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Curiosidades antiguas sevillanas - (serie segunda)

Spanish 63,715 words 1061h 55m read Jun 3, 2011

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Project Gutenberg's Curiosidades antiguas sevillanas, by Josť Gestoso y Pťrez

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Title: Curiosidades antiguas sevillanas
(serie segunda)

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Project Gutenberg's Curiosidades antiguas sevillanas, by Josť Gestoso y Pťrez This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included with this eBook or online at www.gutenberg.org Title: Curiosidades antiguas sevillanas (serie segunda) Author: Josť Gestoso y Pťrez Release Date: June 3, 2011 [EBook #36318] Language: Spanish Character set encoding: ISO-8859-1 *** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS *** Produced by Chuck Greif and the Online Distributed Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This file was produced from images generously made available by The Internet Archive) En esta ediciůn se han mantenido las convenciones ortogrŠficas del original, incluyendo las variadas normas de acentuaciůn presentes en el texto. (nota del transcriptor) CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS Tirada de 250 ejemplares CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS POR Josť Gestoso y Pťrez (SERIE SEGUNDA) [imagen: colophon] SEVILLA En la oficina del periůdico EL CORREO DE ANDALUCÕA 1910 Es propiedad del autor AL LECTOR _Ocupado asiduamente en otras literarias tareas que han absorvido mi tiempo por completo, he dejado transcurrir °veinticinco aŮos! desde que fuť impreso el tomo 1.ļ (Serie 1.™) de estas_ Curiosidades, _hasta ahora, que doy Š la estampa el presente volumen II; y cierto que si sigo Š este paso, bien sť que no he de publicar ninguno mŠs. Falto de los estŪmulos de otros dŪas, casi extinguidos ya los alientos juveniles, en espera de emprender, el dŪa menos pensado el gran viaje, del cual no se regresa jamŠs; las numerosas notas y apuntes que podrŪan servirme para emborronar otras cuartillas, posible es que pasen al cajon de un especiero, con lo cual ya sť que sůlo se habrŪa perdido el tiempo que invertŪ en reunirlas, porque ni la Historia ni la ArqueologŪa sentirŠn gran pena al verse privadas de otro ķ otros volķmenes. A la buena amistad con que me favorece el Sr. D. Josť MarŪa de Valdenebro, facilitando los medios para la impresiůn de este volumen, dťbese su salida Š la plaza pķblica; sin sus amables oficios, seguramente yo no lo habrŪa dado Š la estampa. AllŠ van pues estos articulejos escritos_ cŠlamo currente, _sin mŠs pretensiůn que la de entretener un rato Š los pocos que en estos venturosos dŪas, gustan del conocimiento de las_ cosas viejas, _y con ellas se complacen, para hacerles olvidar siquiera momentŠneamente, los pesares de la vida que Š todos nos alcanzan asŪ como otros de mayor bulto que parecen dibujarse allŠ en el horizonte, fruto natural de corrompidas semillas._ _Dediquť el tomo 1.ļ Š asuntos arqueolůgicos; comprenderŠ este II otros de caracter histůrico y si tengo ocasiůn y Dios me dŠ vida, serŠn temas del III varias tradiciones sevillanas, ya que no pueden ser todas las conocidas, que andan diseminadas en varios libros; las cuales, estimo que, publicŠndolas reunidas en un volumen como ha tiempo yo imaginť, serŪa obra meritŪsima, pues, asŪ se conservaria su memoria, se facilitaria al curioso su conocimiento, y los altos ejemplos de virtud, de valor, de abnegaciůn y de patriotismo que de tales narraciones se desprenden, serŪan provechosa lectura para la juventud, tan necesitada hoy de este linaje de libros._ _El tiempo dirŠ hasta quť punto verť realizados mis propůsitos._ Antiguas Industrias Sevillanas Tejidos y Tejedores Entre las muchas industrias que ennoblecieron Š nuestra ciudad en los pasados siglos, ocupů lugar preferentŪsimo la de los tejidos de seda, debida, sin duda, como tantas otras, Š los sarracenos, consumados maestros en ella. Los innumerables datos que acerca de tan rica como bella manifestaciůn del gusto y del trabajo consignan los historiadores musulmanes, los recientes estudios debidos Š doctos arqueůlogos, y el descubrimiento de riquŪsimas estofas con que se ataviaron reyes, infantes y prelados, persuaden del extraordinario auge alcanzado por nuestros dominadores en esta fabricaciůn, que hizo cťlebre Š las ciudades espaŮolas de Murcia y de AlmerŪa[1], de Cůrdoba, Granada, MŠlaga[2], Toledo, Valencia y Sevilla. ęCaso es de recordar, por rarŪsimo dice Š este propůsito un ilustre acadťmico, que aun prohibiendo Mahoma Š los hombres vestir seda, y que llegando Omar el conquistador de Jerusalen Š perseguir Š cuantos la usaban, sean los mahometanos, casualmente, los que sobresaliesen mucho en vestirla y llegasen Š tal perfecciůn en tejerla, que, ni los celebťrrimos frigios les aventajaran[3]. No parece sin embargo que esta prohibiciůn fuť tan absoluta, como se deduce de las siguientes frases: ęEs probable, dice Francisco Michel, que estas telas (refiťrese Š las ricas de seda) fueron destinadas Š la exportaciůn, puesto que el CorŠn prohibŪa Š los hombres el uso de la seda y ciertas sectas solamente empleaban estas telas con otras mezcladas.Ľ Haremos notar, por tanto, que el Profeta permitŪa las sedas en los trajes de guerra, y el lujo de los ejťrcitos musulmanes cuando iban Š combatir era inusitado. Sobre el mismo campo de batalla, fuť donde los Cruzados se iniciaron en estos famosos esplendores orientales[4]. El mismo autor, dijo ya en otro lugar: ęDurante la Edad Media, fuera del traje y de los paŮos mortuarios, las telas preciosas empleŠbanse tambiťn para las banderas, enseŮas, gonfalones, tapices ů colgaduras, cubiertas de libros, gualdrapas de caballos, tiendas de campaŮa ů de casa, etc. Las telas en sedas y oro eran lo mismo que el numerario, un medio de cambio comercial. Los emperadores griegos pagaban en sederŪas Š las iglesias de Occidente ciertos tributos anuales. En los numerosos inventarios de los tesoros de los templos, se trata del samit de Persia, de Egipto, de AlejandrŪa, el baudequin de Bagdad, etc.... En el saqueo de Antioquia (1098) en la toma de Constantinopla (1204) en Damieta (1219) los Cruzados encontraron entre otras riquezas, cantidad de telas. Los Šrabes fueron nuestros maestros y sus tradiciones arraigaron de tal suerte en la PenŪnsula, que hasta el primer tercio del siglo pasado, por lo que Š Sevilla respecta, pudimos envanecernos de que fuese esta ciudad famosa entre las productoras de los mŠs apreciados tejidos, representados por aquellas riquŪsimas telas de seda y oro llamadas por los musulmanes marabique[5] tartari, zarzahan, ricornŠs, samit, ciclatůn; sirgo y otras, algunas de las cuales empleŠronse en las mortajas de San Fernando y de su hijo el infante Don Felipe, y en las mŠs estupendas, que atavŪan la momia del gran arzobispo Don Rodrigo en su sepulcro de Sta. MarŪa de Huerta; pero, aun todavŪa pueden citarse otros muy peregrinos ejemplos recordando las inapreciables enseŮas militares sarracenas, custodiada una en las Huelgas de Burgos, de filŪacion desconocida hasta ahora, y otras dos en la catedral de Toledo, pertenecientes al Sultan Abu-Said Otsman y Š su hijo Abu-l-Hasam Aly, que acreditan la singular pericia y exquisito gusto de sus autores, los mismos sin duda que fabricarŪan aquellas preciosas estofas de honor destinadas Š los principes, llamadas _tiraz_, de las cuales nos dice Almaccari que sus tejedores habitaban en Cůrdoba el barrio llamado ęde los bordadoresĽ[6]. No es extraŮo pues que con tales maestros hubiesen alcanzado alto renombre los telares sevillanos, y que en nuestra ciudad fuese extraordinario el nķmero de los destinados Š la producciůn de las ricas y costosas telas, de las cuales, desgraciadamente, no quedan mŠs memorias que las citas que Š cada paso halla el curioso rebuscador de papeles viejos, al leer los inventarios de los templos y de las casas de nuestros magnates.[7] Conquistada Sevilla, por San Fernando, sabido es que en ella quedů una numerosa poblaciůn musulmana, y si repasamos el famosŪsimo cůdice de los ęLoores et Cantare de Santa MarŪaĽ sus numerosas viŮetas nos manifestarŠn cuŠl era el gusto que dominaba en los trajes y en todos los productos textiles, aun aquellos que se aplicaban al culto, como las frontaleras de los altares y los ornamentos sacerdotales. En ellos vese ostensible el gusto artistico de los vencidos, y cůmo se lo adaptaron los vencedores; Ņquť mucho, pues, que los telares sevillanos fuesen desde entonces famosos, cuando el mismo monarca y sus hijos no desdeŮaban de emplear en sus vestiduras telas sarracenas, hasta con leyendas alcorŠnicas? Quiso el Rey Sabio poner coto al Šnsia de lujo que dominaba Š sus vasallos, y en el Ordenamiento de 27 de febrero 1256 prohibiůles que trajesen ęsillas ferpadas nin con oropel nin con argenpel, que tampoco emplearŪan en coberturas, perpunte, cofias y pendones, ni en las fundas de los escudos: que no usasen cascabeles etc., etc., prohibiendo tambiťn Š las mujeres el uso de objetos de metales ricos, de camisas bordadas de oro; extremando estos rigores hasta en las comidas, en las fiestas de bodas y en la manera de vestirse los vencidos sarracenos.Ľ Estas disposiciones fueron letra muerta, como lo acreditan las Cortes de Valladolid de 1258, prohibiendo que ningķn oficial de la Casa Real, ballesteros, halconeros ni porteros, trajesen pieles blancas, ni cendales, ni sillas de barda doradas, ni argentadas, ni espuelas doradas, ni calzas de escarlata, ni zapatos dorados, ni sombrero con oropel, ni argentpel ni con sedas, salvo los servidores mayores de cada oficio. No es posible detenernos en todo el articulado de estos interesantes acuerdos, que comprueba las raices que el lujo habŪa cobrado entre nosotros, aumentando cada vez mŠs y mŠs, no obstante las penas que entonces se impusieron Š los infractores de la ley, las cuales, del mismo espiritu animado, impusa Š su vez Don Alfonso XI de acuerdo con los representantes en Cortes reunidos en AlcalŠ de Henares en 1348, que tampoco fueron obedecidas en el reinado de sus hijos Don Pedro y Don Enrique, cuando por propia confesiůn del ilustre cronista y autor del Rimado de Palacio, poseia paŮos tan ricos, que con su valor podrŪan haberse vestŪdo cien pobres. Convencidos dichos monarcas y sus sucesores de la ineficacia de las disposiciones que se habŪan dictado para refrenar el lujo por una parte, y por otra, porque cada vez era mayor la aficiůn por todo lo suntuario, es lo cierto, que, desde los dŪas del vencedor del Salado no se registran leyes encaminadas Š refrenarlo, y asŪ llegamos al reinado de Don Juan II, cuya corte ofrece el mŠs brillante y fastuoso conjunto que puede imaginarse emulando con el monarca los prelados y ricos hombres en el comer, en el vestir y en los mŠs costosos deportes. A tanto llegaron ya estos excesos, que en las Cortes de Palenzuela de 1452 solicitůse del monarca que renovara las leyes suntuarias de Don Alfonso XI, peticiůn que no fuť acogida, Š pesar de que en el Ordenamiento de dicho aŮo se dice: ęe como parecerŠ claramente en el presente en los mis Reinos aquella mesma disoluciůn e aun mucho mŠs en traer superflua e desordenadamente las gentes ropas de seda e de oro e de lana, e forraduras de martas, e de otras peŮas e otras muchas guarniciones de oro ť de plata e de aljofar e de muy grand valor e que no tan solamente aquellos e aquellas que razonablemente lo podŪan e debŪan traer por ser de grandes linajes e estados e faciendas mŠs aun las mugeres de los menestrales e oficiales querŪan traer e traŪan sobre sŪ ropas e guarniciones que pertenecŪan e eran bastantes para dueŮas generosas e de grand estado e hacienda a tanto que no se conocŪan las unas entre las otras e que acaecia muchas veces a muchos e a muchas asŪ de grand estado como de menor que por causa de los dichos trajes e aparatos que avian de vender lo que tenŪan o la mayor parte dello para lo cumplir e venŪan despuťs por ello a muy grand pobrezaĽ.... ŅA quť mŠs? Basta con lo dicho para apreciar la pasiůn desenfrenada por el lujo que dominaba entonces Š la sociedad espaŮola, que no decayů tampoco en los reinados de Enrique IV y de los Reyes Catůlicos, y como muestra de la pompa, verdaderamente oriental, con que se ataviaron nuestros monarcas, vťanse las riquŪsimas vestiduras que ostentan las estŠtuas yacentes de Don Juan I y su mujer en la Cartuja de Mirafiores, la del infante don Alonso en el mismo templo, la de Juan de Padilla y otras que serŪa enojoso mencionar. Confirman los datos expuestos, que el gremio de tejedores sevillanos desde la reconquista hasta el siglo XVIII, fuť uno de los mŠs importantes de la ciudad y por tanto capitulos especiales les dedicaron nuestros monarcas y Concejo para su rťgimen y buen gobierno en las Ordenanzas municipales, bajo los tŪtulos de ęTejedores de terciopeloĽ de los ęSederosĽ Toqueros e ęHiladores del torno de sedaĽ cuyas disposiciones persuaden del interťs que habia porque la fabricaciůn no decayese, ni se desprestigiase el renombre alcanzado. De las noticias adquiridas resulta, que, el nķcleo de los telares de seda estuvieron, por lo menos ya en el siglo XVI, en los barrios del Norte de la ciudad, por las parroquias de San Lorenzo, San Gil y Santa Marina en nķmero extraordinario, como lo demuestran los nombres de los artŪfices dedicados Š estas labores, que hallamos citados en fehaciente documentos, Š partir del siglo XIV. Como una leve muestra de los que florecieron entonces entre nosotros, y para conocimiento de las ricas telas que tejŪan, ofrecemos al lector el siguiente extracto: Ferrand Alonso y Alonso Manuel, T.[8] de sirgos 1406 Ruy GonzŠlez Cendalero, T. (de cendales) 1425 Alonso MartŪnez, Id. Id 1431 Alfon Garcia JardŪn, T. de reposteros 1442 Juan GonzŠlez Beniste y Manuel Lůpez, Ts. de oro y de sirgo 1450-53 Miguel de la Cueva y Diego FernŠndez Ts. de terciopelo 1475-79 Anton de AlanŪs y Daniel SŠnchez, Ts. de oro y seda 1478 Siglo XVI Anton GarcŪa, T. de seda 1514 Alonso NuŮez, T. de raso 1534 Hernando DŠvila, T. de tocas idem Juan del Castillo, T. de damascos idem Alonso de Carvajal, Cristůbal Alameda y Bartolomť Barrasa, Ts. de terciopelo idem Antůn Ramirez T. de oro y sedas idem Virgilio Ximťnez, T. de mantos idem Juan de Illescas, T. de oro tirado idem Lucas SŠnchez, T. de randas 1548 Pedro de Espinosa, T. de terciopelo 1555 Juan de Arva y Manuel FernŠndel, Ts. de tafetŠn 1575 Diego de Lara, T. de buratos idem Diego de AgŁero y Diego de la Cruz, Ts. de brocados 1576 Francisco Pťrez de Morales, T. de damasco y terciopelo. 1598 Siglo XVII Gaspar de Herrera, T. de sedas. 1601 Pedro de Burgos, T. de terciopelo. 1603 Juan de Torres, T. de pasamanos. 1604 Esteban Bernal, T. de terciopelo. idem Miguel MartŪn, T. de brocados. 1605 Juan Bautista Sea, T. de damascos. 1611 Pedro Gutierrez. T. de brocados. 1613 Benito Guerrero, T. de terciopelo. 1621 BartolomŤ RodrŪguez, T. de tocas. 1626 Antonio de Herrera. T. de telas de oro. 1628 Alonso Lůpez, T. de pasamanos de oro. 1644 SebastiŠn de Cuesta, tejiů una tela de raso negro y oro para la Catedral. 1667 Claudio Bertel, Josť de Llanos y Andrťs de la PeŮa se obligaron en 9 de Mayo de 1693 Š tejer 4000 varas de terciopelo carmesŪ para la Catedral, y el fleco y galůn que hiciese falta. Refiťrese este contrato Š las suntuosas colgaduras de nuestra BasŪlica. En cuanto Š los tejedores de los siglos XVIII y XIX vamos Š tratar ahora separadamente. Por centenares podrŪamos haber consignado nombres de tejedores, Š partir del siglo XV, y como muestra no mŠs, quedan citados algunos, para conocimiento de las diversas telas que produjeron: sirgos, cendales, oro y sirgo, terciopelo, oro y seda y paŮos reposteros en los siglos XIV y XV. En el XVI cŪtanse ya tejedores de damasco, de seda, de raso, de tocas, terciopelos, oro y seda, mantos, oro tirado, randas, tafetanes, buratos y brocados; y en el XVII y XVIII hķbolos que hacŪan tambiťn pasamanos y rasos y paŮos de seda y oro. El lector curioso que desee mŠs datos para conocer las diferentes clases de tejidos de seda, y de seda y oro que se producŪan en Sevilla, ů que en esta ciudad se vendŪan, procedentes de otras en el siglo XVII, asŪ como sus precios, puede acudir Š la curiosŪsima, ęTassa general de los precios Š que se han de vender las mercaderŪas en esta ciudad de Sevilla y su tierra: y de las hechuras, salarios y jornales y demŠs cosas contenidas en esta relaciůn, que se ha hecho por el SeŮor Conde de la Puebla Marques de Vacares Asistente de esta dicha ciudad etc.Ľ (aŮo de 1627). Las vicisitudes porque pasů en esta la fabricaciůn de los tejidos de seda, durante los siglos XVII y XVIII sorprenden extraordinariamente, cuando se sigue con interťs su historia, y en confirmaciůn de este aserto vamos Š consignar algunos datos no mŠs, que tomamos de un documento, casi oficial, debido Š muy autorizada pluma. Nos referimos al ęDiscurso sobre las fŠbricas de seda de Sevilla, sus principios, progresos y decadencia y los motivos desta, noticia de su actual estado y de los medios que puedan ser conducentes Š su fomento y prosperidadĽ. Tan interesante escrito fuť redactado por Don MartŪn de Ulloa, Vicedirector de la Sociedad Patriůtica de Sevilla, y forma parte del tomo I, de las Memorias de dicha Sociedad. Despuťs de hablar de las funestŪsimas consecuencias que causů en todas las industrias sevillanas la epidemia de 1649, dice, refiriťndose al memorial que en 1655 dirigiů al Rey el maestro tejedor FrancŪsco MartŪnez de la Mata en nombre de sus compaŮeros Francisco de Cisneros y Jerůnimo de Porras; que consta en dicho documento, que no habŪan quedado en Sevilla mŠs que 60 telares, siendo asŪ que antes habŪa 3000, en los cuales trabajaban 30000 personas. En 1713 existŪan ya 405 telares y en 1732 llegaron Š 1000. Siete aŮos despuťs quedaron reducidos Š 140, aumentando este nķmero hasta 398 en 1745. En 1779 contŠbanse 462 telares ęde lo anchoĽ y uno en que se tejŪan gťneros con mezcla de oro y plata y 62 de galones de plata y oro, 354 de cintas labradas, 17 de cintas de plata y oro, 8 de cintas de rizo y franjas; 1391 telares bajos, 23 de tejidos menores de plata y oro, que suman en total 2318. AdemŠs habŪa 87 ęmundillos de hacer puntas de oro y plata, 95 tornos para los hiladores que tenŪan dichas fŠbricas, los cuales consumŪan entre todas 100.000 libras de seda. HabŪa ademŠs 50 tornos, en que se ocupaban 192 oficiales, 19 aprendices, 2985 encaŮadoras, 133 rodeteras, que suman 3397 personas. AdemŠs contŠbanse 63 telares de medias, 65 de redecillas y 3 de gorros todos de sedas[9]. Viniendo ya al aŮo 1790 tenemos Š la vista una certificaciůn expedida en papel del sello 4.ļ por Juan MartŪnez, secretario del Arte Mayor de la seda, de la cual consta que en dicho aŮo se mandů hacer por Don Josť Jerůnimo de Espejo Veedor Presidente de dicho Arte, calaycata de los telares que habŪa en esta ciudad, con distinciůn de las clases de tejidos, la cual se hizo en 12 y 13 de Marzo del mencionado, aŮo. Segķn dicho documento habŪa 168 maestros y 111 tratantes que tenŪan cada uno varios telares de las clases siguientes: Lama de plata con flores de seda 1 Id. id. lisa. 2 Sarga ancha lisa. 26 Id. id. labrada. 53 Id. angosta. 10 PaŮo de seda. 2 Felpa lisa. 26 Id. labrada. 10 Terciopelo de verano. 5 Raso liso. 1 Damasco. 1 Canutůn ů cotonia. 4 Cotonia con plata. 1 CeŮidores. 4 PaŮuelos. 12 Anafayas. 3 EstameŮa. 2 Canicula. 1 Velillo. 1 Mantillas anchas de velillo. 1 Mantos anchos. 18 Tafetan. 95 ---- 279 AdemŠs de las ricas telas mencionadas, tejŪanse toda clase de galones y de pasamanerŪa, cintas, trenzas, y encajes de oro, de todo lo cual existe un curioso muestrario, que debiů pertenecer Š un fabricante ů un mercader, el cual se conserva en el museo Arqueolůgico municipal. Llegado el siglo XIX, de tres peritŪsimos fabricantes tenemos noticias, llamado el uno Acosta, que viviů en la calle de Santa Clara, del cual hay una casulla de tisķ de plata con flecos de oro y seda en el Hospital de Venerables Sacerdotes de esta ciudad, magistralmente tejida, y los otros dos, Don Manuel del Castillo y Povea y Don Josť Ledesma. Aun hemos alcanzado Š ver muestras de rasos, tafetanes y damascos del primero de ellos, que con razon fueron premiados en Exposiciones extranjeras y del segundo conservamos parte de su muestrario de tisues, lama de plata y de algunas sederŪas con dibujos de colores y otras en que se emplearon unidas la seda y el terciopelo. De la fŠbrica del Sr. Ledesma fueron los tisues de los Angeles y del NiŮo Jesķs, del antiguo paso de la cofradŪa de la Quinta Angustia, donados por los Duques de Montpensier. Con el Sr. Ledesma se extingue por completo la fabricaciůn de telas de seda y de seda y oro, en Sevilla, olvidŠndose por completo las tradiciones de tan hermosa como productiva industria artŪstica. ŅA que causa debiůse su ruina? ocķrrese preguntar. Muchas y muy complejas fueron, que si tratŠsemos de determinarlas nos excederŪamos considerablemente de los lŪmites de este artŪculo. La principal de todas salta Š la vista. No fuť posible luchar con el incremento de las fŠbricas extranjeras, con la perfecciůn y belleza de sus productos, juntamente con la relativa economŪa de aquellos. Mientras que Francia, Inglaterra, Italia y Bťlgica adelantaban extraordinariamente y se apoderaban de todos los mercados, nosotros sin recursos ni inteligencia tenŪamos que cederles el paso, llegando Š la vanidad miserable de tener Š gala vestirnos con telas extranjeras. Despuťs de esto Ņquť hemos de decir? Abandonada la industria, no es extraŮo que se abandonaran tambiťn los plantŪos de morales y moreras, al punto que son ya muy escasos los Šrboles de esta clase que nos quedan, sin los cuales no es posible conseguir el renacimiento de la industria sericŪcola. Todo el siglo XIX ha transcurrido sin que una voz amiga se haya alzado en su favor entre nosotros, mientras que en otras capitales espaŮolas va adquiriendo importancia y estŠ llamada Š adquirir mŠs, pues por lo que respecta Š la producciůn de la seda tan solo, como puede alcanzarse Š poquŪsima costa, y como es muy apropůsito para que Š ella se dediquen las familias pobres, una vez que ťstas sientan el estŪmulo de una ganancia anual de relativa importancia, se multiplicarŠ el cultivo y con ťl los beneficios consiguientes. Como complemento de este trabajŪllo sťanos lŪcito transcribir el interesante artŪculo publicado en el BoletŪn de Acciůn Social n.