de
cardenŪllo puro de manera que todas tres manos sean dadas con su azeyte
e barniz ...
Iten mŠs el maestro pintor questa obra tomase meta todo el azul que en
el dicho patyo fuese menester assy en ataderos como en escudos como en
todo lo que fuese menester e sy algo en el patyo oviese que le diese el
agua meta de azul al fresco por manera quel agua no lo lleve e el azul
que sea bueno de cabeÁa fina.
Iten que meta los campos de la corona de su verde de a dos manos como
dho. es arriba e esto se entiende de dentro de los ęgolfinesĽ[103] de
las macollas e asy mismo algunos campos del cuerpo aÁul en los lugares
que viere el maestro ques menester echarse.
Iten ... que pinte dentro de las fresas donde oviese escudos vnos lexos
buenos e de buen arte en que vaya cielo e tierra e agua e arboles ť
verduras e ... otras cosas que se contienen para ellos.Ľ
Por este documento vemos que 1511 habŪa entrado ya de lleno el gusto
italiano en las casas sevillanas: Ņpues, Š cual sino Š este, pertenecen
las ęarmasĽ (escudos) rodeadas de sus ęfresas,Ľ que acaso llamarŪan asŪ
Š las guirnaldas circulares ů lŠureas, pintadas con verde cardenillo,
con sus hojas del mismo color y con los ataderos de los escudos, que no
eran otra cosa mŠs que las elegantes cintas, que despuťs de sujetar las
hojas volaban sobre el fondo general con los mŠs caprichosos giros?[104]
SebastiŠn de Hojeda y Alonso de Salas obligŠronse Š pintar en las casas
de Melchor de CornŪeles en 1553 lo siguiente:
ęPrimeramente el corredor que estŠ Š la entrada de la puerta con todo el
patio Š la redonda con el portal que hace a la subida de la escalera de
dos varas con corona y todo de un alizer de figuras de ęromanoĽ y
haciendo vn repartimiento de un tablero de figuras de romano[105] y otro
de figuras de colores[106] muy buenas y subidas.Ľ
Los corredores altos irŪan pintados conforme los bajos.
En los rincones (Ņenjutas?) obligŠbanse Š hacer unas medallas, en los
arranques de los arcos altos y bajos y en los desvanes y alficares[107]
de su romano bien hechas y de buena obra por dentro y fuera de los
arcos.
PintarŪan tambiťn seis suelos (techos) de corredores altos y bajos de
artesones conforme a buena obra y subidos colores y los albedenes[108]
de las salas altas y bajas ęque sean de sus albernaques[109] conforme a
buena obra y que se echen sus alizares que parescan azulejos.Ľ
PintarŪan la escalera de arriba abajo como lo del patio, todo al temple,
con huevo ęporque queden fixas las coloresĽ de manera que el agua ni
las pudiese daŮar ů despintar.[110]
En esta obra trŠtase indudablemente de una decoraciůn mudťjar
plateresca.
En 1551 Francisco MartŪnez y Alonso HernŠndez hicieron en compaŮia
cierta obra de pintura en casa de Alonso Medina, que consistiů en una
danÁa ęde arcos (arquerŪa) alta e baxa de medallas,Ľ esto es, adornada
con cabezas ů bustos de varůn y de mujer,[111] motivos frecuentŪsimos en
todas las obras decorativas de la ťpoca.
Hiciťronse tambiťn extensivas las pinturas Š los tableros de las
puertas[112] conservŠndose una bellŪsima muestra de este gťnero en las
de la sala llamada de ęProfundisĽ en el monasterio de Sta. Inťs de esta
ciudad. Ofrecen los tableros exteriores, encerrados en sendas lŠureas,
los escudos de los FernŠndez Coronel ť interiormente las imŠgenes de San
Francisco de AsŪs y de Sta. Clara, resaltando sobre primorosos y
elegantes adornos ojivales.
Las galerŪas altas de aquellas suntuosas viviendas hallŠbanse al
descubierto, y nuestros abuelos no reparaban en salir Š los corredores
los dŪas de invierno, desafiando las pulmonŪas.
Dada la disposiciůn de aquellas casas, con sus grandes patios, con sus
galerŪas altas abiertas, sin puertas de cristales; Ņcůmo se defenderŪan
del frŪo nuestros antepasados, preguntarŠ alguien? Pues en nuestro
concepto con grandes braseros de azofar, de cobre ů de plata y con
enormes chimeneas, en cuyos hogares ardŪan cargas de leŮa. En ninguna de
las casas seŮoriales sevillanas se conservan ni aquťllos ni ťstas. Han
desaparecido; sin embargo, hace aŮos, vimos en la casa de los seŮores
Condes de la Mejorada, en calle Bustos Tavera, una chimenea, de sencilla
traza, adornada con yeserŪas de estilo renacimiento, y ťsta, hay que
suponer que no serŪa la ķnica que hubo en la ciudad.
Por todo lo que llevamos dicho, echarŠ de ver el lector cůmo se verificů
en Sevilla la fusiůn de los estilos gůtico y sarraceno (ya unidos
estrechamente desde el siglo XIV) con el estilo importado de Italia, asŪ
como tambiťn si compara las casas de aquella centuria con las de la
dťcimasexta se persuadirŠ que la transformaciůn esencial se verificů en
las nuestras exteriormente, en sus fachadas, porque la traza general fuť
casi la misma en ambas ťpocas y que su decoraciůn tuvo que tomar un
nuevo aspecto, al recibir los modelos y motivos que nos fueron
importados de Italia, los cuales, tan hŠbilmente supieron combinar, no
sůlo los maestros de albaŮilerŪa, sino en general todos los artŪfices
andaluces. Si penetramos en cualquiera de los aposentos de aquellas
esplťndidas moradas, observaremos Š la primera ojeada la estrecha uniůn
del viejo con el nuevo estilo; pues, si en unos cautivan la vista las
yeserŪas y azulejos moriscos ů de tradiciůn gůtica y los techos de
alfarje ricamente pintados y dorados, en otros, todos estos pormenores
pertenecen al gusto italiano, observŠndose, frecuentemente, en las obras
de carpinterŪa, como techos y puertas, que las trazas son moriscas y los
ornatos platerescos ů viceversa[113]. Los carpinteros de lo blanco eran
entonces tan hŠbiles para combinar el mŠs complicado alfarje de 16 ů 18
lazos, como la mŠs suntuosa techumbre de casetones cuadrados,
exagonales, ķ octůgonos, realzados de riquŪsimas molduras y valientes
florones, cuando nů con bustos y hasta cuerpos enteros de damas ů de
varones, ya en alto relieve, ya exentos por completo, ů bien con escudos
encerrados en elegantes lŠureas ů tarjas.
Las amplias escaleras ofrecŪan asŪ mismo ricos techos semiesfťricos ů de
artesůn, ricamente pintados y dorados y zůcalos de azulejerŪa, la cual
empleŠbase tambiťn en las tabicas de los pirlanes y en los asientos
labrados de material que ocupaban en los descansos, los gruesos de
muros.
Para comprobaciůn de cuanto dejamos dicho poseemos en Sevilla en primer
lugar nuestro regio AlcŠzar, en cuyas techumbres, yeserŪas, zůcalos de
azulejos, portages etc. verŠ el lector estrechamente unidos los
elementos sarracenos con los cristianos, siguiendo luego en importancia
las Casas de ęPilatoĽ y de Alba con las demŠs que antes enumeramos, en
alguna de las cuales predominan los motivos platerescos sobre los
mudťjares, como en la de los Pinelos, y en otras como las citadas,
entran estos en segundo lugar.
Fuera de Sevilla sŪ podemos citar un tipo de casa esencialmente
plateresco, bellŪsimo por cierto, y acreedor Š una monografŪa, que por
lo menos nos conserve su memoria, pues, dado el relativo abandono en que
se encuentra, sinů desaparece, sufrirŠ las consecuencias de
restauraciones que la priven de su carŠcter primitivo adulterando sus
preciosos ornatos. Nos referimos Š la casita del Sr. CapellŠn de la
iglesia del Santo Sepulcro, que forma parte de la monumental Colegiata
de Osuna.
Puede decirse que es una casa en miniatura, un pequeŮo modelo de
vivienda construido por un artista enamorado del estilo de renacimiento,
que bien merecŪa ser copiado por el inteligente y entusiasta arquitecto
de esta ciudad don AnŪbal GonzŠlez, restaurador de las buenas
tradiciones del genuino arte sevillano.
Dicha construcciůn, data průximamente, de los primeros aŮos de la
segunda mitad del siglo XVI.
ŅQuť diremos por ķltimo del moblaje? No uno, sino muchos capŪtulos
serŪan precisos para dar una idea de los tesoros acumulados en las casas
sevillanas por sus opulentos dueŮos, de los cuales nos dan razůn muy
minuciosa los inventarios de la ťpoca. Ya dijimos que pinturas, tapices
y guadameciles adornaban los muros; aplicŠndose tambiťn los unos y los
otros para los reposteros con que se cabrŪan las sillas, bancos y camas:
las antepuertas (cortinas) cojines y frontales de altar hacŪanse tambiťn
de guadamecŪ.
Alfombras de Persia, del Cairo y de fŠbricas espaŮolas, cubrŪan los
suelos, pescantes de hierro ů lŠmparas repujado con el mismo primor de
la plata, y tambiťn de este preciado metal, sostenŪan los cirios ů
vasos de cristal para aceite que daban luz Š las estancias, y los
arcones hŠbilmente esculpidos en Flandes, en Italia ů de taracea
espaŮola y los retablos y oratorios (trŪpticos) debidos Š los pinceles
de insignes maestros extranjeros ů nacionales ů de inapreciables
esmaltes, y los aparadores atestados de plata repujada y esmaltada y los
vidrios de Venecia y la loza dorada de MŠlaga, Valencia, Granada ů
Sevilla y los bufetes y escritorios italianos con maravillosas
incrustaciones, ů los de labor morisca y las talladas sillas con sus
asientos y espaldares de dorado cuero ů de terciopelo con sobrepuestos
adornos de seda, y las riquŪsimas armas y los retratos de tamaŮo natural
obras de celebrados pintores y las talladas estanterŪas destinadas Š
custodiar libros ęescritos de manoĽ ů impresos ķ objetos raros y de gran
valor artŪstico, (monedas, camafeos, etc.) procedentes de las regiones
mŠs apartadas, y las mesas ricamente esculpidas y cubiertas de tela de
brocado, de Florencia, de terciopelo, con pasamanos de oro ů de
guadamecŪ, ostentando los escudos de la Casa, que asimismo se veŪan en
ricos cofres de cuero con calados herrajes, y otros innumerables objetos
de tan singular valor intrŪnseco como artŪstico, contribuŪan
poderosamente al esplendor de aquellas artŪsticas moradas, en los
siglos XV y XVI.
Basta, pues, lo dicho para que aproximadamente se pueda formar juicio de
la riqueza que atesoraron las casas sevillanas en el siglo XVI, bien
distinta, ciertamente, de las contemporŠneas. El espŪritu de
destrucciůn, hijo de la ignorancia que ha dominado en todas las clases
sociales, y el ridŪculo culto rendido Š las novedades extranjeras, trajo
consigo el menosprecio, por estos inapreciables objetos del moblaje que
eran vendidos ů trocados miserablemente. En cuanto Š las casas, de una
parte la desvinculaciůn, de otra el afŠn de modernizarlo todo que ha
dominado durante el siglo XIX, y que por desgracia sigue enseŮoreŠndose
de las mŠs importantes poblaciones andaluzas, ha producido, como era
natural, los mŠs funestos resultados, al punto que nuestras casas
perdieron ya los originales y artŪsticos rasgos que las distinguŪan de
las del resto de Europa, y que hoy se consideren como raros los
ejemplares que nos restan de aquellas hermosas mansiones. Se ha
destruido por destruir, en muchos casos sin necesidad, por una salvaje
complacencia; se ha declarado implacable guerra Š todo ęlo viejoĽ, a
tŪtulo de supuestas necesidades, invocando mezquinos intereses, sin
reparar que lo que desaparecŪa era tan peculiar de nosotros, que no lo
habŪa en parte ninguna, y que lo edificado, modernamente, entra de lleno
en el concepto de lo vulgarŪsimo, de lo insignificante. He aquŪ lo
conseguido, destruyůse lo inapreciable y en cambio Ņquť vale lo que se
ha creado? Casas para vecinos con trazas de cuarteles, viviendas de tres
ů cuatro pisos, sin patios, sin luz, sin aire, con proporciones de
castillejos, vanos distribuidos con infantil simetria, pobres adornos de
yeso de muy dudoso gusto, herrajes de tiritaŮa, muros y paramentos
lisos, y algunos mŠrmoles blancos, azules ů rojos, aplicados Š solerŪas
y zůcalos.
En cuanto al interior, mŠs antiartŪstico es, aun, el aspecto que ofrecen
nuestras casas modernas. Lisas paredes pintadas con medias tintas,
cielos rasos en los techos, sencillŪsimos portajes de pino, solerŪas de
cemento, de barros de colores ů de mŠrmol y ... nada mŠs. Con esto se
contentan las gentes y prefieren estas vulgaridades al seŮorial y bello
aspecto de las casas antiguas, que sin escrķpulo derriban, para
construir sobre ellas los menguados engendros del modernismo. Se ha
extraviado el gusto hasta lo inverosŪmil, precisamente hoy que tanto se
alardea de cultura, que la facilidad de comunicaciones con todos los
pueblos debŪa contribuir Š que supiťramos apreciar el valor de lo que
nos legaron nuestros abuelos para estimarlo y conservarlo con el mayor
cariŮo ...
Justo es consignar, que, en los ķltimos aŮos del siglo XIX comenzů Š
realizarse un esplťndido renacimiento del gusto antiguo, labrŠndose
opulentas mansiones, algunas de las cuales supera en riqueza decorativa
Š las mŠs famosas del siglo XVI; quede por consiguiente para el maŮana
la menciůn de ellas, y tributemos un entusiasta aplauso Š los seŮores
don Miguel y don Javier SŠnchez Dalp, Marquťs de la Motilla y de
VŪllamarta, Condes de Aguiar y de Torralva, Sres. don Eduardo de Ibarra
y doŮa Regla Manjon, como restauradores de las gloriosas tradiciones
constructoras sevillanas, sin olvidarnos del seŮor don Pedro ZubirŪa,
que aun cuando ha preferido emplear en su casa el gusto francťs moderno,
lo ha hecho tan suntuosamente, que dejando aparte exagerados
exclusivismos, debťmosle reconocimiento los sevillanos por haber
contribuido al esplendor de esta ciudad, rompiendo los estrechos moldes
de rutinarios constructores.
Yantares
Ha sido achaque de todos los pueblos, de todas las personas en
particular y en todos los tiempos, ejercer los deberes de la
hospitalidad con la mayor bizarrŪa y esplendidez, llegando Š veces hasta
el sacrificio, y cuando la estrechez y la falta de recursos no han
permitido agasajar dignamente al huesped, lo mismo los pueblos que los
individuos, hasta han empeŮado sus rentas, prefiriendo tales quebrantos
antes de no cumplir generosamente con las exigencias de tan noble
costumbre.
La historia de nuestra ciudad ofrece innumerables testimonios de su
esplendidez; ya cuando se trataba de recibir monarcas y personas
reales, ya en los convites que celebraba para solemnizar acontecimientos
gloriosos, ya al cumplir con los preceptos ineludibles de la
hospitalidad, si se trataba de extranjeros. En todos estos casos puede
decirse que no se paraba en barras y que fŠcilmente tiraba la casa por
la ventana, pues, fuť siempre caracterŪstico de la tierra el rumbo,
hasta llegar al derroche, al despilfarro que conduce Š la ruina.
Sin embargo, las costumbres de todos los tiempos no han sido siempre las
mismas, y como aquťllas son las que dan la pŠuta Š los hombres para
todos sus actos, hay que tener muy en cuenta cuŠles fueron aquťllas, si
se ha de juzgar con acierto lo que nuestros pasados hicieron.
La sociedad espaŮola, en general, de los siglos XIV y XV fuť una mezcla
de moderaciůn y sobriedad por una parte y de esplendor y lujo en otras,
que no se compadecen, fŠcilmente, ambas tendencias.
Mientras que en las personas el vestir era ostentoso y cuanto al traje y
militares arreos se referŪa, llegaba Š un grado de riqueza singular, en
cambio, contentŠbanse con una mesa sencilla, frugal, sin los arrequives
introducidos por el moderno refinamiento. Carnes, volaterŪa y pescados
sazonados como hoy decimos, muy al natural, sin los mil compuestos
condimentos de la cocina moderna, legumbres y bastos, aunque apetitosos
dulces, vinos puros y generosos, frutas etc., eran los fundamentos por
decirlo, asŪ de los yantares de aquellos sůbrios varones; y Š medida que
los tiempos avanzaron fueron quilatŠndose los placeres de la mesa con
las finuras del paladar hasta los venturosos tiempos presentes en que la
ęquŪmicaĽ ha sustituido muchas principales sustancias alimenticias por
exquisitas drogas, falsificando aquellas con una sorprendente habilidad
en sus relaciones con la vista y con el paladar.
Refiriťndonos Š tiempos, ya muy viejos, veamos como el esplťndido
Concejo sevillano cumpliů con los deberes de la hospitalidad y proveyů
al sustento de algunos calificados huťspedes.
En la noche del viernes 21 de Julio de 1402 entrů en esta ciudad el moro
Helile mensajero del rey de Granada, acompaŮado de otros tres, pasando
en ella siete dŪas mientras esperaba la respuesta que el corregidor
alguacil y regidores habŪan de darle de las cartas que trajo del dicho
rey granadino, que serŪan probablemente relativas Š treguas. En su
virtud, la Ciudad disputo que su Mayordomo Juan MartŪnez, se hiciese
cargo de les gastos del hospedaje y ťste diů la siguiente relaciůn de
ellos Š los Contadores del Concejo en esta forma:
ęViernes, en la noche 21 dŪas de Julio aŮo del nasÁimiento de nro.
saluador ihu. xpo. de 1402, llegů Š Seuilla dicho mensajero.
En este dŪa les enviť una fanega de cebada que costů 15 mrs.
Envieles dos pares de gallinas que costaron 24 mrs.
Envieles mŠs pan e fruta e vino que costů 10 mrs.
SŠbado 22 dŪas del dho. mes de Julio les enviť dos pares de gallinas que
costaron 24 mrs.
En este dŪa les enviť pan e melones, e fruta e vino que costů 15 mrs.
Domingo 23, les enviť un par de gallinas que costaron 12 mrs.
En este dŪa les enviť pan, vino e fruta e melones que costaron 18 mrs. y
5 dineros.
* * * * *
Los restantes dŪas fueron agasajados con las mismas vituallas. En los
dŪas 25 y 26 de Julio se les diů ademŠs un cuarto de carnero, sin
olvidarse de la cebada para las cabalgaduras.
Segķn la cuenta del Mayordomo, todos los gastos del hospedaje montaron Š
278 mrs. y 5 dineros, corta suma en verdad, que solo podemos
esplicarnos por la sobriedad de costumbres de la ťpoca, mŠs bien que por
exigencia de la religiůn de los huťspedes, que, como se ha visto, no
tenŪan escrķpulos en ęempinar el codoĽ Š pesar de la prohibiciůn
corŠnica.
En este mismo aŮo, de 1402, el lunes 18 de Septiembre, llegů Š Sevilla
un embajador del rey de benamarquŪn (ŅBenimarŪn?) llamado Hadael melque
aben locay alcaide de Marruecos, que iba de paso para la corte
acompaŮado de otros cinco moros y tres cristianos, mŠs un leůn que de
presente llevaban Š los reyes. Cinco dŪas posaron en Sevilla y durante
ellos las partidas de mantenimientos, son anŠlogas Š las del documento
anterior, aumentadas con las ollas que les enviaron para cocinar, y
ademŠs especias, carbon, ciruelas, paja y carne de vaca para el leůn.
Diez y ocho aŮos despuťs, del 1420, tenemos noticia de una comilona
cŪvico-religiosa que se relata bajo el epŪgrafe siguiente: ęEstos son
los mrs. que yo pero ruyz (Ņescribano?) del rey di e despendi por
mandado de Ruy peres desquivel e alfon fernŠndez del marmolejo en la
yantar que ovieron los seŮores de sevilla en la cofradŪa que ordenaron a
onrra e rreuerencia de las virgenes santa yusta e santta rrofina en la
qual mandaron guisar de comer para quarenta personasĽ. Veamos lo que
comieron y bebieron aquellos buenos seŮores:
80 pares de pollos Š 4 mrs. el par.
21 par de pollas Š 7 mrs. el par.
20 pares de gallinas Š 8 mrs. el par.[114]
* * * * *
2 terneras 150 mrs.
40 piezas de vacas dos libras cada pieza.
40 mrs.
1 arroba de vino de villarreal que bebieron los seŮores cuando salieron
de las biesperas 15 mrs.
3 arrobas de vino de la sierra que bebieron todos ęlos otrosĽ[115] que y
(allŪ) estaban 23 mrs.
Peras e cermenas (cermeŮas) porque comieron quando salieron de las
dichas biesperas 17 mrs.
Costaron endrinas[116] para la yantar 3 mrs.
Costaron figos 20 mrs.
Costaron 200 peras para la yantar las 100 Š 4 dineros cada una, 30 mrs.
las otras 100 a dos dineros cada una que son todas 50 mrs.
Costaron 150 limones 7 mrs.
Costo agraz e perejil e cebollas e ajos e oregano e vinagre para las
ollas e para echar la ternera en adobo 15 mrs.
Costo un Ņderraso? de manteca 3 mrs.
Costo arrope para las gallinas menudas 2 mrs.
Costo sal blanca para las masas para lo que fuť menester 1 maravedŪs.
Costo arroz para el manjar blanco 6 mrs.[117]
Dos onÁas de aÁafrŠn, 24 maravedŪs.
Una onÁa de gengibre Ņ6 dineros?
Dos onÁas de canela, 5 mrs.
Quatro onÁas de pimienta, 4 mrs.
Matalauua, Ņ6 dineros?
Seis aÁumbres de leche, 6 mrs.
Mostaza, un mrs.
Vino blanco e bermejo de villarreal e de la sierra para la yantar 210
mrs.
Melones, 20 mrs.
Pan, 45 mrs.
Tocino para los pollos, 25 mrs.
Carbůn para el manjar blanco, 6 maravedŪs.
Costaron de alquiler, 60 tajadores de madera[118] 30 mrs.
Costaron de alquiler de cuatro barras de fierro para asar la ternera 10
mrs.
Costaron de alquiler dos calderas de cofradŪa para asar la vaca e la
ternera con sus aparejos 10 mrs.
Costaron 60 haltamices blancos de barro 20 mrs.
Quarenta salseretas blancas 8 mrs.
Veyntiquatro picheles verdes para vino 13 mrs.
Veinte jarrillos para dar agua 4 mrs.
Dos jarras grandes bermejas para enfriar el vino 4 mrs.
Seis ollas grandes de tanjar 30 mrs.
Tres esteras de enea en que estendiesen la vianda.[119]
Costů agua dulce (Ņhidromiel?) para cocinar e para el vino 6 mrs.
Costaron traer ędos cargas de enea para echar donde comieronĽ(2). 6 mrs.
DŪ Š los cocineros e a los once que ayudaron a esto 40 mrs.
DŪ Š los juglares 30 mrs.
Costaron las candelas blancas en que ovo 63 libras a 6 mrs. la libra ęe
la quarentena con la marŪaĽ 6 mrs. y un dinero.Ľ[120]
Lib. del Mayordomazgo mayor de 1420.
Conociendo un poco las costumbres de la ťpoca, puťdese fŠcilmente
reconstituir el cuadro que formaron los Sres. del Concejo sevillano,
fundadores de la cofradŪa de Stas. Justa y Rufina, con los demŠs
cofrades invitados al yantar con que se festejaban y festejaban Š las
Patronas de la Ciudad, que pecaba de sobrio, si lo comparamos con los
refinamientos y exquisiteces de la cocina moderna, pues, ya vemos que
los comensales se contentaron con pollos y gallinas, vaca, ternera,
manjar blanco, frutas, vinillo de villarreal y de la sierra,
suprimiendo, quizŠ por cara, la nieve, que ya entonces estaba muy en
uso, no obstante que esta comilona tuvo que efectuarse en un mes de los
estivales, Š juzgar por las frutas que se sirvieron. Y sin embargo, no
tuvieron empacho en dar 30 maravedises Š los juglares que amenizaron la
reuniůn con sus mķsicas y cantigas.
Parcos anduvieron tambiťn en materia de dulces, pues aparte del ęarrope
para las gallinasĽ combinaciůn verdaderamente diabůlica, digestible solo
para aquellos estůmagos, y del manjar blanco, ni siquiera endulzaron sus
paladares con alguna frutilla de sarten, bien enmelada, ů con finos
alfeŮiques ů piezas de alaju.