ļ 38, 15 de Septiembre de 1909 que podrŠ ser aprovechado el dŪa de maŮana por algķn curioso cronista sevillano: Primer Sindicato en Sevilla. Bajo la presidencia de un delegado de la Junta Diocesana de Acciůn Social, se reunieron, el dŪa 8 de los corrientes, les criadores del gusano productor de la seda en esta capital, para constituirse en gremio. Invocado el EspŪritu Santo se diů principio Š la sesiůn por la lectura del proyecto de Reglamento, que fuť aprobado por unanimidad y Š continuaciůn se procediů al nombramiento de la Junta Directiva quedando constituida en la siguiente forma: Presidente honorario: D. Francisco Ysern y Maury. Presidente efectivo: D. Josť GarcŪa Morůn. Vicepresidente: D. Josť Hidalgo FernŠndez. Secretario: D. Ricardo Gůmez MartŪnez. Visecretario: D. Antonio Aparicio SŠnchez. Tesorero: D. EvarŪsto Diez HernŠndez. Conciliario EclesiŠstico: D. Juan Caballos Pťrez. No es hoy muy grande el nķmero de los agremiados, pero por esto no desmerece su importancia, si consideramos que es una industria que habŪa desaparecido por completo de esta ciudad, habiendo sido fuente abundantŪsima de riqueza en toda EspaŮa, y en particular de Sevilla, donde existŪan en 1520, segķn datos fidedignos, 16,000 telares, si bien no eran de la importancia de los modernos, que utilizan los poderosos elementos del vapor y la electricidad; eran telares domťsticos, de familia, donde no se utilizaba para hilar mŠs que el rudimentario torno; pero con este clŠsico torno se elaboraban, solamente en Sevilla y su provincia, 100,000 kilogramos de seda al aŮo, y se utilizaban los servicios de 100,000 obreros, sin contar con las mujeres, los ancianos y los niŮos, que tambiťn prestaban sus cortas energŪas en la crŪa del gusano productor de la seda. Ni por esto desmerecŪa la calidad de su seda, la mejor de los mercados conocidos, aun del extranjero, Š los que hacŪa competencia; verdad que hoy mismo puede comprobarse, visitando la fŠbrica de filatura de los seŮores Faustino MartŪnez y CompaŮŪa, ķnica que se dedica en esta capital Š su hilado, y donde se elaboran capullos de todos los mercados de EspaŮa y del extranjero, y al simple tacto se distingue la criada en esta regiůn, por sus cualidades de flexibilidad, tenacidad y elasticidad y Š la que por su finura y brillantez llaman los inteligentes seda ęjoyanteĽ. A muchos se le ocurrirŠ esta pregunta;--ŅSiendo tan productiva esta industria y tan buena la calidad de su seda, por quť causa ha desaparecido por completo de esta regiůn? Varias han sido las causas que han contribuido Š la decadencia de tan floreciente industria; en primer lugar, las enfermedades del gusano productor de la seda, y en particular de la llamada ępebrinaĽ, enfermedades que, por pura negligencia, propia de nuestro caracter, no estudiamos ni combatimos; y en segundo lugar, porque Š mediados del siglo XVIII ya comenzamos Š gustar de lo extranjero, y las sabias leyes de nuestros catůlicos monarcas, fueron cayendo en desuso, ť invadieron nuestros mercados los tejidos de seda ingleses y franceses, y en el siglo pasado y en el actual nos europeizamos, y ya no nos gusta nada que sea espaŮol, vestimos Š la inglesa, comemos Š la francesa y nos arruinamos Š la espaŮola. Sůlo nos quedan preciosos recuerdos y riquŪsimos ejemplares de lo que fuť nuestra industria sedera en pasados siglos, como la maravillosa capa de Carlos I, que se conserva en la Parroquia de Santiago en esta ciudad, las obras maestras de las Catedrales de Sevilla, Toledo y Cůrdoba y la tapicerŪa riquŪsima del Real Palacio de los Reyes en Madrid, Aranjuez y el Escorial, y esa variedad, en suma, de preciosas producciones, que es la admiraciůn de propios y extraŮos, en casullas, capas y ornamentos sagrados, que existen en todas las Catedrales de EspaŮa. ŅCůmo ha nacido ese gremio? Preguntadlo al ingeniero director de la Estaciůn SericŪcola de Murcia, D. Emiliano Lůpez, gran patriota y celoso propagandista de la industria sedera, y este seŮor os dirŠ que en el mes de Septiembre de 1907 visitů Š esta ciudad para hacer propaganda de la crŪa del gusano productor de la seda, y como delegado del Estado, para cumplir su misiůn, se dirigiů, como era natural, Š los centros y corporaciones oficiales y Š distinguidas personalidades de reconocida competencia agrŪcola y en sus industrias derivadas ů similares, y este mismo seŮor os dirŠ tambiťn que por ninguna de estas entidades fuť patrocinada su propaganda. No por esto desistiů de su intento el seŮor Lůpez, pues Colůn ofrecia un nuevo mundo y con la misma indiferencia glacial fueron recibidas sus teorŪas en las altas esferas; y del mismo modo que Colůn volviů su mirada Š la Iglesia, siempre patrocinadora de toda idea noble y elevada y fuť oido ť hizo que prosperaran sus afirmaciones, por la intervenciůn y apoyo de un humilde religioso; asŪ este seŮor recordů que en el mes de Mayo del mismo aŮo, un sacerdote sevillano[10] se habŪa dirigido Š ťl, como Director de la estaciůn SericŪcola que el estado tiene establecida en Murcia, en atenta carta, haciťndole algunas consultas y pidiťndole instrucciones acerca de la industria sedera y en especial de la cria del gusano productor de la seda, y acudiů Š ťl, como nŠufrago Š tabla de salvaciůn, y ťste humilde clťrigo, y por lo tanto ęclerical, retrůgado, oscurantista y medio eval,Ľ como lo llaman los ęintelectuales,Ľ prestů atenciůn Š sus deseos, expresados con tal entusiasmo y con tal profusiůn de datos prŠcticos, encaminados Š probar sus observaciones, que rendido Š la evidencia, con las cortas nociones que de la industria tenia, hizo suyo el pensamiento y, desde luego, le indiců los medios con que se podŪa contar en la regiůn para hacer prŠctica su propaganda. Al efecto, le invitů Š dar un paseo en uno de los vaporcitos de recreo que prestan servicio pķblico entre esta capital y los pueblos ribereŮos del Guadalquivir y le enseŮů la hermosa plantaciůn de moreras que con gran sentido prŠctico ha hecho en sus mŠrgenes la Junta de Obras de este Puerto, encontrando en ťsta la soluciůn de su problema, el alimento predilecto del gusano de seda. Al regreso de nuestra excursiůn por el Guadalquivir nos apeamos en el desembarcadero de San Juan de Aznalfarache, para descansar breves momentos en una huerta que el hermano de este sacerdote cultiva, průxima al mismo apeadero, y allŪ encontrů dicho Sr. Lůpez el complemento para el desarrollo de su plan, un gran salůn corrido que reune todas las condiciones necesarias para la industria, espacioso, con gran elevaciůn, buenas luces y buena ventilaciůn, y mŠs que todo esto, muchos pueblecitos esparcidos Š su alrededor, donde sus habitantes, en su mayorŪa braceros, pudieran gozar de los beneficios de esta industria, al propio tiempo que contribuŪan Š su desarrollo y propagaciůn. Una sola dificultad se le ocurriů al sacerdote Š que nos referimos en estas lŪneas; Ņquiťn habŪa de educar y formar Š los nuevos criadores, que no tenŪan noticia alguna de esta industria? Duda que fuť resuelta en el acto por dicho Sr. Lůpez prometiendo enviar un obrero de la Estaciůn SericŪcola de Murcia y fundar una Escuela PrŠctica en San Juan de Aznalfarache, en el salůn antes mencionado, Š lo que accediů gustoso su dueŮo, quedando asŪ acordadas las bases generales para desarrollar su plan en la primavera průxima. Llegada esta ťpoca, 15 de Marzo, se presentů el obrero en San Juan de Aznalfarache con todo el material propio para fundar la Escuela; incubadora, higrůmetro, barůmetro, termůmetro, microscopio, etc., mŠs las andanas y zarzas, que ya estaban preparadas de antemano, en el local destinado al efecto, haciťndose enseguida la instalaciůn de la misma. Mas una vez instalada ťsta hacŪan falta, como es natural, discŪpulos; al efecto se hizo una atenta invitaciůn Š las clases acomodadas del pueblo y ... ocurriů lo que en Sevilla; se acudiů Š la clase obrera, y recelosa, como sucede siempre con lo desconocido, tampoco respondiů y por ķltimo, se llamů Š la puerta de la clase media, y ťsta, no sin grandes dificultades, y gracias Š la generosidad del patrono de la Escuela, que ofreciů gratuitamente la semilla ya avivada y hasta su alimento, y Š las reiteradas promesas de prosperidad en el resultado, bajo la direcciůn del inteligente obrero D. Josť Hidalgo, y sin tener que hacer gasto ninguno de su parte, pues Š todos atendiů la Escuela, y sŪ con la seguridad de un beneficio, de mayor ů menor importancia, segķn la cantidad que criaran, pues Ūntegro serŪa para ellos, para de esta manera adiestrarlos en la industria y estimularlos para los aŮos sucesivos. Estos nuevos criadores, recelosos en un principio, fueron los mejores propagandistas despuťs por su feliz resultado, guardŠndose sus ganancias, que fuť el producto total de la cosecha, que ascendiů, segķn los casos, Š veinte, treinta, cuarenta y hasta cincuenta duros, despertando gran interťs en la clase pobre, que al aŮo siguiente solicitů, en su mayorŪa dedicarse Š la industria. En este aŮo de 1908 produjo la cosecha de estos pequeŮos criadores y la de la Escuela, mŠs de cuarenta arrobas de capullos de seda, y en el aŮo actual ha pasado de cien arrobas, que si bien esto no es nada comparado con la producciůn en los siglos en que floreciů esta industria, si sigue aumentando en la proporciůn que estos dos aŮos, Š la vuelta de quince ů veinte aŮos tendremos la industria Š la altura de su mayor apogeo. Al agremiarse tendrŠn los productores personalidad legal para poderse dirigir al Estado, Š la Provincia y al Municipio, con el fin de estimular Š estas entidades en la plantaciůn de moreras, base necesaria para la propagaciůn de la industria por ser el alimento mŠs apropiado al gusano y para la mejor calidad de la seda, imitando en esto el laudable ejemplo dado por la Junta de Obras de este Puerto, que en diversas plantaciones, hechas en el corto espacio de tres ů cuatro aŮos, tiene plantadas 14,000 moreras y se propone, por iniciativa de su dignisimo Presidente D. Francisco Ysern, y de su no menos digno Ingeniero Director D. LuŪs MolinŪ, plantar todas las mŠrgenes de este productivo Šrbol; y al propio tiempo dando una prima Š los criadores, como lo hace hoy la vecina Repķblica, que da un franco de prima por cada kilo de capullos, y como lo hicieron nuestros catůlicos monarcas que dieron sabias pragmŠticas en las que ofrecŪan premios de importancia Š los agricultores que hicieran mayor plantaciůn de moreras en sus propiedades. Si esto se consigue, la industria florecerŠ en un corto periodo de aŮos, de lo contrarŪo, resurgirŠ muy lentamente, si la influencia del extranjero no la ahoga en su nacimiento. D. N. EL ZAPOTE Ultima memoria de las casas de don Fernando Colůn Con el transcurso de los siglos hanse ido borrando de esta ciudad insignes memorias, testimonios de sus grandezas de otros tiempos, las cuales, yacen al presente olvidadas, entre el polvo amontonado sobre ellas por algunas generaciones. Vana empresa serŪa la de intentar reconstituir la forma y disposiciůn que tuvieron eminentes fŠbricas arquitectůnicas; y Š veces, ni aķn es dado seŮalar los parajes en que se alzaban: sobre templos, palacios, portadas y torres, abre el arado profundos surcos, crecen Š su sabor los jaramagos y amapolas, ů entre sus despedazados fragmentos anidan reptiles y alimaŮas. Tan triste suerte, tan vil paradero ha tocado Š ilustres fundaciones con que Sevilla se enorgullecŪa; y toda la diligencia de historiadores y cronistas para dar vida Š alguno de sus monumentos, perdidos hoy, ha resultado insuficiente, cuando no esteril por completo, pues, la destrucciůn inexorable no ha consentido que permanezcan, ni aun leves vestigios de aquellas glorias del arte ů de la historia. A veces sin embargo, el hallazgo de un simple papel, despreciable Š primera vista, nos facilita medios para restaurar la obra mentalmente, con toda exactitud. Para prueba de esto volvamos los ojos Š la Sevilla antigua y venga el lector benťvolo Š pasar breves momentos en nuestra compaŮŪa, que mŠs de un motivo de recreo y de curiosidad hemos de ofrecerle, en que se espacie y distraiga su Šnimo con la contemplaciůn de grandezas pasadas. Cuantos viajeros ilustres por su amor Š las ciencias y Š las letras, visitaban esta metrůpoli en los aŮos de 1528 al 29, despuťs de cruzar por la plaza del Duque de Medina Sidonia, en que se alzaba la opulenta vivienda de aquel magnate, y de contemplarla por algunos momentos, fijŠndose, ora en los dos eminentes y robustos torreones que se alzaban en sus Šngulos, ora en sus grandes ventanas, balcones y portada de sillerŪa, con sus herŠldicos escudos, ora en la fila de antiguos fustes de mŠrmoles, encadenados entre sŪ que marcaban la jurisdicciůn del seŮor de aquella casa; despuťs de admirar, decimos, aquel enorme edificio, mitad palacio mitad fortaleza, que segķn tradiciůn, motivů que Felipe II preguntase: ęsi aquella era la casa del seŮor de la villaĽ enderezando sus pasos por la calle que entonces decŪan de las Armas, y despues de atravesar por debajo del gran arco Š que nombraban puerta de Goles, donde mŠs tarde mandů levantar el Cabildo y Regimiento de la Ciudad la Puerta Real, pasŠbase, nuevamente, ante otra vasta y magnŪfica vivienda que allŪ se parecŪa, construida sobre un paraje eminente, y desde el cual espaciŠbase la vista con la contemplaciůn de un maravilloso cuadro. ExtendŪase Š la diestra mano una deliciosa huerta plantada de naranjos y limoneros, entre cuyas oscuras y apretadas copas, erguŪanse, balanceando sus ligeros penachos, las esbeltas palmeras y los melancůlicos cipreses, con mucha copia de otros Šrboles y arbustos preciosos y raros traidos de allende los mares, entre los que descollaban gigantescos zapotes, plantados Š lo largo de la margen del rio, hasta la jurisdicciůn exenta de San Juan de Acre; y ademŠs, mil variadas suertes de odorŪferas plantas, que embalsamaban el aire con suavŪsimos perfumes. Por entre esta arboleda sobresalŪan las almenadas murallas de la ciudad, con sus robustos torreones, la pequeŮa iglesia de San Juan de Acre, Š la sazůn recientemente reedificada, el templo y monasterio de Santiago de los Caballeros, la elegantŪsima atalaya, que decimos todavŪa de Don Fadrique, enclavada en el jardŪn del convento de Santa Clara, y por ķltimo, Š los lejos, la sombrŪa mole del real monasterio de San Clemente. Frontero al sitio en que imaginamos hallarnos, y en la otra banda del Guadalquivir, junto Š su orilla, plantada de alamos blancos y de verdes caŮaverales, veŪase la Cartuja de Santa MarŪa de las Cuevas, rodeada por un espeso bosque de naranjos y de olivos, y en los ķltimos tťrminos, la fundaciůn insigne de San Isidoro del Campo, sepulcro del hťroe de Tarifa, el monasterio de San Jerůnimo y la robusta atalaya, erigida por los Guzmanes en el lugar de la Algaba, ya casi envuelta en las nieblas azuladas del horizonte. Si dirigŪamos los ojos hŠcia la izquierda, tambiťn por esta parte continuaba el recinto de las murallas hasta llegar Š la Puerta de Triana, enfrente de la cual, y Š la otra margen del rio, veŪase la mole del castillo de San Jorge, asiento del Tribunal establecido contra la herťtica pravedad en los reinos de EspaŮa, cuyos torreones semejaban negros gigantes mirando amenazadores hacia el arrabal y la ciudad, al par que reflejaban sus sombrios contornos en las ondas del caudaloso rio. Cierto que al contemplar la amenidad de todo aquel extenso paraje, la grandiosidad de sus edificios y las bellezas todas que rodeaban la casa de Don Fernando Colůn, justamente pudo ťste recomendar Š sus descendientes que conservasen el suntuoso edificio y su magnŪfica huerta porque ęsegķn habŪa visto sitios de casas por la cristiandad, ninguno pensaba haber mejorĽ. De propios y de extraŮos era con razůn celebrado, y aķn mŠs, si se atiende Š que por aquellos aŮos, el ilustre hijo del Almirante, cuidŠbase preferentemente de terminar el adorno de la fachada, enriqueciendo con los primores del cincel aquel venerando asilo de las ciencias, en el cual pensaba pasar los aŮos de su vida, trocando las inquietudes y falŠcias de la corte, en que habŪa vivido los aŮos de su juventud, por el dulce sosiego y apacible deleite del estudio. Determinůse pues, no solo Š embellecer su morada, sino Š procurar digno albergue Š los numerosos libros y grabados adquiridos en sus frecuentes viajes por EspaŮa, Alemania, Italia, los Paises Bajos, Inglaterra y Francia, para lo cual, por aquellos dŪas de los aŮos de 1529-30 recreŠbase en admirar las delicadas fantasias, que en ricos mŠrmoles blancos de Carrara, habŪan esculpido por su encargo, los famosos entalladores genoveses, Antonio MarŪa Aprile de Carona y Antonio de Lanzio, naturales ambos del obispado de Como, segun contrato, que para este efecto con ellos habŪa celebrado. TenŪan las casas, dice un fidedigno documento[11] de una esquina Š otra 198 pies y por el lado de largo 78. Con dos suelos de alto ... salas bajas y altas quadradas y recŠmaras. Todo muy bien labrado y muy fuerte, y ansimismo jardŪn Š vn lado y vn quarto largo que sirve de caualleriÁa. Tres corrales Š las espaldas ... etc. Bien probaron su suficiencia y habilidad aquellos mencionados artistas italianos en la ejecuciůn de tantas peregrinas invenciones arregladas ęal romanoĽ, segķn decŪan por entonces en EspaŮa, conque adornaron la archivolta del arco de medio punto, principal entrada de la casa, asŪ como el entablamento que corrŪa encima, con su piso no menos delicado y peregrino, sustentado por dos pilastras pareadas, con capŪteles del orden corintio, las cuales alzŠbanse sobre proporcionados pedestales. Encima de la clave del arco lucia el nobilŪsimo escudo con las armas de los Colones, y Š ambos lados, Š modo de remates ů cresterŪa, corrŪan grupos de delfines, alusivos Š la empresa paterna. A cada lado de la portada habŪa ademŠs dos ventanas con marcos, consistentes estos, en pilastras que sostenŪan sendos entablamentos, con frontoncŪllos, en cuyos tŪmpanos resaltaban en relieve bustos de hombres, concluyendo los adornos, cartelas, vasos con flores y otras invenciones propias del estilo, todas esculpidas en blanquŪsimos mŠrmoles[12]. La hojarasca de los capiteles ętomada del antiguoĽ, era tan delicada y buena, como la que adornaba los mismos miembros arquitectůnicos empleados en la casa del Marquťs de Tarifa (la de Pilato). En cuanto Š la traza, semejŠbase en gran manera Š lo esculpido por los mismos artistas para los sepulcros de los Marqueses de Ayamonte.[13] Tuvo de costo la obra de marmoleria, para el adorno de la casa de Don Fernando 230 ducados de oro. El edificio remataba en un antepecho revestido de brillantes azulejos, entre los cuales corrŪa la siguiente inscripciůn, con letras capitales romanas (tambiťn de azulejerŪa) negras sobre fondo blanco: DON FERNANDO COL”N HIJO DE DON XPOVAL COL”N PRIMERO ALMIRANTE QUE DESCUBRI” LAS INDIAS FUND” ESTA CASA A—O DE MIL E QUINIENTOS E VEYNTE E SEIS.Ľ y debajo parecia la siguiente octava: ęPrecien los prudentes La comķn estimaciůn Pues se mueven las mŠs gentes Con tan fŠcil vocaciůn Que lo mesmo que lanzaron De sus casas por peor De que bien consideraron Juzgan hoy ser lo mejor[14]. AludŪase en los versos al hecho de haber sido edificada la casa sobre un antiguo muladar. Pero, sŪganos el lector curioso, y penetremos en una vasta pieza, en que habŪa reunido el gran bibliůfilo un rico tesoro ęde todas las ciencias que en su tiempo hallůĽ pues ciertamente, habrŪa de sorprendernos el orden y singular inteligencia conque estaban custodiados los numerosos volķmenes que constituian la biblioteca. Agrupadas las Facultades, colocados de canto los libros en armarios, que rodeaban la cuadra, corrŪa Š dos varas de distancia, y por delante de aquellos, una verja con travesaŮos horizontales, que permitia, solamente, al lector, pasar las hojas del volumen en que estudiaba, colocado sobre un atril, entre el estante y la dicha verja, precauciones todas encaminadas Š ponerlo Š cubierto de la codicia, por ser cosa probada ęque es imposible guardar los libros aunque estťn atados con cien cadenasĽ[15]. AdemŠs de los libros llegů Š formar el ilustre hijo del Almirante una riquŪsima colecciůn de estampas, Š juzgar por el Ūndice que de ellas hizo ťl mismo; la cual, por la punible desidia de las manos todas porque pasů el tesoro Fernandino, ha desaparecido, con gran dolor de los amantes de las artes[16]. Pocas naciones como EspaŮa y pocos pueblos como Sevilla podŪan ufanarse de poseer riqueza bibliogrŠfica, tan inapreciable como ťsta, y asŪ no es de extraŮar, que, atendidos los mťritos del fundador, la importancia de su biblioteca, asŪ como los servicios de imperecedera memoria prestados por el descubridor de un Nuevo Mundo, el Cesar Carlos V, y en su nombre la Reina DoŮa Juana, hubiesen expedido en favor de Don Fernando, un albalŠ, su fecha en Valladolid Š 20 de Noviembre de 1536, para que ęhaya e tenga de nos (Don Fernando) por merced en cada un aŮo para en toda su vida 500 pesos de oro de 450 maravedis cada peso ... para ayuda Š su sustentaciůn y de la librerŪa que hace en la Áibdad de SevillaĽ. Situaba el monarca tan importante pensiůn ęen las rentas e provechos de la Isla de CubaĽ y los oficiales de ella habŪan de satisfacťrsela anualmente, con testimonio de escribano, que acreditase la existencia de Don Fernando. Por otro mandato real, fecho tambiťn en Valladolid Š 2 de Marzo de 1537, facilitŠbasele el cobro de dicha renta, y por ťl se establecŪa, que se efectuara por los tercios de cada un aŮo, sin que en cada uno de ťstos tuviese que presentar la fť de vida, pues bastarŪa que llenase este requisito anualmente. Mas como podŪa ocurrir su fallecimiento una vez cobrado un tercio de la renta, obligŠbase Don Fernando Š que se devolviese por sus herederos Š la Hacienda Real. Pocos aŮos pudo disfrutar de la merced el ilustre bibliůfilo, pues, entre las 12 y la una del dŪa 12 de Julio de 1539 pasů de esta vida Š otra mejor, Š los 50 aŮos, diez meses y veintiun dŪas, acompaŮado del duelo general por sus virtudes y muy particularmente, del de todos los varones amantes de las letras. De aquella famosa biblioteca, reunida Š costa de tanta diligencia, dispendios y sabidurŪa, puede decirse que solo quedan tristes restos. El abandono y desidia de unos, la rapacidad y codicia, de los otros, tuvieron, ya Š raŪz de la muerte de Don Fernando, ancho campo abierto Š su funesto dominio; y cuantas precauciones dejů aquel, tan sabiamente dispuestas, en su ķltima voluntad, encaminadas, no solo Š la conservaciůn de los libros, sino tambiťn Š su aumento; las rentas que dejů seŮaladas para estos fines, todo cuanto soŮů en vida, no fueron mŠs que vanos deseos, ninguno de los cuales llegů Š realizarse. Las translaciones que hubo de sufrir, primero desde la casa de Don Fernando al convento de San Pablo, de ťste Š la Catedral, (1552) y las mudanzas de uno Š otro claustro del Patio de los Naranjos, y por ķltimo el abandono en que estuvo en los primeros aŮos del siglo XIX, con alguna que otra depredaciůn mŠs reciente, redujeron de manera tan considerable el nķmero de volķmenes, al punto, que, los existentes han hallado capaz colocaciůn en un pequeŮo gabinete, cuya rica estanterŪa costeů con su proverbial munificencia, S. M. la Reina DoŮa Isabel II. Menos aķn resta de la que fuť suntuosa morada junto Š la Puerta de Goles:[17] claustros y salones, portadas y ornatos han desaparecido, y, sobre aquel emporio del saber, tesoro de las ciencias, y monumento del arte, Šlzanse hoy los frŪos muros de unos almacenes de granos! Hasta hace poco, quedaba algo mŠs, sin embargo; de la famosa huerta permanecŪa uno de aquellos hermosos zapotes, que hizo venir del Nuevo Mundo el gran Don Fernando, y que tal vez plantara por su mano. Su magnŪfica copa alzŠbase en medio de un solar, ędonde las necesidades de la poblaciůn, obligarŠn Š construir manzanas de casas; entonces caerŠ al golpe del hacha, como sus mŪseros compaŮeros,Ľ mientras que, diremos con un ilustre escritor, la ciudad de Sevilla, indiferente al recuerdo de aquellos ciudadanos, que mŠs honra le dieron, verŠ desaparecer, sin fijar en ello su atenciůn, ese postrer vestigio de una ťpoca, en que las letras y las virtudes cŪvicas florecieron y fueron honradas en AndalucŪa; y verŠ caer, sin sentimiento de pena aquel testigo de los generosos esfuerzos de un hombre, que, segķn el docto caballero Pero Mexia, ędebe ser alabado y merece que los que en esta ciudad vivimos roguemos Š Dios por su Šnima, la cual segķn fuť su vida tan virtuosamente gastada en letras y en honestos exercicios, y su tan christiana y buena muerte yo creo cierto que estŠ en la gloria de Jesucristo.Ľ * * * * * Nuestros temores, desgraciadamente, no han tardado mucho en confirmarse. Hace pocos aŮos, el Ayuntamiento vendiů el solar en que se alzaba el zapote. No faltaron cultos sevillanos, amantes de nuestras memorias histůricas, que alzaron su voz, solicitando del Ayuntamiento que se exceptuase de la venta la parcela en que se hallaba el frondoso Šrbol, la cual deberŪase rodear de una verja, colocando al pie del tronco de aquel una inscripciůn que expresase al transeunte su histůrico significado. Tales excitaciones fueron despreciadas; Ņpor ventura, aquellos celosos administradores consentirŪan que se lesionasen los intereses ęmaterialesĽ de la ciudad, descontando algunos metros de los que constituŪan el total del solar; equivalente Š unos centenares de pesetas? °En cuanto Š los intereses morales ... medrados estamos! ŅQuiťn para mientes en ellos, en esta ťpoca de tanto progreso y de tanta cultura? Cayů el pobre Šrbol, y con ťl, desapareciů la ķltima memoria de las casas de Don Fernando Colůn! La mezquita de los osos Las ķnicas noticias histůricas que se nos han transmitido de algunos edificios religiosos erigidos en esta ciudad por los musulmanes, las debemos al analista ZķŮiga, el cual consigna en sus ęAnalesĽ las mezquitas que fueron convertidas, en templos cristianos Š partir del aŮo 1248. Segķn el mismo escritor, nuestras iglesias parroquiales se establecieron primitivamente en las fŠbricas musulmanas, escepciůn hecha de las tres sinagogas, en cuyos emplazamientos levantŠronse las iglesias de Santa Cruz, Santa MarŪa de las Nieves y San Bartolomť. Empero: por lo que se refiere Š las mezquitas Ņno hubo otras mŠs en la ciudad que las citadas por ZķŮiga? Creemos que sŪ y Š pensarlo asŪ nos induce la muy curiosa relaciůn de ellas consignada en el ęLibro BlancoĽ, inapreciable tesoro de memorias antiguas que se custodia en el Archivo de nuestra Catedral. Sabido es que el volumen n.ļ 3, Š que nos referimos, se acabů de escribir por el Racionero Diego MartŪnez, en sŠbado 21 de Febrero de 1411 y en ťl constan separadamente todas las mezquitas que tocaron en el ęRepartimientoĽ Š la Iglesia Catedral; comprendiendo entre estas, tal vez, las ęzahuiasĽ ů lugares de enterramiento de Santones, pues, de otro modo estimamos demasiado el nķmero de aquellas. Fueron algunas trocadas antes del citado aŮo de 1411 por casas y propiedades, atento Š lo cual no se las menciona en el ęLibro BlancoĽ pues no pertenecŪan ya al Cabildo EclesiŠstico, como aconteciů, precisamente, con la ęMezquita de los OsosĽ, acerca de la cual hemos hallado algunas noticias. Fronteras Š la parte oriental del Templo metropolitano, hallŠbanse en el siglo XIV las casas en que moraba el Arcediano de Ecija, Fernan MartŪnez ęvarůn de exemplar vida, pero de zelo menos templado que convinieraĽ el cual predicando al pueblo contra los males que acarreaban los judŪos que vivian en el reino, diů lugar Š que la plebe se concŪtase contra ellos, produciťndose sangrientas escenas en la juderŪa sevillana, que no pudieron evitar Don Alvar Pťrez de GuzmŠn, Alguacil Mayor de Sevilla y el Conde de Niebla acaecidas en el aŮo de 1391, segķn ZķŮiga. Seis aŮos antes de esta fecha, el referido Arcediano habŪa llevado Š efecto el loable propůsito de fundar un hospital bajo la advocaciůn de Santa Marta, cediendo para ello, no solo las casas de su morada, sino que para ampliarlo hizo una permuta con el Cabildo de la Santa Iglesia, cuyo instrumento original escrito en pergamino se conserva en su Archivo y comienza de esta suerte: ęSepan quantos esta carta vieren como nos el dean e el cabildo de la santa iglesia de la muy noble Áibdat de Sevilla estando ayuntados en nuestro cabildo llamados especialmente para esto que se sigue: Por quanto vos don fernan martŪnez arÁediano de ecija e canůnigo en la dicha eglesia por faser seruicio a dios e a la virgen santa martha fesiste vn ospital para pobres a onrra de la dicha virgen ques en la collacion de la dicha iglesia viendo que la dicha obra es santa e buena e gran seruiÁio de dios a lo cual todos nosotros somos tenudos Otorgamos e conosÁemos que vos damos agora e para siempre en troque e en cambio que conusco facemos para el dicho ospital las casas que se siguen conuiene a saber: ęla mezquita que disen de los ososĽ iten las casas que dexo domingo perez ... etc. Fecho veynte dŪas de mayo aŮo del nasÁimiento de nro. saluador ihuxpo. de miletresientos e ochenta e cinco aŮos.Ľ (Falta al documento el sello que pendia de las sedas de colores que conserva). Tal vez esta mezquita fuť la misma Š que se refiriů ZķŮiga al consignar el hecho siguiente: ępidiů el Rey Don Alonso X al Arzobispo y Cabildo unas mezquitas de las cuales habŪa dado para morada de los fŪsicos que vinieron de allende e para tenerlos de mŠs cerca, porque eran cercanas al AlcŠzar.Ľ Sea de esto lo que quiera, creemos que en las partes existentes de la SacristŪa del actual convento de la Encarnaciůn, que caen Š la calleja llamada de Santa Marta, y en la casa conocida con el nombre de la misma Santa, frontera Š la Puerta de la Campanilla, pueden reconocerse todavŪa restos de la antigua Mezquita de los Osos, en unos fustes de mŠrmoles con capiteles que estimamos Šrabe-bizantinos, existentes en los sitios mencionados, los cuales, antes de tener noticia de la mezquita, habŪan llamado nuestra atenciůn y que ya creemos explicarnos satisfactoriamente, como restos de la misma. En el deseo de esclarecer nuestras dudas hemos visitado el interior del convento, y aunque Š primera vista, se observan considerables restos de construcciones antiguas, estimamos que no alcanzan Š mŠs remota fecha que Š la del siglo XIV, y son por tanto obras de mudťjares, efectuadas por el racionero MartŪnez, haciendo extensivo este parecer, aun Š las considerables partes de un gran torreůn, que puede observarse desde la calle, y Š los hermosos arcos ultrasemicirculares del pozo. En el transcurso de cinco siglos ha sufrido el antiguo edificio tantas y tan importantes transformaciones, que no nos atrevemos Š distinguir los restos de la mezquita de las obras efectuadas por el fundador del hospital. La cķpula octogonal de la iglesia, conpechinas de arista viva, relacionadas con el caŮůn de la nave, cuyas bovedas estŠn formadas por nervaduras ojivales, comprueba cůmo permanecŪan vivas las tradiciones mauritanas en los albaŮiles del siglo XIV. Diremos, por ķltimo, que efectuada la permuta de dicha mezquita por otras casas, bodegas y 3000 ms. que diů el Arcediano, otorgů este su testamento en Carmona Š 7 de Junio de 1403. Consta en el mismo pergamino la fundaciůn del Hospital nombrŠndose entre sus administradores al Cabildo de la Ciudad, cuya designaciůn dejů sin efecto el Arcediano por su codicilo, que sigue al mismo testamento, otorgado en 14 de Julio de 1404, en el que instituyů como ķnico administrador al mencionado Cabildo EclesiŠstico, que desde el siglo XIV ha venido cumpliendo con la voluntad del testador; si bien las necesidades de los tiempos han obligado Š alterar la forma de los socorros que se dispensan Š los acogidos. RECIBIMIENTO EN SEVILLA de un Embajador de Inglaterra Al Sr. Doctor Thebussem. PrometŪ Š V. no ha muchos dŪas, mi excelente amigo, darle cuenta de los curiosos pormenores contenidos en la ęQuenta del gasto que se hizo en el hospedaxe del embajador de yngalaterra en estos Reales AlcŠzares de la Ciudad de Sevilla por mandado del Conde Duque de Olivares,Ľ segķn reza un curioso m-s. que tuve la suerte de encontrar en la tarea que me impuse, aŮos hace, de ordenar los involucrados papeles de aquel Palacio. Hoy, que puedo disponer de tiempo, se lo dedico gustoso, aun cuando temo que no encuentre en este texto muchas noticias aprovechables para sus aficiones. Usted dirŠ si me equivoco. Llegů Š Sevilla el embajador Baronet Francis Cottington[18] jueves 20 de febrero de 1631 saliendo Š recibirle hasta Ecija, donde le encontrů, don Juan de Mendieta ępor no auer auisado cuando auia de entrarĽ pagŠndose Š dicho seŮor 100 reales por el gesto que hizo. Hospedůse en el AlcŠzar desde el mencionado dŪa Š las cinco de la tarde, hasta el lunes 24 del mismo mes, acudiendo Š todos los gastos el Sr. Juan Assiayn Ugalde, Tesorero de los AlcŠzares, con intervenciůn de AgustŪn BolaŮos, Veedor, Contador del Rey y asŪ mismo contador del Conde Duque, por cuyo mandato se dispuso todo. Comenzůse por sacar la basura, tierra y hierba del Patio de la MonterŪa y de los demŠs del AlcŠzar en que se ocuparon Bartolomť GonzŠlez, Juan RodrŪguez y otros compaŮeros, abonŠndose 76 reales Š Francisco RodrŪguez, por lo que se ocupů en limpiar desde la Puerta de Xeres Š la puerta del Alcoba la basura y estiercol que auia por auer de entrar por allŪ el embajador.Ľ Preparůsele el alojamiento colgando en las paredes tapices y cuadros; estos ķltimos consta que fueron alquilados. Representaban unos Š los Reyes de EspaŮa, y otros eran de asuntos de devociůn; pusiťronse faroles encerados y canceles ricos claveteados de tachuelas de latůn doradas, colgaduras de terciopelo y tapicerias, invirtiťndose en el adorno de los aposentos siete bufetes, un escritorio, doce sillas de terciopelo bordadas, veinticuatro que no lo estaban, seis taburetes, ęquatro paysesĽ un sahumador y dos alfombras grandes. La cama era colgada y bordada y con flecos de oro cubriendo un paŮo que servŪa de cubierta Š las almohadas con cinco varas de tafetŠn verde orlado de puntilla de oro fino, sin que faltase el indispensable vaso de noche, encerrado en una caja revestida por fuera de cordobŠn, con cordůn de hiladillo verde orlado de puntilla de oro fino, y por dentro de bayeta colorada ęcon la frisadura.Ľ PagŠronse Š un maestro guadamecilero 176 reales por dos sobremesas grandes para la mesa del Embajador, y dos chicas para dos bufetes; y se comprů por 68 mrs. una baraja de naipes para su entretenimiento. En su tocador abundaron los perfumes; entre ellos dos azumbres de agua de olor muy rica Š 14 rs. la azumbre, contenida en un pomo de vidrio cuyo precio fuť 24 mrs, que estaba dentro de un canastillo con cintas y en su boca una flor. GastŠronse ademŠs Š este intento, ocho docenas de pastillas finas de olor, almizcle estoraque y benjui contenidas, en pomos de vidrio, algunos de ellos de los celebrados de Venecia. Hay entre todas las partidas de la ęQuentaĽ algunas que se refieren Š cierta piedra que vino de Cartagena, y cuya aplicaciůn no acierto Š comprender. Las copiarť sin embargo, por si algķn sujeto curioso puede ilustrar el particular. _Maravedises_ Mas 5 rs. Š los hombres que trajeron la piedra que vino de Cartagena que estaua en el mesůn de los Carros. 186 Item 6 rejones de hierro para la caxa donde fuť metida la piedra. 24 Item para adereÁar la piedra vna libra de cera blanca Š 6 y medio. 220 Vn real de trementina. 34 Media libra de albayalde fino. 48 Mas vna libra de almaciga blanca escoxida para el dicho efecto, 20 rs. 680 Item vn anafe. 24 De vna caÁuela medio real. 24 De carbon 8 libras Š 6 mrs. 48 Mas de pez medio real. 16 Item. 6 rs. de dos bisagras de fierro para la dicha piedra. 204 A MartŪn Cardeno el maestro que adereÁo esta piedra 60 rs. concertado en este precio por el maestro mayor destos AlcŠzares 2.060 Dirť Š usted por ķltimo que para el inmediato servicio del ilustre huťsped se destinaron cuatro alabarderos que asistŪan de dia y noche Š las puertas de su aposento, acompaŮŠndole Š todas partes, con sombreros y zapatos nuevos que estrenaron para dicho fin. Diůsele de cenar la noche del jueves, Š cuyo efecto se aderezaron: _Maravedises_ 24 gallinas Š 5 rs. 4.080 30 conejos Š 2 rs. 3.060 6 patos 60 rs. 3.060 13 pichones 26 rs. 884 3 jamones 8 ducados. 2.999 2 cabritos 20 rs. 680 1 carnero 40 rs. 1.360 4 libras de lengua, orejas y codillos. 850 12 libras de vaca 18 rs. 612 De salchichones 12 rs. 408 De libras de diacitron 6 rs y medio. 226 De 12 Azumbres de miel 9 rs. 306 De una libra de piŮones 2 rs. 66 De una libra de azucar 2 rs. y medio. 85 Termina esta cuenta expresando los limones, vinagre, huevos, grajea, aceite y tocino que se consumieron en dicha cena. Veamos ahora la ęRelaciůn del gasto que se hizo con el embajador de ynglaterra en su ospedaje en estos Reales AlcŠzares, por mandato del Conde Duque mi seŮor que llegů Š ellos Š 20 de Febrero de este aŮo de 1631, hasta lunes 23 del dicho que se fueron en su compaŮŪa de caualleros y criados mŠs de 130 personas.Ľ La forma en que se halla redactado este papel me priva del gusto que hubiese tenido en consignar todas la viandas con que fuť obsequiado, pues en sus diversas partidas cŠllanse frecuentemente las cantidades de piezas que se consumieron, diciendo solo por ejemplo ęde perdices tantos realesĽ sin citar el nķmero de ellas, por esta razůn unas veces mencionarť el costo y otras el nķmero y cantidad de los manjares. _Reales_ Lengua de vaca y codillo. 35 Tocino para las ollas. 125 Queso de Alentejo. 1.608 Azucar. 38 Arina. 112 Grajea. 210 Leche. 58 Bizcochos. 4 Manteca de Flandes para almorzar los ingleses. 180 Naranjas y limones. 46 Avellanas y almendras. 264 Atun. 14 Miel. 96 Anis preparado. 14 Melones. 2.380 Arenques. 614 24 sŠbalos 75 lenguados 12 libras de asedŪas 32 manojos de espŠrragos 80 docenas de ostiones 284 huevos de gallinas 4 arrobas de aceite 8 botijas de alcaparras 60 conejos 64 perdices 58 gallinas 6 docenas de pŠjaros 3 carneros 6 libras de pasas 9 piernas de cabrito y carnero 4 cabritos 42 arrobas y media con 2 azumbre de vino 10 libras de gibia 20 de raya 70 besugos 60 libras de corbina 332 hogazas de pan 40 libras de peros 1.000 nueces 30 barriles de aceitunas y alcaparras 10 melones sanos que pesaron 17 libras 4 libras de azucar de pilon 15 libras de velas 16 de bujŪas de cera blanca para los candelabros de noche 12 arrobas de velas de sebo ęItem 17 achas de cera blanca pesaron 107 libras y diez onÁas truxeronse 18 y boluiose vna y quedů liquida las dichas 107 libras y diez onÁas serbŪan y se gastaron en esta manera quatro en el salon para las comedias cada noche y dos en las dos antesalas del quarto del embajador y dos que seruian para ir por la cena Š la cosina Š 6 reales cada libra==21.964.Ľ Dichas hachas ardŪan en blandones de bronce que se llevaron del famoso Colegio de Santo TomŠs. ęItem 12 achas amarillas, pesaron 84 libras y media Š 5 reales y medio de los quales se davan dos cada noche Š las comediantes y vna ardŪa en la escalera principal destos AlcŠzares y otra de noche donde estaua el aparador.Ľ A propůsito de este mueble, dedķcese que estuvo enriquecido con piezas de plata segķn se desprende de las siguientes frases. ęA seys personas que acudieron Š colgar las salas y armar las camas y otras cosas necesarias ... y guardar de noche las dichas ropa y plata ... etc.Ľ Para los postres se sirvieron en cajas y vidrios limůn, batata y ęalfajor de CarmonaĽ (vea usted mi querido Doctor que no era solo famoso el de Medina) una libra de diacitrůn, otra de calabacete y 4 de confitura fina de Portugal. Abonůse ademŠs Š Gonzalo Diaz por los vidrios de dulces y caxas que diů para los postres de las comidas y cenas y almuerzos y caxas que mandů el embajador dar Š las representantas 554 rsĽ pagŠndose Š Don Melchor de Solorzano 832 rs. por 42 platos de regalo que por su orden se hicieron en los conventos de Madre de Dios y San Leandro para principio y postre de las comidas, almuerzos y cenas de estos cinco dŪas 28.288 mrs.Ľ y Š Gabriel de Pamies 625 rs. de la niebe que diů para el gasto del embajador en esta ciudad y vna carga que pidiů para llevar en la falua la qual se truxo desde la ciudad de Ronda solo para este efecto en que entran los portes della 21.250 mrs.Ľ Consta tambiťn lo que se invirtiů en platos, lebrillos, tinajas, cubiertos, manteleria, palillos, que supongo serŪan para los dientes, camas, ępichones para los halconesĽ y otros particulares que omito en gracia Š la brevedad: dirť Š usted que fueron cuatro los cocineros cuyos nombres no figuran Š quienes se pagaron 6.800 mrs. asi como Š Juan de Vega ministril se le dieron 50 rs.Ľ por lo que se ocupů en tocar Š las oras de la comida y salidas del enuajador.Ľ Para hacer al ilustre huesped mŠs agradable su estancia, hiciťronse fiestas de torneos y representaciones teatrales, como aparece de las siguientes partidas: ęA Luis de Estrada, Representante de comedias, 200 reales en que con ťl se consertů los gastos que hizo para las ynbenciones y adereÁos necesarios para las fiestas del Torneo.Ľ ęA Joseph de Salazar autor de comedias, 36 rs. para pagar Š los ministriles que tocaron en la fiesta del torneo y de ęlas dos comediasĽ juntas, 1.324.Ľ ęA Pedro de Ortegůn autor de comedias 700 rs. en que se concertaron tres particulares vno de entremeses y dos de comedias que hiÁo 23.800.Ľ ęAl dicho Joseph de Salazar 440 rs. de dos particulares que hiÁo.Ľ Cumplidos los cinco dŪas de su estancia en Sevilla, determinů su partida el Embajador, Š cuyo efecto embarcŠronse antes sus criados que fueron en una falua hasta Sanlķcar, y consta que Š Pedro Bernal, patrůn de la falua de la casa de Contrataciůn le dieron 858 rs. por el flete de dicho barco y jornales de los que fueron llevando al embajador Š San Lķcar, en que entran 62 rs. que se le debŪan de lampreas y sabalos que tomů dicho personaje en las vandurrias y en esta falua iba dicho seŮor solo con los caballeros ingleses que le acompaŮaban y en la otra los criados y el regalo. Su propůsito debiů ser el de embarcarse en CŠdiz, por cuanto Š Don Juan Mendieta se le dieron 500 rs. por el gasto que hizo de su persona desde esta ciudad Š la de CŠdiz, guiando por tierra dos caballos del Embajador. Montaron todos los gastos del hospedaje quinientos veintisiete mil once mrs. No satisfecho aun el Conde Duque, llevů su esplendidez hasta ordenar que se le hiciese un regalo que consistiů en lo siguiente: 4 arrobas de higos de Cůrdoba. 24 barriles de conservas Š 4 libras cada uno. 1 docena de barrilillos de agua de Šngeles de Š 3 cuartillos y medio cada uno. Otro idem, de agua de azahar con 16 azumbres. 2 docenas de jamones que pesaron 196 libras. 13 arrobas de aceite de Ecija. 60 almudes de aceitunas negras. 16 barriles de alcaparras. 12 idem, de alcaparrůn. 7 docenas de chorizos. 5 cajas de conservas Š 7 libras cada vna. 12 barriles de aceitunas aÁofayrada. 12 idem. de aceituna gordal. 12 quesos de Lantejo. 500 limones grandes. 1.000 naranjas dulces muy grandes. 1.500 limones Poncies agrios y dulces. 1 carga de vino de regalo para el viaje. 6 capones fiambres. 4 piernas de carnero. 