Uno de los pormenores mŠs curiosos de esta cuenta, es, sin duda, el de
las esteras de eneas que hicieron veces de manteles y las dos cargas del
mismo vegetal que debiů servir de asiento Š los comensales; costumbre
poco extraŮa Š partir de los dŪas de D. Alonso X, que siguieron monarcas
y particulares, tomŠndola de los sarracenos, y de la cual podrŪan
citarse muchos ejemplos.
* * * * *
Con ocasiůn de las bodas de Enrique IV, Š 20 de Mayo de 1455 diů Sevilla
un mandamiento Š su Mayordomo, en el cual leemos: ęque por quanto el rey
nro. seŮor nos enbio mandar que sy plasiese e seruiÁio le deseauamos
faserle enbiasemos para las bodas que su seŮoria agora auŪa de celebrar
en la Áibdad de cordoua algunos perfumes e agua de azahar e pescado e
asymismo algunas enpanadillas de aÁucar e asymesmo enbiasemos ciertas
cargas de pescadoĽ. El Cabildo acordů en la fecha citada enviarlo todo,
ordenando que las empanadillas ęfuesen las mŠs nobles que se pudieran.Ľ
He aquŪ la lista de todas las vituallas y demŠs cosas con que la Ciudad
agasajů Š sus Reyes, aquellas mŠs selectas y escogidas que las del
Yantar de los cofrades de Stas. Justa y Rufina.
ęSeys tortas de aÁucar a 225 mrs. cada una 1350.
Diez caxas de diacitrůn[121] a 110 mrs.
Cinco arrobas de dŠtiles a 200 mrs. 1000.
Mil e doscientas enpanadillas de aÁucar e doradas a 4 mrs y 1/2 5400.
Ocho mil panecillos con ciertos juegos de axedrez de perfumes 1200 mrs.
Dos arrouas de agua de azahar e otras dos arrouas de agua de rosada con
algalia e almisque 1000 mrs.
(Siguen dos partidas con el gasto de la hechura de unas cŠxas).
Mil ostras 350 mrs.
Veynte dosenas de langostinos 80 mrs.
Seys berrugantes e tres coruinas 500 mrs.
Una banasta de sardinas 300 mrs.
Ochenta salmonetes 360 mrs. e mŠs otros treynta que se pusieron en pan.
Una banasta de acedŪas 600 mrs.
Media palometa 50 mrs.
* * * * *
El costo total de lo servido montů Š 16.065 mrs.
Fiestas y regocijos pķblicos
Dedicamos algunas pŠginas anteriores Š la gran fiesta religiosa del
ęCorpus ChristiĽ y ahora vamos Š tratar de otras profanas de que nos dan
noticia los documentos de nuestros Archivos, en los cuales se reflejan
las costumbres de los tiempos, viťndose por las notas que vamos Š
consignar cůmo se fueron modificando, hasta cambiar por completo, los
gustos, aficiones y tendencias populares.
Procesiones religiosas en muchos casos, juegos de caŮas, justas y
torneos, corridas de toros y de sortijas, cucaŮas, fueron los
principales regocijos que despertaban el interťs de todas las clases en
los siglos XV y XVI y con ellos se solemnizaban las visitas de Personas
Reales Š la Ciudad, y sus natalicios, las buenas nuevas traidas por los
mensajeros, de nuestros triunfos obtenidos contra los sarracenos, asŪ
como por las proclamaciones y bodas de los Reyes, por los dŪas de Santas
Justa y Rufina, de Santiago, San Clemente, Santa MarŪa de Agosto, (que
asŪ llamaban entonces Š la Virgen de los Reyes), por las canonizaciones
ů beatificaciones de Santos, tomas de posesiůn de Asistentes y Regentes,
recibimiento de Prelados etc. Durante la guerra de Granada fuť tambiťn
motivo de pķblico regocijo, la entrada del Pendon Real de la Ciudad,
victorioso de las muchas gloriosas jornadas en que tomů parte, como se
juzgarŠ por los datos que adelante consignamos.
Para las alegrŪas que en esta ciudad se hicieron por las bodas de Don
Juan II con DoŮa MarŪa de Aragůn, en 1420 se lidiaron toros se hizo un
palenque para justar ęante la puerta del alcaÁar do fasen el audienciaĽ
ů sea en el espacio que ocupa actualmente la Plaza del Triunfo, pues, el
lugar de las audiencias hallŠbase junto al arco de entrada al Patio de
Banderas.
Con gran jķbilo recibiů Sevilla la nueva del nacimiento de la infanta
DoŮa Catalina, hija de aquellos monarcas, y siguiendo la costumbre de
entonces, el Concejo diů 10000 mrs. de albricias Š DoŮa Mencia Tellez
criada de la reina, acordando celebrar pķblicos regocijos, cuyo gasto se
especifica en la forma siguiente:
ępor dos tablados que se pusieron el vno delante de las gradas (las de
la Catedral) y el otro a la puerta del AlcŠÁar 910 mrs.
por quatro arrobas de vino para los seŮores a 64 mrs. la arroba 256.
por otras quatro arrobas de vino blanco para la otra gente a 25 mrs.
100.
(suprimimos las partidas referentes Š conducciůn de materiales).
por cincuenta libras de peros para los jugadores de las caŮas e el
domingo en la tarde a 2 mrs. la libra 100.
por veinte libras de peros para los seŮores a dos mrs. la libra e otras
cuarenta libras para la otra gente a un maravedŪ 80.
por seis celemines de castaŮas a cinco mrs. el celemŪn 30 mrs. e por las
tortas 20 mrs. que son 50.
a cuatro carpinteros que fisieron las barreras a 30 mrs. cada vno e que
se gouernasen e mŠs a 4 moros a 15 mrs. cada vno 180.
a sancho rruys carpintero[122] que fizo la barrera de los seŮores 20.
por la madera que se furtů de la barrera de los toros con alguna que se
tomů para adobar la puerta do estaban los toros etc. 216.
por seis toros que se lidiaron a la puerta del alcaÁar 3000.
fecha del libramiento 22 noviembre de 1423Ľ.
AnŠlogas fiestas de justas, toros y caŮas se celebraron en 1425 por el
nacimiento de Enrique IV y de las cuentas del Mayordomazgo Mayor constan
los particulares siguientes:
ęcostaron 30 varas de justar[123] a 40 mrs. la vara 1200.
costaron 10 rroquetes e goÁetes para las dhas. varas a 100 mrs. cada un
roquete e goÁete que son 1000.
costaron 10 arandelas para las dichas varas a 60 mrs. cada vna que son
600.
costaron 10 agujas para las dichas varas 60 mrsĽ.
que diů al ome que puso la tabla para la justa 100 mrs.
Siguen partidas de vino y de peras y termina con la siguiente, bien
extraŮa por cierto.
ęcostů vna libra de matahalua (sic) Ņmatalahuga?Ľ.
Tambiťn celebrů justas esta ciudad para solemnizar el nacimiento del
infante Don Alonso, expidiťndose libramiento al mayordomo del Cabildo,
en 24 de Febrero de 1454 en que se mandů Š Pedro FernŠndez Marmolejo
Veinticuatro y Procurador mayor de la Ciudad y al Jurado Antůn GonzŠlez
de Almonte fiel ejecutor, ęque fiziese tomar e tomase el paŮo que
entendiesen que fuese menester para la tela en que se auŪan de faser las
dhas. justas las quales tomaron de pero de xerez trapero e de ferrando
martinez tondidor dos pieÁas e media de paŮo azul e pardillo de que se
puso la dha. tela el qual dho. paŮo monto segund lo ellos igualaron 4250
mrs. a raÁůn de 1700 mrs. cada pieÁa.Ľ
Tuvo lugar la justa en las Gradas y hubo procesiones, se corrieron
sortijas y se lidiaron diez toros delante de las puertas del AlcŠzar,
por acuerdo de 3 de Diciembre de 1453.
En cabildo de 12 de Agosto de 1455 se acordaron los gastos con que habia
de festejarse la visita del Rey Don Enrique IV y de su mujer DoŮa Juana
de Portugal, que montaron la suma de 500.000 mrs. citŠndose entre ellos
el costo de la justa con la joya que se diů de premio Š los caballeros
que en ella tomaron parte, que fuť el de 39.400 mrs. asŪ como el de
25.000 tuvieron los veinte toros que se lidiaron.
Curiosos son los pormenores de la cuenta de otros gastos, no solo por el
conocimiento de lo que la Ciudad hizo, sino por el del sťquito palatino
que acompaŮů Š los monarcas en aquella ocasiůn.
Cien mil mrs. Š la Reyna como obsequio ů dŠdiva de la Ciudad.
Cincuenta mil Š los oficiales de las Casas Reales en esta forma.
ęA barrasa cauallerizo e aposentador de nro. seŮor el rey[124], 2000.
A rodrigo de vera e a samaniego et a garcia lebrůn et a francisco,
aposentadores 8000.
A los reposteros de camas 4000.
A los porteros 3500.
A los reposteros de estrados 1500.
A la cobigera 2000.
A los reposteros de plata 1500.
A los reyes de armas los quales son seuilla y toledo 4000.
A los trompetas 3000.
A fernando de torres 1700.
A juan de lara e juan martinez ballesteros de cauallo 1500.
A los coperos 1500.
A los monteros despinosa 2000.
A los monteros de la guarda de ventura 1500.
Al aguadero 300.
A gonzalo deslaua portero del consejo 500.
A gutier fernandez de alcala en cuenta de 6000 mrs. que la dha. cibdad
le mando dar 4000.
A los aposentadores e oficiales de la seŮora reyna 5000.
AdemŠs pagů la Ciudad:
Al comendador Alfonso Ortiz 77200 mrs. por el paŮo de brocado (paŮo) que
diů el dŪa del recibimiento de la Reyna con los flecos, borlas, varas y
ęotros aparejosĽ y para las antorchas que se dieron Š los regidores
caballeros que venian con ella.
Al Rey como obsequio de la Ciudad 223000 mrs. distribuidos en esta
forma:
ęel paŮo de brocado que a su alteza se ovo a dar el dŪa de su
recibimiento 70000 mrs. e mas que le fizo seruiÁio la dha. Áibdad de
mill doblas de oro castellanas que montaron a raÁon de 153 mrs. cada una
153000 mrs.
En dinero contado que se diů Š las personas nombradas en vna copia
firmada de Don Pedro de GuzmŠn y de MartŪn FernŠndez Alcaldes mayores y
de Antůn DŪaz Quintero Veinticuatro y de los contadores de esta Ciudad
40700 mrs. que montů el gasto que se hizo por la justa ... ęcon la seda
que se puso (por premio) para dar a los caballeros que mejor lo
fasiesenĽ.
A Juan SŠnchez Calderůn vecino de Sevilla 12000 mrs. por 24 varas de
tapete de terciopelo que vendiů para darlo al Doctor Fernando DŪaz de
Toledo ęoydor y refrendario de nro. seŮor el rey e su relator cuando la
primera vez veno a esta Áibdad la cual dha. seda fue dada al dho.
relator para vna ropa, por ciertos rejidores de esta Áibdad por nuestro
mandado que la leuasen en enmienda de algunos trabajos quel dho. relator
por seruiÁio de la dha. Áibdad ha pasado.Ľ
Al mismo Calderůn 5500 mrs. por las telas, una de paŮo y otra de lienzo,
que por mandato del Rey se pusieron (en el palenque) para justar, ęlos
gentiles homes de su corte el dŪa de santa marŪa de agosto y el
siguiente.Ľ
A Ruiz SŠnchez de Huete 1360 mrs. por 17 varas de lanzas ęque diů con
que justasen ciertos caballeros desta Áibdad ...Ľ y a IŮigo Lůpez astero
1860 mrs. ępor adereÁar las lanzas Ņpara dha. justa?Ľ
Creemos, puede afirmarse, que el mŠs solemne recibimiento de monarcas y
que los mŠs ostentosos festejos que celebrů Sevilla durante el siglo XV,
fueron con ocasiůn de la visita de los Reyes Catůlicos, en 1477, durante
la cual tuvo lugar el nacimiento del Principe Don Juan, cuyo bautizo se
verificů con la mayor pompa, porque la naciůn entera cifrů en aquel
todas sus esperanzas, sus mŠs vehementes anhelos de prosperidad y de
venturas.
Las dŠdivas que Sevilla hizo Š sus Reyes y Š las personas de su numeroso
sťquito, capellanes aposentadores, reposteros de camas, trompetas, mozos
de espuelas, reyes de armas, ballesteros de maza, cetreros, reposteros
de capilla, monteros de espinosa, reposteros de plata, mozos de cŠmara y
coperos; los enormes dispendios causados para la compra de las telas de
brocados, sedas, terciopelos con que fueron ataviados los seŮores del
Concejo, las que se invirtieron en el riquisimo palio que habŪa de
cobijar Š los monarcas, y por ķltimo, lo que se gastů en lidiar toros y
en las justas, montů mŠs de 200000 maravedises y de todo, al por menor,
dimos noticia en nuestro folleto ęLos Reyes Catůlicos en Sevilla,Ľ por
lo cual omitimos su repeticiůn, pues, nos proponemos consignar en este
artŪculo solamente datos inťditos.
Veamos ahora como recibiů Sevilla la gratŪsima nueva de la rendiciůn de
MŠlaga, por boca de los seŮores del Concejo sevillano.
ęviernes 24 de Agosto de 1487 aŮos, estando ayuntados dentro en el
cabildo desta dha. Áibdad ques en el corral de los olmos el bachiller
lorenÁo fernandez teniente de asistente y el licenciado francisco
santillan comendador de merida y fernandarias de sayavedra e pedro mexia
e melchor maldonado y diego de guzmŠn veynte e quatros de la dha. Áibdad
y el alguacil fernando de morillo y Áiertos jurados de la dha. Áibdad el
dho. teniente lorenÁo fernandez presento la carta que su alteza enbio a
la dha. Áibdad en que le face saber de la toma de la Áibdad de malaga e
de la vitoria que dios le dio en ella e leida mandaron que se apregonase
publicamente con trompetas e atabales y mandaron apregonar lo siguiente:
manda la dha. Áibdad con acuerdo del seŮor asistente que todos los
veÁinos y moradores de la dha. Áibdad guarden maŮana sabado fasta medio
dŪa como el dŪa santo del domingo y cesen de sus ofiÁios y labores
asymismo que todas las cofradŪas con sus priostes e cofrades con sus
candelas y sus cirios de las cofradŪas y con los pendones que sacan el
dŪa de corpus xpi. y con las danÁas de espada vayan todos maŮana sabado
a las seys oras del dŪa a la yglesia mayor para que de allŪ todos en
procesiůn vayan delante de la procesiůn general con las cruzes e el
seŮor arÁobispo que va en la dicha procesiůn a santiago el nuevo[125]
desta dha. Áibdad la qual dha. procesiůn a de yr por cal de genoua a san
franÁisco e cal de la syerpe e cal de las armas y la calle ancha de san
viceynte que va a dar fasta la dha. iglesia de santiago.
Et ęque barran esta tarde las dhas. calles por donde ha de yr la dha.
procesiůn e cuelguen paŮos e paramentos por ellas.
asymismo mandaron questa noche e maŮana sabado en la noche todos los que
pudieren fagan fogueras y pongan fachones encendidos por sus aÁoteas y
ventanas y candelas encendidas a sus puertas e fagan grandes alegrŪas
por manera que se muestre el plazer de la vitoria que dios a dado al Rey
nro. seŮor y a toda la xpitiandad lo qual todo fagan e cumplan sopena de
dos mill mrs. a cada vno que lo contrario fiziere lo qual todo con la
dha. carta de su alteza en presenÁia de los dhos. seŮores e demas ... se
apregono en las gradas desta Áibdad y en la plaza de sant francisco y en
el alfalfaĽ (Actas Capitulares).
Otras veces cuando el acontecimiento que se celebraba no era tan
importante, limitŠbase la procesiůn Š los alrededores de la Iglesia
Mayor, como ocurriů con las tomas de Baza, Guadix y AlmerŪa.
Desde muy antiguo solemnizŠbase la fiesta de Nra. Sra. de los Reyes, y
tenemos una nota del aŮo de 1496 en la cual consta que el 14 de Agosto
de dicho aŮo el Alguacil mayor de Sevilla Dn. Alfon de Guzman ęfizo
fiesta en la plaza de San Francisco de juegos de caŮas y de toros
asistiendo en ellas el sr. duque de medina sidonia el alcaide de los
donceles y otros muy nobles caballeros.Ľ
Pues veamos ahora como recibŪa la Ciudad Š su Pendůn Real, cuando
regresaba victorioso de alguna expediciůn militar, con cuyo motivo
desbordŠbanse el entusiasmo y alegrŪa populares.
En cabildo de 14 de Mayo de 1501 se tratů de la forma de recibir la
EnseŮa Real que volvŪa de la guerra de la Alpujarra, y despuťs de leŪda
una carta del Conde de Cifuentes, dice el acta capitular del mencionado
dŪa ęla qual (carta) vista e leyda el dho. pero fernandez e don alonso
de guzman alguacil mayor dixeron que como oy viernes viene a la Áibdad e
ha de entrar en ella la seŮa. de la Áibdad que fue a la dha. guerra que
gelo fazian saber para que diesen orden en el recibimiento della sobre
lo qual el dho. teniente e Regidores hablaron e acordaron que todos los
del Regimiento salgan al recibimiento de la dha. seŮa. e para ello se
faga el pregon siguiente:
sepan todos como el pendon desta Áibdad que lleuo el seŮor conde de
Áifuentes asystente desta Áibdad con la gente della a la guerra contra
los moros de las serranŪas viene e entra en la Áibdad agora despues de
las diez oras por ende la Áibdad con acuerdo del honrado licenciado
lorenÁo comeŮo teniente de asystente por el dho. seŮor conde manda que
todos los caualleros e hidalgos e escuderos e Áibdadanos de cauallo e de
a pie desta Áibdad en repicando las campanas de la iglesia mayor de la
dha. Áibdad salgan por la puerta de carmona con el Regimiento de la
Áibdad a recibir el dho. pendon e asymismo salga toda la gente de
cauallo e de pie que fue a la dha. guerra que ha venido a la Áibdad
sopena de perder el sueldo que se le deue e al que no se le deuiere
sopena de doscientos mrs. a cada vno.
el qual dho. pregon fue fecho el dia viernes en la maŮana en las gradas
de la iglesia de santa marŪa la mayor de la dha Áibdad e el dho pendon
entro en la dha. Áibdad el dho. viernes catorze dias del dho. mes de
mayo deste aŮo.
Llegado el de 1509, con ocasiůn del recibimiento de D. Fernando el
Catůlico, que fuť solemnŪsimo, hallamos ya introducidos nuevos festejos
de que hasta entonces no hemos visto ejemplos, como fueron entre otros,
la erecciůn de arcos triunfales, costumbre importada de Italia Š nuestro
parecer, y las cucaŮas.
Acerca de los primeros conocemos un mandamiento de la Ciudad Š su
mayordomo Fernan Ruiz de Porras para que pagase ęa Alonso Rodriguez
maestro mayor de la Santa Iglesia desta Áibdad o a quien su poder oviese
15000 mrs. que nos acordamos en el dho cabildo dele mandar dar e librar
y el ha de a ver por el trabajo que puso en el fazer de los arcos e
otras cosas que se fisieron por el recibimiento del rey nuestro seŮor
por su venida que agora vino a esta Áibdad ... etc. 3 de Enero de 1509.
Nada menos que 13 fueron los arcos que se erigieron, uno de ellos en la
Alfalfa, lo cual sabemos, porque hemos visto un libramiento de la Ciudad
(20 de Marzo de 1510) por el cual se dispuso pagar Š AgustŪn RodrŪguez
ębaruero del alfalfaĽ 500 mrs. por el daŮo que se le hizo en los tejados
ęquando se fizo el arco para la entrada del ReyĽ. El monarca por tanto
debiů entrar por la Puerta de Carmona.
En la cuenta de los gastos causados por el recibimiento constan los
siguientes asientos:
Asimismo al dho. juan garrote de nueve trallas de sogas a medio real la
tralla 150 mrs. las quales fueron menester para el mastil que se puso en
san franÁisco y para el corral de los toros y para los andamios....
Costaron ocho cabeÁas de cordeles ... para los paŮos de los andamios y
la (tralla) que fue para enparejar los cauallos que corrieron la seda 40
mrs.
Costo media arroba de sebo para enseuar el mastil de san franÁisco en
que pusieron las calzas y el jubon (que se dieron por premio) a razon de
180 mrs. el arroua.
A los marineros que pusieron el mastil en san franÁisco y el otro en la
puerta de Xeres en que pusieron el terciopelo ambos mastiles medio
ducado.
* * * * *
Que se dio a juan ruys carnicero para los ocho toros que trujo para
correr y despues se los torno a lleuar 8500 mrs.
Costaron seis varas de terciopelo verde para que corriesen los
caualleros ... a precio cada vara de 825 mrs.
Costaron dos varas de raso negro a ducado la vara y de un par de calÁas
negras 12 reales las quales fueron para poner en el mastil de san
franÁisco ... 1158 mrs.
Si queremos conocer un nuevo festejo que vino Š aumentar el programa,
como hoy decimos, de los sevillanos, tenemos que venir al aŮo 1521, en
el cual tuvo lugar la elevaciůn Š la silla del imperio, del Cesar Carlos
V.
No solo hubo los conocidos hasta entonces, y mŠs en boga, como justas y
toros, sino que por vez primera se corrieron regatas en el Guadalquivir
y en las cucaŮas ů en las justas tomaron parte las mujeres de la
mancebia[126] lo cual serŪa bien del agrado del pķblico.
He aquŪ los documentos en que nos apoyamos.
Con fecha 7 de Octubre de 1519 expidiů la Ciudad un mandamiento Š sus
contadores, para que el Mayordomo Niculoso Despindola pagase 22578 mrs.
por razůn de quatro varas de grana que compro a 800 mrs. la vara que
monto 3200 mrs. e de tres varas de terciopelo verde que costo a 850 mrs.
la vara que montan 2550 mrs. e de tres varas de raso negro a 340 mrs. la
vara e mas de dos varas de damasco a 450 mrs. la vara que monta 900 mrs.
e mas de 6 varas de terciopelo grana a 850 mrs. cada vara que montan
5100 mrs. mas de dos bernegales de plata[127] que pesaron 3 marcos e 6
onÁas e 3 reales e medio a razon de 2210 mrs. cada marco que monto 8408
mrs. e mas de la fechura 13000 mrs. que son 9708 mrs, que se dieron Š
los justadores para las alegrŪas e fiestas que la dha. Áiudad mando que
se hicieren por la bienaventurada nueva de la coronaciůn del emperador
e rey nro. seŮor etc.
AcompaŮa Š este documento una hoja suelta con el siguiente epigrafe:
ęConoscemos los jurados diego de aŮasco y fernando de baŮuelos desta
otra parte contenidos que rescibimos de vos niculoso despindola
mayordomo de seuilla quatro varas de grana que corrieron ęlas mugeres de
la manÁebŪaĽ en sabado seis dias deste mes de agosto mas rescibimos tres
varas de terciopelo verde y tres varas de raso negro y dos varas de
damasco negro que corrieron los barcos por el rio domingo siete dias
deste mes de agosto y asymismo rescibimos seys varas de seda de francia
que corrieron los caualleros de cauallo miercoles diez dias del mes de
agosto fho. honze dias de agosto de 1519, diego de aŮasco rubrŪca ... de
treuiŮo ... rubrica.
Sigue la cuenta de las telas compradas Š varios mercaderes, autorizada
por las firmas de Pedro Lůpez y Juan de Mesa y termina con la cuenta de
los bernegales de plata, uno de los cuales se diů Š Francisco Tello ępor
mejor justadorĽ y el otro Š Cepeda ępor mŠs galŠn.Ľ
Al dorso hŠllase el mandamiento al Mayordomo Espindola para que comprase
ante los contadores de la Ciudad como se acostumbra a hacer 3 varas de
terciopelo 3 de raso, 2 de damasco ępara el palio que se a de correr el
domingo primero que verna por el rio y 4 varas de grana para el palio
que ęhanĽ de correr maŮana sabado ęlaĽ mujer de la mancebŪa (sic) lo
qual es por las alegrŪas de la elecciůn del rey nro. seŮor
emperador[128].
Muy conocidos son los pormenores de las fiestas con que celebrů Sevilla
la visita del Emperador en 1526, entre ellos los siete arcos que se
erigieron, pomposamente adornados con estŠtuas, inscripciones y
pinturas, ejecutadas estas ķltimaspor los mŠs ilustres maestros de la
Ciudad, entre ellos Alejo FernŠndez y Cristůbal de Morales. ZķŮiga nos
ha trasmitido la memorŪa de aquellas solemnidades muy puntualmente y el
Maestro Malara hŪzolo asŪmismo en su libro, de todos conocido, del
Recibimiento de Felipe II, por tanto, como nada nuevo podrŪamos aŮadir Š
ambas narraciones, omitimos tratar de dichos sucesos que no tuvieron
rivales en ninguno de los del mismo gťnero celebrados posteriormente.