2 jamones. Con los demŠs gastos que originů este regalo gastŠronse trece mil cuatrocientos catorce mrs. Bien verŠ usted seŮor Doctor que no llegan estas comilonas de Sevilla al punto que otras famosŪsimas, por usted y otros ilustres ingenios dadas Š luz. Sin embargo considero que la presente no es para desdeŮada, por los sujetos curiosos; y como Š usted le tengo en el nķmero de ellos, diputŠndole la Fama por capitan de la hueste, Š usted la dirijo desde este lugar de Aguas Buenas Š 25 de Julio de 1888. La policŪa urbana de Sevilla EN LOS SIGLOS XV, XVI Y XVII Para los felices mortales que vivimos en el presente siglo, Š los que tan natural y legŪtimo nos parece el uso de todas las comodidades y ventajas de que disfrutamos, pues que Š toda hora y sin el menor empacho ponemos el grito en el cielo Š la menor falta que advertimos en el cumplimiento de las ordenanzas municipales, no podemos comprender la desidia y abandono de nuestros abuelos, en cuanto al rťgimen y gobierno de esta ciudad en las pasadas centurias. Indudablemente, nosotros somos mŠs exigentes, y sentimos un cķmulo de necesidades, desconocidas de aquellos, y asŪ es que nos alborotamos y hasta los pelos se nos ponen de punta, al encontrar en las calles un montoncillo de basura ů unos despojos de hortalizas ů de frutas, por ser espectŠculo que ofende Š nuestra delicada vista. ŅQuť dirŪan nuestros intolerantes convecinos si por arte sobrenatural al despertarse una maŮanita se hallasen viviendo en aquella gran Sevilla del siglo XVI? Pues si se situaban en el centro de la misma plaza de San Francisco, repararŪan los grandes hoyos que Š cada paso se formaban en el empedrado, en los cuales, si era tiempo de invierno, podŪan cantar las ranas, y si de verano, eran depůsito de infecto y sutil polvo, que el mŠs ligero vientecillo transportaba sobre casas y personas. Que aquellos baches eran numerosos y grandes, pruťbalo el tiempo que invertŪan los trabajadores municipales en su compostura, pues, no era insignificante el gasto que se hacŪa anualmente ępor allanar los foyos et barrancas de las calles,Ľ en los dŪas que precedŪan al de la fiesta del ęCorpus Christi,Ľ segun consta de las cuentas de la Ciudad. Pero esto de los hoyos, con ser muchos y grandes era lo de menos, pues con el constante trŠfago de las recuas de los arrieros, de los caballos de los soldados y de los vehŪculos tirados por bestias, ů con las paradas que tantos animales hacŪan en aquel lugar, el mŠs cťntrico de la poblaciůn, por tal escogido como sitio en que sus dueŮos hacŪan sus tratos ů ventilaban sus asuntos; ya los espectadores de tan animado cuadro podrŪan recrear su olfato con el olor de Šmbar y algalŪa que exhalaban los perennes montŪculos de estiercol, repartido por todos los puntos de la plaza. Este gran basurero continuaba embalsamando el aire y recreando la vista hasta el dŪa en que habŪan de celebrarse fiestas de toros ů caŮas ů con motivo del paso de alguna procesiůn, por manera que meses enteros gozaban los vecinos del lugar ů los transeuntes, de tan recreativo y limpio espectŠculo[19]. Bien es verdad que en ocasiones el paternal municipio velando por la comodidad de los vecinos tratů de extirpar tan graves males para lo cual y en vista de que la plaza estaba ętan llena de inmundiciasĽ que no se la puede andar Š pie ni Š caballoĽ se pregonů que los vecinos la limpiasen y barriesen Ť hicieran llevar la basura al campo so pena de una multa de 1.000 maravedises(!!). HabŪa pues que salir huyendo de aquel tan concurrido paraje, por las molestias del piso y por el hedor, y, dejando Š un lado los sucios paredones de las huertas de los conventos de San Francisco y de San Buenaventura, cuya irregular traza formaba estrechos, tortuosos y terrizos callejones, para entrar por la famosa calle de las Sierpes, pero ya en ella tampoco serŪa extraŮo el hallar Š cada paso montones de basura Š las puertas de menestrales ů posaderos, ů bien en forma de artŪsticas pirŠmides, arrimados Š los rincones que formaban los entrantes y salientes de las casas y conventos de las MŪnimas y de Pasiůn, muy apropiados para que los vecinos vertiesen las inmundicias y ęvestiglosĽ que asŪ llamaban entonces Š los animales muertos, no obstante que habia persona Š cuyo cargo estaba el recogerlos. Pero llegado aquŪ, suspendamos nuestro relato para dar cabida Š algunos curiosos documentos de la ťpoca, cuyo sencillo texto es mucho mŠs elocuente que podrŪan serlo nuestras palabras. En una peticiůn que los Jurados de Sevilla dirigieron al Concejo, en 14 de Septiembre de 1461,[20] despuťs de exponer los graves males que resultaban del excesivo nķmero de rufianes y mujeres de mal vivir, de cuyo trato se seguŪan todo gťnero de delitos y cuyo mal ejemplo propagŠbase Š los buenos, decŪan aquťllos, que eran aquťllos tan excesivos ęque las gentes que en sosiego desean beuir andan espantadas e dizen asy que les conuiene vna de dos o ser como aquellos por se defender de los malos o despoblar la tierra e yr buscar donde biuan en sosiego.Ľ Y en cuanto al descuido de los servicios pķblicos expresŠbanse de esta suerte: ...ęy que mandedes limpiar esta Áibdad de tanta grande suÁiedad como en ella esta por tanto e tan altos muladares asŪ en el cuerpo de la dicha Áibdad como en el derredor de ella asŪ dentro como de fuera que ya las baruacanas ha muchos logares tienen los muladares mas altos que las almenas e asŪ por el derredor, dentro de la Áibdad estŠn los muladares tanto altos como los lienÁos de los adarbes et sy caso acaesÁiese de lluuias como en nuestro tiempo avemos visto esta Áibdad peresÁeria pues guarde nos dios de lo mŠs peligroso sy viere sobre sy las gentes que otras veces de pocos tiempos aca se vieron bien es de creer que sin mucho trabajo que la quisiesen conquistar averŪa muy.. enseŮorearse della.Ľ En un Memorial que los vecinos de la Ballestilla dirigieron Š la Ciudad se dice: ęque en la dicha calle estŠ vna callejuela la qual hordinariamente en todos tiempos estŠ llena de inmundicias y vestiglos muertos y jamŠs pasa nadie por ella porque no se puede pasar por causa de la inmundicia quť ay que allega hasta los tejados y aunque algunas veces la hemos limpiado Š nuestras costas desde Š dos dŪas estŠ peor que de antes por lo qual no es bastante remedio limpialla y el hedor que allŪ ay es insufrible y muchos veÁinos dexan sus casas por no podello sufrir y podrŪa congelar pestilenciaĽ ...pedŪan que se cerrase la dicha calleja[21]. De igual modo que aquellos vecinos quejŠbanse en 1556 el Beneficiado Curas y Mayordomo de la iglesia parroquial de San Andrťs, en otro memorial, suplicando al Concejo que mandase empedrar una callejica muy angosta que daba Š las espaldas del Sagrario en que se depositaban muchas basuras por lo cual los exponentes habŪan acordado ęencalalla y debuxar cruces y santosĽ como remedio Š tales abusos. Como ķltima pincelada del cuadro que vamos bosquejando, merece ser copiado otro documento de los mismos curas de la mencionada iglesia de San Andrťs en el cual decŪan: ęque la dicha iglesia tiene vn cementerio en el qual se entierran cada vn aŮo assŪ de la collaciůn como del hospital del amor de dios, mŠs de ochocientas personas y estŠn sepultados de mucho tiempo mŠs de cien mil christianos, en medio de dicho cementerio estŠ puesta vna cruz grande de mucha veneraciůn como lugar dedicado para lo sobre dicho por todo lo qual es lugar de piedad, emos hallado y visto muchas veces perros sacando parte de los cuerpos de los sepulcros y comiťndolos y los vecinos comarcanos no teniendo respecto Š la decencia del lugar echan de noche mucha suciedad y inmundicia de sus casas en el dicho cementerio, lo cual parece muy mal y todo lo sobredicho nasce de estar el dicho cementerio descubierto y sin cerca ...Ľ PedŪan que la Ciudad lo mandase cercar. Firmaban los Bachilleres, Hernando de Luque y Fuentes de Carvajal[22]. En cuanto Š los ęvestiglosĽ por acta capitular de 7 de Julio de 1597 mandůse que se hiciera un repostero para cubrir la acťmila en que eran transportados al campo los que se encontraban en las calles; y de los comienzos del siglo XVII hay un asiento en el Libro de Propios (19 de Octubre de 1605) en que constan los particulares siguientes: ęDiego Lůpez vecino de Sevilla deue por Gabriel de Barahona Receptor general de la cuenta de los Propios deste aŮo ... diez ducados en Reales que se libraron balor 12 ducados en que se concertů Por vn Repostero quel susodicho a de hacer de estambre con vn perro y va Ņgaraban? de colores para encima de la cabalgadura con que a de andar la persona en quien estŠn ęRematadosĽ los vestiglos desta ciudad echandolos fuera della los cuales dies ducados se le libraron como dicho es avnque se conÁertů en doce el hazer el dicho Repostero en virtud de dos acuerdos de Sevilla de 29 de Agosto y cinco de Octubre de 1605 aŮos, por los quales se acordů que porque el lugar estŠ lleno de vestiglos en mucha cantidad que los hay muy podridos en todas las calles el veintiquatro Alonso de Porras hiziese arrendarlos la limpieza dellos la executasse luego en el mŠs moderado precio que pudiesse sacŠndolo Š Remate y poniendo en ťl dos condiciones que la persona en quien se Rematasse anduiese todo el aŮo tarde y maŮana todos los dias por todo el lugar y que la bestia que traxese fuese mular macho, cubierta con vn Repostero el qual mandasse hazer el dicho veintiquatro, lo mŠs aprouecho que pudiesse y que no costase mŠs de diez ducados....Ľ Dejamos Š nuestros lectores la libertad de hacer los comentarios que se les ocurran acerca de los documentos consignados. Por nuestra parte diremos solo que si esto ocurrŪa en la mŠs importante rica y floreciente ciudad de EspaŮa como Š la sazůn lo era Sevilla y durante las mŠs gloriosas de nuestras monarquias; ŅŠ quť estado de abandono y de suciedad habrŪan llegado otras ciudades de segundo y aun de tercer orden? Y sin embargo, aquellos hombres de antaŮo apenas si paraban mientes en estas ępequeŮeces,Ľ para dedicar toda su poderosa inteligencia, toda su voluntad de hierro, todos sus nobles estŪmulos al fomento de las ciencias, de las letras y de las artes, al engrandecimiento de nuestros dominios, Š la realizaciůn de ťpicas empresas con las cuales asombraron al mundo, pudiendo decir enfŠticamente que: ęen sus dominios no se ponŪa el sol.Ľ Hoy por el contrario, pobres, descaecŪdos, faltos de ideales y de energŪas, habiendo dejado perder el inmenso patrimonio que nos dejaron nuestros abuelos, ęarmamos un dos de Mayo.Ľ al encontrar Š nuestro paso un montoncillo de basura. LOS LEONES DE LOS REYES DE CASTILLA A juzgar por algunos antecedentes que hemos reunido, parece que nuestros antiguos monarcas miraron con gran predilecciůn Š tan hermosos animales, no sabemos si porque de antiguo han representado la fiereza y el valor ů por su significaciůn herŠldica conque aquellos los consideraran. Cierto que en los ķltimos aŮos de la Edad Media, no eran, solamente nuestros reyes los encariŮados con tan bravas bestias, pues, otros monarcas tambiťn lo estuvieron. Segķn los historiadores, cuando regresů el rey Renť de Anjou de su desventurada expediciůn de NŠpoles en 1442 entre los obsequios que recibiů al detenerse en Florencia, fuť el de una leona que estimů mucho, porque era, aficionado Š las bestias raras[23]. En el ęMemorial de diversas hazaŮasĽ que escribiů Mosťn Diego de Valera referentes al reinado de Don Enrique IV, dice el autor: ęen el mesmo aŮo se mostrů otra muy grand llama en el cielo y lo que mayor turbaciůn diů en todos los deste Reyno, fuť que teniendo el Rey en Segovia en su palacio ęmuchosĽ leones y leonas e habiendo ende uno muy grande Š quien todos los otros obedecŪan se comenzů entre ellos tan grand pelea que todos se juntaron contra el mayor leůn y le mataron e comieron parte de ťl: de ende todos pronosticaron ser cercana la muerte del Rey ů gran caida[24].Ľ Fieles Š esta tradiciůn, de sus predeceores, mostrŠronse les Reyes Catůlicos, que Š lo menos en Sevilla, complacŪanse en poseer leoneras, no solamente en el rťgio AlcŠzar, sino tambiťn en el castillo de Triana. De la existencia de las primeras atestigua el maestro Juan de Malara, el cual describiendo las bellezas del mudejar palacio, dice entre otras cosas: ęLa talla de las puertas, las labores moriscas, los jardŪnes que estŠn entre la huerta de el Alcoba y los aposentos nuevos con grandes y espaciosos miradores, ęlas leoneras que solŪa auer en tiempo de los Reyes Catůlicos etc ...Ľ Y que no fuť solamente en el AlcŠzar donde aquellos monarcas tuvieron sus predilectas fieras, compruťbase por el siguiente documento, curioso por mŠs de un concepto: Muy honorables seŮores: Juan de Merlo alcayde del castillo de triana me encomiendo en vuestra merÁed a la qual plega saber: quiero que sepan que El aljama e judios desta Áibdad ęacostumbraron siempreĽ dar para mantenimiento de los leones que los Reyes nuestros seŮores en esta Áibdad tenŪan cinco mill maravedises de cada aŮo. Y porque agora el Rey e Reyna nuestros seŮores tienen e dexaron en el dicho castillo de Triana dos leones que han menester los dichos Áinco mill maravedises e mucho mŠs para de que sean mantenidos Š vuestra merced suplico mande que los dichos judŪos me den e paguen los dichos cinco mil maravedises de cada aŮo para ayuda al mantenimiento de los dichos leones en lo cual al Rey e Reyna nuestros seŮores fareys seruiÁio e Š mi fareys merced[25]. Dada cuenta al Cabildo de esta peticion, ęlos dichos asystente y oficiales fablaron sobrello. Et finalmente encomendaron y mandaron al jurado alfon garcŪa, escribano del dicho cabillo quel se informe y sepa si los dichos judŪos solŪan pagar y pagauan los dichos cinco mil maravedises y ello por ťl sabido faga relaÁiůn para el primero dŪa de cabillo.Ľ Faltan algunas hojas del cabildo celebrado dos dias despuťs de la peticiůn, en las cuales, acaso, constarŪa el resultado de la averiguaciůn practicada por Alfon GarcŪa. Parece tambiťn que en aquella ťpoca atributase Š tan temibles animales virtudes curativas, pues el docto caballero Pedro Mexia, hablando del insigne arzobispo Don Fr. Diego Deza, consigna, que, no fuť bastante Š curarlo de la enfermedad de gota que lo aquejaba el colocar sus pies sobre los lomos de un leůn que sus deudos hicieron traer de Africa, lo cual viů por sus propios ojos el ilustre historiador sevillano. La predilecciůn de nuestros monarcas, especialmente de los Reyes Catůlicos, por los leones, cayů en desuso en los reinados posteriores; pero en cambio alguno de aquellos gustaron de poseer colecciůn de fieras como Don Felipe IV que ordenů en 1632 se escribiese al Virrey del Perķ y Š aquellas Audiencias para que se le enviasen los animales feroces de dichas regiones, pues S. M. deseaba tener un circo donde encerrar leones, tigres, osos y demŠs bestias salvajes[26]. LA COMPRAVENTA de los esclavos en Sevilla SIGLOS XV-XVI Como una triste consecuencia de la guerra, como costumbre aceptada y reconocida por todos los reinos de Europa, en los que podrŪamos llamar cůdigo ů convenciones militares, es sabido que los prisioneros constituŪan parte del botin del vencedor, y por lo que respecta Š EspaŮa, de igual modo que nosotros imponŪamos la esclavitud Š los enemigos que aprisionŠbamos, asŪ tambiťn aquellos nos sometŪan Š durŪsimos cautiverios, extremando sus rigores hasta el mŠs bŠrbaro refinamiento. Sůlo procedentes de la toma de MŠlaga, llegaron Š esta ciudad 2.300 moros enviados por los Reyes Catůlicos, para que el Concejo los pusiese en guarda, por cuanto estaban rescatados por 30 doblas moriscas cada uno, y en Cabildo de 27 de Septiembre de 1487, se dispuso cumplir lo mandado por el Rey de que se diesen 3 maravedices diarios Š cada uno, mientras llegase el rescate.[27] Aquellos prisioneros tenŪan quienes los rescatasen; pero °cuŠntos mŠs se vieron obligados Š sufrir el yugo de la esclavitud! La esclavitud fuť siempre consecuencia del derecho de la fuerza, entonces mostrŠbase en su mŠs salvaje vigor, sin atenuaciones; sin hipůcritas convencionalismos. El seŮor disponŪa de su esclavo, como de sus muebles ů de sus animales, y asŪ vemos corrientemente en los antiguos inventarios de bienes que se hacŪan por fallecimiento de cualquier persona, que, Š seguida de la enumeraciůn de los asnos, bueyes etc. hacŪase el aprecio de los esclavos, hombres, mujeres ů niŮos, siendo de notar que de igual modo que se determinaban los defectos fŪsicos de los brutos, marcŠbanse tambiŤn los de aquellos infelices seres; consignando por ejemplo, si era viejo, tuerto, ů manco, si padecŪa de bubas ů de enfermedad contagiosa. Verdad tambiťn, que, raro era el testador de regular posiciůn social, que no recompensaba los servicios que sus esclavos le habŪan prestado ęahorrŠndolos;Ľ esto es, concediťndoles plena libertad y hasta otorgŠndoles mandas ů legados para atender Š su sustento. Promulgada en 1502 la PragmŠtica de los Reyes Catůlicos contra los moriscos, dispķsose en ella que los que optasen por permanecer en el Reyno habŪan de convertirse Š la religiůn cristiana, prohibiendo Š los que no lo hicieran dentro del plazo que se les fijaba, que saliesen de ťl, para lo cual facultůse Š los gobernadores de las fronteras para que los hiciesen prisioneros. A este propůsito, dijo en un curioso artŪculo nuestro amigo Don NicolŠs Tenorio. ęEn el mes de Abril de 1504 varios ęcristianos nuevosĽ vecinos de Hornachos intentaron pasar la frontera y entrar en Portugal por tierra de Extremadura. El Comendador de Badajoz, Gonzalo Mendez supo su intento y tratů de impedirlo ... para lo cual enviů en su persecuciůn Š Pedro MuŮiz Alguacil de Mťrida, quien al frente de algunos hombres de armas fuť tras ellos y les diů alcance haciťndoles prisioneros. Los moriscos fueron llevados Š presencia de Gonzalo Mendez, ťste les hizo esclavos de los Reyes y como por una cťdula de Sus Altezas estaba obligado Š entregar 35 esclavos Š los oficiales de la Contrataciůn de Sevilla, dispuso que siguiesen el camino para esta ciudad ...Ľ Ya en Sevilla fueron aposentados en las Atarazanas, mientras los Oficiales daban cuenta al Rey y se resolvŪa la proposiciůn hecha por algunos ęcristianos nuevosĽ que solicitaron de aquťllos que antes de subastarlos, se escribiese Š sus parientes vecinos de Hornachos para que los rescatasen. La Cťdula Real dispuso que fuesen subastados pķblicamente y adjudicados al mejor postor, como asŪ tuvo lugar en las Gradas, donde puestos en fila los 35 fueron examinados por los licitadores procediťndose desde luego Š la subasta, que durů cinco dŪas, importando la venta 671 502 maravedises. Era natural, por tanto, diremos nosotros, que la compraventa de esclavos fuese ęun negocioĽ tan importante como lo era la de los productos que venŪan de las Indias ů los de la tierra, que hubiese mercaderes, tratantes y corredores que en ella se ocupasen. MŠxime si se atiende Š que el contingente de esclavos tuvo que aumentar de manera considerable con los pobres indios que venŪan del Nuevo Mundo. Con el ęhonrosoĽ tŪtulo de mercader de esclavos se nombra Š MartŪn SŠnchez, marido de Luisa FernŠndez, que vivŪa en la plaza de San Francisco casa propia del Cabildo eclesiŠstico en 1548[28]. Con el de tratante en esclavos, hallamos Š un Francisco Diaz, que vivŪa en la collaciůn de la Magdalena en 1564[29] y con el de corredor, Š un Francisco Barja, vecino en la calle de San Roque, segķn consta del Padrůn de 1691[30]. Muchos de aquellos desdichados, bien porque fuesen de levantisca ů viciosa condiciůn, bien porque se le hiciese la esclavitud intolerable, huŪan de sus dueŮos y escapaban Š lugares donde pudiesen vivir libremente, y para dificultarles su evasiůn impusiťronseles marcas en el rostro como comprueban los siguientes documentos. En una escritura de 5 de Septiembre de 1500 se habla de un esclavo que llevaba en una mejilla una flor de lis, y una estrella en la otra[31]. En el testamento de Pedro Garcia de Quesada, otorgado Š 9 de Marzo de 1520, en la enumeraciůn de sus bienes se lee: ęyten vu esclabo moro del cabo de hedad de quince Š diez y seys aŮos, herrado en la cara en vn carrillo con una S. y enotro vn clavo que se dice abrahem el cual compre de Gonzalo de Toledo mercader ...Ľ[32] Beatriz de Miranda otorgů carta de ahorramiento en favor de su esclava Catalina, morisca, herrada en la barba y en un carrillo, 20 de Enero de 1539[33]. Jerůnimo Delcia, colchero, vendiů un esclavo indio Š Diego HernŠndez FarfŠn, llamado Hernando de 24 aŮos con vn letrero en la cara con unas letras que dizen esclavo de Juan Romero ... 7 de Diciembre de 1554[34]. Catalina de Villafranca comprů un esclavo mulato marcado en ambos carrillos con una S. y un clavo, 14 de Diciembre del mismo aŮo[35]. Juan SŠnchez, maestro mayor de las obras de Sevilla, que dŪrigia las de nuestras famosas Casas Capitulares, vecino en la Magdalena, vendiů Š Alonso MartŪn tratante en esclavos una esclava morisca herrada en la cara con vnos letreros en que dizen ęJuan SŠnchez, cantero,Ľ 24 Noviembre de 1555[36]. Francisco de Aranda vendiů Š Miguel de Escobar un esclavo mulato llamado Fernando, de 20 aŮos, herrado en la cara con unas letras que dicen: ęFrancisco de Aranda en SevillaĽ 29 de Mayo de 1539[37]. Diego de CŠceres clťrigo, vendiů Š Diego Mendoza un esclavo morisco de 28 aŮos herrado en la cara ęcon vnas letras que disen diego de cŠceresĽ, 28 Enero de 1547[38]. Bastan las anteriores citas para que nuestros lectores juzguen de la consideraciůn que tuvieron nuestros antepasados Š los infelŪces Š quienes la fuerza bruta de las armas sumiů en las desventuras de la esclavitud. La lectura de los infinitos documentos referentes Š aquella, que han pasado por nuestras manos, ofrece como marcas generales las de la S y el clavo que colocaban en el centro de dicha letra verticalmente y las de los nombres y apellidos de los dueŮos seguidos Š veces hasta de la profesiůn de aquel como se ha visto en la morisca que perteneciů al que hoy llamarŪamos arquitecto municipal. Por ķltimo diremos que en ocasiones, fueron tambiťn objeto de regalo los desdichados moros, hechos prisioneros por nuestros soldados, segķn consta en un libramiento de la Ciudad hecho Š 1.ļ de Diciembre de 1488 en favor de Gonzalo Gůmez de Cervantes y del comendador Juan de la Parra, ęde 50000 maravedises por ciertos moros y moras del Rey y de la ReynaĽ que la Ciudad regalů al Maestre de Santiago y ademŠs 30 doblas de oro castellanas, que se pagaron Š LuŪs Diaz de Toledo por un halcůn que se enviů tambiťn como obsequio al mencionado Maestre. Muy posible es que entonces el magnate agasajado hubiese visto con mŠs agrado el halcůn de 30 doblas que sus mŪseros esclavos. La fiesta del Corpus Christi en Sevilla EN LOS SIGLOS XV Y XVI I No pretendemos en estos ligeros apuntes trazar la historia de tan gran festividad religiosa de la Iglesia Catůlica en nuestra ciudad. Redķcese nuestro objeto tan solo Š consignar algunos curiosos pormenores por los cuales verŠ el lector de quť distinta manera fuť solemnizada en Sevilla en aquellos siglos de fe y de entusiasmo, durante las centurias XV.™ y XVI.™ con datos inťditos en su mayor parte por cuyo concepto estimamos que serŠn vistos con gusto por los aficionados. Instituida esta solemnidad por el PontŪfice Urbano IV en 1264 para toda la cristiandad, no fuť acogida en sus principios, con todo el amor que era de esperar Š causa de la gran divisiůn que perturbaba la Italia de gŁelfos y gibelinos, pero en el Concilio general de Viena celebrado en 1311 bajo Clemente V, fuť confirmada la Bula de Urbano IV en presencia de los reyes de Francia, Inglaterra y Aragůn, mandŠndose ponerla en vigor en toda la Iglesia. En 1316 el PontŪfice Juan XXII aŮadiů Š esta fiesta una octava con el mandato de llevar pķblicamente en procesiůn el SantŪsimo Sacramento. Ni en los archivos capitular eclesiŠstico ni en el municipal, hemos logrado ver documentos relativos Š esta solemnidad en el siglo XIV,[39] mas parece razonable suponer, que entonces, los pueblos, que no eran muy dados Š novedades porque tampoco las circunstancias polŪtico-sociales permitŪan andar variando Š cada paso sus usos, costumbres y ceremonias se celebraria la fiesta del Cuerpo de Dios entrado el siglo XV con poca diferencia de como se efectuaba en la precedente centuria. Los documentos mŠs antiguos consultados por nosotros en el archivo de la Santa Iglesia son de 1454 y los asientos de gastos de esta fecha juntos con los que contienen los libros del Mayordomazgo Mayor de Sevilla, permiten reconstituir el ceremonial que se empleaba y dan cuenta de los dispendios que ocasionaba Š ambos Cabildos eclesiŠstico y secular interesados en el mayor esplendor de la Fiesta. Anticipadamente al dŪa en que habia de celebrarse cuidŠbanse de allanar los ęfoyos et barrancas de las calles,Ľ asŪ como limpiarlas del estiťrcol. ColocŠbanse toldos en el Corral de los Olmos, los tapices del Sr. Arzobispo en las Gradas y cubrŪase el suelo del templo y el de las calles, de juncias, alcacel y hierbas olorosas. SalŪan en la procesiůn doce mozos del coro con sendas hachas de cera que pesaban una arroba cada una, con Šngeles pintados ů con flores naturales, otros llevaban pťrtigas de plata ů incensarios. Al acordado son de dos ůrganos portŠtiles, entonaban himnos 27 cantores entre ellos ocho con jubones y guirnaldas en las cabezas y ademŠs seis Šngeles taŮendo instrumentos y cuatro profetas con sendas filactťrias de oropel[40], siguiendo luego la ęroca,Ľ que como los ępasosĽ de nuestras procesiones era transportada ů empujada por hombres. En ella veŪanse, tambiťn representados por hombres, Š Jesķs, la Virgen, Santo Domingo y San Francisco,[41] con dos juglares que aquel aŮo fueron Juan Canario y ęsu compaŮeroĽ y otro que se ocupaba en lanzar truenos desde la ęroca,Ľ cobijados por un cielo de algodůn en rama, azul,[42], con sus estrellas el sol y la luna, el cual por medio de un mecanismo abrŪase y cerrŠbase de cuya operaciůn se encargaban angeles. Tambiťn iban en la ęrocaĽ los cuatro Evangelistas, por cierto que al que representaba Š San Juan pagŠbasele 50 mrs. doble que Š sus compaŮeros, ęporque llevaba el aguilaĽ y 25 ęal hombre que adiestra Š este del aguilaĽ cuyo dato nos hace suponer que la simbůlica ave serŪa de movimiento. Bajo las andas cerradas por paŮos (frontales), iban otros imitando el canto de canoras avecillas. Las cuentas de gastos de los trajes, atributos, barbas, etc. asŪ como lo que se pagů al platero Anton Ruiz ępor el trabajo que toma en coger esta gente e aliŮallos e vestillosĽ con otras curiosas partidas nos dan cabal idea de lo que era la procesiůn, la cual terminaba con la rica arca destinada al Cuerpo de Dios, acompaŮada por la nobleza que el aŮo de 1496, la constituŪan el Duque de Medina, el Conde de Cabra, los hijos del Conde de Cifuentes y otros caballeros, cerrando la brillante comitiva, el Preste para cuyo descanso transportaban una silla. Por ķltimo despuťs de la procesiůn el Cabildo eclesiŠstico obsequiaba Š sus convidados con cerezas, brevas, ciruelas y vino blanco; merienda harto frugal y que andando el tiempo en 1530 hŪzose ya mŠs suculenta pues ademŠs de las frutas y vinos hubo ternera, pollos, palominos, perniles de tocino, pasteles, limones para la ternera y azucar Š cuyos sabrosos comestibles aŮadieron el conocido manjar blanco, agraz y vino aloque. De 21 de Enero de 1499 es el auto capitular mŠs antiguo que hemos encontrado en que se manifiesta el deseo del Cabildo de sustituir la antigua arca en que se transportaba el SantŪsimo por una Custodia, estimulado por el ofrecimiento del Patriarca B. Juan de Rivera de contribuir para ella con cien marcos de plata, dando otros ciento la FŠbrica y con igual suma brindaron otros seŮores canůnigos, racioneros y compaŮeros. Las grandes lagunas que hay en los Libros de FŠbrica de estos aŮos, impiden saber cuando y por quť orfebre se comenzů la obra; siendo de miťrcoles 8 de Mayo de 1504 el primer auto capitular que encontramos referente Š ella por el cual parece que no se habŪa comenzado aun pues en ťl se dispuso que ępedro pinelo faga vna custodia muy buena de plata e su aparejo de brocadoĽ y sin embargo en 10 de Diciembre del citado aŮo encargaron al Maestrescuela y al Arcediano de Carmona ęque vean con algunos plateros cierta obra que se desfizo de la que los plateros que fazen la custodia tenŪan labrado.Ľ El auto anterior por consiguiente, tuvo por objeto recomendar al Canůnigo Pinelo que cuidase de que la obra de la alhaja fuese excelente y por no considerar asŪ lo que hasta entonces llevaban hecho sus autores, se acordů que desbaratasen lo labrado. En miťrcoles 13 de Diciembre del referido aŮo de 1504 ęse platiců sobre lo de la custodia de la forma que se a de acabar ... e determinůse quel seŮor arcediano de sevilla e los otros seŮores beneficiados que se fallaron presentes quando se platiců sobre esto con el Rmo. Sr. ArÁobispo vayan a su seŮorŪa e le digan como su seŮorŪa fuť contento que se fiziese de la manera que estaua al principio traÁado y que desta manera ayan asŪ a por bien que se acabe.Ľ Por ķltimo en 10 de Julio de 1506 se ordenů al Canůnigo Pinelo ęque venda el arca de madera en que antiguamente se lleuaua el corpus xpi.Ľ Parece que despuťs de esto, poseyendo ya la Iglesia su rica y nueva Custodia, no habŪa ya que pensar en mŠs, y, sin embargo no tardů mucho tiempo sin que el Cabildo proyectase una nueva alhaja. En su virtud, en 10 de Enero de 1509 encargů la Corporaciůn al entallador Gomez de Orozco que hiciese un diseŮo, por el cual recibiů 1500 mrs. y en 23 de Mayo del citado aŮo dicho Cabildo comisionů al platero de FŠbrica Juan de OŮate para que marchase Š Portugal por el maestro que habŪa de ejecutarla, que fuť el orfebre Juan Aleman[43]. Esta nueva custodia no parece que satisfizo tampoco al Cabildo, caso de que llegara Š hacerse, puesto que otros dos alemanes, los maestros NicolŠs y Marcos fabricaron una nueva que se terminů en 1525. Ya hemos dicho de paso, que al esplendor de la fiesta del Corpus en el siglo XV contribuŪa muy eficazmente la Ciudad, y por sus interesantŪsimos cuanto poco conocidos Libros del Mayordomazgo, sabemos lo que se gastaba en arrayan, ęramosĽ y juncia, en el barrer de las calles en las 106 candelas que llevaban los seŮores capitulares ť invitados, algunas de ellas, las que se daban Š las personas de calidad, tenŪan reyes pintados por los mejores artistas de la ťpoca, ů bien las armas reales[44] y en la ęcolaciůnĽ que se servŪa despuťs de la procesiůn, compuesta de los mismos frugales comestibles que la del Cabildo eclesiŠstico, escanciŠbase en ęjarras bermejasĽ y jarrillas el vino que se traŪa de Lepe y de Madrigal. En 1426, para aumentar el pķblico regocijo, comisionů la Ciudad Š su Alguacil Mayor Don Juan Pťrez de Guzman para que se concertase con un hombre que ofrecŪa ęfazer vnos juegos para el dŪa de la fiesta del cuerpo de Dios por 50 florines de oro ... por donde serŪan excusados ęmuchos de los otros juegosĽ que se fazŪan con gran costa.Ľ Tambiťn la nobleza tomaba parte en las fiestas contribuyendo Š su esplendor con lucidas justas y al propůsito transcribimos el siguiente curioso acuerdo capitular de la Ciudad. ęEn este cabildo (sŠbado 30 de Abril de 1474) vinieron don gaspar y tello y dixeron Š los dichos oficiales de como ellos y otros caualleros entendŪan justar el dŪa de la fiesta del Cuerpo de Ntro. SeŮor. Et que Š su merced pluguiese de les mandar dar tela y lanÁas ęsegund la costumbre en semejante casoĽ sobre lo qual fablaron y finalmente mandaron que les fuesen dadas la dicha tela y lanÁas y para ver donde y como se podŪa complir, encomendaron y mandaron a don Pedro nuŮez de guzman y a iohan de pineda y rodrigo de ribera regidores de la dicha cibdad y que como lo ellos ordenaren que asy se faga e cumpla[45].Ľ Andando el tiempo, y cuando la piedad y devociůn habŪan llegado Š su mayor auge, el Concejo sevillano, interpretando el pķblico sentimiento, procurů el mayor esplendor en esta Fiesta, y para, ello entre otras disposiciones concediů premio Š los vecinos moradores en las casas de la carrera, que, con mŠs gusto y riqueza adornasen sus fachadas, segķn comprueba un libramiento de 1870 mrs. en favor de Pedro Gůmez ępor la costa que tuvo en adornar su casa, sita en la CerrajerŪa el dŪa que pasů la procesiůn, fecha Š 8 de Julio de 1603.[46] En cuanto Š las representaciones de carros[47] con las de Autos Sacramentales, es tan larga la materia, que darŪa ella sola para escribir un amplio ť interesante volumen, por su significaciůn literaria y artŪstica, sin contar el curioso estudio de costumbres Š que se presta: diremos solamente, que el primer carro de representaciones de que tenemos noticia, debiůse Š la inventiva del clťrigo Figueroa, en 1558, en el cual pudo verse muy al vivo la conversiůn de San Pablo; asŪ como las primeras farsas, origen de nuestro teatro, no comenzaron en esta Catedral hasta 1563. Vamos sin embargo Š titulo de curiosidad Š consignar los datos que hemos recogido referentes Š carros, danzas, representaciones etc. que acaso algķn curioso pueda aprovechar. =1497= En este Cabildo (viernes 27 de Junio) fuť dho. Š los dhos. oficiales por don pero nuŮes de guzman alguacil mayor en conmo bien sabŪa su merced quel tenŪa cargo de fazer salir los juegos y danÁas cuando la Reyna nra. sra. mandase fazer la fiesta del cuerpo de nro SeŮor, Et que agora el seŮor duque le auia dicho que le parescŪa que se deuia fazer la dha. fiesta y salir al recibimiento quando la Reyna nra. sra. entrase y asymismo dixo que deuian salir al dho. recibimiento todos los negros que ouiese en esta Áibdad. Et visto lo sobre dho. dixe ron que eran en que se asy fiziese segund y en la manera quel dho don pero nuŮes lo hauŪa dho.[48] =1501= ęen este cabildo (14 de Mayo) fuť dho. Š los dhos. tenientes e Regidores por don Pedro de guzman alguasil mayor como los gigantes que se sacan el dŪa de la fiesta del corpus xpi. estan mal reparados que gelo fazia saber para que los mandase reparar sobre lo qual por el dho. teniente e regidores fuť acordado que los fieles executores manden dar luego Š los tintores desta Áibdad o al que de ellos touiere cargo de fazer aderezar los dhos. gigantes para esta fiesta de corpus xpi. primera que viene, mill mrs. de qualesquiera penas en que haya condenado a cualquier persona para ayuda de reparo que ouiere menester para que salgan la dha. fiesta con tanto que los dhos. pintores[49] se obliguen primeramente ante los contadores de la dha. Áibdad de tener de aqa delante reparados los dhos gigantes.Ľ[50] =1570= --En 24 de Junio, 3000 mrs. Š Luis DŪaz Š cumplimiento de 32 ducados en que se concertů con ťl el carro de Lucifer. --En 4 de Julio 3000 mrs. Š Luis de SaldaŮa Š cumplimiento de 32 ducados por el carro de ęEl Desposorio. --Este dŪa, 1700 mrs. Š Juan Flores Š cumplimiento de 200 rs. por la danza de los caballos que se concertů con ťl. --Este dŪa, 11920 mrs. Š Diego de Santiago, chapinero, Š cumplimiento de 80 ducados por las tres danzas que saců el dia de la fiesta. --Este dŪa, 3282 mrs. Š LuŪs de CerdeŮa (ŅSaldaŮa?) Š cumplimiento de 35 ducados en que se concertů con ťl el carro de San Antonio y San Pablo. --Este dia, 2812 mrs. Š Juan Fernandez Š cumplimiento de los 530 ducados en que con ťl se concertů el carro de los hijos de Jacob. --Este dŪa, 3300 mrs. Š Diego Berrio de resto de 35 ducados en que se concertů ęel carro de diria hija de cabosĽ que saců para la fiesta. --Este dŪa, 1800 mrs. Š Cristůbal Ortiz, de resto de 20 ducados que con ťl se concertů la danza de los matachines. --En 12 de Julio 2126 mrs. Š Cosme de Xerez Š cumplimiento de 250 ducados en que con ťl se concertů la danza de los Šngeles y los demonios. --En 12 de Julio 3289 mrs. Š Cristůbal HernŠndez, pintor, de resto y Š cumplimiento de los 35 ducados que con ťl se concertů el carro de la muerte. --En 19 de Julio 2159 mrs. Š Andrťs de Hoces, de resto y Š cumplimiento de 30 ducados que con ťl se concertů la danza de las Amazonas. --Este dŪa Š Juan Lůpez Romero, 1875 mrs. de resto y Š cumplimiento de 10 ducados en que con ťl se concertů la danza de los galanes.[51] En otro Lib. de caja en 4.ļ, cuyo tejuelo lleva los aŮos 1570-74 se determinan los gastos y por sus asientos sabemos que en el carro de La Muerte de Adan entraban 7 figuras vestidas de seda, que en el del DesafŪo de Lucifer con el hombre 8 aliŮadas tambiťn de seda, en el del Casamiento ů Desposorio de EspaŮa, 9, etc., etc., con igual lujo ostentŠbanse las danzas. --A Diego de Santiago se pagaron en 8 de Agosto 1571, 3000 mrs. por la danza de villanos.[52] --En 12 de Junio Š Cristůbal SŠnchez de Mendoza por la mitad del carro y danza que ha de sacar el dŪa del Corpus xpi. --En 15 de Junio 2250 mrs. Š Alonso RamŪrez, por la mitad de lo que hubo de haber por la danza de las espadas. --En 12 de Junio Š Diego de Berrio, sastre, 5625 mrs. por la mitad del carro del Convite de Abrahan. --Al mismo 12375 mrs. por la mitad de 66 ducados que con ťl se concertaron por dos carros el uno del rey Agabaro y el otro El Bautismo de San Juan. --A Cristůbal de la Cruz, zapatero, 3612 mrs. por las danzas de las Ninfas y del Loco. --A Luis de CerdeŮa 5625 mrs. por la mitad de 30 ducados que con ťl se concertů el carro de las Cortes de la Muerte. --A Lorenzo NuŮez por la mitad de 20 ducados que con ťl se concertů la danza de los monstruos. --A Melchor de San Miguel 3400 mrs. por la mitad de 200 reales que con ťl se concertů la danza de los galanes. --A Luis de Ribera pintor, 4875 mrs. por la mitad de 26 ducados que con ťl se concertů el carro de Joachin y Santa Ana. --A Pedro MartŪnez 1500 mrs. por la mitad de 8 ducados que con el se concertů la Tarasca y moxarrillas. --En 8 de Agosto Š Melchor de San Miguel 5950 mrs. por una danza que saců el dŪa de la fiesta Š cumplimiento de la dha. danza y del premio de ella que le mandaron dar. --En 1ļ de Octubre Š Luis Diaz 4420 mrs. que la Ciudad le mandů librar porque saců el mejor carro el dŪa de la fiesta del Corpus este aŮo de 1571. --A Luis Diaz dorador ... por un carro que ha de sacar de La esgrima espiritual. --A Cristůbal SŠnchez de Mendoza 30 ducados por un carro de la visitaciůn de la Reina de SabŠ y 12 por una danza de Los Portugueses. --A Diego de Santiago 15000 mrs. por dos danzas, una de los Villanos y otra de los Turcos. --A Diego de SaldaŮa 7500 mrs. de una danza de La Justa de Ņlos perineos? --A Cristůbal de la Cruz 7225 por una danza de los ninfas y del oso. --A Luis de CerdeŮa 11250 mrs. por un carro de las Cortes de la Muerte. --A Lorenzo NuŮez 7500 mrs. por una danza de Ņmoriscos? --A Melchor de San Miguel 6800 mrs. por una danza de galanes. --A Alonso Ramirez 4500 mrs. por una danza de espadas. ęEn 18 de Junio, 4888 mrs. Š Pedro Gůmez sacristŠn y Š Juan MartŪn, que les mandaron dar de premio por dos cruces que sacaron de ynbinciůn el dŪa de la fiesta del Corpus xpi.Ľ[53] =1572= Entre los asuntos de la Fiesta del Corpus que estimamos mŠs curiosos podemos citar los siguientes: --A Juan FernŠndez jubetero, 13125 mrs. por el carro de la Justicia espiritual. --A Diego de Berrio 11250 mrs. por el de los Cinco Sentidos. --A Cristůbal de Santa Cruz 6000 mrs. por una danza de turcos y peregrinos y una fuente. --A Pedro Guerra 6750 mrs. por una de gitanos.[54] =1574= --A Miguel Diaz 14 ducados por una danza de espadas. --A Juan Jimťnez, zapatero, 20 ducados por la danza de los gitanos. --A Diego de Berrio 400 rs. por el carro de la historia del Rey Jubiniano (sic.) --A Cristůbal de la Cruz 20 ducados por la danza de los galanes. --A Melchor de San Miguel 200 rs. por la danza de los salvajes. --A Luis Diaz, Dorador, 35 ducados por el carro de La ViŮa del SeŮor. --A Diego de Santiago 20 ducados por una danza de moriscos. --A Juan Bautista 20 ducados por una danza de indios. --A Juan de Reinoso 300 rs. por un carro de La Historia del Rey Cosdruhe (ŅCosroes?). --A Pedro Montiel 400 rs. por un carro de ęEl Sembrador.Ľ --A Andrťs del Castillo 32 ducados por un carro de ęEl Convite celestial.Ľ --A Bartolomť Romero 20 ducados por una danza de villanos de un desposorio. --A Alonso de Capella 40 ducados por el carro de la Batalla de la muerte de los justos Š la vida de los viciosos. --A Cosme de Xerez 400 rs. por el carro de la Asunciůn de nra. SeŮora. --A Hernando Manuel 20 ducados por la danza de Torneo de Š caballo. --Al mismo por sacar la Tarasca, mojarrillas y dos salvajes. --A Diego de Tejeda 400 rs. por un carro de Las Tiendas del mundo.[55] --A Pedro Montiel 40 ducados por el carro de los Desposorios de Cristo con la naturaleza humana ęque tiene 7 figuras.Ľ --A Luis Diaz 40 ducados por el de La Demanda que pone el demonio al gťnero humano, con 7 figuras. --A Alonso RamŪrez por una danza de espadas con 18 figuras. --A Lorenzo NķŮez por la danza llamada de ęLa MonterŪa" con 10 figuras. --A Melchor de San Miguel por otra de los galanes, ninfas y un toro. --A Diego HernŠndez morisco, 22 ducados por otra con 8 figuras y una ermita. --A Feliciano de Salazar 70 ducados por otra de ęLas SerranasĽ con 8 figuras y la danza de los gigantes que tiene 7 con el padre. --A Hernando Manuel 210 rs. en que se le concertů la danza de ęLos Cavadores,Ľ la Tarasca y Mojarrillas. --11 de Mayo. A Alonso RodrŪguez Ņde caros? se libraron 30000 mrs. mitad de los 160 ducados en que con ťl se concertaron quatro carros ... el uno dellos por sŪ y los demas en nombre de pedro de segura y de luis de sagrancena y de francisco de plaza que son el uno de los desposorios de josep que tiene 10 figuras y el otro del ensalzamiento de la humanidad que tiene 10 figuras y el otro el niŮo perdido que tiene 8 figuras y el otro del nacimiento de Moysen que tiene otras 8 figuras Š razůn cada vno de 40 ducados y los 40 ducados restantes Š cumplimiento de los dhos. 12 ducados por lo que se ocupů en la yda y buelta Š la villa de sanlķcar de barrameda y por los acarretos de sus rropas y lo que dexo de ganar en las comedias que pudiera haber hecho por benir Š esta ciudad.Ľ --A Juan Bautista 20 ducados por la danza de ęEl triunfo de DavidĽ con 9 figuras. --ęA ples Ņautapel? 3567 mrs. por 87 varas de anjeo que diů para el carro que se hace de los italianos Š 41 mrs. la vara lo qual se librů por cťdula del seŮor juan de leůn, veyntiquatro Š quien fuť cometido el hacer el dho. carro ... etc. --A Juan Chacon pintor 6358 mrs, que los ubo de auer por lo que pinto en los medios carros que se hicieron para los italianos ... etc.[56]. =1576= Pedro de SaldaŮa autor de comedias vecino Š Santa MarŪa diů poder Š Juan de QuiŮones, Escribano de S.M. para que en su nombre pidiese y cobrase del Cabildo de la Ciudad 70 ducados que debŪa pagarle en cuenta de lo que hubiese de haber por razůn de dos carros que se obligů Š presentar en la fiesta del Corpus. 10 de mayo 1576[57]. =1580= Memorial de los autores de danzas Diego HernŠndez y Cristůbal de la Cruz en 1580 pidiendo Š la Ciudad la paga de sus salarios, por haber seruido al cabildo en diferentes fiestas[58]. =1586= Mateo de Sauzedo autor de comedias citado en el Lib. de Propios de dho. aŮo; fuť comisionado para ajustar una compaŮŪa para los autos Sacramentales del dia del Corpus de 1587.[59] =1597= En el Libro de Propios de la Ciudad de dicho aŮo se cita Š Juan Bautista de Aguilar ęcomo maestro de las invenciones de los cuatros carros de representaciůn que se hicieron para la fiesta del Corpus del mencionado aŮo. En el mismo figuran Diego Lůpez y Pedro de Aguirre, el primero como autor de la danza ęLos indios.Ľ En el citado aŮo, Hernando Franco cobrů 95540 mrs. por sacar el dŪa del Corpus la Tarasca y moxarrillas y dos danzas tituladas ęLas carrastollendas de BarcelonaĽ y ęLas Ferias de BilganĽ y consta que Baltasar de Guzman, autor de danzas, saců dos en la fiesta de que tratamos, una llamada ęLos gitanosĽ y otra el ęhombre vicioso.Ľ En las representaciones de los autos tomaron parte los comediantes Melchor de Villalba, Francisco de Palencia, Pedro Nubio y Vicente Caballero, el cual ganů la joya. A Melchor de Leůn autor y comediante, se libraron 300 ducados para ťl y su compaŮero por dos carros de representaciůn que saců el dŪa del Corpus del mismo aŮo de 1597. TitulŠbanse de ęSanta ElenaĽ y el ęCometaĽ y con ellos ganů el primer premio. En el mismo Libro de Propios se cita Š Pedro Guerrero, autor de danzas, que quizŠs es el mismo que hizo ęlos escudos que se pusieron en la carrera de la procesiůn del CorpusĽ para que ante ellos representasen. A NicolŠs de los Rios se libraron 700 ducados por sŪ y en nombre de Miguel RamŪrez por dos carros de representaciones. A Hernando Franco, autor de danzas; se libraron 280 ducados por dos que habŪa de sacar, intituladas: La maŮana de San Juan y una boda pastoril. La primera con 20 figuras y la mķsica y la otra con 18 y dos de mķsica y asimismo por la Tarasca y moxarrillas[60]. A Baltasar de Guzman autor de danzas 8 ducados por la que saců el dŪa en que se hizo la procesiůn general por la salud; 14 Septiembre 1600[61]. =1600= A Antonio Calvo sastre, 21193 mrs. resto de 170 ducados en que se ajustů con ťl la danza titulada La maŮana de San Juan que saců en la fiesta del Corpus de este aŮo; 9 Septbre. 1600[62]. A 25 de Octubre del mismo aŮo se libraron al pintor Gonzalo de Campos Guerrero 26.080 mrs. Š cumplimiento de la pintura de los cuatro carros de representaciůn que salieron el dŪa del Corpus ť invenciones de ellos[63]. =1602= Francisco BaÁan, autor de danzas, se concertů con la Ciudad en sacar una de espadas con 20 figuras con su panderete un tamboril y unas chapas en precio de 40 ducados y otra intitulada La conquista de las amazonas, por 160 ducados.[64] Luis de Vergara, autor de comedias, concertů con la Ciudad en 14 de Mayo del mismo aŮo por ante Antonio de Alfaro Š representar dos autos, en 700 ducados.[65] A Baltasar de GuzmŠn y Pedro de la Fuente, autores de danzas, MartŪn de la Rumia y Gonzalo de Campos Guerrero maestros de hacer invenciones y Š Anton Calvo autor de comedias los vemos citados en el Lib. de Propios del mismo aŮo. El segundo de los tres ķltimos citados era el pintor que la Ciudad ocupaba en las ocasiones que se ofrecian y de el tratamos en la pŠg. 22 del tom. II de nuestro ęDiccionario de artŪfices sevillanos.Ľ =1603= Gaspar de Porras, autor de comedias, recibio 300 ducados por los dos carros de representaciones La encomienda del hombre y Los locos; 10 de Junio del aŮo citado y Juan de Madrid autor, de danzas saců la de El robo de Elena, 9 de Julio del mismo aŮo[66]. Baltasar de Pineda autor de comedias contratů en 700 ducados dos carros de representaciones ęLa humanidad del hombreĽ y la ęVenta del mundoĽ[67]. ęgastos de la fiesta del Corpus Christi deste aŮo de 1603--deue por gabriel de barahona Receptor general de la mayormŪa deste aŮo 18700 mrs. que se le libraron Š gonÁalo de campos guerrero Pintor de Resto y a cumplimiento Š los 300 ducados en que en ťl se Rematů digo concertů la comisiůn de la dha. fiesta. Por la pintura de los carros de representaciones que salieron el dŪa de la dha fiesta del Corpus xpi. con sus ynvenciones de los quales dchos 300 ducados. Por auersele librado los 250 ducados dellos conforme Š su asiento y por hauer cumplido con su obligaciůn y concierto se le libraron los 50 ducados Restante en virtud de una fee de Mateo de uilla Real escribano de comisiones que va con la libranza y de los acuerdos de su seŮorŪa. Referidos en otras partidas deste quaderno[68].