En resumen; durante todo el siglo XV redujťronse los regocijos y fiestas
populares Š juegos de caŮas y de sortijas, toros, torneos, procesiones
lucidŪsimas en que tomaban parte los gremios con sus banderas, danzas de
espadas, y comilonas en que la fruta y el vino blanco derrochŠbanse,
como aconteciů cuando el bautizo del PrŪncipe D. Juan, hijo de los Reyes
Catůlicos, pues entonces el Concejo gastů 12979 mrs. para pagar ęel pan
e vino e fruta que fizo dar (la Ciudad) en la beuida e almuerzo que se
diů el dia que fue bautizado el muy ilustre seŮor prŪncipe de Castilla a
toda la gente que quiso venir a la casa de nro. cabildo a beuer el dho.
dia con la juncia que se echo desde el alcaÁar real fasta la iglesia
mayor.Ľ
Llegado ya el siglo XVI, ademŠs de los festejos que se verificaron en el
anterior, erŪjense arcos triunfales, en cuyos adornos competŪan el Arte
y las Letras y los mŠs celebrados pintores, escultores, poetas y
humanistas, animados de noble emulaciůn y estimulados por el espŪritu
cultŪsimo de la ťpoca, dieron las mas brillantes muestras de pericia, de
saber y de ingenio, revelŠndose ya claramente que la sociedad espaŮola,
que antes disfrutů tan solo con los ejercicios corporales de fuerza y de
destreza, rendŪa ya culto Š las manifestaciones del talento, aun cuando
para halagar al pueblo continuasen los espectŠculos de cucaŮas y de
regatas y los demŠs citados.
En cuanto Š las justas, como reminiscencias del espiritu caballeresco de
los siglos anteriores, todavŪa, Š principios del XVII, en el aŮo de 1618
gustaban los sevillanos de los torneos, como demuestra una peticiůn
dirigida Š la Ciudad por Juan de Ojeda, sobre el pago de unos gastos que
hizo en los torneos el dia de las Fiestas Reales, segķn consta del Acta
Capitular de 13 de Julio de dho aŮo.
LA FIESTA DEL CORPUS
en el Convento de Madre de Dios
Desde muy antiguos tiempos la comunidad de religiosas dominicas de
aquella advocaciůn, celebrů, con gran pompa, la mencionada fiesta
religiosa, de la cual confesamos que no hemos encontrado noticias en los
cauchos papeles viejos que nuestra vista ha recorrido, y solo conocŪamos
la ligera menciůn que de ella consignů en su obra, ęNoticia artŪstica de
todos los edificios sevillanos,Ľ D. Fťlix GonzŠlez de Leůn, al tratar
del referido monasterio, (pŠg. 166 de la 2.™ parte.)
La casualidad hizo llegar Š nuestras manos algunos curiosos documentos,
en los cuales, se contienen muy interesantes datos acerca de la dotaciůn
de dicha fiesta y fundŠndonos en tan fidedignas fuentes, vamos Š
facilitarlos Š los curiosos, conservando asŪ su memoria en estas
pŠginas.
La cubierta del manuscrito que poseemos, contiene el siguiente epŪgrafe.
ęEscriptura que otorgo este Real Convento y D. Andrťs de Bandorne que
contiene las condiciones y obligaciones que se hizieron para la
prozesion de el Corpus Christi que este convento Real en cada vn aŮo
zelebra.Ľ
Hubo, pues, en Sevilla, ademŠs de la procesiůn solemne que celebraban
ambos Cabildos en honra del Ssmo. Sacramento, otra muy lucida por
cierto, costeada por las religiosas de Madre de Dios, cumpliendo las
obligaciones contraidas con un piadoso y esplťndido dotador, las cuales
vamos Š consignar, por que de su sola exposiciůn dedķcense los
pormenores todos que intervenŪan en su realizaciůn, sin que tengamos que
echar Š volar la fantasŪa con relatos mŠs ů menos verŪdicos.
En 22 de Febrero de 1687 la Priora (Sor MarŪa de San Jerůnimo y Sandier)
y religiosas del convento de Madre de Dios, con licencia del Rvdo. Padre
Maestro Fr. Manuel de Sto. TomŠs, Prior Provincial de la Religiůn
dominica, otorgaron una escritura en la cual dijeron: ęque por quanto el
Capitan don Andrťs Vandorne[129] vecino desta dha. Ciudad en la
Collazion de san Nicolas, mouido del zelo y devocion que tiene a el
Augustisimo misterio del SantŪssimo Sacramento de la evcharistia nos da
y entrega de sus propios bienes y caudal 3600 ducados de a onze reales
cada vno, de moneda de vellon, para que este dho. convento los imponga y
situe por su quenta y riesgo sobre todos los bienes que al presente
tiene, y adelante tuuiese, y expesial sobre los que seran declarados en
esta escritura, para que con los 180 ducados que redituan en cada vn aŮo
a rrazon de 20000 el millar conforme a la nueua pregmatica de S. M.; nos
obliguemos, y a este dho. convento, a tener manifiesto a su Divina
Magestad a Missa mayor, visperas y completas el dŪa del Corpus Christi y
todo los ocho dias de su octava de cada vn aŮo perpetuamente, hauiendo
sermon, y el Domingo de la Infraoctaua y el dia octauo y aplicando por
la yntencion del dho. Capitan don Andres Vandorne seis misas cantadas,
cinco del SantŪssimo Sacramento y vna de Dominica, el sauado, todas
dentro de la dicha octaua, haziendo una prozesion solemnŪsima por las
calles ęcomo antiguamente solia salir deste dho. conventoĽ en vn Domingo
de los del mes de Julio, el que fuese mas prosximo a el dia del SeŮor
San Buenaventura, en el qual dia, se a de dezir missa cantada y sermon
teniendo a su diuina Magestad manifiesto la qual dha prosesiůn se hauia
de hazer por las partes y lugares y en la forma que por menor yra
declarando en esta escriptura, lo qual se auia de empezar a cumplir y
zelebrar en este presente aŮo de 1687 en adelante y lo mismo en cada vn
aŮo, perpetuamente, para siempre jamas, todo lo qual hauŪendolo
conferido y tratado en este dho. convento entre las Religiosas de el en
tres diferentes dŪas, hauemos venido en aceptar dha. dotaciůn por ser de
evidente vtilidad a este dho. convento etc.
MŠs adelante dice: Iten nos obligamos de hazer una procesiůn solemnŪsima
por las calles, ęcomo antiguamente solia salir deste dho. conventoĽ por
todas sus canales (sic) sin Cruz de Parroquia, segun las Bullas y
Priuilegos de nuestra sagrada Religiůn, que dha. prozesion a de hazer
su extacion en esta forma: salir por la puerta grande de la Iglesia de
este dho Convento y vaxar a la puerta reglar del, siguiendo luego la
calle de su dormitorio y por el pazadiso[130] hasta la plazuela de su
sachristia y boluer el esquina de la Iglesia hasta entrar por la Puerta
principal, de a donde ha de salir, en la qual procesiůn a de yr
manifiesto el SantŪsimo Sacramento y le han de acompaŮar vna Imagen de
la sachratisima Reyna de los Angeles madre de Dios y seŮora nuestra, con
su hijo preciosisimo en los brazos. Y el gloriosisimo Patriarcha seŮor
Sancto Domingo, fundador de nuestra Sagrada Religion. Y la vien
auenturada virgen Sancta Cathalina de Sena, cuyas Imagenes an de yr en
sus pasos muy bien adornados sin que en ningun tiempo se pueda variar y
quitar ni augmentar mas numero de pasos que los referidos, y a de
acompaŮar en dha. prozesion al Sanctissimo Sacramento musica de
cantores, y con cada paso de nuestra seŮora y los sanctos han de yr dos
ministriles en cada vno. Y el numero de Religiosos y zera que pareziere
competente a la descencia y acompaŮamiento de nuestro seŮor
Sacramentado.
Iten nos obligamos de lleuar en la dha. prozecion vna o dos danzas y
disparar cantidad de Ruedas y Cohetes de fuego mientras se celebrase la
missa y prozesion para mayor veneracion y Culto de tan Augustisimo
misterio y conmouer los animos de los fieles a su mayor deuociůn.
Iten la dha. prozecion nos obligamos de hazer por la tarde en vn domingo
de los del mes de Julio de cada vn aŮo, perpetuamente, el que fuere mas
prosximo a seŮor san Buenaventura, el qual dŪa a de hauer missa cantada
y sermon del Sanctissimo Sacramento, y teniendo manifiesto a su Diuina
Magestad la qual dha. Missa aplicamos desde luego por la yntenciůn del
dho Capitan don Andres Vandorne, por uia de gratificaciůn de la limosna
que por esta escriptura haze a este dho. Convento. Y si por algķn
accidente de temporal no se pudiese hazer la dha. fiesta y sermon y
prozecion en dho. dia nos obligamos de la hazer en el primer Domingo
bacante despues del seŮalado y por ninguna causa que sea, se a de poder
hazer dha. fiesta y prozesiůn de diez de Julio auajo, sino siempre se a
de hazer y celebrar vn Domingo, de onze de Julio arriua.
Item es calidad y condiziůn expresa de esta escriptura, mediante la qual
ha tenido efecto el entregarnos el dho. Capitan don Andres Vandorne los
dhos 3600 ducados para su doctacion, que si en algun tiempo este dho.
Convento no cumpliese las dhas, fiestas, missas sermon y prozecion ...
por el mismo caso este dho. Convento a de ser obligado como lo obligamos
a boluer y restituyr los dhos. 3600 ducados y entregarlos al convento de
sancta MarŪa la Real de esta dha. Ciudad ... para que con lo que
redituaren hagan y cumplan en dho. convento todo lo contenido en esta
escriptura.Ľ
No satisfecho aun el piadoso Capitan Vandorne, por otra escritura
otorgada en 27 de Septiembre de 1692 aumentů su dotaciůn con otros 3400
ducados obligŠndose el convento Š aumentar tambiťn el nķmero de las
memorias, fiestas y sufragios convenidas en la primera escritura ť
introduciendo en la procesiůn las novedades siguientes: ademŠs de las
efigies de la Virgen MarŪa, Santo Domingo y Santa Catalina de Sena, se
llevarŪan tambiťn las del NiŮo Jesķs, San Francisco y Santo TomŠs de
Aquino, en sendos pasos, muy bien adornados; y si la Comunidad tuviese
devociůn Š otro Santo, podrŪa tambiťn sacarlo. AdemŠs de los gigantes y
danzas, irŪan doce niŮos con las hachas delante del guiůn y la mķsica
de la Catedral, conviniendo las partes otorgantes en que el gasto que
causasen los dos ministrŪles que acompaŮarŪan los pasos, segķn la
primera escritura, se convertirŪa en mayor cantidad de fuegos
artificiales que se quemarŪan durante la procesiůn. Tambiťn quedů
revocada la condiciůn, de que si las religiosas de Madre de Dios no
cumplŪan lo estipulado, entregasen los 700 ducados Š las de Santa MarŪa
la Real, obligŠndose aquellas particularmente, y en justa
correspondencia con las mercedes recibidas del fundador, Š aplicarle una
de las tres partes del rosario que diariamente rezaba la comunidad.
Para mŠs acabado conocimiento de lo que fueron estas fiestas, copiamos Š
continuaciůn el siguiente certificado:
ęGonzalo del Pozo Vrrego escribano del Rey nro. SeŮor vecino de esta
ciudad de Sevilla doy fe que oy dia de la fecha siendo como las seys de
la tarde, estando en el Real Convento de Monjas de Madre de Dios de esta
Ciudad, que es del orden de Santo Domingo, en la CapŪlla maior de el, vi
que del dho. convento salio la prozesion del Corpus, que todos los aŮos
acostumbra hazer, la qual empezo a salir por la puerta principal de la
Iglesia, y despues de auer salido los santos de la dha orden, se siguio
la custodia, en la qual Ūba colocada la SSma. Cruz y despues ocho
sacerdotes reuestidos, del Real Convento de San Pablo de esta Ciudad, a
quienes doy fe conozco y tomaron sobre sus hombros los quŠtro de ellos
las parŪguelas, en que iba puesto el SSmo. Sacramento, en vna Custodia,
y reconoci no yr persona alguna debaxo de las dhas pariguelas, y andubo
la dha. procesion al reedor del dho. Convento, e yo el presente
escribano fui en ella, junto al Preste, y en las pausas que hizieron se
remudaron los otros quatro sacerdotes, sin yr otra persona ni ponerse
debaxo de las dhas. pariguelas, y en esta conformidad se celebro la dha.
procesion, hasta llegar a poner los sacerdotes la dha Custodia en el
sitio y lugar donde la tomaron, todo lo qual vi y reconoci, por auer
asistido en dho. Real Convento de Madre de Dios desde las tres y media
hasta cerca de la oracion, que se acauo la dha. procesion, y por auer
passado asi, a mi el presente escribano me lo pidio por testimonio la
parte del dho convento, y para que conste donde conuenga doy el presente
en Seuilla a Treze de Julio de 1698. En testimonio de verdad--Gonzalo
del Pozo--rķbrica, (papel del sello, 4.ļ de 10 mrs. del mismo aŮo.)
Tales fueron sucintamente extractadas, las condiciones que se
estipularon para celebrar la procesiůn del Corpus entre las mencionadas
partes de la comunidad de Madre de Dios, y el Capitan Vandorne y dados
los aumentos que tuvo por la escritura de 1692, debiů atraer la atenciůn
de los sevillanos por su lucido acompaŮamiento, sus mķsicas y fuegos de
artificio, sus numerosos pasos, sus gigantones y danzas. ExtraŮo es, por
tanto, que la memoria de tal fiesta no sea mŠs conocida de los curiosos,
pudiendo decir por nuestra parte que la sola noticia que de ella tuvimos
la hallamos en la obra de D. Fťlix GonzŠlez de Leůn el cual le dedica
los siguientes renglones:
ęAdemŠs estŠ la Iglesia (de Madre de Dios) muy adornada porque su
comunidad fuť muy rica y entre otras cosas dignas de recuerdo era la
procesiůn del Corpus que celebraban por las calles todos los aŮos el
segundo Domingo del mes de Julio, donde despuťs de las bellas imŠgenes
de MontaŮťs y Roldan que conducŪan en parihuelas lo menos era la suma
riqueza de los vestidos en telas y bordaduras y las muchas alhajas de
oro y plata y pedrerŪa que llevaban y lo mŠs era la inmensidad de
riquŪsimas flores contrahechas y otros adornos de que iban cubiertas las
parihuelas y los arcos, bajo los cuales llevaban las imŠgenes que eran
vistosŪsimos y de gran costo y trabajo.Ľ
Estimulados por la curiosidad hemos acudido Š las religiosas de Madre de
Dios y su priora actual la R. M. Sor Sto. Domingo bondadosamente nos ha
facilitado el exŠmen del Libro de Caja que empieza en 1791 y dos de
Manuales de los aŮos siguientes, en que constan todos los gastos que
hacŪa el monasterio. Con los asientos que contienen podemos reconstituir
la forma en que se celebraba la procesiůn, trazando el esplťndido cuadro
que ofrecŪa la religiosa festividad.
AnunciŠbase desde el dia de la vŪspera con mķsica de clarines y de un
tambor, con acompaŮamiento de un alguacil y de un pregonero que recorrŪa
las calles de la carrera anunciando la fiesta,[131] las cuales cubrŪanse
de arrayŠn, y cuyas casas lucŪan ricas colgaduras, siendo entre todas
las mŠs vistosas las tapicerŪas que adornaban los muros exteriores de la
iglesia,[132] lanzŠndose cohetes que aumentaban la pķblica alegrŪa.
AdemŠs repartŪanse cťdulas de convite y gratificŠbase Š cuatro soldados
y Š un cabo que desde el amanecer del dia de la procesiůn guardaban la
iglesia, en donde, pomposamente ataviados, hallŠbanse dispuestos los
pasos, cuyo nķmero habŪa aumentado considerablemente, pues ademŠs de los
que se convinieron sacar en las escrituras de 1687 y 1692 que comprendiů
solamente Š las efigies de la Virgen con la adoraciůn de la Madre de
Dios, Sto. Domingo y Sta. Catalina de Sena, el NiŮo Jesķs, San Francisco
de AsŪs y Sto. TomŠs de Aquino, como en la segunda de aquellas quedaron
autorizadas las religiosas para sacar otras imŠgenes de su mayor
devociůn, aumentaron el nķmero de pasos, con los de la Virgen del
Rosario, nuestra SeŮora de la MontaŮa, San Vicente Ferrer, Santa Rosa,
ofreciendo tambiťn Š la pķblica veneraciůn otro en que se mostraba,
sobre rica bandeja de plata, la cabeza del mŠrtir San Laureano, hecha
del mismo rico metal.
Basta solo este breve relato para comprender el esplendor con que se
celebrů esta procesiůn en los ķltimos aŮos del siglo XVIII, realzado con
la presencia de la que suponemos serŪa rica custodia, acompaŮada por
numerosa clerecŪa y particulares, con sus cantores y mķsicas; sus nubes
de incienso, sus cohetes y ruedas de fuegos artificiales, sus danzas y
gigantones, sus ricos simpecados; en suma, con el jķbilo y regocijo que
inundaba las almas de miles de espectadores que afluirŪan Š las calles
de la carrera.
Terminada la procesiůn, el convento servŪa un esplťndido refresco Š los
sacerdotes y personas de calidad que en ella habŪan asistido.
De todo esto no ha quedado apenas la memoria; y examinando los libros
Manuales hallamos, que, en todos viene figurando el gasto de la
procesiůn hasta el de 1835 en el cual ni se menciona siquiera.
Aquellas ęauras de libertadĽ que entonces todo lo invadieron, borrando
tantas y tantas pŠginas tan genuinamente sevillanas; al privar de sus
rentas Š las comunidades les impidieron en absoluto cumplir las
voluntades de generosos donantes; y las rentas que ťstas dejaron,
arrebatadas Š sus legŪtimos dueŮos, han pasado Š poder de algķn insigne
patriota que hoy se pavonea con ellas en nombre de la libertad.
Tal ha sido el fin de la dotaciůn del generoso caballero Don Andrťs
Vandorne.
Coleccionistas antiguos
Tiťnense hoy por nuevas muchas cosas que no lo son; y entre ellas,
juzgan algunos que las aficiones que demuestran no pocos de reunir y
coleccionar objetos artisticos, raros ů curiosos, son achaque de la
cultura moderna, del refinamiento de nuestras costumbres ů nacidos
puramente del capricho ķ originalidad con que ciertas gentes pretenden
atraerse la atenciůn de los demas, en estos tiempos tan ansiosos de
novedades, por estimar que apartŠndose de lo corriente y vulgar ganan
plaza de hombres superiores y extraordinarios. Cierto, que, en nuestros
dŪas es muy corriente decorar y amueblar las casas con objetos
antiguos, pero esto no se hace, generalmente, ni por el noble afan de
salvarlos de la destrucciůn, ni de recrearse con su vista, ni por el
cariŮo que siente el coleccionista, sino, en la mayor parte de los
casos, por pueril vanidad, porque ęes de moda y de buen tono,Ľ como hoy
se dice, ostentarlos en la propia morada, aunque Š sus dueŮos ni se les
alcance su significaciůn ů importancia, ni menos puedan dar razůn en
caso de apuro, al ser interrogados respecto Š las ťpocas Š que
correspondan, y por tanto, ni apreciar su mťrito ů su rareza. Lo que
importa es poseerlos para pasar ante el vulgo de levita por opulento y
por culto.
No fueron ťstos los estŪmulos de los antiguos coleccionistas, ni lo son
tampoco Š fť, los de los verdaderos aficionados contemporŠneos. Aquťllos
y ťstos se afanaron y afanan en buscar y en reunir, inteligentemente,
movidos del noble intento de evitar la pťrdida ů destrucciůn de
ejemplares que importan al conocimiento de la historia de nuestras
artes; y gracias Š ellos, se ha salvado en nuestra patria buen nķmero de
objetos artŪsticos inapreciables, que sin la diligencia, el entusiasmo y
el cariŮo de sus dueŮos, habrŪan ido Š aumentar los tesoros artisticos
del extranjero.
Cuando el Renacimiento se extendiů por Europa, y en los albores del
siglo XVI invadiů con su poderoso aliento las comarcas espaŮolas,
ofreciendo el grandioso espectŠculo de la transformaciůn del mundo viejo
por un mundo nuevo, Š que contribuyeron capitales sucesos, adelantos y
descubrimientos portentosos, despertůse entonces vivŪsimo entusiasmo por
las investigaciones y estudios de la antigŁedad, y los mŠs esclarecidos
ingenios afanŠronse por hacer surgir del lecho de polvo en que hasta
entonces habŪan permanecido sepultadas en el olvido, las grandiosas
formas del arte pagano, lo mismo en el concepto artŪstico que en el
literario, apareciendo entonces aquella bizarrŪsima falanje de
anticuarios, eruditos, humanistas, jurisconsultos y poetas, enamorados
de la antigŁedad clŠsica que poblaron las universidades espaŮolas
extendiendo por todas las clases el culto de las ciencias, de las letras
y de las artes, despertŠndose nobilŪsima emulaciůn entre los mŠs
ilustres ingenios italianos y espaŮoles.
°Quť efecto no producirŪan en nuestros artistas, en nuestros capitanes y
literatos los esplendores de las grandes ciudades italianas al
visitarlas por vez primera! ŅCůmo extraŮar entonces que nuestros
antepasados enamorŠndose de aquellas bellezas, se deleitaran con su
estudio y ansiasen la posesiůn de aquellas preciosidades para
transportarlas Š sus opulentas mansiones espaŮolas!
Muchos ilustres varones sevillanos, influidos por la cultura italiana,
se nos ofrecen ya desde aquella ťpoca como entusŪastas celeccionistas de
libros, estampas, monedas, cuadros, armas, y en suma, de cuantos objetos
artŪsticos ů curiosos podian adquirir, con los cuales al mismo tiempo
que enriquecŪan sus moradas, servŪanles de enseŮanza y de gratŪsimo
recreo, librŠndolas de las garras de la ignorancia!
La historia nos ha trasmitido el recuerdo de algunos de ellos, ocupando
hasta ahora el primer lugar el insigne Don Fernando Colůn, que como de
todos es sabido, reuniů Š costa de gran suma de dinero, de infatigable
diligencia y de singular erudiciůn una de las mŠs famosas bibliotecas
del mundo, y, ademŠs, y ya este dato no es tan conocido, una
numerosŪsima colecciůn de estampas que basta solo tener en cuenta la
ťpoca en que por ťl fuť reunida, para estimarla inapreciable, y que si
hoy existiese serŪa de un interťs capitalŪsimo artŪstica y
tipogrŠficamente considerado.
Dejů el insigne bibliůfilo otra prueba mŠs de su inteligencia y de su
infatigable labor en el grueso volumen que contiene el CatŠlogo de
dichas estampas, el cual en su primera hoja lleva M. S. el epŪgrafe
siguiente, puesto, probablemente, por alguno de los bibliotecarios
capitulares del siglo XVIII. ęDe picturis quas Colůn adquisiveratĽ en lo
que no anduvo cierto quien lo escribiů, pues el CatŠlogo no fuť de
pinturas, seguramente, sino de estampas; bastando para confirmar tal
parecer el nķmero extraordinario de las que se describen y los epŪgrafes
con que estŠn clasificadas, que indican los tamaŮos del papel y los
diferentes grupos ů series que constituŪan la colecciůn; hecho todo con
una minuciosidad, que asombra la suma de paciencia invertida reveladora
del cariŮo con que don Fernando hizo el CatŠlogo[133].
Para que el lector pueda juzgar copiamos algunos asuntos:
ęNuestro SeŮor desnudo y atado Š la columna, estanle aÁotando dos judios
el que esta delante de el con la diestra tiene los aÁotes y en la
siniestra la soga de la columa no se le parece el pulgar della y junto a
el esta el juez en los Ņpechos? tiene dos botones, tiene en las manos un
setro sobro que ... no se le paresce el pulgar della, es campo negro, ay
lexosĽ (monograma dibujado por D. Fernando, de Alberto Durero y la fecha
1512.)
ęNuestro SeŮor que lo han quitado de la Cruz y esta desnudo en cueros y
con un paŮo, tiene tapadas sus verguenzas y esta echado sobre la falda
de un santo que tiene la barba endida y larga y nuestra seŮora la
diestra tiene debajo de la barba de nuestro seŮor que lo quiere besar y
se le parece la siniestra ay un Ņnaviete? y un molino de viento.Ľ
Monograma dibujado W.
ęPar de una gran peŮa esta uno sentado que con la diestra ayuda a tener
una como redoma a una muger luego esta una con una peŮa a las espaldas
luego otra que tiene dos trompetas, luego otro que tiene la siniestra
sobre un viejo vestido de pie que esta so un portal y en la siniestra
del portal esta un hombre vestido ay lexo. Monograma de una M. y F.
unidas.Ľ
Las descripciones de muchos asuntos alegůricos, como este ķltimo,
confirman el concepto de que no se describen cuadros, y ademŠs en
ninguno de los asientos se mencionan colores de trajes, fondos de oro y
otros pormenores, que, seguramente no habrŪa omitido D. Fernando
tratŠndose de cuadros.
ŅDůnde ha ido Š parar tan singular riqueza, preguntarŠ al lector?
De aquellos miles de estampas no ha quedado una en Sevilla. Es mŠs,
puede asegurarse que una vez ganado por el Cabildo el pleito Š los
frailes de San Pablo y entregada por ťstos la Biblioteca, la Corporaciůn
eclesiŠstica no recibiů la colecciůn de estampas, pues, en los varios
autos capitulares en que se tratů del pleito, menciůnase solamente la
ęLibrerŪa,Ľ y sin duda aquella no fuť tampoco Š poder de los frailes de
San Pablo, antes habŪa volado yendo Š parar tal vez Š las manos del
deudor de D. Fernando, el comerciante genovťs, Francisco Leardo[134].
Fuť uno de los průceres mŠs ilustres que honraron Š Sevilla el Duque de
AlcalŠ D. PerafŠn de Rivera, el cual por la calidad de su extirpe, por
el trato con los mŠs doctos varones de su ťpoca y por su cargo de Virrey
de NŠpoles no pudo sustraerse al influjo cultŪsimo de su ťpoca, y al de
la regiůn privilegiada en que ejerciů su mando, asŪ es que al morir,
segķn el dicho de ZķŮiga ędejů lleno el mundo de su famaĽ y nosotros
podrŪamos aŮadir que tambiťn su palacio de Sevilla con no pocos
testimonios de su cultura y de su amor por las memorias artŪsticas del
pasado, cuidŠndose de enriquecer con ellas su morada; y asŪ no es
extraŮo, que, tomando tan noble ejemplo sus sucesores, hubiesen emulado
en atesorar en la misma infinitos objetos de valŪa inapreciable para la
historia y para el arte.
Cuidůse, pues, el insigne sevillano de salvar de la destrucciůn
preciados monumentos escultůricos que sirviesen de ornamento Š su
Palacio, y Š Sevilla enviů gran nķmero de estŠtuas antiguas de Roma que
le diů el PontŪfice PŪo V, las cuales, dice ZķŮiga, se ven en el patio y
jardin de su palacio, con otras muchas insignes antiguallas, entre ellas
unas que se afirman ser las estŠtuas mutiladas de Pasquino y Marfrodio,
tan mentadas de Roma, en que nunca faltarŠ su memoria, y el sitio que
ocuparon destinado Š los libelos y Pasquines, no fŠciles de hacer
callar, ni al castigo ni al escarmiento.
A 2 de Abril de 1572 muriů en NŠpoles tan ilustrado procer y su cadŠver
transportado Š Sevilla, al siguiente aŮo recibiů cristiana sepultura en
su Cartuja de las Cuevas, de cuya iglesia tenŪan el patronato los Duques
de AlcalŠ, mediante acta notarial que fuť levantada, la cual, no nos
parece fuera de proposito extractar en este lugar, por el interťs que
despierta cuanto se relaciona con la memoria de los varones eminentes, y
por ser la primera vez que vť la luz pķblica, el curioso documento:
En 8 de Mayo de 1573 hallŠndose en la celda del Rdo. P.D. Hernando
Pantoja prior de las Cuevas, testamentario que dijo ser del Excmo. seŮor
don Pedro AfŠn de Ribera, Duque de AlcalŠ, Marquťs de Tarifa, Conde de
los Molares, Adelantado Mayor de AndalucŪa y Visorey y CapitŠn General
del Reyno de NŠpoles, difunto y estando presente Baltasar de Torres
mayordomo que habŪa sido del dho. Duque y uno de los albaceas
testamentarios del dho. Duque en lo que toca al Reyno de NŠpoles y en
presencia de Juan Pťrez escribano de Su Majestad y pķblico de Sevilla y
de los testigos y uso escritos: Baltasar de Torres hizo muestra al dho.
prior de ęvn cofre redondo de vara y media de largo poco mas o menos
con vna cubierta de baqueta, cerrado con su llaue y dixo que dentro en
el dho. cofre que alli estaba presente traia y estava el cuerpo del
dicho excelentŪsimo seŮor duque de alcala y que se le avia dado y
entregado metido en el dho. cofre el muy reuerendo padre fray miguel
ŅRani? guardian del monasterio de la cruz que diz que es de la orden de
san francisco de la hoÁervancia en la dha ciudad de napoles para que lo
truxesse a esta ciudad de Sevilla y lo entregase al dho. padre prior de
las cuevas como tal albacea del dho. seŮor duque en cumplimiento de lo
quel dexo dispuesto y hordenado por su testamento y que el en
cumplimiento dello queria entregar el dho. cofre al dho. padre prior y
luego fue abierto el dho. cofre y desliado y estava vn cuerpo que alli
dixeron que hera del dho. seŮor duque de alcala y el dho baltasar de
torres y diego melgarejo que ansi se dixo por su nombre caballerizo que
dixo aver sido del dho. seŮor duque y francisco gonzalez clerigo
presbitero capellan que dixo auer sido de su excelencia todos tres y
cada vno de los sobre dhos. juraron a dios y a la cruz en forma del
derecho quel dho. cuerpo de que allŪ hizo muestra el dho. baltasar de
torres es el mismo cuerpo de su excelencia del dho. seŮor duque de
alcala y alli lo mostraron y boluieron a liar como venia y lo metieron
en el dicho cofre y se cerro y le dio y entrego el dicho baltasar de
torres la llave del dicho cofre al dicho padre prior el qual se dio por
entregado del dho. cofre y de la dha. llave.Ľ Siguen las diligencias de
traslaciůn del cadŠver y de su depůsito en una bůveda, enterramiento del
linaje de Rivera[135].
No dejů legŪtima descendencia el Duque D. PerafŠn, sucediťndole en los
Estados de su casa, su hermano D. Fernando EnrŪquez de Ribera, el cual,
asŪmismo que los tŪtulos y bienes de su antecesor, heredů el espŪritu de
cultura de aquel, que supo quilatar, al punto de merecer los mayores
encomios de sus contemporŠneos. De ťl pudo decir un ingenio sevillano lo
siguiente:
ęEntre los seŮalados varones en Letras naturales de Sevilla, pone D.
NicolŠs Antonio al Excmo Sr. D. Fernando AfŠn de Ribera HenrŪquez, Duque
de AlcalŠ ęNon tantum eruditioni evasit prśstans atque adeo eruditorum
verus alta Mścenas.Ľ Fuť en tanto grado aficionado Š las Letras, que no
tenia rato en el tiempo que vacaba Š los negocios pķblicos, en que el
ocuparon los Sres. Reyes Catůlicos D. Felipe 3.ļ y D. Felipe 4.ļ, que no
lo emplease en darse Š la lecciůn y estudios, no solo de buenas Letras,
sino de las demŠs Ciencias, para cuyo fin juntů en su Palacio de Sevilla
y en el de Bornos muchos y muy singulares Libros de que formů muy
copiosas Librerias, siendo la de Sevilla una de las grandes del Reyno,
no solamente por el nķmero de Libros que juntů, sino por constar de
todas facultades y de exquisitos y raros Manuscritos, asŪ originales
como copias, que puso en ellas, que aun hoy se conservan muchos de
ellos, si bien deteriorados y disminuidos por la falta de la presencia
de los Excmos. Sres. en quien recayů la Casa de AlcalŠ y descuido y poca
aficiůn de los que lo han tenido Š su cuidado: y para solo poner la
LibrerŪa, labrů el Duque una pieza, tambiťn de singular hermosura y
grandeza, capaz de tanto nķmero de Libros, que adornů ęcon muchas
EstŠtuas y piedras y monumentos antiguos,Ľ que aun hoy se ven algunos,
aunque pocos, que juntů la curiosidad de este Principe, cuyo retrato se
vť en la LibrerŪa, que hace recuerdo siempre que en ella se entra, de vn
SeŮor que tanto supo honrar las letras[136].Ľ
Basta decir en elogio de lo que debiů haber sido el tesoro bibliogrŠfico
reunido por el Duque, que de ťl formaron parte las selectas librerŪas de
Ambrosio de Morales y del Doctor Luciano de Negrůn,[137] segķn dice
ZķŮiga (aŮo de 1637) consignando tambiťn que Š ellas agregů lo mŠs
estimado que saliů en su tiempo en todas lenguas y profesiones y muchos
raros manuscritos y otros estimados rastros de la antigŁedad en
inscripciones, medallas, anillos y mucho de lo semejante (sic) tesoro
que Š no auerse disipado en las peregrinaciones de su edad mayor en que
traŪa siempre consigo los mŠs exquisitos para dar Š la curiosidad los
ratos que sobrasen Š la obligaciůn y en el desavŪo de su muerte fuera
vno de los mayores que ha visto juntos en la edad presente, no solo la
EspaŮa sino la Europa toda.Ľ
El docto Rodrigo Caro nos dice, tambiťn, que en la insigne Casa de
Pilato reunieron sus dueŮos ęmuchas efigies de marmol de prŪncipes y
varones insignes antiguos y dos grandes colosos de la diosa Palas y otra
multitud de estŠtuas y despojes de la antigŁedad y el ExcelentŪsimo
Duque Don Fernando Enriquez Afan de Rivera que hoy posee esta casa, ha
juntado una gran librerŪa y en ella tantos volķmenes de todas ciencias y
letras humanas, manuscritos y medallas antiguas que compite con las mŠs
insignes del mundo.Ľ
Quť paradero han tenido tantas riquezas bibliogrŠficas, artŪsticas y
numismŠticas, ignůrase, y cuanta diligencia hemos tenido en averiguarlo
ha sido esteril. Unicamente ha llegado Š nuestras manos una ęRelaciůn de
las alhajas, Pinturas, EstŠtuas y demŠs que al presente existen en el
Palacio del duque mi seŮor Š la parroquia de San Esteban de esta ciudad
remitida Š su excelencia en el mismo dŪa 4 de Agosto de 1751,Ľ
autorizada con las firmas de NicolŠs Hortiz de Escovar y de Antonio
Ruiz de RebolledoĽ cuyo documento estimamos muy interesante, y en tal
virtud vamos Š transcribirlo. Dice asŪ:
ęRelacion individual que forma la ContadurŪa de los Estados Ducados y
Marquesados de AlcalŠ que reside en Sevilla en fuerza de orden del
Excmo. Sr. D. Luis Antonio FernŠndez de Cůrdoba EspŪnola y de la Cerda,
Duque de Medinaceli, de Feria, Segorbe, Cardona, AlcalŠ y CamiŮa,
Marquťs de Priego, del Cogolludo y de Aitona etc. etc., mi seŮor
Cavallero del insigne orden del Toisůn de Oro, del Real de sŠn Genaro y
del de Santiago. Gentil hombre de CŠmara de S. M. su caballerizo y
Vallestero de 20 de Junio del presente aŮo de 1751, de todas las
alhajas, pinturas y estŠtuas y demŠs que al presente existen en su casa
Palacio de esta ciudad Š la parroquia de San Esteban, con distinciůn de
sus clases y parajes donde se hallan colocados, que todo es en la forma
siguiente:
PINTURAS EN LA CAPILLA: Un lienzo del Descendimiento de la cruz, de dos
varas de alto y dos y media de ancho, con moldura dorada que forma
altar.
Una tabla con marco dorado de dos tercias que hace coronaciůn al altar
de Ntra. SeŮora con el NiŮo Jesķs.
Un Cristo crucificado sobre una peana Š modo de Risco todo de talla de
vara de alto.
Un San Andrťs de talla sin diadema, (que dicen la tuvo de plata) de
media vara.
Una cruz de madera de pino, de poco mŠs de dos varas y media de largo,
cinco pulgadas de ancho y tres gruesos, con sus clavos, dada de color
oscuro y una tarjeta en la parte inferior que expresa servŪa (como de
hecho sirve) para andar procesionalmente el via crucis desde dicha
Capilla, hasta el humilladero que llaman de la Cruz del Campo fuera de
la Puerta de Carmona mensura de estas estaciones.
Una columna de jaspe colorado Š vetas de cinco cuartas de alto y poco
mŠs de una cuarta de diŠmetro movible, que estŠ en medio de dicha
Capilla y es figurativa de la en que su Magestad SantŪsima estuvo atado.
Una lŠmpara de metal azofarado, de poco mŠs de media vara de largo.
Cuatro candeleros de tres cuartas de largo, del mismo metal con las
armas de la Casa y otros cuatro de madera que estaban en las Almonas.
Un atril de madera maqueado.
Dos cajones que sirven para guardar los ornamentos que sirven de
altaritos colaterales del principal para revestirse el sacerdote, con
sus frontales, que en el uno estŠ el Santo Crucifijo arriba referido, y
en el otro la SantŪsima Cruz.
Una imŠgen de talla de tres cuartas de alto de nuestra SeŮora de la
Concepciůn con su corona de plata, la imagen estofada de colores y oro
con su peana dorada, que es la que estaba en la Capilla de las Reales
Almonas.
En los cajones de la de este Palacio hay los ornamentos siguientes:
(Citanse algunos de telas lisas, sin importancia, dos calices, etc.)
SIGUEN LAS PINTURAS. Una tabla embutida en la pared, en la meseta
principal de la escalera, de ntra. SeŮora con el NiŮo Jesķs, guarnecida
de flores, con moldura dorada y cristal.
En la librerŪa hay las pinturas siguientes:
El Oratorio alto de esta Casa estŠ hoy sin uso en la librerŪa; y se
compone de un mediano retablo, y en ťl cuatro lienzos moderados, con la
Coronaciůn, el Padre Eterno, en medio San Josť, con el NiŮo Jesķs y Š
los lados S. Andrťs y San Francisco, todo pintura del clťrigo Roelas y
algo maltratadas.
Sobre la puerta de dha. librerŪa estŠ una tabla embutida en la pared,
retrato del seŮor Duque Don Pedro, de medio cuerpo, armado, de mano de
Ticiano y maltratado.
Dos tablas de mas de dos varas de alto y tres cuartas de ancho, de
nuestro SeŮor y nuestra SeŮora con vestidura Š lo antiguo, de cuerpo
entero sobre campo dorado.
Un lienzo de San Francisco de Borja de una vara poco mŠs de alto y una
de ancho.
Una tabla de Š vara, del nacimiento de nro. SeŮor Jesucristo, que dicen
fuť del seŮor Filiberto hijo del Duque de Saboya de mano de Alberto
Durero.
Un retrato del capitŠn Pedro Navarro de media vara, maltratado.
Un retrato de medio cuerpo con gorrilla y una cadena al cuello.
Un retrato del SeŮor Fernando Cortťs de dos tercias, maltratado.
Una copia ů retrato de Artemisa de tres cuartas, maltratado.
Un retrato de Ariosto con un reloj de arena en la mano, copia de Rafael
de Urbino, maltratado.
Un lienzo de dos varas de alto de SeŮor San Juan Bautista, original de
Artemisa (sic) maltratado.
Un lienzo de mŠs de Š vara de alto de medio cuerpo, armado, la mano
derecha sobre un morriůn, retrato del SeŮor Don Felipe el Hermoso.
Un lienzo de dos varas de ancho y una y media de alto con moldura dorada
de un crucifijo y Š sus pies YŮigo Lůpez de Mendoza y su mujer marqueses
de Santillana con ropaje antiguo maltratado.
Ocho lienzos de siete cuartas de alto y vara de ancho que representan
ocho artes liberales originales de Vazquez.
Una tabla de MarŪa SantŪsima nra. SeŮora con el NiŮo Jesķs con moldura
dorada de vara de alto de mano de Parma el Mozo.
Dos lienzos de mŠs de dos varas de alto y una y media de ancho con
molduras doradas de dos Emperadores Š caballo maltratados.
Dos lienzos de vara de alto de dos enanos de mano de Pacheco,
maltratados.
Un lienzo de Erodias con la cabeza de San Juan en un plato del racionero
Cťspedes.
Un lienzo de un retrato de una lŠmpara que el SeŮor Duque Don Fernando
diů Š San Antonio de Padua muy maltratado.
Ocho retratos de SeŮoras y SeŮoritas de la casa, de diferentes tamaŮos
maltratados.
Otros dos cuadros de cerca de vara de unos retratos muy maltratada su
pintura.
Cuatro caŮones de mosquete antiguos maltratados del tiempo que dicen
fueron de la batalla naval de Lepanto.
Dos escriptoritos de madera de naranjo con sus llaves, el uno de media
vara de largo y mŠs de tercia de alto con doce gavetas chicas y una mŠs
grande y el otro de dos tercias de largo y cerca de media vara de alto
con diez y seis gavetas que parece servian de estudio de medallas y
repartidas en dichas gavetas hay monedas y 51 medallas de plomo de
caracteres de PontŪfices y cosas antiguas numerables 2121 monedas y
medallas de cobre de diferentes tamaŮos y hechuras de caracteres arriba
referidos 65 de latůn, 293 cerquillos de todos tamaŮos de Bufano que
parece serŪan para poner en ellos las expresadas monedas ů medallas.
=EstŠtuas de la galerŪa alta de la librerŪa:= En esta galerŪa que mira al
jardŪn hay las estŠtuas siguientes:
Una estŠtua de marmol de Baco con la pantera Š los pies de siete palmos
de alto colocada en su nicho.
Otra estŠtua de Hťrcules de marmol moderna digo del mismo tamaŮo,
tambiťn colocada en su nicho.
Otra estŠtua de marmol moderna de cinco cuartas de alto que representa
un joven atado Š un tronco con el cuerpo escorzado.
Otra estŠtua de marmol moderna de cinco cuartas de alto que representa
una Venus con una paloma en la mano izquierda tambiťn en su nicho como
las antecedentes.
Cinco estŠtuas de medio cuerpo antiguas colocadas en sus nichos que
corren el Šmbito de la galerŪa.
Dos estŠtuas pequeŮas de medio cuerpo antiguas de la parte de afuera de
dicha galerŪa mirando al jardin que Š la una le falta el rostro.
=GalerŪa baja de la librerŪa:= En esta galerŪa que estŠ diŠfana y al andar
del jardin hay las estŠtuas y columnas siguientes:
Una estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho de cinco cuartas y
media de alto que representa la Diosa Thetis.
Otra estŠtua de marmol antigua en su nicho de ocho palmos de alto que
representa la Diosa Salus ů Higea.
Otra estŠtua de marmol en su nicho de poco mŠs de una vara de alto que
representa una mujer recostada sobre un tronco.
Otra estŠtua de marmol antigua en su nicho de poco mŠs de una vara que
representa una Venus con una paloma en la mano izquierda sobre una
columna.
Siete estŠtuas de medio cuerpo en sus nichos de marmol en la parte
superior de dicha galerŪa unas antiguas y otras modernas de emperadores
y emperatrices romanas.
Dos columnas de marmol de tres varas y tres cuartas de alto y media vara
de diŠmetro y sobre la una (porque la otra estŠ tendida en el suelo) una
cabeza pequeŮa de piedra de parangůn con el cuello de jaspe blanco.
Otra columna de marmol tambiťn, tendida en el suelo de tres varas y
cuarta de alto y una cuarta de diŠmetro.
Otra columna de jaspe verde de cuatro varas de alto y cerca de media
vara de diŠmetro y sobre ella una cabeza de marmol antigua del Emperador
Vitelio.
Otra columna de půrfido por labrar de dos varas y media largas de alto y
mŠs de cuarta y media de diŠmetro sobre la cual estŠ una cabeza de
marmol de Esculapio.
Dos estŠtuas de marmol modernas que representan dos mujeres hincadas de
rodillas en acto de orar, de vara y media de alto, maltratadas, que
memorias antiguas dicen que estaban en el convento de monjas de Madre de
Dios.
Dos estŠtuas pequeŮas de medio cuerpo de la parte de afuera de dicha
galerŪa sobre sus arcos mirando al jardŪn.
Dos Basas muy maltratadas de estŠtuas antiguas con sus inscripciones
latinas.
=GalerŪa alta del cuarto principal:= En esta galerŪa que mira al jardŪn
hay lo siguiente:
Una estŠtua de Pomona de siete cuartas de alto con la cabeza, manos y
pies de piedra de parangůn y el cuerpo de Šgata ordinario con el brazo
derecho y manos lastimados sobre su pedestal en su nicho.
Otra estŠtua de mujer tambiťn en su nicho del mismo alto con la cabeza
manos y pies de piedra de parangon y el cuerpo de Šgata ordinario.
Un sŠtiro de marmol antiguo tambiťn en su nicho de cerca de tres cuartas
de alto que tiene en la mano un botijoncito.
Un sileno de marmol antiguo tambiťn en su nicho de cerca de tres cuartas
de alto, con una botejita en la mano derecha y en la izquierda sobre el
mismo hombro un canastito con frutas.
Cinco bustos ů estŠtuas de medio cuerpo en su nichos redondos que corren
el Šmbito superior de la galerŪa.
Cuatro cabezas en nichos mŠs pequeŮos de marmol antiguo sobre los
antecedentes en los huecos de los arcos.
Dos estŠtuas pequeŮas de medio cuerpo de la parte de afuera de dicha
galerŪa sobre sus arcos mirando al jardŪn.
=GalerŪa baja de dicho cuarto:= Una estŠtua de Baco tambiťn en su nicho
con una pantera Š los pies todo de marmol de siete cuartas de alto
sobre una basa de la misma piedra.
Otra estŠtua de la Diosa Amphitrite ů Thetis con un delfin Š los pies
tambiťn en su nicho de siete cuartas y media de alto sobre una basa de
la misma piedra lastimadas las piernas y le faltan los dedos de las
manos.
Un niŮo tambiťn en su nicho de cuatro cuartas y media de alto que tiene
en la mano izquierda una paloma y en la derecha una concha todo de
marmol.
Otra estŠtua de marmol tambiťn en su nicho de tres cuartas de alto de un
pastor que lleva Š los hombros un carnero y Š los pies tiene un perrito.
Cinco bustos ů estŠtuas tambiťn en sus nichos en la parte superior de
esta galerŪa, todas de la propia piedra.
Dos estŠtuas pequeŮas de medio cuerpo de la parte de afuera de dicha
galerŪa sobre los arcos mirando al jardin.
En este cuarto hay cuatro mesas de piedra una de marmol embutida de
piedra de varios colores de cinco cuartas en cuadro y tres dedos de
grueso puesta sobre un pedestal de piedra jaspe en cuadro, otra de
piedra negra de menos de dos varas de largo y una de ancho con su pie de
madera, otra de jaspe veteado de cerca de vara y tres cuartas de largo
y vara y media cuarta de ancho, quebrado por una esquina con su pie de
madera y otra de jaspe de colores de mŠs de dos varas de largo y mŠs de
vara de ancho con guarniciůn de piedra negra embutida y su pie de
madera.
=GalerŪa grande del jardŪn:= En esta galerŪa que es diŠfana sobre arcos al
plan del jardŪn hay lo siguiente:
Una estŠtua de la Fortuna de marmol antiguo de diez cuartas de alto
sobre una basa de cerca de cinco cuartas de alto.
Otra estŠtua de Jķpiter de marmol antigua de diez cuartas de alto y le
faltan los dedos de la mano derecha.
Cuatro cabezas de marmol sobre las columnas que despuťs se expresarŠn.
Dos mascarones de marmol sobre las columnas que despuťs se expresarŠn.
Dos bolas grandes de marmol que despuťs se expresarŠn.
Una columna de jaspe verde de tres varas y cuarta de alto y cerca de
media vara de diŠmetro con su basa y capitel de marmol.
Otra columna de jaspe colorado del mismo tamaŮo que la antecedente con
su basa y capitel de marmol.
Otra columna de jaspe extraŮo de cerca de cuatro varas y media de alto y
media de diŠmetro con su basa y capitel de marmol.
Otra columna de marmol algo manchado del mismo tamaŮo que el antecedente
con unos pernos por estar lastimada con su basa y capitel de marmol
blanco.
Cuatro columnas de marmol de tres varas y tres cuartas de alto y cerca
de media vara de diŠmetro con sus basas y capiteles.
Una tabla de jaspe labrado para mesa tendida en el suelo de dos varas y
media de largo, tres cuartas y media de ancho y cuatro dedos de grueso
quebrada por varias partes.
=Cenador del jardŪn ů GalerŪa quemada:= En este cenador ů GalerŪa que
antes se quemů y hoy estŠ techada de nuevo hay lo siguiente:
Una estŠtua de marmol antigua de nuevo (sic) de nueve palmos de alto
maltratada en su nicho que representa una mujer con la cabeza cubierta
con el manto que la memoria antigua dice ser Plotina mujer de Trajano.
Otra estŠtua de marmol antigua tambien en su nicho de ocho palmos y
medio de alto que representa un Apolo con la lira en la mano izquierda y
en la derecha el Peltro (sic) lastimada las manos.
Una estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho de nueve cuartas de
alto y que representa un Mercurio con el manto que llaman clŠmide sobre
el hombro izquierdo, le falta una mano y el caduceo.
Otra estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho de siete palmos y
medio de alto que representa un senador romano con su toga, tiene los
pies y manos rotas.
Otra estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho de ocho palmos de
alto algo lastimada y que representa otro senador romano que parece ser
Cicerůn.
Otra estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho, de ocho palmos de
alto que representa una matrona romana y le faltan las manos y parte de
los brazos.