Ľ =1604= Anton Calero y Antonio de Villegas autores de comedias citados en un asiento de 14 de Junio de 1604[69]. =1605= Antonio de Granados autor de comedias cobrů 700 ducados por dos autos de representaciůn que hizo en las fiestas del Corpus. Libramientos de 7 de Mayo y 17 Diciembre de 1605 y acuerdo capitular de 22 de Marzo[70]. =1606= Melchor de Leůn autor de comedias citado en el Lib. de Propios, 18 Mayo 1606. =1671 Y 72= Peticiones de una autora de danzas, no expresa el nombre, 29 Mayo, 11 Diciembre de 1671 y libramiento Š la misma 20 Junio 1572. Peticiůn de Bernardo de la Vega y Alonso Caballero autores de comedias sobre la joya, por los Autos Sacramentales de la fiesta del Corpus, 27 Junio 1672. Peticiůn de Alonso Caballero autor de comedias para que la Ciudad le deje representar con un carro suyo el dŪa del Corpus, 9 Abril 1672[71]. Peticiůn de Alonso Cano autor de comedias sobre que se le libre la joya del Auto Sacramental del dŪa del Corpus[72]. =1694= Isidoro de Herrera autor de danzas dirigiů memorial Š la Ciudad hallŠndose preso en la cŠrcel Real. =1739= Por escritura de 11 de Septiembre de 1739 obligůse Melchor Rendon maestro de obras de carpinteria vļ. Š Sta. M™. Š vestir, desnudar y aderezar los gigantes tarasca y demŠs agregados para el dŪa del Corpus, siendo de su cargo vestirlos la vŪspera de la octava, pintar de nuevo la tarasca y caras y manos de los gigantes[73]. =1752= Manuel Gůmez como pral. y Juan Gůmez su fiador; obligŠronse Š sacar la danza de espadas el dŪa del Corpus[74]. Los datos consignados son sufientes para dar una idea de lo que costaba Š la Ciudad la Fiesta del Corpus Christi durante los pasados siglos: el lujo que debiů ostentarse en los carros y en las danzas, el ingenio de los escritores, de asuntos para aquťllos y para ťstas. Los primeros rindiendo culto Š la piedad, ora acudŪan Š las enseŮanzas de los Sagrados Libros, ora Š procurar la correcciůn de costumbres, ofreciendo al pueblo por medio de alegůricos asuntos las funestas consecuencias del vicio y los galardones reservados Š la virtud. Mucho mŠs hubiťsemos podido aumentar continuando el examen de los libros y documentos de nuestro riquŪsimo Archivo Municipal, pero, quede reservada esta tarea Š quienes especialmente se propongan escribir la historia de una solemnidad, que durante siglos fuť la mŠs celebrada de los sevillanos. * * * * * El extravŪo de unas cuantas cuartillas, dejů incompleto el presente artŪculo, en la sucinta descripciůn que dejamos hecha de la Procesiůn del Corpus en el siglo XV. Halladas luego, estimamos que por su interťs deben ser publicadas, aun fuera de su lugar, y asŪ lo hacemos, seguros de que su contenido serŠ visto con agrado por los curiosos que deseen conocer la historia de los gremios sevillanos, casi desconocida al presente. * * * * * Desde muy antigua fecha prestaban esplendor en la Procesiůn con su asistencia los gremios todos de la ciudad, presididos por sus alcaldes, agrupados bajo sus banderas ů pendones, luciendo todos sus oficiales las mejores galas y preseas: de algunos de ellos consta que sacaban ingeniosos carros, como se veŪa por los documentos que extractados transcribimos. En 1498 dirigieron los hortelanos un memorial Š la Ciudad, en que decian, entre otros particulares, que al tiempo que se mandaron hacer las honras por el prŪncipe Don Juan, para ir al AlcŠzar con los oficios (gremios) y pendones ęque se acostumbran Š sacar el dŪa del Corpus,Ľ ellos se juntaron con sus alcaldes para distribuir los gastos ... etc. No hay duda, pues, que desde hacŪa mucho tiempo asistŪan aquellas Corporaciones Š la procesiůn[75]. En una escritura otorgada en 1.ļ de Mayo de 1519, ante las puertas del hospital de los tejedores de lino y lana establecido en calle Lisos, consta que manifestaron los alcaldes del gremio lo siguiente: ęque era sabido que ellos tienen la costumbre de sacar en cada aŮo el dŪa del corpus xpi. en la fiesta que se fase dho. dia el castillo ť otras cosas quel dho. hospital tiene ť de cumplir el dho. dŪa las cosas que se suelen cumplir ...Ľ El documento no es mŠs que una subasta, para adjudicar al mejor postor Š la baja, los gastos que el gremio hacia en la fiesta[76]. Tambiťn los carpinteros sacaban otro castillo en la procesiůn, pues, asŪ consta de una escritura otorgada por el carpintero Diego Ruiz y el hospital y cofradŪa de San Felipe y Santiago que entonces era la advocaciůn de los de aquel oficio, en la cual obligŠbase el susodicho Š hacer Š su costa el dŪa del Corpus de 1530 ęel oficio que los carpinteros llevan en la dicha fiestaĽ segķn las condiciones siguientes: 1.™ ObligŠbase Š armar el castillo dos dŪas antes del de la fiesta, costeando los herrajes que fueren menester para que pudiese ir y venir bien en la fiesta y Š los doce hombres que habŪan de llevarlo, asi como desarmarlo terminada la fiesta. 2.™ Que el mayordomo en quien rematare aquella reparase el chapitel tejando, el tejadillo de su juncia, con ciertos cinco pendones de oropeles de manera que quede Š contento del alcalde y que pusiera las cabezas del buey y de la mula donde es costumbre en el dicho castillo siendo obligado Š dar ęcuatro cantores para que vayan haciendo encima del castillo el oficio del nacimiento e vn jusepe e otro que sea la maria e otro que sea el angel e la maria lleue un niŮo chico e su corona de plata el niŮo otra e el angel con su alba e sus alas e vna guirlanda en la cabeÁa de oropel e la marŪa con sus ropas de seda e los pastores e el josepe lleuen sus ropas conforme al oficio que han de faser de la fiesta segund a sydo costumbre otros aŮos e estos cantores e officiales que han de ser el dho. oficio sean los mŠs mejores que se pudieren aver que sean sabedores para hacer los dhos. oficios e estos que sea obligado a traellos al espital para que se ensayen e fagan el dho. ofiÁio delante del (alcalde) e con los ofiÁiales que para ello se juntasen ocho dŪas antes de la fiesta porque han de yr a contento de todos.Ľ ObligŠbase tambiťn Š armar la tarasca, reparŠndola de cuanto necesitara poniťndole una lengua de la misma hechura de la vieja, y un petral de cascabeles y dos nŪsperos que sonasen bien, colgados de las orejas, paseŠndola por las calles la vŪspera de la fiesta. ęyten quel mayordomo sea obligado a coger vn alferez que sea hombre blanco e no negro el mŠs alto del cuerpo que se pudiese aver que vaya bien vestido a vso de alferez ępara que lleue el pendonĽ e lleue vna espada morisca ceŮida como es vso e costumbre otros aŮos e sea obligado el mayordomo Š coger dos trompetas e que no sean negros sino hombres blancos que sean muy buenos ofiÁiales e los coja desde el dŪa que se arrematase la fiesta en ocho dŪas e si non los cojiese dentro en los ocho dŪas de al alcalde quatro ducados para que los coja el alcalde dende que se rematase la fiesta en quince dias e estas trompetas las trayga el mayordomo Š casa del alcalde la bispera de la fiesta de maŮana ępara descojer el pendonĽ[77] y tengan toda la fiesta delante del ofiÁio hasta bolber al espitalĽ. Era tambiťn de cuenta del mayordomo dar las candelas, que serian de Š dos libras de buena cera blanca ęcon el pauilo ques de vso e costumbre desta ÁibdadĽ dando una Š cada oficial y que las que sobrasen se pusieran en el castillo. FŪjanse luego las cuotas que pagarŪa cada uno de los que fueran en la procesiůn con el gremio, 26 de Abril de 1530. No hay duda por los pormenores que se consignan en el documento anterior y por los que contiene el que vamos seguidamente Š extractar, que estos ęcastillosĽ fueron los primitivos ęcarros,Ľ asŪ como la asistencia en la procesiůn de los gremios con sus pendones. Diego Toledano herrero, Cristůbal HernŠndez jervillero y Anton de Moguer cordonero, obligŠronse mancomunadamente con el zapatero Andrťs Vanegas mayordomo de dicho gremio ęa sacar vn castillo de la ystoria de la bendiciůn de ysaqueĽ (Isaac) segķn la muestra que habŪa dado, poniendo la gente vestidos y mķsicos que se necesitaran para el dia de la fiesta del Corpus de 1550, ęe de lo dar e poner bien e cumplidamente en los cantos desta Áibdad para que ande toda la procesiůn dandonos vos el castillo que se acostumbra dar conforme Š como la Áibdad lo mandaĽ recibiendo por cuanto hicieran ocho ducados de oro ęe nos obligamos Š poner el dho. castillo en los dhos. cantos con el dicho auto e gente que lo a de representar Ņen los ... quatro de la maŮana?Ľ 11 de Mayo, de 1550[78]. El mismo herrero Diego Toledano, como principal y Diego de Xerez sastre, su fiador, concertŠronse con Francisco de Mesa y Francisco de Salamanca, rejeros, mayordomos de la fiesta ęque anualmente sacabanĽ los de aquel oficio en el dia del Corpus Š sacar una danza con ocho personas ęque vayan vestidos de tafetan presado e blanco e sus calÁas blancas e su tamboril bien e cumplidamente.Ľ ObligŠbanse Š ensayar y dir Š casa del seŮor Asistente con la dha. danza, por lo cual recibirian 8 ducados, 8 Mayo 1551[79]. Finalmente, por otra escritura, obligŠronse Diego Paez sastre con Alonso de Casalla y Alonso HernŠndez zapateros, Š sacar el auto de la Conversiůn de la Magdalena en el Corpus del mismo aŮo de 1551 ęcon vn castilloĽ que era del gremio, con cinco ů seis hombres y los que fueren menester ępara el dho. paso e obraĽ dŠndole vestidos de las mejores ropas. Los zapateros se comprometŪan Š facilitar ocho hombres que llevasen el mencionado castillo y el Diego Paez Š que los cantantes que mostrarŪa el tercer dŪa de Pascua del EspŪritu Santo ępara la muestra que tengo de hacer de dho. autoĽ fuesen los mismos que sacarŪa el dŪa de la Fiesta que irŪa con los recitantes en el castillo, saliendo asŪmismo con ellos el tercer dŪa de Pascua para el ensayo yendo el del Corpus Š los cantos, y en la procesiůn hasta que volviese esta Š la Iglesia, recibiendo seis ducados y medio de oro, 9 de Mayo de 1551[80]. Profesiones de AntaŮo Tan radical ha sido la transformaciůn experimentada en la vida pķblica ů privada de los espaŮoles durante el espacio de cuatro siglos, que, cuesta hoy trabajo creer en la existencia de algunos. En aquellos dŪas, para nosotros inolvidables, en que registrŠbamos Š nuestro sabor los numerosos legajos de este Archivo general de Protocolos, ocupaciůn gratŪsima, de la cual nos hemos visto privados por la suprema voluntad del actual Notario Archivista Don Antonio Lemus y Malo de Molina, que lo estima como propiedad particular suya y no permite efectuar en ťl investigaciones de interťs histůrico: °cuantas curiosŪsimas escrituras pasaron ante nuestra vista, demostrativas del espŪritu, de las tendencias, de las preocupaciones de los hombres de antaŮo! De algunas de ellas tomamos ligeras notas, las mŠs, allŪ han quedado sepultadas, bien hasta que otros mas afortunados consigan registrarlas, ů bien para que la polilla dť cuenta de ellas destruyendo un tesoro histůrico insustituible. Entre nuestros apuntes de entonces, hemos hallado uno que confirma el cambio de que hablamos, experimentado en las costumbres; porque Ņquiťn sospecharŪa que hasta los mancebos mŠs pertinaces viciosos valŪanse entonces de las escrituras pķblicas para procurar la enmienda de sus yerros? A este propůsito bien merece consignarse la nota siguiente: Diego de Jerez, hijo de Gonzalo GonzŠlez de Jerez, se obligů por juramento que hizo en escritura pķblica, ante los escribanos de Sevilla, Š no jugar Š los dados, ni entrar en casa donde supiese que jugaban, por tťrmino de diez aŮos, sopena de perjuro ť infame, 16 de Enero de 1461[81]. No dudamos que al lector habrŠn de ocurrirse sabrosos comentarios, como ocurrieron Š nosotros, despuťs de conocido el documento, pues, es de tal naturaleza, que su lectura prťstase Š reflexiones de Ūndole distinta, por mŠs de un concepto. Como natural consecuencia de aquellas costumbres, se nos ofrece la prŠctica de ciertas profesiones y oficios, que alcanzaron gran boga entre nuestros antepasados. EspectŠculo, bien curioso, por cierto, serŪa para los que hoy vivimos, el que diariamente ofrecŪan las Gradas de la Catedral y la plaza del Salvador, sin contar otras calles y sitios concurridos de la ciudad, donde se pregonaban las subastas y almonedas judiciales, como las voluntarias, las cuales tenŪan lugar ante numeroso y abigarrado conjunto de personas de todas clases sociales, que allŪ confundidas esperaban la llegada del alguacil y del escribano, encargados de la venta de infinitos heterogťneos objetos, dignos algunos del Jueves ů del Boquete, y otros aplicables al atavio de las personas ů de las casas mŠs calificadas. Voceaba el pregonero, lo mismo las prendas de uso mŠs Ūntimo y personal, como eran las camisas, calzas, jubones, sombreros y zapatos viejos, como las mŠs preciadas telas, las tapicerŪas ů ępaŮos de rŠs,Ľ guadameciles, encajes, armas, vidrios, esmaltes y cuantos objetos de arte suntuario empleaban nuestros magnates en sus personas ů viviendas, juntamente con los utensilios y mŠs insignificantes trebejos del menaje de una casa, cuya enumeraciůn es bastante para formar juicio exacto de la vida privada y de la pķblica, de todas las clases sociales. Todo era subastable entonces; baste decir, que, hasta los peines, bien es verdad que aquellos sacados Š pregůn, no eran como los que corrientemente usamos hoy, de despreciable pasta, caucho ů celuloide, sino de marfil ů de plata artŪsticamente tallados, con finos y elegantŪsimos adornos de renacimiento, ů con asuntos religiosos ů profanos, por lo cual, no era extraŮo que tales verdaderas joyas, fuesen adquiridas por sujetos muy calificados, asŪ como las prendas de vestir, tabardos y gregŁescos, capas y manteos, calzas y jubones ricamente bordados de oro, con pasamanos y encajes de subidŪsimo precio, sin contar aquellos jaeces de caballos, cuya simple enumeraciůn por boca del pregonero, nos da Š conocer su singular riqueza, tan singular, que hoy no se concibe. Pues, si estos actos atraŪan la atenciůn ů interťs de todas las clases, volvamos la vista hacia el Arenal: allŪ presenciarŪamos entre otros animados y vistosos cuadros que tan frecuentemente se sucedŪan, los de las pķblicas lecciones de esgrima, que ante numeroso concurso de la soldadesca de mar y de tierra, de rufianes y bravos de profesiůn, de moriscos y de indios, mulatos y negros, daba algķn maestro de los muchos que entonces bullŪan por la ciudad, demostrando las excelencias de la espada blanca ů de la prieta, asŪ como la bondad de las escuelas, de los maestros Francisco Roman, Bernal de Heredia ů de los sucesores de ťstos, los famosos Carranza ů Pacheco de NarvŠez. TendŪa el maestro la amplia capa en el suelo, para que sobre ella cayesen las blancas y maravedises con que el pķblico lo socorrŪa; y trazada una gran circunferencia en la tierra con la punta de la espada, y empuŮŠndola arrogante, describŪa cŪrculos rectos, tajos adelante y atrŠs, revolvŪase como energķmeno, saltaba agilŪsimo de un lado Š otro, acometŪa ů bien retrocediendo, simulaba parar los golpes de su imaginado contrario, todo tal y tan verdaderamente, como nos lo pintů al vivo el gran Quevedo, en su saladŪsima crŪtica de los que elevaban la esgrima Š la altura de la ciencia matemŠtica, tan Š maravilla ridiculizados en el Buscon Don Pablos ... Pero, no prosigamos por este camino, que habrŪa materia para llenar un volumen; y vengamos al tema de este articulejo, en el cual vamos Š dar Š conocer algunas profesiones, que en los siglos pasados tuvieron gran auge, y cuya existencia no nos explicamos ni acertamos Š comprender hoy. CreŪase entonces por altos y bajos, chicos y grandes, como verdad inconcusa, que habia sujetos dotados por la Divina Providencia de la virtud de curar enfermedades, por medios sencillŪsimos: llamŠbanlos ęsaludadoresĽ y he aquŪ lo que de ellos nos dice el docto Covarrubias: ęSaludar en otra significaciůn, vale curar con gracia ęgratis dataĽ y Š los que esta tienen llaman Saludadores, y, particularmente saludan el ganado; pero, yo mas cierto tengo auerse dicho de saliua, saliuador, por tener en ella la virtud de sanar, y assŪ los saludadores dan vnos bocaditos de pan al ganado, catados por su boca, y mojados en su saliua y de que esta tenga virtud para algunas enfermedades rabiosas ay lugar de Plauto ... Escribe Plinio, libro 10, capit. 23. Al fin del auer costumbre de escupir en la cara al que le toma el mal de gota coral por remedio. Quienes tengan esta virtud ů no, aueriguenlo los ordinarios, porque muchos de los que se dizen ser saludadores, son embaydores y gente perdidaĽ. Era profesiůn, que pķblicamente la practicaban no pocos embusteros, Š ciencia y paciencia de los mťdicos de entonces, que no se quejaron, que sepamos, de sus trapacerŪas y engaŮos, las cuales pueden ponerse al nivel de la buena ventura de nuestras gitanas. Pero, entonces no habŪa quien dudase ni por asomo, de la eficacia de aquellos privilegiados seres, que vivŪan y holgaban Š costa de los crťdulos con su lucrativo oficio, entre los cuales contŠbase nada menos, que con el Cabildo y Regimiento sevillanos, como prueba el siguiente documento: ęPor carta de la Áibdad firmada de juan fernŠndez alcalde e de mendoÁa e alonso fernŠndez e alonso lopez escribano fecha 22 noviembre de 1441 aŮos por la qual mando al dho. mayordomo que de ende luego a pero alonso saludador o al que les oviere de aver por el quinientos mrs. que la deha. Áibdad le mandů dar por el afan e trauajo que a pasado e pasa en curar de las personas que estauan dotadas de rauŪa en la dha. Áibdad e en su tierra los quales con la ayuda de dios todos guarecŪan de que se sigue mucho prouecho e bien al comun de la dha. Áibdad e que tome del su carta de pago ... etc.[82]. ŅQuť extraŮo es, pues, que si la Corporaciůn municipal nada menos, confiaba en la virtud de los saludadores, fuese ťsta arraigada creencia en las clases todas de la sociedad? Pedro MartŪnez, saludador, dirigiů una peticiůn Š la Ciudad, como consta en una hoja suelta de Actas capitulares, que comprende el comienzo del Cabildo de viernes 19 de Agosto de 1491. Cůmo esta preocupaciůn permaneciů viva en el siglo XVI, pruťbanlo las siguientes notas: Bartolomť Porras, saludador, era vecino Š la Puerta de Triana en 1534 y se le halla citado en el Padrůn vecinal de dho aŮo lo mismo que Š Anton SŠnchez, saludador, vecino de Alcala del RŪo, el cual obligůse Š pagar Š Hernando Navarro, ropero, 48 rs. resto del importe de un manto que le habŪa comprado, 4 Marzo, 1560[83]. * * * * * De saludador Š curandero ů viceversa, no habŪa mŠs que un paso, y entre los segundos tambiťn los hubo que gozaban de crťdito en la repķblica hispalense, no siendo agenas Š la profesiůn las mismas mujeres como p. e. Antonia MartŪnez de Cervantes ęfŪsica y cirujana,Ľ la cual por escritura pķblica ante Juan GarcŪa Š 11 de Diciembre de 1450, obligůse Š curar en doce dŪas Š Pedro de OrtuŮo de la finchazůn que tiene en su cuerpo e piernas e del figado e bazo e estůmago ... etc.[84] Asi, con esta seguridad nada menos, y por ante escribano, en pķblico documento, comprometŪase la ęfŪsica y cirujana,Ľ Š curar al desdichado Pedro de OrtuŮo, cuyo cuerpo, bien podrŪa compararse con la famosa caja de Pandora, segķn los males que le aquejaban. Igual reputaciůn contarŪa en la villa de Lebrija Antonia SŠnchez, mujer de Juan Gutiťrrez Hidalgo, la cual durante mucho tiempo dedicŠbase Š la especialidad de curar las quebraduras de brazos y de piernas con permiso del Licenciado Loaysa, y no obstante aquel el Licenciado Roxas, Teniente de Asistente, le prohibiů que lo hiciese, por lo cual acudiů al Cabildo, Š fin de que le ratificara el permiso obtenido. (Siglo XVI). No es de extraŮar que si las mujeres se obligaban Š curar enfermos en plazo fijo y por escritura, los hombres fuesen Š la zaga y asŪ veremos que el curandero Antonio de Vargas obligůse en 1495, por carta ante Francisco Segura, Š curar de un lobanillo que tenŪa en el pescuezo Š la mujer del librero GarcŪa FernŠndez, y en tťrminos de tres meses (ni uno mŠs ni uno menos) por lo cual recibirŪa 5000 maravedises[85]. Maestros de curar lamparones y quebraduras fueron Carlos de Villafranca y Pedro RodrŪguez, los cuales obligŠronse Š curar Š Francisca, criada de NicolŠs Durango, por escritura de Miťrcoles 12 de Agosto de 1489[86]. Ya que tratamos de la ciencia de curar, aunque practicada por saludadores y curanderos, dedicaremos algunas lŪneas Š la profesiůn de la ęflebotomiaĽ que es ni mŠs ni menos que la de los sangradores, y Š la cual, los poco escrupulosos amanuenses del siglo XVI, llamaban flonotomia y de aqui flonotomianos. Estos, ademŠs, solŪan ser dentistas y fabricantes de medicinas. Vťase al propůsito el siguiente documento: ęSepan quantos esta carta vieren como yo maestre juan de peralta cirujano vecino que so desta Áibdad de seuilla en la collaciůn de santa marŪa digo que por quanto vos guillermo frances natural de badad tierra de francia ha syete aŮos que entraste conmigo a me servir para aprender el oficio de sacar dientes e muelas que dizen notomia e a curas de quebrados e potras e fazer bragueros e fazer poluos para lombrizes e fazer aguardiente e otras Ņdiversas? medecinas ... etc. dice: que en virtud de haberle servido los dichos siete aŮos y ser ya habil y suficiente suplica Š los protomedicos de Sus Majestades que lo examinaran y diesen licencia para ejercer su oficio dŠndole carta de exŠmenĽ. 