Siete estŠtuas de medio cuerpo tambiťn en sus nichos, sobre las
antecedentes todas de marmol, las cinco de emperadores romanos y las
otras dos de mujeres con el ropaje que cubre el pecho de jaspe.
=Gruta del jardŪn:= En la Gruta ů risco de este jardŪn hay una estŠtua de
marmol antigua de una mujer desnuda que parece Susana ů Venus como dice
la memoria antigua sentada para baŮarse, mayor que del natural y que
tiene lastimado un brazo.
=Paredes del jardŪn:= En el lienzo del jardŪn saliendo del cuarto
principal sobre la derecha, hay embutidas en la pared once piedras de
fŠbulas, historias y trofeos de guerra todas de relieve; unas de dos
varas y otras de menos tamaŮo y Š proporciůn su ancho con el grueso
correspondiente como figuran (sic) tablas.
En el sitio que ocupa la escalera que sube del jardŪn Š la librerŪa hay
cuatro nichos; el uno vacŪo.
En el primero estŠ una estŠtua de Esculapio de marmol antigua de siete
cuartas de alto maltratada.
En el tercero otra estŠtua de marmol antigua del mismo tamaŮo de un
hombre desnudo (maltratada) con la cabeza de barro y le falta una mano.
En el cuarto otra estŠtua de marmol antigua del mismo tamaŮo, de otro
hombre desnudo tambiťn maltratada.
En medio de dicho jardŪn hay una fuente con su taza de marmol de cinco
cuartas de diŠmetro y su pedestal de relieve toda ella de mŠs de vara de
alto con su saltadero de bronce.
En dicho jardŪn hay oculto y boveado (sic) un almacťn de 27 varas de
largo y dos varas y tercia de ancho y cuatro varas y media de alto donde
se recoge el agua para el riego con su llave y caŮůn de bronce por el
plan de ťl para su repartimiento.
=Cuarto de los primogťnitos:= En el jardŪn que estŠ en este cuarto que
llaman de los primogťnitos hay una estŠtua de Venus acostada en cama
con un cupidillo en los brazos, todo de marmol pario de siete palmos de
largo; Š la Venus le faltan las narices y al cupido el brazo izquierdo y
no tiene el arco que dice la memoria; esta estŠtua estŠ sobre una tarima
de madera debajo de un corredor de dicho jardŪn.
A los extremos de este corredor hay dos pedestales de jaspe veteados de
encarnado de poco mŠs de vara de alto y media de circunferencia sobre
los cuales parecen estaban colocados dos niŮos en figuras de aguadores
de jaspe negro veteado de menos de vara de alto con sus cŠntaros sobre
el hombro y hoy se hallan fuera de su sitio quebrados en muchas partes
incapaces de poder servir.
Sobre un estanque de material de mŠs de trece varas de largo y cinco de
ancho y una de alto, hay una estŠtua de marmol pario de una mujer
desnuda de cinco cuartas y media de alto que tiene una urna en la mano
derecha por donde echa el agua al estanque.
En los dos testeros de este jardŪn en dos huecos ů nichos de medio punto
hay dos saltaderos de agua con sus tazas pequeŮas y pedestales delgados
de marmol, toda su altura una vara.
=ZaguŠn ů patio apeadero:= A la entrada de este Palacio por la parte de
afuera sobre la mano izquierda mirando Š la plazuela hay un nicho de dos
varas y tres cuartas de alto y dos varas de ancho labrado de piedra de
jaspe veteado oscuro y colocado en ťl con su peana una cruz de la misma
piedra de dos varas y media de alto que sirve de segunda estaciůn del
Via-Crucis desde la Capilla de este Palacio al sitio que llaman la Cruz
del Campo ů Humilladero extramuros de esta ciudad.
En este zaguŠn ů patio de apeadero hay un pilůn de material para dar
agua al ganado de las caballerizas con su caŮo de bronce por donde
recibe el agua sobrante de la pila del patio principal.
A la entrada de dicho patio principal sobre su portada mirando al
Apeadero hay dos estŠtuas pequeŮas de dos ninfas de marmol que acompaŮan
Š dicha portada y Š los escudos de armas de la casa que estŠn encima y Š
los lados de ella pintados en la pared.
=Patio principal:= En dicho patio principal al rededor de sus cuatro
corredores arqueados estŠn 24 nichos ovalados de piedra marmol embutidos
en la pared en la parte superior y en ellos de firme 24 estŠtuas tambiťn
de marmol que representan parte de ellas emperadores romanos y parte
otros hťroes.
A las cuatro esquina de dicho patio fuera de los corredores mirando al
centro de ťl hay cuatro estŠtuas algo maltratadas de cuerpo entero sobre
pedestales de piedra tosca de vara y cuarta de ancho y vara de alto; la
una de marmol que representa la Diosa Palas de tres varas y dos tercias
de alto, otra de la misma piedra y tamaŮo que representa la propia Diosa
aunque en diferente postura y acto, otra de la misma piedra de dos varas
y cuarta de alto que representa la Diosa Ceres y la otra de la misma
piedra de dos varas y tercia de alto que representa la Copa Siriaca de
Virgilio segķn la memoria antigua.
En medio de dicho patio hay una fuente de cuatro caŮones con un pilon
pedestal y tasa de marmol, el pilon tiene tres varas y media en cuadro,
la taza es redonda y tiene tres varas de diŠmetro y hoy remata con una
cabeza de dos caras del Dios Jano tambiťn de marmol que parece se puso
en lugar de un sŠtiro que antes tenŪa y estaba quebrado, tiene de alto
toda la fuente desde el suelo hasta su remate cuatro varas.
=Cuartico que sirve para piedras:= En este cuarto que solo sirve para
piedras y estŠ en la galerŪa baja de la librerŪa haciendo frente Š la
habitaciůn del jardinero hay lo siguiente:
Tres cuerpos de estŠtuas de marmol sin cabezas, brazos ni piernas.
Un Cupido de marmol antiguo (durmiendo) sin piernas, de media vara de
largo.
Cuatro cabezas de marmol antiguas arrancadas de sus cuerpos, dos de
hombre y dos de mujeres sin que les vengan Š los cuerpos que no las
tienen.
Un pie de marmol que le falta el dedo pulgar de cuarta y media de largo.
Una mano de marmol antigua de una cuarta de largo.
Un vaso de marmol antiguo de relieve bajo, quebrado en la orilla, de
cerca de media vara de largo.
Una columna de půrfido de ocho cuartas y media de alto y cuarta y media
de diŠmetro por labrar.
Un pedazo de columna de půrfido mŠs fino tambiťn por labrar de cerca de
vara y media de largo y cerca de tres cuartas de diŠmetro.
Cuatro columnas de jaspe verde de ocho cuartas y media de alto y cerca
de una cuarta de diŠmetro; la una quebrada por la mitad y la otra por
varias partes.
Tres columnitas de marmol, la una de siete palmos de alto, la otra de
ocho y la otra de nueve, todas de medio palmo de diŠmetro; las dos
partidas en varios pedazos.
Dos columnas compaŮeras de jaspe veteado de encarnado de cerca de vara
de alto y una cuarta de diŠmetro cada una con su basa.
Una basa de estŠtua de marmol de una cuarta de alto y dos cuartas y
media de ancho; tres capiteles de columna de marmol el uno de palmo y
medio de alto y los otros dos menores.
Una fuente con su pedestal de marmol y sobre ťl un monstruo marino de
varias piedras y colores que sostienen la taza que es ovalada de jaspe
veteado oscuro con un subiente tambiťn de jaspe encarnado y blanco,
fŠltale el remate Š esta fuente que parece fuť hecha para sobre un
estanque, la altura serŠ de siete cuartas y media, la taza tiene de
largo vara y media y de ancho tres cuartas y media.
Seis piezas de marmol que parece sirvieren de cerco al pilůn de fuente
del jardŪn de varios tamaŮos y todas de media vara de alto y medio palmo
de grueso que por estar maltratadas parece se debieron quitar de su
sitio.
Una bola grande de jaspe sin compaŮera.
Un niŮo de jaspe veteado oscuro sentado de un lado con un delfŪn que le
abraza el cuello de media vara de alto sobre su pedestal, delgado de dos
pulgadas.
Tres piedras en tabla de pizarra la una de cuatro palmos y medio de
alto y tres de ancho dedicadas Š un tal Tempronio, (sic) otra del mismo
tamaŮo tambiťn con su inscripciůn dedicada Š un tal Valerio Propincuo y
la otra de una vara de alta y tres cuartas de ancho con su inscripciůn
dedicada Š Marco Calpurnio.
Una cabeza de marmol colosal de dos cuartas y media de alto.
Otro niŮo de marmol en acto de dormir de cuarta y media de largo.
Un relieve de marmol de una vara de largo y tres cuartas de alto,
antiguo, con dos hombres Š caballo que representa una de Cursiůn (sic).
Otro relieve de mŠrmol antiguo de mŠs de tres cuartas de alto y cerca de
media vara de ancho que representa la Diosa Salus ů Higea dando de comer
Š la culebra enroscada en el tronco de un Šrbol, maltratado.
Otros dos relieves de marmol antiguos partidos en varios pedazos.
Un medallůn de marmol con la cabeza de Nerůn de cerca de media vara de
alto y una tercia de ancho.
Dos lŠpidas de marmol antiguas, la una de cuarta y media cuadrada y la
otra menor; ambas tienen en medio labradas unas como escudillas y en sus
fondos unos agujeritos.
Un sŠtiro de marmol de tres cuartas de alto que era el que estaba por
remate de la fuente del patio principal y hoy estŠ quebrado por varias
partes.
Igualmente hay en este cuarto diferentes fragmentos menudos incapaces de
servir, de brazos, piernas y demŠs de estŠtuas y otras hechuras que no
van expresadas en esta relaciůn por no subsistir sin poderles dar
destino Š dichos fragmentos con arreglo Š las que en ellas se refieren,
como lastimadas.
Y para que asŪ conste Š S. E. el Duque mi seŮor en cumplimiento de su
citada orden habiendo tenido presente las memorias antiguas que le
acompaŮaban y se devuelven por esta ContadurŪa la firmamos en Sevilla Š
2 de Agosto de 1751.--D. Nicolas Ortiz de Escobar.--D. Antonio Ruiz de
Rebolledo[138].
He aquŪ lector Š lo que habŪan quedado reducidas las grandezas artŪstico
arqueolůgicas acumuladas por los Duques de AlcalŠ, y ciertamente que
apena considerar el abandono en que estuvieron las pinturas y esculturas
del Palacio, como lo demuestra la circunstancia de que raros son los
ejemplares que se citan que no vayan seguidos de la calificaciůn de
ęmaltratados:Ľ En cuanto al monetario, tambiťn vemos la depredaciůn que
sufriů, la cual debiů ser total en la parte de la gliptoteca, pues no se
cita ni una sola piedra grabada. Y Ņquť diremos de la famosa librerŪa?
El hecho de no mencionarla siquiera, hace suponer que ya no existirŪa,
lo cual parece confirmado porque ęhallŠbase sirviendo de almacťn al
retablo antiguo.Ľ
Tambiťn echamos de menos en el inventario la menciůn de la primitiva
cabeza de barro del Rey D. Pedro, que estuvo en las casas del Jurado
Pereda en el Candilejo, salvada de su destrucciůn por el gran Duque de
AlcalŠ D. Fernando Enriquez de Rivera[139]
Curiosa serŪa la investigaciůn del paradero de tanta riqueza, trabajo
que ķnicamente puede realizarse examinando los papeles del archivo de la
casa de Medinaceli en Madrid, adonde sin duda irŪan Š parar tal vez los
retratos y pinturas de la Casa de Sevilla y algunas de las estŠtuas
mencionadas en el Inventario de 1751.
No fueron solo los Duques de AlcalŠ los ķnicos sevillanos aficionados Š
coleccionar libros, monedas, y objetos antiguos ů curiosos por su rareza
y bien merece ocupar en estos recuerdos de antaŮo, lugar preeminente, el
ilustre historiador Gonzalo Argote de Molina, del cual, su biůgrafo, el
no menos ilustre por sus pinceles y por su pluma Francisco Pacheco, nos
dice lo siguiente:
ęDespuťs destos exercicios de las Armas se diů al estudio de las letras
y hizo en sus casas de cal de Francos (con buena elecciůn Š mucha costa
suya) un famoso Museo, juntando raros i peregrinos libros de istoria
impresa y de mano, luzidos y extraordinarios Cavallos de luzida raÁa y
vario pelo y una gran copia de Armas Antiguas y Modernas que entre
diferentes cabeÁas de Animales i famosas pinturas de FŠbula i retratos
de insignes Ombres de mano de Alonso SŠnchez Coello hazŪan maravillosa
correspondencia. De tal suerte que obligaron Š su Magestad (hallŠndose
en Sevilla aŮo 1570) Š venir en un Coche disfrazado, por orden de D.
Diego de Cůrdova a honrar tan celebrado CamarŪn. Ilustrado su
entendimiento con la lecciůn y Comunicaciůn de los mŠs doctos de su
tiempo especialmente del Licenciado Francisco Pacheco mi tio ... etc.
Por el dicho del pintor Pacheco consta que entre los retratos figuraba
el del licenciado Carlos de Negron; y Don Adolfo de Castro consigna en
sus notas al Buscapiť, que tambiťn tuvo los de NicolŠs Monardes y
Ambrosio de Morales. Al tratar de la colecciůn del ilustre Veinticuatro
sevillano, dice lo siguiente:
"El retrato de Monardes existŪa en Sevilla en el Museo de Gonzalo Argote
de Molina.
De este museo dŠ noticias el mismo Monardes, cuando al pie del dibujo
del Arnadillo (Armadillo) pone esta nota: ęeste animal saquť de otro
natural que estŠ en el museo de Gonzalo de Molina un caballero de esta
ciudad: en el cual hay mucha cantidad de libros de varia lecciůn, y
muchos gťneros de animales y aves y otras cosas curiosas traŪdas asŪ de
la India Oriental como Occidental y otras partes del mundo y gran copia
de monedas y piedras antiguas y diferencias de armas, que con gran
curiosidad y con generoso Šnimo ha allegado.Ľ
Este museo, continķa Castro, fuť uno de los primeros de Europa en aquel
tiempo, y tal vez, el ķnico de EspaŮa. En ťl tambiťn paraban los
retratos de aquellos varones que por sus letras y erudiciůn en todo
gťnero habŪan ilustrado ť ilustraban Š AndalucŪa.
Ambrosio de Morales en los cinco libros ępostreros de la Crůnica general
de EspaŮaĽ (Cůrdoba 1586) pone antes de unos versos de Argote de Molina,
en favorable recomendaciůn de su obra, estas palabras:
ęELOGIO DEL MUY ILUSTRE SE—OR DON GONZALO ARGOTE Y DE MOLINA YERNO Y
ŕNICO HEREDERO DEL CONDE DE LANZAROTE Y FUERTEVENTURA AL RETRATO DE
AMBROSIO DE MORALES QUE SE VEÕA EN SEVILLA EN SU GRAN MUSEO ENTRE LOS
OTROS RETRATOS DE LOS VARONES ILUSTRES EN LETRAS DEL ANDALUCÕA QUE EN EL
ESTABAN.Ľ
* * * * *
Un ilustrado biůgrafo del famoso mťdico Nicolas Monardes consigna los
siguientes datos, juzgŠndolo como docto coleccionista de objetos de
Historia natural:
ęMonardes reuniů un museo de objetos naturales constituido por
substancias medicinales procedentes de Amťrica, que aunque no numeroso,
era sumamente notable por lo raro de los ejemplares que coleccionů, y
sobre todo, por la novedad que entonces ofrecŪan unos objetos reciťn
aparecidos en el horizonte cientŪfico y acogidos con el entusiasmo que
se reciben las novedades que se presentan envueltas entre los
esplendores de la grata esperanza de hallar en ellas remedios mŠs
eficaces y seguros para combatir las enfermedades que los hasta en aquel
dŪa conocidos. Es uno de los museos mŠs antiguos que se han formado; y
Beckman lo cita como ya existente en 1554, es decir, que llegů Š tener
fama entre sus contemporŠneos como digno de ser conocido y estudiado.
DŪcese que sirviů de modelo y estŪmulo Š Argote de Molina y Š Rodrigo
Zamorano para que Š su vez reunieran entonces en Sevilla gran nķmero de
objetos naturales, de todo lo cual resultů un verdadero progreso
cientŪfico. La colecciůn de Monardes ofreciůle motivo y base fundamental
para sus escritos, y singularmente para la obra titulada ęHistoria
medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias OccidentalesĽ,
que es indudablemente, su trabajo de mŠs empeŮo.
Que la colecciůn de objetos naturales traidos de Amťrica, formada por
Monardes, llegů efectivamente Š constituir un notable museo, lo prueba
la circunstancia de que se cita por todas las personas dedicadas Š estos
estudios, y es, segķn el referido Beckman uno de los mŠs antiguos que
han existido refiriťndose al aŮo 1554, y aunque los indicados Argote de
Molina y Rodrigo Zamorano se ocuparon en Sevilla en reunir substancias
de esta Ūndole, no llegaron estas colecciones Š igualar Š la de
Monardes, ni en el nķmero de ejemplares, ni tampoco en las condiciones
especialŪsimas de los mismos, dignas de ser tenidas muy en cuenta por lo
conveniente para el estudio, en todos conceptos, asŪ como por el valor
cientŪfico, importancia y criterio en la elecciůn de los objetos
coleccionados, que superaba Š todos.
El conocimiento de las substancias que procedentes de Amťrica llegaban Š
sus manos lo hacia con verdadera fť y entusiasmo, profundizando hasta
donde lo permitŪan los conocimientos de la ťpoca, todo lo relativo Š
esos cuerpos, verdaderas novedades entonces, describiťndolos con gran
minuciosidad y copia de datos, que revelan el criterio de aquel tiempo,
y Š la vez sagacidad de quien por vez primera tenŪa la fortuna de dar Š
conocer al pķblico unos objetos que constituŪan casi en su totalidad una
conquista de la ciencia y un nuevo consuelo Š la doliente
humanidadĽ[140].
El famoso matemŠtico y cosmůgrafo Jerůnimo de Chaves, tan encariŮado
estuvo con los curiosos objetos que llegů a reunir, que quiso ponerlos
Š salvo para lo futuro consignando la siguiente clŠusula en su
testamento;
ęyten digo que yo tengo en mi escritorio muchos e muy buenos libros e
instrumentos de mi arte y otras muchas cosas curiosas ť vidros y todo lo
tengo puesto por buen orden de manera que esta adornado, por tanto yo
dexo e mando todo lo que esta dentro del dicho escritorio de la manera
questa en ťl eceto el dinero al monesterio e convento de ntra. SeŮora de
la cartuxa extramuros desta Áibdad para efeto que todo lo pongan en vn
aposento del dicho monesterio por horden como yo lo tengo para
recreacion de los muy reverendos padres prior e frailes del dicho
monesterio para que lo puedan enseŮar a cualquier seŮor que vaya al
dicho monesterio pero de tal manera lo enseŮaren que no consientan que
se saque ninguna cosa porque es mi voluntad que no se pueda vender ni
dar a ninguna persona sino que siempre este en el monesterio.Ľ
Desgraciadamente tambiťn se ha perdido hasta el rastro de ťsta, que
debiů ser inapreciable colecciůn de curiosidades, y varias fueron las
garantŪas que tomů el insigne sevillano para poner Š salvo de la
destrucciůn lo que con tanta inteligencia, dispendios y celo exquisito
llegů Š reunir en el discurso de su vida, y que considerů digno de que
se conservase para estudio y recreo de cuantas personas visitasen el
monasterio[141].
* * * * *
Al tratar de la biblioteca del Duque de AlcalŠ D. Fernando Enriquez de
Rivera, hicimos mťrito de pasada, del acrecentamiento que tuvo con la
riquŪsima del doctor Luciano de Negrůn. Y ahora que de ťste tratamos en
particular, no debemos omitir lo que consignů Pacheco en elogio de tal
tesoro bibliogrŠfico, en las siguientes frases:
ęFuť sepultado (el doctor Negrůn) con general concurso en la Iglesia
Mayor, dentro de la Capilla de la Antigua, dexando para memoria suya una
famosa librerŪa hecha Š gran costa (donde fueron muchos los libros que
en ella juntů de todas Facultades y Lenguas) tan conocida y alabada en
EspaŮa que no fuť inferior Š la de Tiramniůn que floreciů en tiempo de
Pompeyo el Magno ni Š la que el Emperador Gordiano juntů ni Š las demŠs
que los antiguos escritores encarecen. I siempre la iva aumentando para
que viniesse Š manos de un tan docto y esclarecido PrŪncipe como Don
Fernando Enriquez de Ribera tercero Duque de AlcalŠ.Ľ
No se redujo la aficiůn del ilustre Doctor sevillano Š los libros,
tķvola tambiťn Š las pinturas, reuniendo, asŪmismo, ejemplares
escultůricos que sirvieron de preciado adorno Š su biblioteca, segķn
consta de la siguiente clŠusula de su testamento.
ęyten mando a la fabrica desta sancta yglesia en obediencia del motu
proprio de la santidad de pio quinto y en conservaciůn del derecho que
por el tiene adquirido lo siguiente:--Vna figura de xpo. nro. redenptor
de plata en vna cruz de evano, yten otra figura de xpo. de marfil con su
caja y cruz, yten vna cruz de evano guarnecida con diversos vidrios de
colores y con su pie, yten dos quadros de xpo. nuestro redentor y
nuestra seŮora y los doze apůstoles y san juan baptista y san pablo y
san marcos y san lucas que son todos diez y ocho que estŠn en mi
libreria y otro retrato grande guarnecido como los demŠs de xp. nuestro
redenptor con la corona y caŮa y soga y nuestra seŮora que se llama
passio duorum y otra imagen grande de santa maria del populo y otra de
nuestra seŮora que tiene en sus manos al niŮo Jesķs con vn velo y otra
ymagen de san nicolas de tolentino puesto en oracion y otra de la
magdalena que llaman tulerunt dominus. m.l. y cuatro lienzos del
bassanis estan por guarnecer del nacimiento, circuncisiůn y lanÁar del
templo xļ ementes et vendentes y el nacimiento del baptista y un san
Gregorio y san geronimo, san agustin, san ambrosio, dos de santo thomas,
san esteuan, san lorenÁo, san sebastian, santo domingo, dos de san
francisco y otro de xļ nuestro redenptor y otro de nuestra seŮora que
son por todos veynte e Áinco questan en el oratorio los quatro por
guarnecer y los veynte e vno guarnecidos y con los de la librerŪa vienen
a ser todos quarenta y tres ymagenes como estan referidas todas, mando
se den Š la fabrica de la sancta yglesia para que si los dichos seŮores
dean y cabildo les pareciese acomodarlos en la sacristia mayor o en los
altares colaterales de las reliquias.
yten mando las ocho figuras de escultura hechas de madera que estan en
mi libreria a la dha. fabrica que son de xpo. nro. redenptor y de adan,
noe, abraham, moises, aaron, daniel, elias, para que los dichos seŮores
dean y cabildo (si les pareciere) lo manden situar en los dos arcos
vazios questan en la sacristia mayor correspondientes sobre los caxones
o donde mŠs sean seruidos.Ľ
Ignoramos la suerte que han corrido los cuadros mencionados. En cuanto Š
las esculturas podemos asegurar que no existen.
* * * * *
Al tratar Francisco Pacheco en su Libro de retratos del Maestro
Francisco de Medina dice:
ęEsta muerte del marquťs de Tarifa fuť al prudente varon causa de
retirarse (dejando la Catedra de San Miguel y la pompa de palacio) en lo
mŠs apartado de los arrabales desta Ciudad Š vida quieta donde dispuso
un riquissimo Museo de rara librerŪa y cosas nunca vistas de la
antigŁedad i de nuestros tiempos ... etc. MŠs adelante aŮade: ędexů (por
su muerte) grandes curiosidades de papeles de estampas i de escritos de
las cosas mŠs notables de su tiempo, de pinturas originales, de monedas
antiguas de todos metales ... etc.
* * * * *
El maestro Rodrigo Zamorano, Piloto mayor delas flotas de las Indias,
examinador de maestres de las misma carrera que tuvo en Sevilla un
gabinete de cosas naturales de Amťrica escribiů la CronologŪa ů
repertorio de la razůn de los tiempos impreso en la dicha ciudad en
1585, obra todavia digna de ser consultada por los marinos, asŪ como por
los agrůnomos y metereologistas. Tuvo correspondencia con el botŠnico
Clusio segķn lo demuestra una carta escrita en 1603 que se halla entre
las ęC.C. Hispaniensium epistolśĽ publicadas por Asso en Zaragoza el aŮo
de 1793[142].
Hallamos ampliada la anterior noticia con los objetos que coleccionaba
el Maestro, por el Sr. Rodriguez MarŪn, en las siguientes frases:
ęEl Ldo. Rodrigo Zamorano como examinador de Maestres de la Carrera de
Indias, cada maestre que va tiene Š dicha traerle alguna cosa nueva ů
extraordinaria y asŪ tuvo las paredes de los portales de su casa todas
llenas de estas conchas, peces y animales muy de ver[143].
Probable es que tan precioso museo de Historia natural hubiese sido
conservado y enriquecido por Rodrigo Zamorano de Ozeta, hijo del docto
cosmůgrafo, pues, que en todo vťmosle seguir el noble ejemplo de su
padre, y en tal virtud Š 18 de Septiembre de 1636 le fuť expedido el
tŪtulo de Piloto mayor Cosmůgrafo y CatedrŠtico de cosmografŪa, para
sustituir al capitan Lucas Guillťn de Veas. Es, por tanto, razonable
suponer que atendiera cariŮosamente Š la conservaciůn de tanto objeto
raro y curioso, no sůlo por respeto Š la memoria de su padre, sino por
propios gusto y enseŮanza[144].
* * * * *
Don Pablo Espinosa de los Monteros dŠ noticia de otro docto
coleccionista[145] en el pŠrrafo que copiamos:
ęLa piedra de este sepulcro (la del PontŪfice Honorato existente en el
vestŪbulo de la Biblioteca Colombina) estuvo muchos aŮos en esta Ciudad
sin ser conocida, entre pedaÁos de ruinas de edificios hasta que nuestro
gran sevillano (sic) Arias Montano la conociů, con la luz de su
celestial ingenio y la llevů Š su casa, donde la tuvo en la veneraciůn
que era justo. Despuťs de su muerte volviů Š estar en el primer olvido y
desprecio hasta que el Doctor Ioan de Torres noble hijo desta gran
Ciudad y muy diligente en adquirir memorias de AntigŁedad la llevů Š su
casa donde oy la tiene entre el tesoro de tantos libros y curiosidades,
cuantas no serŠ posible dezir, ni facil el verlas por su mucho nķmero.Ľ
* * * * *
ęContemporŠneo de los ilustres sevillanos que dejamos mencionados, ťmulo
de ellos por su saber y por sus cultas aficiones, fuť el ilustradŪsimo
malagueŮo Don Adan Centuriůn, cuya memoria ha ilustrado con interesantes
datos biogrŠficos el docto escritor Dn. Antonio Aguilar y Cano, al cual
debemos los siguientes datos.Ľ
ęEl Marquťs del Aula distinguiůse como cultivador incansable de las
antigŁedades[146]. AsŪ en lo que Š la ArqueologŪa se refiere, como en lo
concerniente Š la FilologŪa, MitologŪa, Historia y sus ciencias
auxiliares. El insigne D. Antonio Delgado ocupŠndose de nuestro D. Adan
bajo el aspecto de anticuario, le califica de personaje poco conocido,
pero, sin duda, de vasta instrucciůn y juiciosa crŪtica; el licenciado
Rodrigo Caro compara alguno de sus trabajos con los de Isaac Casaubůn y
J. Scaligero, HŁbner le distingue entre sus coetaneos, el marquťs de
Valde Flores le llama muy docto caballero; el Padre Barco le califica de
muy sabio y erudito y muy instruido en todo gťnero de letras; por
ķltimo, D. Nicolas Antonio, dice: que aŮadiů Š la nobleza heredada de
sus mayores, el clarŪsimo ornamento de su amor y estudio de las bellas
letras, y que por sus conocimientos de la antigŁedad y por su erudiciůn,
fuť justamente tenido en grande estima entre los prŪncipes de la
literatura de nuestra Patria en su siglo ...
Una envidiable posiciůn social y cuantiosŪsimas riquezas permitiťronle
alimentar sus aficiones y perfeccionar sus conocimientos con una costosa
y gran biblioteca, en que se hallaban, al decir de Barco, los mŠs
selectos libros de todas las facultades y una numerosa colecciůn de los
mŠs preciosos manuscritos de que tuvo noticia. TenŪala repartida entre
su palacio de Estepa y sus casas de recreo de Lora y Gilena. AyudŠronle
en sus tareas literarias y en la de coleccionar antigŁallas su hijo
natural D. Juan de Cůrdoba y su sobrino D. Juan Bautista Centuriůn,
alcanzando con tales elementos, resultados, para su tiempo bien
extraordinarios.
De los monumentos romanos hizo tanto aprecio, que al decir de un
escritor, no perdonů diligencia ni gasto para recoger cuantos pudo
encontrar en Estepa y su estado, y aun fuera de ťl y los coloců en un
palacio que edificů en Lora, si bien ocultando su nombre tras el de su
hijo y colega en aficiones Don Juan de Cůrdoba. A la puerta de aquel
suntuoso edificio se leŪa una inscripciůn latina[147] que traducida al
castellano dice asŪ:--Para perpetua memoria--D. Juan de Cůrdoba
Centuriůn de Adan, hijo del marquťs de Estepa del consejo del Rey de
EspaŮa Felipe el Grande atendiendo al interťs que pudiera ofrecer Š la
posteridad, recogiů con esmero estos fragmentos mutilados de los tiempos
antiguos, esparcidos violentamente por el territorio de Estepa,
salvŠndolos asŪ en lo posible de su completa destrucciůn y procurů
colocarlos con este orden, consignando los nombres de los lugares de
donde fueron extraidos, para que cada uno de ellos conservase el honor
de su antigŁedad. AŮo de la Era cristiana, 1659.Ľ
La colecciůn constaba de cinco estŠtuas, catorce inscripciones, y buen
nķmero de fragmentos arquitectůnicos y otras antigŁallas. En su mayor
parte, por disposiciůn del Sr. D. Francisco de Bruna Ahumada oidor
decano de la real audiencia de Sevilla y Alcaide del Real AlcŠzar de
dicha ciudad, autorizado al efecto por el Conde de Floridablanca, fueron
trasladadas Š la colecciůn que se formů Š fines del siglo anterior en el
citado AlcŠzar y que hoy forma parte del Museo provincial de
AntigŁedades.
* * * * *
El Sr. Aguilar y Cano, de quien hemos copiado los anteriores datos, nos
facilita otros muy interesantes, que Ūntimamente se relacionan con el
objeto que nos hemos propuesto en este artŪculo, dŠndonos Š conocer el
CatŠlogo de la pinacoteca que perteneciů al Sr. marquťs de ArmuŮa,
notable coleccionista de cuadros, vecino de la misma ciudad de Estepa,
en que figuraban ademŠs de muchos asuntos religiosos, otros tambiťn
numerosos de vistas de ciudades, paisajes, retratos, cacerŪas,
bodegones, etc., cuya simple enumeraciůn[148] da Š conocer el subido
interťs artŪstico de aquella galerŪa, que juntamente con la de D. AdŠn,
reuniťronse en D. Francisco Cecilio Centuriůn y Cůrdoba hijo y sucesor
de D. Adan y nieto del de ArmuŮa; la cual es probable pare hoy en poder
del descendiente de aquel, Excmo. Sr. Duque del Infantado.
* * * * *
Por ķltimo citaremos Š otro sevillano doctŪsimo y gran bibliůfilo D.
Juan Lucas Cortťs, del cual D. Justino Matute dice: Fuť tan afecto Š
libros, que acopiů una librerŪa que se vendiů en 40.000 ducados por su
muerte, sacados los gastos[149].Ľ
* * * * *
Hasta aquŪ las noticias que tenŪamos reunidas, de las que nos habŪan
salido al paso al efectuar otras investigaciones. Abrigamos la seguridad
que cualquier curioso que preste su atenciůn al mismo asunto, ha de
encontrar sin gran esfuerzo muchas mŠs de las que nosotros hemos
reunido; pues, seguramente, aquellos ilustres varones, ornamento de esta
ciudad y de las patrias letras y de las artes, coleccionaron sobre
todo, libros raros, manuscritos, pinturas, esculturas y monedas,
siguiendo los ejemplos de los magnates con quienes sostenŪan
estrechŪsimas relaciones, pues dichos ejemplos producen siempre tan
nobles y beneficiosos resultados, estimulando en unos la tibieza ů
aumentando en otros el entusiasmo, cuando se vive como se vivŪa
entonces, rodeado de una atmůsfera de refinada cultura y de exquisito
gusto.
Es razonable, por tanto, suponer, que hombres tan cultos y eruditos como
el maestro Pedro de Medina, el Bachiller Peraza, el Ldo. Pacheco, Pedro
Mexia, Pedro NķŮez Delgado, Espinosa de los Monteros, Alonso de Morgado
y tantos otros mŠs que ennoblecieron nuestra patria, recogerian,
amorosamente, libros impresos y manuscritos, monedas y cuantos objetos
curiosos venŪan Š sus manos, aficiůn que no decayů en los ilustres
varones sus sucesores, trasmitiťndola Š su vez Š los que florecieron en
el siglo XVIII, entre los cuales sobresaliů por su amor ť inteligencia
en artes, letras y antigŁedades el famoso D. Francisco de Bruna, Š quien
por su autoridad y prestigios llamaron, nada menos, que el SeŮor del
Gran Poder, representante de la cultura sevillana de su siglo; muchos de
todos los cuales, asŪ como de los contemporŠneos, trataremos en otra
ocasiůn, para no fatigar al lector demasiado, con este ya tan largo
artŪculo, contentŠndonos por ahora con citar los nombres de sus ilustres
contemporŠneos, Valiente, Serna, Sotelo, Blanco, Lista, Reinoso, Arjona,
Forner, Oviedo, Marmol, GermŠn y Ribůn y Baquerizo, con otros mŠs que no
recordamos en este momento.
EFEM…RIDES SEVILLANAS
=1416=
Este aŮo vino Š esta Áibdad don fernando obispo de cordoba sobre razon
de los debates e contiendas que son entre don enrrique conde de niebla
et don alfon de guzman su hermano et don juan ponce de leon seŮor de
marchena et entre don juan de guzman hermano del dicho conde e don pedro
de astuŮiga e martin fernandez de puerto carrero para tratar entre ellos
paz e sosiego.
Mandů el concejo se diesen al obispo para su ayuda de costa cinco
cafices de ceuada et cinquenta pares de gallinas et doze carneros et dos
cargas de vino bueno.
=1420=
Llegaron a esta ciudad Fray Juan y Fray Pedro frayles del monasterio de
Santa Catalina de Monte Sinay, que venŪan pidiendo limosna por todo el
mundo, porque la Áibdad mŠs cercana a su monasterio era la de Damasco la
cual habŪa sido destruida por el rey Ņmoranto? con otras gentes entre
las que habŪa grandes guerras y asi habŪan perdido su mantenimiento. Se
le dieron 500 maravedises de limosna.
=1441=
Por una carta de D. Juan II fecha en Toro Š 15 de Diciembre de 1441,
fueron desterrados de esta ciudad y de cinco leguas Š la redonda D. Juan
Conde de Niebla, D. Pedro Ponce de Leon Conde de Arcos, D. Alonso de
Guzman y D. Juan de Leon, ordenando al Concejo, que si no obedecŪan, se
juntasen con el Pendon de Sevilla y le obligasen a cumplir su mandato.
=1450=
Se recibiů en esta ciudad carta del Adelantado PerafŠn de Ribera fecha
en Osuna Š 25 de Mayo, notificando Š la ciudad que los moros habian
tomado la villa de Ortexicar.
=1453=
En 21 de Noviembre se recibieron Cartas del Rey D. Juan II y de la Reyna
D™ Isabel notificando Š la ciudad el nacimiento de un infante y fuť
acordado que se verificasen procesiones, se corriesen sortijas,
celebrŠndose justas y una corrida de diez toros, delante de las puertas
del AlcŠzar.
* * * * *
Este aŮo hubo toros y justas, para cuyas fiestas se hizo un palenque en
las Gradas, por el nacimiento del infante D. Alonso: trajo las cartas
del Rey con la nueva Juan de Monsalve Maestresala de su alteza Š quien
se dieron 1000 maravedises de albricias y 13000 Š Diego de Carranza que
trajo otra carta de la Reyna.
=1454=
Hiciťronse en esta ciudad las exequias por el rey D. Juan II y mandů el
Concejo que se diesen al Bachiller Anton GonzŠlez, procurador de los
Sres. Dean y Cabildo de esta Sta. Iglesia 2000 maravedises, en enmienda
del afŠn y trabajo que tomů.
=1455=
Entrů en Sevilla Enrique IV con la reyna D™ Juana.
La ciudad les sirviů con su esplendidez acostumbrada, dando al rey mil
doblas de oro castellanas y Š la reina mil maravedises y 5000 Š los
servidores, ademŠs gastů considerables sumas en paŮos de brocado
regalados Š los reyes, en la pintura de las antorchas, en las justas y
en la seda conque se premiů al mejor justador, con otros muchos
dispendios.
=1457=
Llegaron Š esta ciudad dos caballeros de la ciudad de Constantinopla
llamados Nicola Tragonet y Alejandro Canano, los cuales habŪan sido
cautivados por los turcos con sus mujeres ť hijos cuando aquella ciudad
fuť ganada y para no renegar de la fe catůlica se rescataron por grandes
precios y para buscar dinero conque rescatar Š sus mujeres ť hijos, con
gran vergŁenza de sus linajes pedŪan limosnas por la cristiandad,
solicitando del Concejo les diesen 17000 maravedises. La Ciudad dispuso
que el jurado Juan Mexia los buscase prestados pues no tenŪa en sus
arcas dicha suma y asŪ se hizo.
=1461=
Se recibieron en la ciudad tres cartas Reales, una para que se quitasen
los muladares que mŠs podŪan perjudicar, otra sobre rufianes y
vagabundos y la tercera prohibiendo los tableros y juegos de dados.
=1467=
En 31 de Agosto trajo Š Sevilla Alvaro de Goa la noticia ędel
vencimiento que Š Dios ntro. seŮor plogo de dar al rey don alfon ntro.
seŮor en la batalla que su alteza agora diera contra don enrrique su
aduersario et contra los que con el venŪan.
La ciudad le diů en albricias 10000 maravedises.
=1468=
En Agosto de 1468 partieron de Sevilla su alcalde mayor Diego Ceron y
Juan de Pineda escribano mayor y Juan RamŪrez de Segarra y Francisco de
Alfaro para ir Š besar la mano y recibir por princesa de Castilla Š D.™
Isabel.
=1470=
Trajo Š la ciudad D.™ Constanza Manuel, dama de la reyna Catůlica la
carta en que noticiaba el nacimiento de la princesa D.™ Isabel.
=1473=
Se recibiů en esta ciudad carta de D. Enrique IV dada en Simancas Š 25
de Febrero concediendo el oficio de Almirante mayor de la mar Š D.
Alfonso Enriquez.
=1474=
Se hizo la concordia entre los seŮores Duque de Medina y Marquťs de
Cadiz, la cual hizo D. IŮigo Lůpez de Mendoza Conde de Tendilla, al cual
le diů la Ciudad 7000 maravedises por las costas y gastos que habŪa
hecho y 53000 Š Alfonso de Velasco por los mismos que hizo en los dŪas
que estuvieron en su lugar de Marchenilla los dichos seŮores y otras
personas tratando de la paz.
=1475=
Trajo Š Sevilla la noticia de la toma de Zamora, Diego SedeŮo, mozo de
espuelas del rey, al cual se dieron 11000 maravedises.
=1477=
De Medina del Campo Š 26 de Diciembre escribiů Š la ciudad el rey
catůlico para que buscasen al jurado Juan AlemŠn que matů con asechanzas
al salir de palacio Š Alfon NuŮoz fŪsico del rey.
=1479=
Partiů de esta ciudad el Mariscal Fernan Arias de Saavedra Veinticuatro,
para jurar y recibir en nombre de la misma al PrŪncipe D. Juan por
primogťnito heredero de estos reinos, con 50,0000 maravedises como ayuda
de costa.
Por carta de la Reina Catůlica fecha en esta ciudad Š 23 de Febrero se
prohibiů que nadie hiciese molinos de la forma que los habŪa inventado
Maestre Pedro Azlor fŪsico de S. A.
=1480=
En 15 de Mayo de este aŮo presentaron una peticiůn al Cabildo de la
ciudad Fr. Alonso de Medina y Fr. Alonso de Sevilla para que se les
concediese un pedazo de terreno que querŪan aumentar al que les habŪa
dado el virtuoso caballero LuŪs de Monsalve en el cual iba Š ser
edificada la ermita de San Onofre ędonde estŠ la cruz en el camino que
viene de la Rinconada.Ľ
=1482=
Recibiůse en esta ciudad carta del Rey Catůlico, su fecha en Cůrdoba Š
primero de Abril pidiendo cien caballos y mil peones para abastecer y
pertrechar la ciudad de Alhama.
=1483=
En este dŪa por la maŮana miťrcoles 23 de Abril vino nueua a esta Áibdad
que entrando el rey moro y el alatar de loxa y otros moros a correr a
luÁena salieron el duque de najara e el conde de cabra y otros
caualleros y los desbarataron y prendieron al rey moro y a tres hijos
del alatar y a otros muchos moros principales y mataron el alatar y a
otros caualleros moros la qual nueva vino per cartas a la cibdad e se
pregonů con mucha alegrŪa en las gradas de esta cibdad.
* * * * *
Fernando de Ecija vecino de esta ciudad trajo la nueva de como el conde
de Cabra y MartŪnez Alonso y otros caballeros habŪan desbaratado y
cautivado al rey de Granada y otros muchos caballeros y peones que le
acompaŮaban.
La ciudad le diů 3000 mrs. de albricias.
* * * * *
En Marzo partiů de Sevilla Pedro de Rojas lugarteniente de Asistente
para averiguar ęla desaventura acaecida en tierra de moros asy al seŮor
conde de Cifuentes como Š los caballeros que con ťl fueron desta
cibdad.Ľ
* * * * *
ęlunes dos de junio non se fizo cabillo porque salio el pendon real
desta Áibdad para yr con el rey nro. seŮor a la tala de Granada.Ľ
=1487=
HallŠndose en esta ciudad los Reyes Catůlicos expidieron una carta fecha
a 3 de Diciembre para que el Consejo permitiese Š Maestre Ramiro maestro
mayor de la artillerŪa que cortase la madera que juzgara conveniente de
los montes pķblicos asŪ como para que sacase de las minas de Sevilla y
Cůrdoba lo que necesitara para la construcciůn de piezas de artillerŪa.
* * * * *
SŠbado 25 de Agosto entrů en Sevilla el Pendůn Real por la toma de
MŠlaga y fuť recibido muy solemnemente.
=1492=
En 18 de Enero entraron triunfantes en esta ciudad su Pendůn y milicias
por la toma de Granada. Pregonůse su llegada para que todos los
caballeros escuderos y personas que tuviesen cabalgaduras, saliesen Š
recibirlos Š la Puerta de la Macarena Š las 7 de la maŮana juntamente
con todos los ministriles que tuviesen ęatambores e atabales e
tamborinos e trompetas e cheremias e gaitas e panderetes salgan al dho.
recibimiento y vengan taŮendo delante del pendon.Ľ
* * * * *
Domingo 26 de Agosto: ęeste dŪa traxieron al seŮor Duque de
Medina-Sidonia falleÁido de la Ņvida? presente por el rŪo de la su villa
de sanlucar de barrameda e lo enterraron en el monesterio de sant ysidro
el qual diz que muriů supitamente.Ľ[150]
=1496=
14 de Agosto ędia de nra. seŮora, este dia fizo el seŮor don Alfon de
guzman alguacil mayor de seuilla fiesta en la plaÁa de sant francisco
desta Áibdad de juegos de caŮas e toros e estuuo presente a ellas el
seŮor duque de medina-cydonia e el alcayde de los donceles e otros muy
nobles caualleros los quales se fizieron muy cumplidamente.
=1500=
ęEste dia martes 18 de febrero partio el Pendon Real desta Áibdad de
seuilla para yr a fazer guerra a las Alpuxarras que estan alÁadas dios
nro. seŮor lo trayga con vitoria amen.[151]
* * * * *
Jueves 3 de Abril: Este dia entro en esta Áibdad el rey de nauarra e
saliole a recibir el rey nro. seŮor e otros muchos grandes seŮores con
el.[152]
Debiů ser Juan de Albret, marido de la reina Catalina hermana de
Francisco Febo.
=1502=
En 15 de Febrero de este aŮo hŪzose entrega por los moriscos de esta
ciudad de la mezquita de la MorerŪa al Adarvejo, cumpliendo el mandato
de los Reyes Catůlicos; siendo asistente el Conde de Cifuentes.
=1503=
Hubo una avenida tan grande del Guadalquivir que rompiů la puente.
=1508=
A 27 de Agosto entrů solemnemente en Sevilla el Rey Catůlico. La ciudad
erigiů en su honra trece arcos, los cuales hizo Alonso RodrŪguez Maestro
mayor de la Santa Iglesia y se le dieron por su trabajo 15000 mrs.
Tambiťn se lidiaron toros y hubo cucaŮas en la plaza de San Francisco y
Puerta de Jerez, dŠndose por premios unas calzas y un jubon en la
primera y un pedazo de terciopelo en la segunda y los caballeros
corrieron sortijas premiŠndose al vencedor con 7 varas de terciopelo
verde.
=1511=
En este aŮo hallŠndose en las casas del Dr. Alvarez Chanca posando D.
Antonio de Rojas, Arzobispo de Granada, entablů la reclamaciůn del
diurno concedido por la Reina Catůlica Š las iglesias de las Alpujarras.
* * * * *
En 18 de Junio estando en el AlcŠzar, fuť armado caballero por el rey
Anton Garcia Armador (Ņde las galeras?) en premio de sus servicios de
cuyo acto dieron fť los escribanos de Sevilla.
DŪa de Santiago se jugaron toros y caŮas en la Plaza de San Francisco.
=1512=
ŅEste?... dŪa 2 de Septiembre fizieron justiÁia de juan de montoro
criado de la marquesa de Ņmoya? porque el postrero dia del ochauario de
nra. seŮora de agosto deste aŮo mato a la mujer del dotor juan saluago
alcalde mayor de seuilla a ruego del dŪcho dotor por lo complazer. era
ella fija de anton quebrado y la muerte que le dieron al dicho juan de
toro[153] fue que lo arrastraron y le cortaron la cabeÁa en la plaza de
sant francisco y ambas manos y lo descuartizaron y pusieron la cabeÁa en
la picota y la vna mano a la casa de la puerta del dotor a cal de
francos y la otra en el logar donde la mato a la plaÁuela de los
torneros y los quatro quartos cada vno a las puertas de la Áibdad y el
dho doctor se metio a fraile en sant geronimo donde esta oy dia dios los
perdone a todos[154].
=1516=
ęEn este dŪa, sŠbado 10 de Mayo, se alÁaron pendones en esta Áibdad de
seuilla por los muy altos e muy poderosos la Reyna doŮa Juana e el Rey
don Carlos su fijo nros. seŮores dios nro. SeŮor los dexe biuir e Reynar
por luengos tiempos a su seruiÁio[155].Ľ
=1520=
Hubo mal de pestilencia en esta ciudad por lo cual se cerraron las
puertas de que estuvieron por guardas Francisco de Torres y Miguel
Navarro.
=1521=
La ciudad enviů Š don Jorge de Portugal Veinticuatro y al jurado Alonso
de Cespedes y Š Francisco Sanchez escribano para que asistiesen por
Sevilla Š la junta de la Rambla ęsobre la confederaciůn desta andaluzŪaĽ
dando de ayuda de costa Š los dos primeros Š razůn de 1000 maravedises
diarios y 570 al escribano.
=1522=
ęEste dŪa (sŠbado 9 de Agosto) corrieron toros en la plaÁa de sant
francisco e pusyeron vn mastel e cierta seda para que el que subiese lo
ganase por alegria del emperador nro. Rey e seŮor ser en castillaĽ[156].
* * * * *
ęviernes 15 dias del mes de agosto dia de nra. seŮora ovo fiestas de
toros por la venida del nro reyĽ[157].
=1523=
Este dia miťrcoles 10 de Junio sepultaron al ilustre e magnifico seŮor
don diego de deÁa arzobispo de seuilla salŪeron todas las cruzes de las
collaciones de negro y la clericia e las ordenes e lo sepultaron como
perlado en su colegio de santo tomas en gloria sea. antes que
fallesciese fizo muchas limosnas especial al monasterio de la madre de
dios de dos mill dozientas arrobas de azeyte e otras muchas requien
śternam dona eis domine et lux perpetua.Ľ[158]
=1525=
jueves 23 de noviembre ęsan clemeynteĽ (dia de) saco el pendon el duque
de arcos y entro el asistente juan de silua.Ľ[159]
=1526=
Este dia 3 de marzo entrů la emperatriz mujer del emperador don carlos
nro. seŮor enesta Áibdad de seuilla salieron los veintycuatros e jurados
e escribanos publicos vestidos de seda plega a dios de les dexar biuir e
Reinar mucho tiempo a seruicio de dios nro. seŮor[160].