13 de Enero de 1524[87]. y que la profesiůn tenia ya de antiguo, arraigo, pruťbalo la peticiůn que los flonotomianos (sic) elevaron al Cabildo de la ciudad para que les guardasen sus privilegios, en 11 de Septiembre de 1507[88]. Andaban, pues, entonces unidas las profesiones, y asŪ las hemos conocido todavia en nuestra juventud, de barberos, sangradores y sacamuelas, aunque con respecto Š los ķltimos los hallamos citados como especialistas desde los albores del siglo XVI (p. e.) Maestre AgostŪn que vivŪa en la ęysleta de calle de las SierpesĽ en 1500 y Š Maestre Juan de Peralta vecino en la collaciůn de Sta MarŪa en 1541. Citaremos por ķltimo Š tŪtulo de curiosidad, como mťdicos ęespecialistasĽ para que se vea que no es nueva la distinciůn que hacemos hoy de ellos, Š Maestre Fernando cirujano de la Ciudad que reclamaba en 1459 que le pagasen su salario por los servicios que prestaba Š la misma, entre ellos, el de ir Š la guerra[89]. Maestre Sancho Vizcaino maestro de curar ojos, vecino de Bilbao, hallŠndose en Sevilla apoderů Š Pedro Ruiz para recibir ciertas cosas contenidas en una caja que le remitian desde Lisboa, 26 Febrero 1504[90]. Bartolomť de Mesa, maestro de curar bubas, cobraba sueldo anual de la ciudad en 11 de Octubre de 1511[91]. A Felipe Tovara ęcirujano de la orinaĽ le pagaba tambiťn salario el Concejo, por mandato real en 8 de Julio de 1597 y en 10 de Mayo de 1602[92] y por ķltimo consta que Maestre Antonio Purga ů Parga cobraba 24 ducados por curar de quebraduras; en 21 de Agosto de 1602[93]. * * * * * Don Diego Hurtado de Mendoza en su Lazarillo de Tormes, dice entre cosas al hablar del pŪcaro ciego. ęEn su oficio era un aguila. Ciento y tantas oraciones sabŪa de coro, un tono bajo, reposado, y muy sonable que hacŪa resonar la Iglesia donde rezaba, un rostro humilde y devoto que con muy buen continente ponŪa cuando rezaba sin hacer gestos ni visages con boca ni ojos, como otros suelen hacer. Allende de esto tenŪa otras mil formas y maneras para sacar el dinero. DecŪa saber oraciones para muchos y diversos efectos ... pues en caso de medicina decŪa que Galeno no supo la mitad quť ťl para muelas, desmayos y males de madre. Finalmente nadie le decŪa padecer alguna pasiůn que luego no le decŪa, haced esto, haced estotro, coced tal yerba, tomad tal raŪz. Con esto andŠbase todo el mundo tras ťl, especialmente las mujeres que cuanto les decŪa creŪan ... Tambiťn ťl abreviaba el rezar y la mitad de la oraciůn no acababa porque me tenia mandado que en yťndose el que la mandaba rezar le tirase por el cabo del capuz. Yo asŪ lo hacŪa y luego ťl tornaba Š dar voces diciendo: Ņmandan rezar tal y tal oraciůn? como suelen decir ... Por esta acabada pintura viťnese en conocimiento que los ciegos de antaŮo serŪan en su mayorŪa redomados pŪcaros y avisados truhanes, que vivŪan de la piedad de las gentes, lucrŠndose de su buena fe y estimulando su devociůn con el recitado de oraciones que tenŪan para todos gustos; asŪ se comprende que el ęoficio de ciegoĽ tuviese su aprendizaje como los practicados por menestrales, y probablemente, tambiťn, como acontecŪa con estes, serŪan sometidos Š exŠmen, pues, como adelante veremos, los desdichados ciegos parece que constituyeron hermandad, ya que no gremio, como todos los oficios mecŠnicos. En tal virtud creemos curioso el siguiente documento: ęPone por aprentis leonor rodrŪguez, mujer de juan sobrino ollero, vecino de triana guarda e collaciůn de seuilla a lope su hijo ciego moÁo de edad de doze aŮos poco mŠs ů menos que esta so su poderŪo e administraciůn con juan de villalobos ciego vezino desta dha. Áibdad en la collaciůn de santa Maria magdalena questa presente desde oy dŪa fasta quatro aŮos primeros para que en este dho. tiempo el dicho su fijo le sirua en el dho. su oficio de rezar e le acompaŮar en todas las otras cosas que le dixere e mandase fazer ... etc. El maestro le daria al aprendiz de comer, beber, vestir, casa y lecho, enseŮŠndole Š rezar y Š decir oraciones bien y cumplidamente. Lunes 14 Septbre. 1495[94]. El formulario natural empleado en este contrato es exactamente igual al de cualquier carta de aprendizaje celebrada entre pintores, escultores, plateros ķ otro oficio, por tanto, no cabe duda, que entonces se consideraba como verdadera profesiůn la de los ciegos rezadores. Y que estos estaban tambiťn agremiados, parece probarlo el siguiente documento que extractamos: Juan de la Redondela ciego ...Ľ otorgo e conozco a vos luis fernŠndez cabron ciego vecino de la dha cibdad en la collaciůn de seŮor sant viceynte ędepositario de los privilegios de los ciegosĽ desta dha cibdad e de su arÁobispado questades presente que por quanto vos ... me days los preuilegios de los dhos ciegos porque goce dellos segķnd que los otros ciegos gozan ęe me recibis por hermano en la hermandad de los dhos. ciegos,Ľ por ende otorgo de dar e pagar Š los dhos. ciegos e a vos el dicho luis fernandez en su nombre 24 mrs. de cada un aŮo que serŠ la primera paga para el dŪa de casimodo de cada aŮo ... etc. 5 Abril 1526[95]. TodavŪa entrado el siglo XVII, ademŠs de los particulares, el mismo Concejo sevillano costeaba ęoficialmenteĽ un rezador, el cual no consta que fuese ciego, mŠs para el caso no es esencial la diferencia. Por acuerdo capitular de 20 de Febrero de 1636, fue nombrado el hermano Pedro Diaz de Villamayor ępara que encomiende las benditas Šnimas del purgatorio todas las noches Š las horas acostumbradas repartiťndose por todo el lugar desde la oraciůn del ave maria hasta que hayan tocado conforme Š la costumbre y gane lo que han llevado ęsus antecesoresĽ y este nombramiento hace la ciudad por el tiempo que sea ęsu voluntadĽ[96]. La frase subrayada indica que era vieja la costumbre de que la ciudad pagase rezadores. Vamos Š pasar ahora ęde lo religioso Š lo profano.Ľ * * * * * Durante el siglo XV fuť tambiťn oficio socorrido el de juglar, los cuales ocupŠbanse en divertir Š magnates y pecheros, recitando poesŪas y cantando al par que taŮŪan sus instrumentos, todo esto mediante remuneraciůn. La casualidad ha hecho llegar hasta nosotros la noticia de la existencia de algunos juglares sevillanos, entre los cuales debiů de gozar de gran prestigio, un tal Guillen, que fuť vecino de la collaciůn de San Esteban, y como tal se le cita en el Libro del Mayordomazgo mayor de esta ciudad del aŮo 1407, consignando que era ęfranco por privilegio del Rey.Ľ Este privilegio nos inclina Š creer que acaso sirviů al mismo Enrique III, al cual deberŪa la exenciůn de todo pecho y tributo, mŠs bien que al niŮo Don Juan II proclamado en 1406. Posible es que este juglar fuera uno de aquťllos Š quienes se refiere el siguiente tŪtulo que va Š la cabeza de unas cantigas citadas en el Cancionero de Baena. ęEsta cantiga fizo el dicho Alfonso Aluarez por alabanÁa e loores de la rredundable cibdat de seuilla e presentola en el cabildo e fizogela cantar con juglares delante los offiÁiales e ellos mandŠronle dar en aginaldo cient doblas de oro por esta cantiga e dende enadelante de cada aŮo por cada cantiga otros cientoĽ y cuya primera estrofa dice: ffuente de grand marauilla jardyn de dulce olor morada de Enperador rŪca fermosa baxilla digan esto por seuilla trobadores e poetas pues que synos e planetas lo sostienen sin mansilla SŪguen otras tres cantigas que de igual modo que esta, cantaron juglares ante el Concejo en los dŪas de Navidad de tres aŮos siguientes, por las cuales recibiů el poeta sendas cien doblas. En 1442 moraba en la collaciůn de San Miguel el juglar pedro RodrŪguez, segķn consta del Padrůn de Contias de los vecinos de dho. barrio del aŮo 1442 y por ķltimo en otro Padrůn, tambiťn del siglo XV, de la collaciůn de Santiago se cita Š Pedro Alonso, juglar pobre y por ķltimo no olvidaremos Š Juan Canario, que con un compaŮero suyo fuť en la procesiůn del Corpus del aŮo 1454, imitando ů entonando coplas probablemente el canto de los pŠjaros[97]. * * * * * Siendo el ejercicio de las armas en los pasados siglos el mŠs noble, la profesiůn de casi todos los espaŮoles, por decirlo asŪ, dominando en las clases sociales el espŪritu caballeresco, no es extraŮo que Š la enseŮanza del manejo de las armas se hubieran dedicado muchas personas. De los esgrimidores que vivieron en los siglos XV y XVI apenas si se nos han transmitido noticias, y de estos, precisamente, hemos reunido una porciůn de curiosos documentos, que nos proponemos dar en breve, Š la estampa en libro aparte. Sin embargo, para demostrar el auge en que estuvo esta aficiůn, hoy tan en desuso, nos concretamos Š consignar ahora los nombres de los Maestros esgrimidores sevillanos de que tenemos noticia: Maestre Rodrigo 1498 Maestre Anton Zapata 1500 Alonso de Vargas 1515 Maestre Andrťs Carbonero } Maestre Francisco RomŠn } 1523 Cristůbal MartŪnez } Diego Bernal de Heredia 1526 Maestre Fernando de Algarbe } Gabriel de Contreras } Maestre Juan de Milla } 1528 Maestre Pedro SigŁenza } Maestre TomŠs } Maestre Fernando } Juan de Pťrez } 1529 Juan de Triana } Juan de la CŠmara 1533 Juan de Carmona } Maestre Cristůbal[98] } 1534 Romanes } Antůn Ruiz Zapata[99] } Benito de Zafra 1548 Maese Andrťs de Espinosa 1553 Maestre Alonso 1555 Maese Vella 1556 Cristůbal HernŠndez 1563 Martin de Castro 1569 Juan Dominguez 1639 Diego Raio 1669 Baltasar de los Reyes 1675 Juan de Roxas } 1677 Blas de Navarrete } D. Manuel SŠnchez de Morante} 1683 Juan Caro de Montenegro } * * * * * Ya impresas las noticias referentes Š curanderas, hemos hallado el memorial que en 1550 dirigiů Š la Ciudad la curandera Antonia SŠnchez de que hacemos cuenta en la pŠgina 135, que dice asŪ: ęmuy illustre seŮores: Antonia SŠnchez mujer de Juan Gutiťrrez Hidalgo vecina de la villa de Lebrixa beso las manos de vra. seŮorŪa y digo que a mucho tiempo que en la dicha villa e curado y curo de quebraduras de braÁo y piernas y el ldo. lvayza ynformado desto me mandů que curase y abrŠ mes y medio que el ldo. Rojas teniente del seŮor asistente en la tierra de vra. seŮorŪa me mandů que no curase diciendo que no estaba desaminada y sobre ello me prendiů y Š ruego de ciertas personas me soltů a vra. seŮorŪa suplico me haga merced de Ņmandar? que de aquŪ adelante ningunas ŅjustiÁias? pueda pedirme cosa alguna y me dexe libremente hazer mi ofiÁio porque sŪ de otra manera Ņpasa? no lo vzar mas.[100] LA CASA SEVILLANA EN LOS SIGLOS XIV, XV Y XVI Conjunto tan bello como genuino de elementos artŪsticos, que Š pesar de sus diversos orŪgenes, fueron peregrina y hŠbilmente combinados por el talento de nuestros obreros mudťjares y cristianos de pasadas centurias, elocuente expresiůn del refinado gusto de peritŪsimos artŪfices, fehacientes testimonios de la cultura general alcanzada que llegů Š resplandecer en todas las esferas, produciendo originales construcciones ataviadas con el mŠs depurado gusto decorativo, tales fueron las suntuosas moradas que edificaron los magnates y favoritos de la fortuna, en aquellos dias gloriosos, en que pudieron decir algunos de nuestros monarcas, que en sus dominios no se ponŪa el sol. Imposible es, atendidas las formas mezquinas y vulgares que desde hace mŠs de un siglo se emplean en las casas sevillanas por los constructores contemporŠneos (con rarŪsimas excepciones) formar concepto aproximado de lo que fueron aquellas grandiosas viviendas, que ya en los puntos mŠs cťntricos, como en los mŠs apartados de la ciudad, alzŠbanse para atestiguar la esplendidez de sus dueŮos, los cuales hicieron de Sevilla una de las mas famosas ciudades del mundo; y apenas, si juzgando, en vista de los pocos testimonios que al presente se conservan, podemos formar acabado concepto del carŠcter artŪstico que en ellas dominaba, de los diversos ornatos que las embellecŪan, de los mil objetos que atesoraban, constituyendo cada una de ellas inapreciable Museo, en que lo mismo las Bellas Artes, que las obras artŪstico-industriales lucŪan en toda su plenitud. MŠs para venir en conocimiento de lo que fueron y para apreciarlas en todo su valor, hay que tener en cuenta, precisamente, las exigencias de aquellas costumbres, el aspecto general de la edificaciůn, la traza y proporciones de sus calles; y contando ya con estos antecedentes y con los datos que nos suministran los papeles viejos, podremos intentar, una casi restauraciůn de la antigua ciudad, Š partir del siglo XIV, que estimamos ha de aproximarse no poco Š la verdad. Reconquistada Sevilla en 1248, no hay que pensar que en un siglo hubiese experimentado una, ni radical ni apreciable transformaciůn; por oponerse Š ello circunstancias tan atendibles, como fueron las de haber continuado morando en ella parte numerosisima del vecindario musulman que prefiriů la condiciůn de mudejar al abandono de sus casas y haciendas y al ejercicio de sus profesiones. El hecho del truhan Pajas narrado en la Crůnica de San Fernando, asŪ lo confirma. AdemŠs, en ťpocas de turbulencias, de inquietudes y de militares empresas, cuando no podŪan gozarse todavŪa las ventajas de la paz, no era posible pensar en la realizaciůn de obras pķblicas, que ni las costumbres exigŪan ni los ciudadanos particularmente demandaban. La Sevilla de tiempos de Don Alonso X tuvo que ser la misma, ofreciů el mismo aspecto, que la de los monarcas sucesores, hasta llegados los comienzos del siglo XVI. ŅY cůmo fue? VeŠmoslo. Dentro del grandioso recinto de sus murallas, parecŪase una red de callejuelas estrechas, tortuosas y sombrias, que formaban verdadero laberinto, en que abundaban los callejones sin salida, con alguna que otra plazoleta Š que decian ębarreras,Ľ (ejemplos las de Alvar Negro y de los Marmolejos que ahora recordamos) las cuales formŠbanse delante de las casas mŠs principales para desahogo de estas. Las casas, no tenŪan mŠs que uno ů dos pisos sin balcones ni ventanas, ni mŠs huecos Š la calle, que algunas estrechas aspilleras y ventanillos, ů ajimeces, palabra, cuya significaciůn no era entonces la misma que se le dŠ hoy pues llamamos ajimez al vano gemelo, cuyos arcos se apoyan en una columna central; y entonces, los antiguos nombraron asŪ Š los vanos de cualquier forma, ocultos por un cierro, formado en sus lados y frente por tupidas celosias de madera, con su tejaroz, apoyado en canes de bastante vuelo, que proyectaban grandes sombrŪos batientes en aquella especie de caja calada, tras de la cual podŪase ver sin ser visto, como actualmente existen en muchas ciudades orientales. Aparte de estos pequeŮos respiraderos, abiertos al exterior, como hemos dicho, ni el mŠs insignificante detalle distraŪa los ojos en aquellos sucios ů blanqueados paredones, que remataban en tejados con enormes aleros y en su mayor nķmero en azoteas. Confirma este concepto el hecho siguiente: Cuando se recibiů en Sevilla la nueva de la toma de MŠlaga, en Cabildo celebrado Š 24 de Agosto de 1487, dispuso la Ciudad la celebraciůn de grandes fiestas, y para conocimiento de los vecinos se mandů pregonar en las Gradas y en las Plazas de San Francisco y de la Alfalfa, la parte que Š aquellos correspondŪa tomar en el pķblico regocijo, diciendo asŪ el pregonero: ęasymismo mandan (los seŮores del Concejo) questa noche e maŮana sŠbado en la noche todos los que pudiesen fagan fogueras y pongan fachones encendidos por sus aÁoteas y ventanas y candelas encendidas a sus puertas e fagan grandes alegrias por manera que se muestre el plazer de la vitoria que dios ha dado al Rey nro. SeŮor y Š toda la xpitiandad lo cual todo fagan y cumplan sopena de dos mill mrs. Š cada vno que lo contrario fiziere.Ľ Nůtese bien que para nada se habla de balcones. En cambio del pobre aspecto, que imaginamos, las casas mŠs humildes tenŪan entonces sus desahogos de corrales, huertos y jardines, por encima de cuyas tapias erguŪanse balanceando sus elegantes ů melancůlicas copas las palmeras y los cipreses, ů bien embalsamaban el aire con el perfume de sus azahares los naranjos y limoneros. A raiz de la reconquista estableciťronse en Sevilla numerosas comunidades monŠsticas de ambos sexos, muchas de ellas no tardaron en construir sus casas y templos, y otras por lo pronto, adaptarŪan Š sus necesidades los edificios que los monarcas les donaran. Unos y otros ofrecieron el mismo aspecto exterior que las edificaciones urbanas: altos y desmantelados paredones: y cuando aumentaron sus necesidades y adquirieron casas y edificios situados al opuesto lado de la calle, los arquillos y pasadizos facilitaron el trŠnsito de una parte Š la otra, repitiťndose este caso frecuentemente aun entre los particulares. AsŪ pues, el aspecto de la poblaciůn con la estrechez laberŪntica de sus calles, la pobreza exterior de sus casas y de tanto edificio religioso, con los densos batientes que proyectaban los arquillos, y los volados aleros y los ajimeces, debiů ser lůbrego y triste, sobre todo, desde que el crepķsculo de la tarde comenzaba Š envolver la ciudad en las sombras precursoras de la noche. En cuanto al trŠnsito por las calles, ya entrada aquťlla, corrŪanse serios riesgos, contando con los montones de basura, con los grandes hoyos y con los cantos rodados que salŪan al paso. AsŪ nos figuramos ęmutatis mutandisĽ Š la Sevilla de los siglos XIV y XV, en cuanto al exterior de sus edificios, porque aquellas frŪas y desmanteladas viviendas, interiormente no debŪan serlo. Algunos restos que aun se conservan de casas de aquella ťpoca en Toledo y en Granada, leves vestigios en las de Cůrdoba y Sevilla, y sobretodo, el conocimiento general que nos ofrece la historia del arte, comprobado por la lectura de los documentos de la ťpoca y el de las costumbres de entonces, asŪ como los caracteres generales que distinguieron Š aquella sociedad, mitad cristiana y mitad sarracena, nos dan la clave para reconstituir tambiťn el interior de sus casas. El criterio que acerca de este punto ha tiempo abrigŠbamos, vŪmoslo comprobado en una excursiůn que hicimos Š TŠnger y Š TetuŠn. Cuando dimos vista Š ambas ciudades, cuando recorrŪamos aquellas sucias, estrechas y terrizas callejas, cuando penetramos en algunas de sus casas, Š cada paso, Š cada momento nos afirmŠbamos mŠs y mŠs en que lo mismo que aquellas ciudades, debiů ser la nuestra, hasta que el renacimiento italiano comenzů Š ejercer su influencia en la PenŪnsula. Tomando por base la estructura y disposiciůn interior de las viviendas africanas, y las mismas que ofrecen todavia las nuestras en las ciudades andaluzas, y estudiando los vestigios que en ťstas han podido salvarse de la destrucciůn, no puede caber duda que unas y otras fueron y son hermanas, pudiendo completar y restaurar las sevillanas con poco temor de incurrir en graves errores. Franqueadas las siempre pequeŮas puertas de ingreso, que mŠs bien llamarŪamos postigos, y el zaguŠn de dimensiones proporcionadas con el resto de la vivienda, penetramos en el patio, constituido por galerŪas altas y bajas con arcos inscritos en sendo arrabaes, bien de ojiva tumida ů de medio punto peraltados, que volteaban, ora sobre pilares de ladrillo agramilado ů de planta exagonal ķ octogonal ora sobre fustes de mŠrmoles de distintos diŠmetros, y Š veces, hasta de desigual altura; diferencia que se salvaba, enterrando los fustes hasta dejarlos al nivel del piso, pues, importaba poco Š los constructores que tuviesen ů no basas, asŪ como que los capiteles correspondiesen Š un mismo orden ů estilo, porque aprovechaban todo material que se les ofrecŪa sin el menor escrķpulo. Precisamente, en un monumento de la importancia de nuestro AlcŠzar, hallamos numerosos ejemplos de estas libertades constructivas. Siguiendo el gusto sarraceno debiů ser frecuente festonear los arcos con adornos lobulados ů angrelados de yeso ů estuco asŪ como los intradoses y enjutas, todo ello labrado Š lo ęmusaycoĽ (que asŪ llamaban Š lo morisco) en finas yeserŪas. Las maderas de las techumbres de estas galerŪas bajas, lo mismo que las de las altas, serŪan de parihuelos apoyados en un friso ů arrocabe pintado mŠs ů menos ricamente, segķn el lujo de los dueŮos y con dorados racimos estalactŪticos en los Šngulos de los corredores. Ancho friso, tambiťn de yeserŪa, con bellas combinaciones geomťtricas, limitados en sus partes superior ť inferior con inscripciones africanas ů cķficas, rodearŪan las galerŪas por bajo del arrocabe y anŠlogo decorado servirŪa de marco ů arraba Š los vanos de las puertas y Š los de las ventanas ů Š los ajimeces que daban luz Š las ętarbeasĽ ů salas, las cuales, cuando tenŪan ciertas dimensiones, llamŠbanlas ępalacios.Ľ Si decoraron los zůcalos de las citadas galerŪas bajas, hiciťronlo, seguramente, con azulejos de mosŠico, primer procedimiento con que se manifestů esta parte tan bella, de la industria cerŠmica. En cuanto Š los suelos, puede afirmarse que emplearon peregrinas combinaciones de ladrillos y azulejos, ya formando labores geomťtricas de estrellerŪa polŪcroma incrustada en aquellos, ya de los pequeŮos ladrillos cuadrados, conocidos con el nombre de olambres ķ olambrillas, ya finalmente, de azulejos tan solo. En medio de los patios habŪa tazas de marmol muy estendidas y de poca altura, de la cual brotaba alegre surtidor de agua. A veces el centro del patio estaba terrizo, en forma de jardŪn, con sus bojes, mirtos y arrayanes, sus Šrboles frutales, sus cipreses y palmeras, jazmŪnes y granados y en el verano la odorŪfera albahaca. El interior de las estancias nos lo figuramos decorado con zůcalos de azulejos, frisos de yeserŪas y techumbres de alfarje ů de policromadas vigas y los muros blanqueados con cal, cubiertos de sargas, de guadameciles ů de tapicerŪas, segķn la fortuna de los dueŮos. En cuanto al portage, debiů ser, ya de maderas taraceadas, ya con clavazůn de hierro ů ya con adornos pintados de vivos colores.[101] Las galerŪas altas, generalmente, estaban formadas por pilares de madera con grandes zapatas que recibŪan el tejado de gran vuelo, y con barandas ů antepechos tambiťn de madera, de mŠrmol ů de ladrillo, siendo muy anŠloga la decoraciůn de las salas altas con las de la planta baja. Como ejemplos de los ķltimos podrŪan citarse los patios de Sta. MarŪa de la RŠbida y de San Isidoro del Campo. He aqui Š grandes rasgos, lector amigo, cůmo he imaginado que serŪan las buenas casas sevillanas durante el siglo XIV hasta llegar Š las postrimerŪas del XV; ťpoca en la cual, su aspecto exterior especialmente, variů por completo, pues asŪ lo exigŪan la transformaciůn de las costumbres y el radical cambio operado, lo mismo en las Bellas Artes que en las industrias artŪsticas, por la avasalladora influencia del Renacimiento italiano, que bien pronto hubo de dominar en el arte de la construcciůn. Las relaciones Ūntimas que desde hacŪa tiempo, sostenŪanse entre nuestra patria y aquella privilegiada regiůn, cuna del arte, como consecuencias de gloriosas conquistas realizadas por nuestros capitanes, contribuyeron eficazmente Š hacer extensivo dicho influjo, y asŪ no es de extraŮar, que magnates tan calificados como los Duques de Arcos y de AlcalŠ, los Marqueses de Ayamonte y de la Algaba, el Conde de Gelves, Don Fernando Colůn, y otros mŠs que serŪa prolijo enumerar, aceptando de buen grado dichas influencias, acudieran Š artistas italianos, unos para que les labrasen las ricas portadas, fuentes y columnas de sus casas, otros sus sepulcros ů retablos para las capillas de que eran patronos, y todos ellos para que decorasen Š la manera italiana las estancias y salones de sus palacios. El gusto florentino, especialmente, se enseŮoreů de nuestra ciudad, y entonces aquellos pobres y desmantelados muros de las casas del siglo XV fueron enriquecidos con monumentales portadas de marmol ů de piedra franca, con sus cuerpos arquitectůnicos, con sus herŠldicos escudos sostenidos por tenantes, con sus ricas pilastras y frontoncillos, y en suma, con todos los variados y esplťndidos ornatos que caracterizan el llamado estilo plateresco. En vez de mezquinos ventanillos con misteriosas celosias, distribuyťronse en las fachadas proporcionados vanos para balcones y ventanas, decorados con sendas pilastras y frontispicios arquillos con sus robustos y cincelados barandales de hierro, apoyados en labradas tornapuntas; las otras con magnificos herrajes enriquecidos con volutas y tarjas, flameros, geniecillos y pirŠmides; y las reglas eurŪtmicas mŠs acomodadas Š los principios del viejo clasicismo, aplicŠronse Š las nuevas casas, prestŠndoles un aspecto tan majestuoso como rico.