ęEste dia 10 de marzo entro su magestad del emperador don carlos nro.
seŮor salieron los veintiquatros e jurados e escriuanos publicos
vestidos de seda e todos los de la Áibdad muy arreados e fueron
desposados el y la ynpetetris doŮa ysabel e velas e encerradas (sic) por
el delegado del papa que se llamaua de afisco dios les guarde e les de
poder contra los tyranos.Ľ[161]
* * * * *
En este dia 14 de marzo se comenÁaron a firmŠr las escrituras en lugar
del syno por declaracion de los seŮores del consejo real de sus
magestades.[162]
=1543=
En 23 de Julio, en la visita que hizo Š la iglesia de San Andrťs de esta
ciudad don Pedro Melgarejo de Urrea obispo de Dulcinio visitador general
de las iglesias de Sevilla mandů Š los curas que en los asientos de
bautismos hiciesen constar los nombres de los compadres y comadres que
fuesen de las criaturas que se cristianasen, de donde eran vecinos, quť
oficios tenŪan y que se salvasen las enmiendas que se hiciesen en las
partidas.
=1544=
En 15 de Septiembre se pregonů la obra de carpinterŪa para el techo de
la sala Capitular. Acudieron presentando trazas Juan FernŠndez,
Guillermo, Francisco de Herrera, LuŪs de Villafranca y Pedro Izquierdo.
=1549=
En 6 de Julio de este aŮo, HernŠn Arias de Saavedra renunciů el oficio
de Correo Mayor en don Pedro Afan de Ribera Marquťs de Tarifa.
Martes 2 de Enero este dŪa amaneciů crecido el rio hasta que llegů Š las
puertas del Arenal y Triana y andaban por la cesterŪa con barcos y
andaba el agua por santa ŅmarŪa?[163].
=1557=
En 20 de Septiembre nombrů la Ciudad Š Juan VŠzquez padre de los
huťrfanos ęque es poner mozos y mujeres con amos y amas.Ľ El dicho
VŠzquez sustituyů en el cargo Š Gabriel de Zamora.
=1559=
En este aŮo fuť procesado MartŪn de la Cruz pastelero que vivŪa en la
Puerta del Arenal, al Cantillo de la MancebŪa, porque se le averiguů que
empleaba en sus pasteles carne hedionda unas veces y otras en vez de
vaca puerco ů carnero.
=1571=
Celebrů esta ciudad con mascaras, procesiones y otros regocijos la gran
victoria de Lepanto.
=1573=
En 8 de Marzo hizose entrega Š los frailes de la Cartuja del cadŠver de
don Pedro Afan de Ribera, Duque de AlcalŠ, Marquťs de Tarifa, Conde de
los Molares, Adelantado mayor de AndalucŪa y Visorey y CapitŠn General
del Reyno de NŠpoles fallecido en dicha ciudad.
=1585=
El lunes 4 de Noviembre se desplomů la nave mayor de la iglesia
parroquial de San Esteban y se pidiů Š la ciudad ayuda para
reedificarla.
=1586=
Se celebraron grandes fiestas por el feliz alumbramiento de la Infanta
doŮa Catalina, hija de Sus Majestades.
=1597=
Fuť recibido por asistente don Francisco Arias de Bovadilla conde de
PaŮonrostro. Al darse cuenta en el Cabildo de 24 de Marzo, se reparů en
que la Provisiůn Real no decŪa muy noble y muy leal ciudad, acordŠndose
que el Procurador mayor lo hiciese presente Š la Corte.
* * * * *
Se corrieron toros en el barrio del Duque.
En 20 de Agosto pregonůse la limpieza de la ciudad con trompetas Š
caballo.
=1598=
Prodķjose un alboroto en el Cabildo de la ciudad y fuť la causa el
haberse recibido una carta de Gibraltar dando Š la de Sevilla el
tratamiento de merced. Se acordů que la carta se rompiese sin hacer
caso de ella, mediante convenir asŪ Š la grandeza y autoridad de la
ciudad por parte de ęun lugarejo corto y de gente tan ignorante y bruta
que se podŪa creer con propiedad, ignorarŪa el modo de hablar Š sus
superiores y porque no se desvaneciese si la ciudad reparase en su
necedad y que asŪ se le avisase Š sus almoxarifes para que asŪ lo
tuviesen entendido.Ľ
* * * * *
En Mayo pusieron preso en la Carcel de la Audiencia Š don Silvestre de
GuzmŠn, Diputado por la ciudad de las fiestas del Corpus, por un lance
que tuvo con los Alguaciles de dicho tribunal.
* * * * *
En Cabildo de 23 de Mayo propuso el Jurado Rodrigo CataŮo que los
moriscos se alisten y se haga cala y cata de sus armas y traigan una
seŮal para ser conocidos.
=1600=
En agosto hubo ocho toros en la plaza de San Francisco que fueron de don
Bartolomť de la Puebla, jurado de Sevilla, en 25 ducados cada uno.
=1602=
Hubo fiestas de toros en la plaza de San Francisco y se levantů un
tablado delante de las casas del Cabildo para que las presenciase la
seŮora Marquesa de Montesclaros.
=1605=
Vino Š esta ciudad Julio Cťsar Fontana, ingeniero de S. M. y por su
orden, para ver lo que se podŪa ahorrar en las obras y edificios de la
Lonja y estudiar el remedio que deberŪa oponerse Š las continuas
inundaciones.
* * * * *
Se hicieron fiestas por el nacimiento de Felipe IV; que consistieron en
una mascarada compuesta de 12 cuadrillas al mando de los caballeros don
Diego Ortiz de ZķŮiga, 24; SebastiŠn de Casaus, Fernando de Saavedra,
Pedro de Tapia, Antonio Petruche Provincial de la Hermandad, Juan de
Arguijo, 24, Juan Pťrez de GuzmŠn, Ldo. don Juan Ponce de Leůn, don
Bartolomť GonzŠlez Delgadillo de Avellaneda, Asistente, LuŪs de Miranda,
24, seŮor Duque de AlcalŠ.
=1610=
Promoviůse cuestiůn entre los canůnigos, comisarios de Cruzada y el
Alferez mayor Marquťs de la Algaba sobre el asiento que se les asignů en
Cabildo.
=1618=
Hubo una terrible avenida del Guadalquivir en que pereciů extraordinario
nķmero de ganado.
=1623=
ęA don Antonio de Castroverde, por este tiempo le prendieron los
alcaldes de la Real Audiencia y estŠ condenado en vista Š cortar la
cabeza y en revista le condenaron Š degollar y le degollaron en sŠbado
de Ramos 8 de Abril de 1623 aŮosĽ[164].
=1624=
En 4 de Marzo, el rey Felipe IV acompaŮado del Almirante de Castilla y
don Carlos su hermano y del seŮor Duque del Infantado y el de Cea y el
de AlcalŠ, Conde de Parma y de la Torre, Marquťs de Castro Rodrigo y de
AlcalŠ y de otros muchos seŮores caballeros de habito fue en vna muy
maravillosa falua por el rio de esta ciudad de Sevilla Š las Cuevas que
fuť muncho que verĽ[165].
* * * * *
En primero de Marzo de 1624 entrů en Sevilla Felipe IV y se le hizo muy
gran recibimiento, de suerte que no se ha visto otro mŠs grandioso en el
mundo[166].
El 8 de Marzo visitů los conventos de Madre de Dios y de las
Mercedes[167].
El 5 de Marzo subiů Š la Giralda[168].
El 13 saliů para DoŮana[169].
=1629=
Se tomaron acuerdos en 6 de Junio y 6 de Julio para que los escribanos
del Cabildo no recibiesen carta ninguna dirigida Š la ciudad, si en el
sobrescrito no dijese ęa la muy noble y muy leal ciudadĽ y Š la persona
que trajese las cartas sin este requisito se les devolviesen sin abrir.
=1630=
En este aŮo dieron muerte al Veinticuatro don Fernando de Medina
Melgarejo, la cual se atribuyů Š don Bernardo de Rojas y Saavedra, de la
Orden de Santiago.
* * * * *
Los jurados de la ciudad representaron Š la misma la conveniencia de que
se suprimiesen las ęCasas de la gulaĽ cuyo nķmero habia aumentado al
punto que en este aŮo habŪa mŠs de treinta. TraŪase Š ellas la caza y
pescado en vez de llevarla Š las plazas pķblicas vendiťndola Š excesivos
precios, con lo cual se perjudicaba Š las gentes. En ellas dŠbase de
comer y beber Š hombres y Š mujeres y tambiťn cama para dormir Š los que
las pedŪan, de todo lo cual seguŪanse graves perjuicios.
=1634=
En 7 de Septiembre por cťdula Real dada en Madrid se concediů Š Oracio
Levanto el estanco de la plata mientras que el Erario no le devolviese
15000 ducados que habŪa prestado. En su virtud, el dicho, ů las personas
por ťl apoderadas, serŪan las ķnicas que podrŪan arrendar la plata,
aguamaniles y vasos para bautizos ordinarios.
=1635=
En este aŮo tuvo el estanco de los lutos y bayetas en Sevilla y Triana,
Acacio Salvador.
=1641=
En Julio de dicho aŮo se enterrů en Santa Cruz el maestro Rodrigo
Zamorano.
=1642=
ęLunes 20 de enero de 1642, fue dia del glorioso San Sebastian y este
dia estubo toda la ciudad cercada de agua y anegados todos los arrabales
desta ciudad y triana estubo anegada toda y se cayeron algunos edificios
y el Cabildo desta Santa Iglesia hizo muchas limosnas y algunas
personas, Dios se lo pague, y el rio se llevů la puenteĽ[170].
=1647=
Lunes 16 de Septiembre se corrieron toros en la Plaza de San Francisco
con asistencia de ambos Cabildos.
=1653=
Este dŪa 7 de Febrero mandů el Cabildo de la Santa Iglesia que su
secretario don Rodrigo de Quintanilla, Arcediano de Jerez diga al seŮor
Dr. MartŪn VŠzquez Ziruela Racionero, que serŠ muy del servicio de Dios
y grande autoridad de esta Iglesia el que su merced escriba el teatro de
esta Santa Iglesia porque lo fŪa de su gran capacidad y grandes letras,
uirtud y puntualidad y que para la ejecuciůn de esta obra se den al
dicho seŮor todos los papeles y demŠs antigŁedades que ay en los
Archivos y en las demŠs oficinas de esta Santa Iglesia, dejando recibo
de ellos para que luego buelban a ponerse donde estauan.
* * * * *
Este dŪa 8 de Agosto se leyů en el Cabildo de la Santa Iglesia una carta
de Lima del Dr. don Diego Andrťs de Rocha, el cual enuia al Cauildo vn
libro que ha escrito sobre el Apocalipsi.
Mandů su seŮorŪa que se le responda.
=1654=
En 19 de Junio mandů el Cabildo de la Santa Iglesia que los seŮores
oficiales de FŠbrica hagan que se eche mucha agua enfrente de la
Capilla de los Reyes los dias de fiestas para que no se sienten allŪ
mujeres escandalosas.
=1670=
ęMiťrcoles 5 de Febrero, hubo toros en la Plaza de San Francisco por la
elecciůn de Presidente de Castilla en el seŮor Conde de Villa-Umbrosa
(que habŪa sido Asistente de Sevilla,) Š los cuales asistiů el Cabildo
de la Santa Iglesia en el lugar que se le seŮalů, que fueron dos arcos y
medio de los balcones en el cual sitio estuvieron muy estrechos con
haber ido muchos seŮores menos de los que son: colgůse el dia antes con
los paŮos amarillos el sitio que pertenecŪa al Cabildo y con dos
alfombras grandes se alfombraron todas las gradas asŪ lo que tocaba Š la
Ciudad como Š la Iglesia. LlevŠronse escaŮos para todos los balcones
menos el primero que fuť cabezera porque cupiese el banquito de los
seŮores Oficiales de FŠbrica y un tapete por debajo de cada escaŮo, que
la alfombra no llegaba al balcůn, con una almohada para el seŮor Dean ů
Presidente para los pies. Fuť el Cabildo la tarde en forma, con bonetes
y esta vez se llevů por mandado del Cabildo dulces en esta manera:
cajas de piezas que cabŪan una libra y estas atadas con un listůn
encarnado y vino ypocrŠs y agua de canela y agua clara, todo con nieve:
llevŠronse cuatro docenas de vidros de Venecia, tres salvillas y tres
fuentes y al tiempo de repartir se le diů al seŮor Asistente una fuente
de dulce suelto para que tomase y al mismo tiempo se empezů Š repartir
las cajas Š una por seŮor: fueron cuatro pages de los seŮores Oficiales
de FŠbrica, con toallas los que lo llevaban y luego las bebidas
empezando por el vino ypocrŠs, luego se echů Š la plaza una fuente de
dulce (y para esto convendrŠ llevar cantidad aunque sea ordinario)
llevŠronse juntamente cuatro hachas para alumbrar la salida, y cuatro
orinales para si se ofreciese alguna necesidad, todo esto estuvo debajo
del mesmo andamio en uno a modo de aposento que allŪ se formůĽ.
=1671=
Se recibiů la Real Orden para gastar 3000 reales en la fiesta de San
Francisco de Borja de la cantidad concedida para la del Santo Rey don
Fernando.
=1673=
SŠbado 30 de Septiembre y lunes 2 de Octubre, hubo caŮas y toros en la
Plaza de San Francisco Š que asistiů el Cabildo de la Santa Iglesia en
el sitio de la ciudad en dos arcos y medio.
La relaciůn de esta efemťride difiere muy poco de la anterior del aŮo
1670.
* * * * *
Se concediů licencia por la Ciudad para sembrar tabaco.
=1674=
ęLunes 25 de Julio hubo otros toros en la Plaza de San Francisco Š que
asistiů el Cabildo EclesiŠstico y se estrenaron los escaŮos morados que
para este efecto se hicieron y se puso el sitio alfombrado con las dos
alfombras iguales y la colgadura fuť de la verde, un paŮo de Š tres y
dos de Š seis y tres escudos de las armas de la Iglesia repartidos en
dichos paŮos; la almohada del seŮor Dean estuvo puesta siempre Š los
pies del escaŮo que ya no se aguarda Š ver si la pone el Regente como se
solŪa, sino desde luego se pone como en los demŠs tribunales.Ľ
=1679=
Acordů la Ciudad que se suspendiesen las representaciones de comedias en
el Coliseo y en la MonterŪa hasta que cesaran las calamidades.
=1683=
ęEn esta ciudad se prendieron algunos carniceros y juntamente con ellos
Š los cobradores de sus tablas porque introducian y vendŪan la carne de
oveja por de carnero conque vbo vna destrucciůn muy grande y algunas
paridas se murieron de comer dicha carne y Š los enfermos que se les
lleuaua y la comian se morŪan algunos y otros eran tantos los cursos que
hacŪan que perdŪan el sentido y no se sabŪa Š que atribuir. Pero como
Dios nuestro seŮor no quiere que ayga cosa encubierta se descubriů y Š
los dichos carniceros y sus cobradores los azotaron en esta ciudad y les
echaron Š galeras y al que tubo la culpa de que se introduziese y
bendiese dicha carne que fuť el alcayde de la carniseria para que
entrase dicha carne Š desoras de noche lo aprisionaron tambiťn y le
privaron del puesto de alcayde y confiscaron sus bienes.--Dios nos de su
gracia y nos libre de tales tentaciones y de poder de justicia y perdone
Su Majestad SantŪsima al que esto escribiůĽ[171].
=1680=
ęa nuebe de ottubre de este aŮo a las siette de la maŮana poco mas,
ttemblo la ttierra dia de san Dionicio aleparica (sŪc)[172].
=1681=
ęEn diez y siete de abril del aŮo del seŮor de 1681 dieron garrote a
Juan Ruiz y a don Juan Troncosso vezinos de esta ciudad dentro de la
Carcel Real de ella por selladores de moneda falsa y luego los sacaron a
la plaza de san francisco y lo pusieron en dos palos y estubieron en
ellos aquel dia desde las siete de la maŮana hasta las dos de la tarde y
aunque los susodichos estaban sentenciados a dar garrote y quemarlos
fuera de la Puerta de Jerez se executo de tal forma por amor de estar
algunas ciudades y lugares padeziendo mal de peste y esta ciudad estarse
guardando dellos porque con el concurso de la gente que saliera por las
puertas a ver lo susodicho no se introdujera alguna gente de los dichos
lugares apestados en esta dicha ciudad--siendo asistente y regente
desta dicha ciudad don Andres de la Concha y Zapata del Consejo de S. M.
y theniente mayor el seŮor don Sebastian NuŮez Rasero y segundo el seŮor
don Rodrigo de Miranda y QuiŮones y Alcalde de la Justicia el seŮor don
CŠndido Molina y el escribano de la causa fuť Jerůnimo MartŪnez de
Parga[173].
FIN
ÕNDICE
PŠgs.
Anteportada, I
Portada, III
Al lector, V
Antiguas industrias sevillanas.--Tejidos y tejedores, 1
El Zapote.--Ultima memoria de las Casas de D. Fernando Colůn, 31
La mezquita de los osos, 47
Recibimiento en Sevilla de un embajador de Inglaterra, 53
La policŪa urbana de Sevilla en los siglos XV, XVI y XVII., 67
Los leones de los Reyes de Castilla, 77
La compraventa de los esclavos en Sevilla, siglos XV-XVI, 83
La fiesta del Corpus Christi en Sevilla en los siglos XV y XVI, 91
Profesiones de antaŮo, 127
La casa sevillana en los siglos XIV, XV y XVI, 149
Yantares, 180
Fiestas y regocijos pķblicos, 195
La fiesta del Corpus en el convento de Madre de Dios, 217
Coleccionistas antiguos, 231
Efemťrides sevillanas, 287
Õndice.
Erratas mŠs importantes.
Colofůn.
Notas.
ERRATAS MŃS IMPORTANTES
[ya corregidas (n. del t.)]
_DICE_ _L…ASE_
PŠg. 37. Nota (1) Carona y
Laznio Carona y Lanzio
Ľ 44. En el renglůn primero
de la nota ępero
130 aŮos antes pero 19 aŮos antes
Ľ 101. 1947 1497
Ľ 149. de aquellas centurias de pasadas centurias
Ľ 237. Nota(1)ęen que Leandro
vendiů en que Leardo vendiů
FU… IMPRESO ESTE LIBRO INTITULADO CURIOSIDADES
ANTIGUAS SEVILLANAS (2.™
SERIE) EN LA OFICINA DE ęEL CORREO
DE ANDALUCÕAĽ EL DÕA 31 DE DICIEMBRE
DEL A—O DE N.S. JESUCRISTO
DE 1910.
[imagen: colophon]
NOTAS:
[1] ęAlmerie etait la ville principale des musulmans Š l'epoque des
Almoravides. Elle etait alors tres-industrieuse et on y comptait entre
autres cents metiers Š tisser la soie, et l'on fabriquait des, etoffes
connues sous le nom de holla, de di dib‚djs di ciclaton, de ispah‚niÓ,
de dfordj‚nÓ; des rideaux ornťs de fleurs, des etoffes ornťes des clous,
de petits tapis, des etoffes connues sous les noms d'attabi (talķ) de
mi'djar &c. Avant l'epoque actuelle AlmerŪe etait ťgalement renommťe
pour la fabrication des utensiles en cuivre et en fer et d'autres
objets.... Le port decette ville recevait des vaisseaux d'Alexandrie et
de toute la Syrie, et il n'avait pas dans toute le Espagne, de gens plus
riches, plus industrieux, plus comerÁants que ses habitants, ni plus
enclis soit au luxe et a la depense, soit a l'amour de thesaurier.Ľ
Edrisi--Descriptiůn d'Afrique et de l'Espagne, pŠg. 240.
[2] Ebn Aljatib, un viajero arabe, alababa las hollas ů vestiduras que
se tejŪan en MŠlaga que eran de varios colores y con preciosas labores
de figuras que representaban Califas y otros personajes famosos,
subiendo sus precios Š muchos miles. Descripciůn del reino de Granada
por Simonet, pŠg. 76.
El cťlebre geůgrafo Ebn Said dice que Nerja (Naricha ů Narifa) ęera una
alqueria tan grande como una ciudad ... que alcanzaba Š la sazůn gran
nombradia por sus fŠbricas de ricos tisues (tiraz) y telas de seda de
colores y aŮade que pasů por aquel pueblo con su padre Musa Ebn Amran en
la ťpoca en que sus naturales solŪan teŮir ů pintar la seda, y hallů
gran muchedumbre de ellos reunidos en el Šlveo del rŪo donde habŪan
plantado una gran tienda.
[3] El seŮor marquťs de Cerralbo en su notabilŪsimo Discurso de
recepciůn en la Real Academia de la Historia, pŠg. 154.
[4] Le musťe historique des tissus de la Chambre de commerce de Lyon,
por Raymond Cox, pŠgina, 54.
[5] ęUna colcha, la fas de paŮo de oro que llaman marabique ...Ľ Recibo
que diů Teresa GonzŠlez en favor de Sancha Lůpez. Sevilla, 16 de Marzo
1862***. Colec. de docums. del autor.
[6] ęEra costumbre entre los principales jefes musulmanes de poseer en
su palacio una casa destinada Š la fabricaciůn del tiraz ů manufactura
de seda. En ella se tejŪan telas con inscripciones, con emblemas para el
uso del seŮor y de sus servidores. Era en general, mercancia prohibida,
sirviendo Š veces para regalos diplomŠticos, asŪ se explica la
existencia en Europa de telas, manifiestamente orientales, conservadas
en nuestras iglesias ů colecciones pķblicas. Arun-al-Raschid las enviů Š
Carlo Magno entre otros productos de la industria Šrabe.Ľ R. Cox. op.
cit. pŠg. 52.
[7] AdemŠs de las singulares telas moriscas que citamos en el texto y de
otras notables que poseen algunos de nuestros templos y afortunados
coleccionistas, consťrvanse notables ejemplares hispano-moriscos en el
museo de tejidos de Lyon.
Al tratar de las ricas telas moriscas, acude Š la mente el recuerdo
penosŪsimo de las que constituyeron en los siglos XIII, XIV, XV y XVI
los vestuarios de las imŠgenes articuladas de la Virgen, de los Reyes,
Fernando III, D™ Beatriz de Suavia y D. Alonso X, que se custodiaron en
la Capilla Real de nuestro Templo metropolitano; tesoro tan estupendo y
singular, que si hoy se conservara produciria la admiraciůn del mundo
entero. Pues bien, aquella inusitada riqueza constituida por regios
donativos en el lapso de cuatro siglos, desapareciů, y con ella los
interesantŪsimos simulacros de los citados monarcas y hasta el pavťs de
San Fernando que alcanzů Š ver el ilustre Argote de Molina. Las reformas
de que fuť objeto la Real Capilla con motivo de la canonizaciůn del
Santo Rey destruyeron estas y otras inapreciables joyas.
[8] La letra T. es abreviatura de la palabra _Tejedor_.
[9] Puede verse tambiťn la Memoria sobre el problema propuesto por la
Sociedad Patriůtica acerca de la manufactura de seda., etc. por Don
Bernarbť Portillo. Tomo I. de las Memorias de dicha Sociedad.
[10] PermŪtanos el seŮor don Juan Caballos Pťrez que interponiendo el
interťs histůrico Š los respetos de su reconocida modestia consignemos
su nombre y perdůnenos una libertad que se funda solamente en las que
creemos exigencias de la justicia dando Š cada cual lo suyo.
[11] Informe del Veinticuatro de Sevilla Francisco Maldonado de Saavedra
en que se describen los jardines y palacios de Don Fernando Colůn, en el
barrio de los Humeros tal como se hallaban en el aŮo de 1597.
ęCuriosidades bibliogrŠficas y documentos inťditos. Homenaje del Archivo
Hispalense al IV Centenario del Descubrimiento del Nuevo Mundo.Ľ
Sevilla, Rasco. 1, vol. 4.ļ, 1892.
[12] Con los pormenores que aparecen en el contrato otorgado entre Don
Fernando Colůn y los escultores Carona y Lanzio nos hemos atrevido Š
reconstruir la fachada de la casa del insigne bibliůfilo. DŪcese en el
documento Š que nos referimos: ęche havemo da fare inseme una porta di
marmoro biancho et quatro fenestre di una medesma forma ... la quale
hano de esser de la grandessa et opera e manifatura che habiamo datto
designato de la nostra mano in uno cartono al signo Dum (sic) Fernando
Colůn Spagnollo che ť quello che comanda a faze la dicta operaĽ. Puede
verse tan precioso contrato en la obra ęNotizie dei profesori del
disegno in Liguria dalle origini al secolo XVI por Alizeri. Gťnova 1880.
6 volumnes fol. tom V pŠg. 103.
[13] Dichos sepulcros asŪ como un hermoso retablo, todo ello de mŠrmol
blanco, estuvieron en la iglesia del convento de San Francisco de esta
ciudad y hoy se encuentran en Pontevedra por disposiciůn de los duques
de Medina de las Torres, sus descendientes.
[14] AsŪ lo dispuso en su testamento Don Fernando Colůn, encargando Š
sus herederos que procurasen conservar siempre legibles dichas
inscripciones. Apťndices Š la obra, ęDon Fernando Colůn historiador de
su padreĽ. Harrisse.
[15] Cuando la Biblioteca Fernandina pasů al Cabildo Catedral consta por
los ęLibros de FŠbrica, que cada volķmen de los del Cabildo estaba
sujeto con una cadena, prevenciůn muy en boga entonces, y Š la que
parecen referirse las palabras subrayadas en el texto, que consiguů Don
Fernando en su testamento. Vease nuestra obra Sevilla Monumental y
ArtŪstica. Tomo II. Biblioteca Colombina.
[16] El amor de Don Fernando Colůn Š su librerŪa y Š sus grabados se
demuestra por sus ęAbecedarios y RegistrosĽ que de ťl se conservan
autůgrafos. Labor Ūmproba que nos dŠ Š conocer tambiťn su rara erudiciůn
y doctrŪna bibliogrŠfica. De estos Ūndices forma parte el Registrum C
que es un catŠlogo en 4.ļ de los grabados que poseyů. HallŠnse divididos
en grupos, segķn los tamaŮos del papel en que estaban impresos, y,
separadamente los que contenŪan figuras desnudas ů vestidas. De cada una
de las estampas hacŪa el gran bibliůfilo minuciosa descripciůn, sin
olvidarse de citar las firmas y monogramas de sus autores. Tan
importante hemos juzgado siempre la publicaciůn de este volumen, que
hace algunos aŮos la hubiťsemos efectuado, pero, al participar estos
propůsitos al muy docto, entonces Bibliotecario mayor de S. M. nuestro
amigo el SeŮor Don Manuel R. Zarco del Valle, nos hizo saber que una
copia del ęRegistrumĽ paraba ya en manos de Mr. Thibandeau de Londres,
sabio coleccionista de grabados, quien despuťs de estudiarlo
detenidamente lo darŪa en breve Š la estampa. Estos deseos no se han
visto cumplidos para los curiosos que esperan con ansia su publicaciůn,
seguros de que ha de revelar preciosas noticias de los mŠs excelentes
grabadores de los siglos XV y XVI.
[17] Pocos aŮos, quizŠ, despuťs de la muerte de Don Fernando, parece que
sus casas y huertas pasaron Š poder del banquero genovťs Francisco
Leardo, el cual las vendiů Š Fray Francisco de Beaumont, religioso
mercedario, que hubo de adquirirlas con el intento de labrar un colegio
conventual, dedicado Š San Laureano, en 14 de Marzo de 1594{*} pero 19
aŮos antes, consta que en ellas hallŠbase establecida una importante
fabricaciůn cerŠmica dirigida por el genovťs TomŠs de Pťsaro, segķn
consta en una escritura de 26 de Diciembre de 1575{**}.
En 1597 dispuso Don Felipe II que la Ciudad fundase un hospital para
albergue de mendigos y vagabundos, y en su virtud esta encomendů el
asunto Š Don Francisco Maldonado, el cual informů diciendo que el local
mŠs a propůsito era el edificio ęque llaman las Casas de Colůn.Ľ
Creemos que la fundaciůn del albergue quedů en proyecto y que los
Pťsaro, TomŠs y su hijo Jusepe continuaran con su fŠbrica en el mismo
sitio hasta 1602 por lo menos, fecha en que segķn ZķŮiga se comenzů Š
edificar el Colegio de San Laureano.
El transcurso de 35 aŮos fuť suficiente para convertir el artŪstico
monumento erigido por Don Fernando Colůn en una fŠbrica de cerŠmica y el
de otros 27 mŠs, para que de ťl quedase solo el recuerdo de su
existencia.
{*} Harrise Don Fernando Colůn historiador de su padre, pŠginas 109 y
110.
{**} Gestoso. Historia de los barros vidriados sevillanos, pŠginas 241 y
siguientes.
[18] Ni en la ęCuenta del gastoĽ se cita el nombre de aquel diplomŠtico,
ni en los historiadores sevillanos se hace menciůn de su estancia en
Sevilla. A la bonŪsima amistad del Sr. Conde de las Navas, Bibliotecario
mayor de S. M. debo el conocimiento de su nombre.
[19] Vťase lo que ocurrŪa respecto Š la falta de limpieza en el mismo
AlcŠzar de esta ciudad, pags. 54 y 55 de este libro.
[20] Actas de dicho aŮo. Arch. Mun.
[21] Papel con letra del XVI. ęArch. Mun.Ľ
[22] Papel sin fecha, letra del XVI.
[23] Leroy de la Marche. "Le Roi Renť."
[24] PŠg. 21, tomo III de Crůnicas. Bib. de AA. EE.
[25] Acta del Concejo de Sevilla, 8 Marzo 1479.
[26] Colec. Belmonte, Tomo I. fol 93. Archi. gral. de Indias.
[27] Actas Capitulares, ęArch. Mun.Ľ
[28] Lib. 3.ļ de Heredades de la Sta. Iglesia, fol. 67, Archivo de la
Catedral.
[29] Ibid, loc. cit.
[30] Arch. Mun.
[31] Lib. de escrituras de dicho aŮo de Francisco Segura. ęArch:
Protocs.Ľ
[32] Lib. 3.ļ de escrituras de dicho aŮo de Manuel Segura, ęloc. cit.Ľ
[33] Oficio 1.ļ Lib. 1.ļ de dicho aŮo fol 211 vto ęArc. de Protos.Ľ
[34] Ofi. 11 lib. 2.ļ de dicho aŮo, cuad. 87. ęloc. cit.Ľ
[35] Ibid. loc. cit.
[36] Of. 11 libro ķnico de dicho aŮo fol. 2818.
[37] Oficio I, lib. I de dicho aŮo folio 881. _Archivo de Protocs._
[38] Of. 1.ļ Lib. 1.ļ de dicho aŮo fol. 128 ęArch. de Protocs.Ľ
[39] Amador de los Rios dice que se celebraba en los tiempos de Alonso
X, paro sin citar testimonios que autorizasen su dicho, ęHistoria de la
literatura espaŮola,Ľ tomo VII, pŠginas 428.
[40] ęSeys pieÁas de oropel para fazer los růtulos que lieuan los
profetasĽ. Lib. de FŠb.
[41] Al Jesķs se pagaban 100 mrs. y 25 Š los demŠs.
[42] En 1497 consta que todo el gran grupo de personas de la ęrocaĽ
destacŠbanse sobre una tela de 34 varas de largo que imitaba el fondo
del cielo.
[43] Actas Capituls. de dho. aŮo.
[44] Viernes 6 de Junio de 1511 ęfuť acordado por la cibdad y por el
SeŮor Asystente ... mandar e mandaron a guillen de las casas
veynticuatro e a alonso ochoa jurado de esta Áibdad diputados de la
fiesta del corpus xpi. fagan fazer dos fachas doradas del tamaŮo que les
pareÁiese la vna para el Rey y la otra para la Reyna puestas en cada vna
sus armas por las quales se pagase al cerero que las fiziese los mrs.
que ellos concertaren.Ľ Cuad. de Actas Capitulares. Arch. Mun.
[45] Actas Capitulares. Arch. Mun.
[46] Lib. de Propios. Arch. Mun.
[47] Estos se aderezaban en la Plaza del AlcŠzar, entrado ya el siglo
XVII como consta en un asiento de Libros Propios de 19 de Mayo de 1604.
[48] Cuad. de Actas Capituls.
[49] Antes se les ha llamado tintores. Debiů ser error del amanuense
pues los reparos de dhas figuras mŠs propios parecen de los segundos que
de los primeros.
[50] Actas Capituls. Arch. Mun.
[51] Lib. de caja de 1570. Arch. Mun.
[52] Manual de caja 1570. Arch. Mun.
[53] Lib. de caja. Arch. Mun.
[54] Lib. de caja. Arch. Mun.
[55] Lib. de caja. Arch. Mun.
[56] Lib. de caja. Arch. Mun.
[57] Of. 4. Lib. II de dicho aŮo, fol. 24, Arch. de Protos.
[58] Tom. VI. Letras C. D. Siglo XVI. Arch. Mun.
[59] Cabo 3 Diciembre. 1596.
[60] Libro de Propios y de actas capituls. Archs. de la Cat. y Mun.
[61] Lib. de Propios fol. 438.
[62] Libr. de Propios fol. 429, Arch. Mun.
[63] Libro de Propios Arch. Mun.
[64] Lib. de Propios 162. Arch. Mun.
[65] 20 Junio 1602 loc. cit.
[66] Libs. de Propios Arch. Mun.
[67] Ibid, loc. cit.
[68] Lib. de Propios. 10 Junio 1603. Arch. Mun.
[69] Lib. de Propios. En dicho aŮo Š 22 de Junio tuvo lugar ęel ensayo
real de los carros de representaciůn.Ľ loc. cit.
[70] Libs. de Propios y de Actas. Arch. Mun.
[71] Acta capitular.
[72] Cab.ļ 11 Junio 1672.
[73] Colec. ant. Fiestas del Corpus. Los gigantes se depositaban en un
almacťn de la Pta. Real en este aŮo. Titulos de propiedad. Cap. 4.
[74] Registro de escrituras de 1752.
[75] Cuad. de Actas capituls, de dicho aŮo, Arch. Mun.
[76] Lib. II de escrituras de Manuel Segura, fol. 1390 Arch. de Protos.
[77] Ignoramos el significado de esta frase.
[78] Of. 11 Lib. IV de dho. aŮo sin fol. Arh. de Protoc.
[79] Of. 11 Lib. 1.ļ que lleva en el tejuelo el de 1552. Arch. Protoc.
[80] Of. 11 Lib. 1.ļ de dho aŮo. Arh. de Protoc.
[81] Libro de escras. de Juan GarcŪa, 1449-1474.
[82] Libro del Mayordomazgo de 1441, Arch. Mun.
[83] Libro. 1.ļ de dho. aŮo, Oficio 11. Arch. de Protocs.
[84] Lib. de escrituras de Juan GarcŪa, 1441, loc. cit.
[85] Lib. de escrituras del citado escribano del dho. aŮo. Arch. de
Protoc.
[86] Lib. de escrituras del oficio 3.ļ. loc. cit.
[87] Lib. I de dho. aŮo de Manuel Segura, Arch. de Protos.
[88] Acta capitular de dha. fecha. Arch. Mun.
[89] Cuadr. de Actas capituls. Arch Mun.
[90] Libro de escras. de Francisco Segura. Arch. de Protos.
[91] Lib. Mayordomazgo de dicho aŮo. Arch. Mun.
[92] Lib. de Propios.
[93] Lib. de Propios.
[94] Lib. de escrituras de dho. aŮo de Francisco Segura. Arch. de Prots.
[95] Lib. 1ļ. de dho aŮo de Manuel Segura. Arch. de Prots.
[96] Acuerdos para librar de 1636. Arch. Mun.
[97] Vťase la pag. 94 de este libro.
[98] ŅSerŠ el citado Cristůbal MartŪnez?
[99] Hijo del Maestre Antůn Zapata ů el mismo Maestre Antůn?
[100] Cuadr. de Actas capituls. de dho. aŮo, Arch. Mun.
[101] En 1473 MartŪn RodrŪguez obligůse Š pintar unas puertas para el
Sagrario de la Iglesia de Sta. MarŪa de la Merced de esta ciudad y bien
merecerŪa copiarse al propůsito la descripciůn que de la pintura de
otras puertas se hace en un contrato celebrado en 1528 entre la
comunidad del Carmen y el pintor Antůn SŠnchez de Guadalupe; que el
lector curioso puede ver en el artŪculo dedicado Š este pintor en el
tomo 3ļ de nuestro Diccionario de ArtŪfices.
AsŪ se explica que veamos Š artistas de gran crťdito pintando puertas,
bancos, cirios, candeleros, etc., que hoy se entregan Š los pintores de
brocha gorda.
[102] Carecemos de pruebas para asegurarlo, pero, si los sevillanos
siguieron el gusto florentino, emplearŪan en la decoraciůn exterior de
sus casas, pinturas al fresco, como hemos visto en aquella ciudad
italiana. En las iglesias del Carmen y de San Miguel de esta ciudad las
hubo en los muros exteriores Ņque extraŮo pues que los particulares
hubieran seguido este ejemplo? Vťanse los articulos de Antůn SŠnchez de
Guadalupe y de Diego de Torres en el tomo 3.ļ de nuestro Diccionario de
ArtŪfices.
[103] Ignoramos el significado de esta palabra.
[104] Vťase el artŪculo Francisco Ximťnez en el tomo 3.ļ de mi
Diccionario.
[105] AsŪ llamaban los artistas de estos tiempos Š toda composiciůn
decorativa de estilo plateresco.
[106] ŅAlternarŪan los motivos al claroscuro con los policromados?
[107] ŅAlficares por alfťizares?
[108] Segķn MariŠtegui en su Glosario, llŠmanse asŪ cada una de las
goteras formadas por diversos planos del pavimento de un patio, para
facilitar las salidas de las aguas pluviales, dirigiťndolas Š la atarjea
ů alcantarilla.
Eguilaz en su Glosario dice que es ęEspecie de soladura pavimento ů
revestimiento de un edificio con piedras labradas. Tambiťn, techo.
[109] En nuestro concepto estas voces corresponden Š la carpinterŪa de
lo blanco.
[110] Gestoso, Diccionario. Tomo 3.ļ, pŠg. 345.
[111] Gestoso, Diccionario. Tomo 3.ļ, pŠg. 355.
[112] Vťase la pŠgina 393 de nuestro Diccionario en que se describen
unas que pintů Antůn SŠnchez de Guadalupe para el convento del Carmen.
[113] Vťase el techo firmado por Juan de Simancas en la sala del
PrŪncipe de este AlcŠzar.
[114] Suprimimos las partidas referentes Š transportes de las vituallas
y otros gastos de diversas Ūndole por no juzgarlos interesantes.
[115] ŅSerŪan los convidados?
[116] Ciruelas negras.
[117] Dice Covarrubias: ęManjar blanco por ser de leche aÁķcar y
pechugas de gallinas, plato de EspaŮoles, antiguamente se guisaban en
las casas de los PrŪncipes ů SeŮores, agora se vende pķblicamente con la
tablilla Š la puerta que dize ęaquŪ se venden tortas y manjar blanco.
El famoso Martinez MontiŮo en su receta para hacer el manjar blanco
dice, tambiťn, que se hacŪa con pechugas de gallinas, azķcar, leche y
harina de arroz.
Muy aficionados debieron ser los sevillanos al ęmanjar blancoĽ pues
vendiase por las calles ya entrado el siglo XVI, dando lugar Š excesos
por parte del pķblico; que tratů de remediar, el chapinero Alonso Gomez
dirigŪendo al Concejo un memorial en el cual se decŪa que: ęhandan
muchas moÁas por las calles vendiendo pasteles de manjar blanco y estas
tales moÁas por no servir Š nadie se andan perdidas y Š esta causa
muchas beses se rebuelben muchas questyo es que Š llegado Š quererse
matar vnas personas con otras y sy necesario es yo estoy presto de dar
ynformaciůn dello.
pydo y suplico Š V. S. sea seruido mandar que las tales moÁas no vendan
los otros pasteles de manjar blanco ny fruta de sarten y pues no es
mantenimiento forÁoso V. S. deve mandar que ya que lo quieren hazer y
vender, que lo vendan en sus casas porque de andar estas por las calles
se siguen muy grandes escŠndalos por traer tras sy veynte moÁuelos que
en hablando alguno alguna cosa, luego son con el con una da (sic)
(Ņdaga?) ů puŮal en la mano por V. S. lo mande remediar con justicia.
Colec. de Varios antiguos. Arch. Mun.
[118] ęPlato redondo de palo sobre el qual se corta la carne.Ľ
Covarrubias
[119] ŅComerŪan sentados en el suelo? Asi nos inclinamos Š suponerlo, y
que lo harŪan sobre las dos cargas de eneas de que se habla despuťs.
[120] La frase entrecomada repŪtese en la cuenta con las variantes de
que otras veces dice: ęla veyntena con la marŪaĽ ignoramos su
significaciůn.
[121] Dulce de cidra.
[122] Padre de Diego Royz, cuyo nombre se hallů en 1843 en un rosetůn de
la media naranja del salůn de Embajadores, y al cual se atribuye tan
hermosa obra de carpinterŪa.
[123] En las telas ů palenques que se instalaban para justar, ponŪase el
Pendon real en la parte destinada a los mantenedores y en la de los
aventureros, el de la Ciudad, asŪ consta en el Lib. del Mayordomazgo
mayor de 1425.
[124] Todos los oficios que se citan en esta lista van seguidos de la
frase ęde ntro. seŮor el reyĽ, que suprimimos para evitar enojosas
repeticiones.
[125] Santiago de la Espada. Iglesia y convento de los freires y
caballeros de dha. advocaciůn, fundado en 1409 por el maestre Don
Lorenzo SuŠrez de Figueroa. Vťase Sevilla monumental y artŪstica. Tomo
III, pŠgs. 5 y 518.
[126] Los documentos en que se contiene tan curiosa noticia solo emplean
la frase de ęcorrieron las mujeres;Ľ pero es indudable que aquellas
tomaron parte en los pķblicos regocijos Š pesar de su condiciůn.
[127] ęVaso tendido para beber agua: es nombre que particularmente se
usa en Toledo: dixose de Berr que en arabigo vale tierra y asŪ serŠ vaso
terrizo aunque tambiťn los contrahacen de plata.Ľ Covarrubias.
[128] Lib. Mayordomazgo 1519, Arc. Mun.
[129] Fuť este caballero generoso bienhechor de las religiosas de Madre
de Dios, y con sus rentas se costeů la obra del retablo mayor de su
iglesia, el cual comenzů Š colocarse en jueves 11 de Octubre de 1703,
como consta en un letrero que existe en el trono ķ hornacina de dicho
retablo, destinado al SantŪsimo Sacramento.
[130] El arquillo que servŪa de paso Š la otra parte del convento, en la
acera opuesta, donde estuvo el llamado Apeadero de la Reyna Catůlica,
por donde se comunicaban ambas partes del Convento.
[131] ęEn 1791 se pagaron 55 rs; 20 al alguacil; 15 al pregonero, 8 al
tambor y 12 Š los clarineros.
[132] TodavŪa hemos conocido los clavos de donde pendieron los ępaŮos de
corteĽ de los cuales resta solo la memoria.
[133] Es muy de sentir que no se haya ocurrido hasta ahora Š ninguna de
las sociedades que se han ocupado en esta ciudad de la impresiůn de
obras raras impresas ů manuscritas, publicar este inapreciable CatŠlogo.
Muchos aŮos hace se nos asegurů que el ilustrado coleccionista de
estampas londinense Mr. Thibandeau, se proponŪa realizar esta tan
plausible obra, pero los aŮos han transcurrido y el CatŠlogo permanece
casi desconocido de los crŪticos y eruditos, Š quienes tanto
aprovecharŪa.
[134] Vťanse las notas (15) de las pŠgs. 40 y 41 y la (17) de la 43 de
este libro. En esta ķltima se cometiů una errata de bulto que
aprovechamos esta ocasiůn para corregirla. Refiriťndonos Š la fecha de
1594 en que Leardo vendiů Š los religiosos de la Merced las casas y
huertos, dŪjose que 130 aŮos antes habŪa establecido en ellas su
fabricaciůn cerŠmica TomŠs de Pťsaro, cuando solo fueron 19 aŮos antes,
en 1575.
[135] Lib. III de 1573, cf. 4 fol. 286. Arch. de protocs.
[136] Claros varones en Letras naturales de Sevilla que juntaba el Lic.
Rodrigo Caro con notas y adiciones por D. Juan N. GonzŠlez de Leůn, M.
G. Bib. Colomb.
[137] Poseemos un testimonio del testamento del Dr. Luciano de Negrůn,
el mismo que tuvo Š la mano su albacea el Padre Maestro Fr. Rodrigo de
Quintanilla, fecho en Sevilla Š 31 de Mayo de 1606: en ťl se lee la
clŠusula siguiente: Iten al licenciado sebastian suares mando cient
ducados y el manteo y sotana de Ņfileyle? mios por la boluntad que le
devo y le pido asista a la venta de la librerŪa questa abaxo en la sala
de azulejos y de la que estŠ en el corredor que le tengo seŮalada y es
toda vna para que el padre maestro haga lo que le he comunicado y remito
todo lo demas al memorial que le dexo firmado de mi nombre sin que sea
obligado Š mostrarlo.Ľ
La librerŪa, por tanto, serŪa adquirida en venta por el ilustre D.
Fernando.
[138] Facilitť copia de este Inventario al docto arqueůlogo francťs mi
amigo el Sr. Arturo Engel que lo publiců en el _Bulletin Hispanique_ de
Burdeos en el nķmero 3 del tomo V. Julio Septiembre 1903.
[139] Vťase mi obra ęSevilla MonumentalĽ tomo 3ļ pŠgina 398.
[140] El Dr. Don JoaquŪn Olmedilla y Puig, ęEstudio histůrico de la vida
y escritos del sabio mťdico espaŮol del siglo XVI Nicolas Monardes,
Madrid, 1897, pŠgs. 9 y 10.
[141] AsŪ consta en el testimonio original de dicha clŠusula, de que se
sirviů el monasterio de las Cuevas para reclamar su derecho Š dicho tan
interesante legado, cuyo documento lleva la fecha de 30 de Marzo de
1574. Dejů ademŠs al mismo convento unas casas en Santa Marina, en la
calle Real, con cargo de una misa rezada de Pasiůn todos los viernes, en
sufragio de las almas de su Madre Francisca NķŮez y de la suya.
Colecciůn de documentos del autor.
[142] Colmeiro. La BotŠnica y los botŠnicos de la PenŪnsula hispano
lusitana.
[143] Nota 41 de la pŠg. 26 de la obra Rinconete y Cortadillo.
[144] Poseemos varios documentos inťditos referentes al padre y al hijo,
que pensamos publicar con otros relativos Š Pilotos, Navegantes,
Cosmůgrafos y Colonizadores de Indias, por lo cual y por no alargar ya
demasiado el presente artŪculo dejamos de consignar.
[145] Primera parte de la Historia AntigŁedades y grandezas de Sevilla,
Lib. II; fol. 106.
[146] Naciů el 12 de Agosto de 1582, muriů en 5 de Abril de 1658.
[147] Puede verla el curioso en la interesante monografŪa ęEl Marquťs
del AulaĽ por D. Antonio Aguilar y Cano, pŠgina 23 y en el tomo primero
de nuestra obra ęSevilla monumental y artŪsticaĽ pŠgina 400.
[148] Puede verla el curioso en la obra tantas veces citada del Sr.
Aguilar y Cano.
[149] Adiciones Š los hijos ilustres de Sevilla. Sevilla, Rasco 1886,
pŠgina 81.
[150] Apostella marginal que se halla en una escritura de la fecha
citada que forma parte de un cuaderno suelto del Lego. II de Fragmentos
de escrituras, Arch. de protocs.
[151] Id. id. que se halla en el Libro de escrituras de dicho aŮo de
Gonzalo Bernal de la Becerra. Oficio 5ļ.
[152] Libro de escrituras de dicho aŮo de Gonzalo Bernal de la Becerra,
Oficio 5.ļ.
[153] Antes se le nombra Montoro.
[154] Libro cuarto de escrituras de Manuel Segura.
[155] Nota marginal que se halla en una escritura de la fecha citada en
el Libro primero de las del referido aŮo de Manuel Segura.
[156] Libro primero de escrituras de la fecha citada de Manuel Segura.
[157] Ibit: loc. cit.
[158] Libro segundo de escrituras de Manuel Segura.
[159] Libro tercero de escrituras de dicho aŮo de Manuel Segura.
[160] Nota marginal que se halla en una escritura correspondiente al dŪa
citado del libro primero del mencionado aŮo de Manuel Segura.
[161] Libro primero de dicho aŮo de Manuel Segura.
[162] Libro primero de dicho aŮo de Manuel Segura.
[163] Cuadno. de escrituras que empieza en lunes primero de enero de
1554. LŪbro primero oficio 11 de dicho aŮo folio 38.
[164] Abecedario ů Indice del Libro 5.ļ del Oficio 10. AŮo de 1622.
[165] Oficio 19, Libro 2.ļ de dicho aŮo, registro 8.
[166] El mismo Libro registro 14.
[167] Ibid. registro 17.
[168] Ibid. registro 6.
[169] Ibid. registro 19.
[170] Nota existente en el Libro de Bautismos del Sagrario de dicho aŮo,
fol. 62.
[171] Al final del Indice del Oficio 16 de dicho aŮo.
[172] Indice del Oficio 16 del citado aŮo.
[173] Nota al final del Indice del Oficio 16 del citado aŮo.
End of the Project Gutenberg EBook of Curiosidades Antiguas Sevillanas, by
Josť Gestoso y Pťrez
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Curiosidades antiguas sevillanas - (serie segunda)
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Project Gutenberg's Curiosidades antiguas sevillanas, by Josť Gestoso y Pťrez
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Title: Curiosidades antiguas sevillanas
(serie segunda)
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— End of Curiosidades antiguas sevillanas - (serie segunda) —
Book Information
- Title
- Curiosidades antiguas sevillanas - (serie segunda)
- Author(s)
- Gestoso y Pérez, José
- Language
- Spanish
- Type
- Text
- Release Date
- June 3, 2011
- Word Count
- 63,715 words
- Library of Congress Classification
- DP
- Bookshelves
- Browsing: Culture/Civilization/Society, Browsing: History - European, Browsing: History - General
- Rights
- Public domain in the USA.