[102] Cierto, que en este periodo no olvidamos los sevillanos las antiguas tradiciones tan arraigadas entre nosotros; y sostenidas por tanto y tanto artifice mudejar como vivŪa aķn en Sevilla, descendientes de aquellos ętornadizosĽ que si bien encubrŪan su nombre sarraceno bajo los mŠs vulgares, y Š veces ilustres apellidos cristianos, sus primorosas obras delataban Š tiro de ballesta su origen muslŪmico; y asŪ se comprende, que, al mismo tiempo que nuestros arquitectos, (que entonces se contentaban con ser llamados ęmaestros mayores de albaŮeria ů de canterŪa)Ľ aceptaban sin escrķpulo las nuevas enseŮanzas, no tenŪan empacho en que se manifestasen vivos los recuerdos del arte sarraceno, de lo cual resultů un estilo tan artŪstico como original el ķnico verdaderamente genuino de AndalucŪa, que bien puede ser llamado ęmudťjar plateresco,Ľ del cual poseemos inapreciables ejemplares en las casas-palacios de los Duques de AlcalŠ, de Arcos, de Medina Sidonia y de Alba en las de los Marqueses de Ayamonte y de la Algaba, del Conde de Gelves, en las de los JŠureguis, Quirůs, Arias de Saavedra, Marmolejos, Pinelos, Vazquez de Leca, Levanto, MaŮara y otros, todas las cuales fueron suntuosas viviendas, en las cuales halla el curioso inequŪvocos rasgos que acreditan la fusiůn de los elementos decorativos platerescos, de filiaciůn italiana, con los moriscos y ojivales, que de igual modo que en las viviendas, desplegaron su risueŮa y peregrina pompa en las edificaciones religiosas, en templos, monasterios y santuarios y ahŪ tenemos la mayor parte de los salones de la planta alta de nuestro regio AlcŠzar, edificados en los primeros tiempos del Emperador, que acreditan nuestro aserto, ofreciťndonos techumbres de traza sarracena con decoraciůn plateresca de cuyo mismo gusto son los hermosos frisos de yeserŪa que corren alrededor de los muros. En prueba de lo dicho acerca de las diferencias que hubo entre las casas sevillanas del siglo XIV, y las del XVI vťase lo que dice el historiador Morgado, en el capŪtulo que lleva el siguiente epŪgrafe ęDel nuevo adorno exterior de las casas de Sevilla ... etc. Todos los vecinos de Sevilla ęlabran ya las casas Š la calle,Ľ lo cual da mucho lustre Š la ciudad. Porque en tiempos pasados todo el edificar ęera dentro del cuerpo de las casas, sin curar de lo exterior segķn que hallaron Š Sevilla de tiempo de Moros. Mas ya en estos, hacen entretenimiento de autoridad tanto ventanaje con rejas y gelosias de mil maneras que salen Š la calle.Ľ No puede ser mŠs decisiva la confirmaciůn que hace Morgado de los conceptos que venimos sosteniendo, pero vťase tambiťn como aun los sevillanos no perdian la costumbre de las moriscas ęgelosiasĽ. En otro lugar de la misma obra aŮade: ęY assŪ no son las casas de Sevilla tan altas como las de Castilla la Vieja, porque de ser la ciudad tan hķmeda y caliente, de industria las edifican sus moradores algo bajas, Š fin de que las entren mejor los aires y desta causa abiertas y en Patios y Corredores. Lo cual tambiťn hacen por causa de las humedades porque mejor puede el sol baŮar todas las calles y casas, que Š no edificarse en esta forma, forzosamente fuera Sevilla de invierno mŠs hķmeda y frŪa y de verano mŠs calurosa. Y asŪ son de ver los admirables reparos para contra los calores, que hay en la mayor parte de las casas desta gran ciudad, por sus muchos jardines, con sus encaŮados revestidos de mil juguetes de jazmines, rosales, cidros y naranjos, de industria apanados que como los mirtos forman tambiťn grandes tablas y mesas muy llanas en todas las variedades de rosas y flores que se dan en Sevilla todo el discurso del aŮo ... Los patios de las casas (que casi en todas las hay) tienen los suelos de ladrillos raspados y entre la gente mŠs curiosa de azulejos con sus pilares de marmol etc. Habla tambiťn Morgado de las fuentes de los patios con sus tazas de mŠrmol y jaspe; asŪ como de las macetas de diferentes hierbas odorŪferas con que siempre fuť costumbre adornarlos. Al penetrar en algunas de las buenas casas sevillanas del siglo XVI, pasado el gran zaguan empedrado que servŪa para apeadero de carrozas y de caballos (ejemplo las casas de Alba, los Pinelos, Pilato etc.) sorprťndennos las hermosas proporciones de sus patios principales, con arquerŪas de medio punto peraltadas, sostenidas por columnas de marmol blanco de iguales dimensiones, con sus basas y capiteles ya platerescos, ya de los llamados sevillanos ů de moŮo, en su mayor parte procedentes de Gťnova; siendo de advertir que las arquerŪas no las vemos arrancar inmediatamente del Šbaco del capitel sino que apoyan en un macizo de material de forma cķbica, que suelen ostentar en cada uno de sus frentes, sendos escudos de yeso ů de mŠrmol, que aquŪ llamamos sota-capiteles. Dichas arquerŪas se ven, por lo general, adornadas en sus intradoses con yeserŪas, cuyos motivos, ů son de estilo de renacimiento ů mudťjares, como asŪ mismo, los recuadros (arrabaes) en que cada uno de dichos arcos hŠllase inscrito. Zůcalos de azulejos, no ya de mosaico (aliceres) sino de cuenca, guarnecŪan los muros hasta una altura conveniente, mientras que en la parte superior de los mismos corrian los indispensables frisos de yeso platerescos ů moriscos, siendo de advertir que en algunos de ťstos, hechos ya Š fines del siglo XVI, las inscripciones, africanas, por lo general, no son mŠs que decorativas, sin valor fonťtico ninguno, prueba de que ya iban perdiťndose las tradiciones sarracenas. BellŪsimos adornos, tambiťn de yeso, guarnecŪan los vanos de puertas y ventanas: los primeros en forma de arrabŠa, haciťndose extensivos Š las enjutas, en cuyos centros lucŪan escudos familiares ů Šureas con cabezas de damas y guerreros, mientras que en las segundas aparecen adornadas en forma de marco. En cuanto Š los pavimentos de los corredores y centro del patio, eran de ladrillos, combinados con olambrillas ů con cintas de azulejos formando bellas lacerŪas, de las que se conservan preciosos restos en la Casa de Alba. Las puertas de las salas, las de las ventanas ů de los ajimeces eran de taracea, de talla moriscas ů pintadas: ejemplos de las primeras en las casas de Pilato en la de Alba y en el AlcŠzar y de las segundas en la sala de ęProfundisĽ del Convento de Sta. Inťs, de que mŠs adelante hablamos. Los techos fueron de lacerias ů de parihuelos pintados por sus tres caras, al claroscuro, con fantasŪas platerescas, combinadas con motivos sarracenos; y en las tabicas los monogramas gůticos de ihs xps. ů MarŪa. PiŮas ů racimos estalactŪticos dorados completaban la decoraciůn. Tambiťn fueron muy frecuentes los techos de azulejos llamados de ęladrillo por tablaĽ ocupando los espacios de las viguerŪas en forma de casetones. Por ķltimo, en los comienzos del siglo XVI se pintaron techos planos al claroscuro, con dibujos de lacerŪas o con casetones de estilo plateresco. Fuentes de mŠrmoles ů revestidas de azulejos completaban la artŪstica decoraciůn del patio. El interior de las salas era muy anŠlogo; techumbres mudťjares, frisos de yeso, con cuyo material, ů estuco grabado, como se ve en la Alhambra, decorarŪanse las paredes, cuando no con guadameciles, sargas ů tapicerŪas de Arras Š que llamaban paŮos de ęrrŠs,Ľ introduciťndose en esta ťpoca el adorno de los muros con variados asuntos ępintados al fresco ů al templeĽ de los cuales se han descubierto restos en la casa de Pilato, y acerca de cuya decoraciůn creemos interesante consignar algunos datos, por su curiosidad. En 1511 el pintor Francisco Ximťnez contratů con el Veinticuatro Juan de Torres hacerle una obra, juntamente con su ęescuderoĽ (oficial) en el patio de la casa de dicho seŮor, la cual serŪa pintada al temple ęal altura que va comenÁando en vn cabo de portal por manera que sea conforme Š ello.Ľ ObligŠbase Š ęechar los colores finos por esta manera, quel verde que pusiere en las fresas (Ņfrisos?) donde las armas vinieren e de otras que se an de repartyr sin las armas sean todas metŪdas de su verde cardenillo en blanco con su azeyte e barniz por manera que la primera mano sea por ynprimadura e la otra mano sea mŠs oscura e que sean sacadas sus fojas e encima dada la otra mano en tras Ņfloria? de cardenŪllo puro de manera que todas tres manos sean dadas con su azeyte e barniz ... Iten mŠs el maestro pintor questa obra tomase meta todo el azul que en el dicho patyo fuese menester assy en ataderos como en escudos como en todo lo que fuese menester e sy algo en el patyo oviese que le diese el agua meta de azul al fresco por manera quel agua no lo lleve e el azul que sea bueno de cabeÁa fina. Iten que meta los campos de la corona de su verde de a dos manos como dho. es arriba e esto se entiende de dentro de los ęgolfinesĽ[103] de las macollas e asy mismo algunos campos del cuerpo aÁul en los lugares que viere el maestro ques menester echarse. Iten ... que pinte dentro de las fresas donde oviese escudos vnos lexos buenos e de buen arte en que vaya cielo e tierra e agua e arboles ť verduras e ... otras cosas que se contienen para ellos.Ľ Por este documento vemos que 1511 habŪa entrado ya de lleno el gusto italiano en las casas sevillanas: Ņpues, Š cual sino Š este, pertenecen las ęarmasĽ (escudos) rodeadas de sus ęfresas,Ľ que acaso llamarŪan asŪ Š las guirnaldas circulares ů lŠureas, pintadas con verde cardenillo, con sus hojas del mismo color y con los ataderos de los escudos, que no eran otra cosa mŠs que las elegantes cintas, que despuťs de sujetar las hojas volaban sobre el fondo general con los mŠs caprichosos giros?[104] SebastiŠn de Hojeda y Alonso de Salas obligŠronse Š pintar en las casas de Melchor de CornŪeles en 1553 lo siguiente: ęPrimeramente el corredor que estŠ Š la entrada de la puerta con todo el patio Š la redonda con el portal que hace a la subida de la escalera de dos varas con corona y todo de un alizer de figuras de ęromanoĽ y haciendo vn repartimiento de un tablero de figuras de romano[105] y otro de figuras de colores[106] muy buenas y subidas.Ľ Los corredores altos irŪan pintados conforme los bajos. En los rincones (Ņenjutas?) obligŠbanse Š hacer unas medallas, en los arranques de los arcos altos y bajos y en los desvanes y alficares[107] de su romano bien hechas y de buena obra por dentro y fuera de los arcos. PintarŪan tambiťn seis suelos (techos) de corredores altos y bajos de artesones conforme a buena obra y subidos colores y los albedenes[108] de las salas altas y bajas ęque sean de sus albernaques[109] conforme a buena obra y que se echen sus alizares que parescan azulejos.Ľ PintarŪan la escalera de arriba abajo como lo del patio, todo al temple, con huevo ęporque queden fixas las coloresĽ de manera que el agua ni las pudiese daŮar ů despintar.[110] En esta obra trŠtase indudablemente de una decoraciůn mudťjar plateresca. En 1551 Francisco MartŪnez y Alonso HernŠndez hicieron en compaŮia cierta obra de pintura en casa de Alonso Medina, que consistiů en una danÁa ęde arcos (arquerŪa) alta e baxa de medallas,Ľ esto es, adornada con cabezas ů bustos de varůn y de mujer,[111] motivos frecuentŪsimos en todas las obras decorativas de la ťpoca. Hiciťronse tambiťn extensivas las pinturas Š los tableros de las puertas[112] conservŠndose una bellŪsima muestra de este gťnero en las de la sala llamada de ęProfundisĽ en el monasterio de Sta. Inťs de esta ciudad. Ofrecen los tableros exteriores, encerrados en sendas lŠureas, los escudos de los FernŠndez Coronel ť interiormente las imŠgenes de San Francisco de AsŪs y de Sta. Clara, resaltando sobre primorosos y elegantes adornos ojivales. Las galerŪas altas de aquellas suntuosas viviendas hallŠbanse al descubierto, y nuestros abuelos no reparaban en salir Š los corredores los dŪas de invierno, desafiando las pulmonŪas. Dada la disposiciůn de aquellas casas, con sus grandes patios, con sus galerŪas altas abiertas, sin puertas de cristales; Ņcůmo se defenderŪan del frŪo nuestros antepasados, preguntarŠ alguien? Pues en nuestro concepto con grandes braseros de azofar, de cobre ů de plata y con enormes chimeneas, en cuyos hogares ardŪan cargas de leŮa. En ninguna de las casas seŮoriales sevillanas se conservan ni aquťllos ni ťstas. Han desaparecido; sin embargo, hace aŮos, vimos en la casa de los seŮores Condes de la Mejorada, en calle Bustos Tavera, una chimenea, de sencilla traza, adornada con yeserŪas de estilo renacimiento, y ťsta, hay que suponer que no serŪa la ķnica que hubo en la ciudad. Por todo lo que llevamos dicho, echarŠ de ver el lector cůmo se verificů en Sevilla la fusiůn de los estilos gůtico y sarraceno (ya unidos estrechamente desde el siglo XIV) con el estilo importado de Italia, asŪ como tambiťn si compara las casas de aquella centuria con las de la dťcimasexta se persuadirŠ que la transformaciůn esencial se verificů en las nuestras exteriormente, en sus fachadas, porque la traza general fuť casi la misma en ambas ťpocas y que su decoraciůn tuvo que tomar un nuevo aspecto, al recibir los modelos y motivos que nos fueron importados de Italia, los cuales, tan hŠbilmente supieron combinar, no sůlo los maestros de albaŮilerŪa, sino en general todos los artŪfices andaluces. Si penetramos en cualquiera de los aposentos de aquellas esplťndidas moradas, observaremos Š la primera ojeada la estrecha uniůn del viejo con el nuevo estilo; pues, si en unos cautivan la vista las yeserŪas y azulejos moriscos ů de tradiciůn gůtica y los techos de alfarje ricamente pintados y dorados, en otros, todos estos pormenores pertenecen al gusto italiano, observŠndose, frecuentemente, en las obras de carpinterŪa, como techos y puertas, que las trazas son moriscas y los ornatos platerescos ů viceversa[113]. Los carpinteros de lo blanco eran entonces tan hŠbiles para combinar el mŠs complicado alfarje de 16 ů 18 lazos, como la mŠs suntuosa techumbre de casetones cuadrados, exagonales, ķ octůgonos, realzados de riquŪsimas molduras y valientes florones, cuando nů con bustos y hasta cuerpos enteros de damas ů de varones, ya en alto relieve, ya exentos por completo, ů bien con escudos encerrados en elegantes lŠureas ů tarjas. Las amplias escaleras ofrecŪan asŪ mismo ricos techos semiesfťricos ů de artesůn, ricamente pintados y dorados y zůcalos de azulejerŪa, la cual empleŠbase tambiťn en las tabicas de los pirlanes y en los asientos labrados de material que ocupaban en los descansos, los gruesos de muros. Para comprobaciůn de cuanto dejamos dicho poseemos en Sevilla en primer lugar nuestro regio AlcŠzar, en cuyas techumbres, yeserŪas, zůcalos de azulejos, portages etc. verŠ el lector estrechamente unidos los elementos sarracenos con los cristianos, siguiendo luego en importancia las Casas de ęPilatoĽ y de Alba con las demŠs que antes enumeramos, en alguna de las cuales predominan los motivos platerescos sobre los mudťjares, como en la de los Pinelos, y en otras como las citadas, entran estos en segundo lugar. Fuera de Sevilla sŪ podemos citar un tipo de casa esencialmente plateresco, bellŪsimo por cierto, y acreedor Š una monografŪa, que por lo menos nos conserve su memoria, pues, dado el relativo abandono en que se encuentra, sinů desaparece, sufrirŠ las consecuencias de restauraciones que la priven de su carŠcter primitivo adulterando sus preciosos ornatos. Nos referimos Š la casita del Sr. CapellŠn de la iglesia del Santo Sepulcro, que forma parte de la monumental Colegiata de Osuna. Puede decirse que es una casa en miniatura, un pequeŮo modelo de vivienda construido por un artista enamorado del estilo de renacimiento, que bien merecŪa ser copiado por el inteligente y entusiasta arquitecto de esta ciudad don AnŪbal GonzŠlez, restaurador de las buenas tradiciones del genuino arte sevillano. Dicha construcciůn, data průximamente, de los primeros aŮos de la segunda mitad del siglo XVI. ŅQuť diremos por ķltimo del moblaje? No uno, sino muchos capŪtulos serŪan precisos para dar una idea de los tesoros acumulados en las casas sevillanas por sus opulentos dueŮos, de los cuales nos dan razůn muy minuciosa los inventarios de la ťpoca. Ya dijimos que pinturas, tapices y guadameciles adornaban los muros; aplicŠndose tambiťn los unos y los otros para los reposteros con que se cabrŪan las sillas, bancos y camas: las antepuertas (cortinas) cojines y frontales de altar hacŪanse tambiťn de guadamecŪ. Alfombras de Persia, del Cairo y de fŠbricas espaŮolas, cubrŪan los suelos, pescantes de hierro ů lŠmparas repujado con el mismo primor de la plata, y tambiťn de este preciado metal, sostenŪan los cirios ů vasos de cristal para aceite que daban luz Š las estancias, y los arcones hŠbilmente esculpidos en Flandes, en Italia ů de taracea espaŮola y los retablos y oratorios (trŪpticos) debidos Š los pinceles de insignes maestros extranjeros ů nacionales ů de inapreciables esmaltes, y los aparadores atestados de plata repujada y esmaltada y los vidrios de Venecia y la loza dorada de MŠlaga, Valencia, Granada ů Sevilla y los bufetes y escritorios italianos con maravillosas incrustaciones, ů los de labor morisca y las talladas sillas con sus asientos y espaldares de dorado cuero ů de terciopelo con sobrepuestos adornos de seda, y las riquŪsimas armas y los retratos de tamaŮo natural obras de celebrados pintores y las talladas estanterŪas destinadas Š custodiar libros ęescritos de manoĽ ů impresos ķ objetos raros y de gran valor artŪstico, (monedas, camafeos, etc.) procedentes de las regiones mŠs apartadas, y las mesas ricamente esculpidas y cubiertas de tela de brocado, de Florencia, de terciopelo, con pasamanos de oro ů de guadamecŪ, ostentando los escudos de la Casa, que asimismo se veŪan en ricos cofres de cuero con calados herrajes, y otros innumerables objetos de tan singular valor intrŪnseco como artŪstico, contribuŪan poderosamente al esplendor de aquellas artŪsticas moradas, en los siglos XV y XVI. Basta, pues, lo dicho para que aproximadamente se pueda formar juicio de la riqueza que atesoraron las casas sevillanas en el siglo XVI, bien distinta, ciertamente, de las contemporŠneas. El espŪritu de destrucciůn, hijo de la ignorancia que ha dominado en todas las clases sociales, y el ridŪculo culto rendido Š las novedades extranjeras, trajo consigo el menosprecio, por estos inapreciables objetos del moblaje que eran vendidos ů trocados miserablemente. En cuanto Š las casas, de una parte la desvinculaciůn, de otra el afŠn de modernizarlo todo que ha dominado durante el siglo XIX, y que por desgracia sigue enseŮoreŠndose de las mŠs importantes poblaciones andaluzas, ha producido, como era natural, los mŠs funestos resultados, al punto que nuestras casas perdieron ya los originales y artŪsticos rasgos que las distinguŪan de las del resto de Europa, y que hoy se consideren como raros los ejemplares que nos restan de aquellas hermosas mansiones. Se ha destruido por destruir, en muchos casos sin necesidad, por una salvaje complacencia; se ha declarado implacable guerra Š todo ęlo viejoĽ, a tŪtulo de supuestas necesidades, invocando mezquinos intereses, sin reparar que lo que desaparecŪa era tan peculiar de nosotros, que no lo habŪa en parte ninguna, y que lo edificado, modernamente, entra de lleno en el concepto de lo vulgarŪsimo, de lo insignificante. He aquŪ lo conseguido, destruyůse lo inapreciable y en cambio Ņquť vale lo que se ha creado? Casas para vecinos con trazas de cuarteles, viviendas de tres ů cuatro pisos, sin patios, sin luz, sin aire, con proporciones de castillejos, vanos distribuidos con infantil simetria, pobres adornos de yeso de muy dudoso gusto, herrajes de tiritaŮa, muros y paramentos lisos, y algunos mŠrmoles blancos, azules ů rojos, aplicados Š solerŪas y zůcalos. En cuanto al interior, mŠs antiartŪstico es, aun, el aspecto que ofrecen nuestras casas modernas. Lisas paredes pintadas con medias tintas, cielos rasos en los techos, sencillŪsimos portajes de pino, solerŪas de cemento, de barros de colores ů de mŠrmol y ... nada mŠs. Con esto se contentan las gentes y prefieren estas vulgaridades al seŮorial y bello aspecto de las casas antiguas, que sin escrķpulo derriban, para construir sobre ellas los menguados engendros del modernismo. Se ha extraviado el gusto hasta lo inverosŪmil, precisamente hoy que tanto se alardea de cultura, que la facilidad de comunicaciones con todos los pueblos debŪa contribuir Š que supiťramos apreciar el valor de lo que nos legaron nuestros abuelos para estimarlo y conservarlo con el mayor cariŮo ... Justo es consignar, que, en los ķltimos aŮos del siglo XIX comenzů Š realizarse un esplťndido renacimiento del gusto antiguo, labrŠndose opulentas mansiones, algunas de las cuales supera en riqueza decorativa Š las mŠs famosas del siglo XVI; quede por consiguiente para el maŮana la menciůn de ellas, y tributemos un entusiasta aplauso Š los seŮores don Miguel y don Javier SŠnchez Dalp, Marquťs de la Motilla y de VŪllamarta, Condes de Aguiar y de Torralva, Sres. don Eduardo de Ibarra y doŮa Regla Manjon, como restauradores de las gloriosas tradiciones constructoras sevillanas, sin olvidarnos del seŮor don Pedro ZubirŪa, que aun cuando ha preferido emplear en su casa el gusto francťs moderno, lo ha hecho tan suntuosamente, que dejando aparte exagerados exclusivismos, debťmosle reconocimiento los sevillanos por haber contribuido al esplendor de esta ciudad, rompiendo los estrechos moldes de rutinarios constructores. Yantares Ha sido achaque de todos los pueblos, de todas las personas en particular y en todos los tiempos, ejercer los deberes de la hospitalidad con la mayor bizarrŪa y esplendidez, llegando Š veces hasta el sacrificio, y cuando la estrechez y la falta de recursos no han permitido agasajar dignamente al huesped, lo mismo los pueblos que los individuos, hasta han empeŮado sus rentas, prefiriendo tales quebrantos antes de no cumplir generosamente con las exigencias de tan noble costumbre. La historia de nuestra ciudad ofrece innumerables testimonios de su esplendidez; ya cuando se trataba de recibir monarcas y personas reales, ya en los convites que celebraba para solemnizar acontecimientos gloriosos, ya al cumplir con los preceptos ineludibles de la hospitalidad, si se trataba de extranjeros. En todos estos casos puede decirse que no se paraba en barras y que fŠcilmente tiraba la casa por la ventana, pues, fuť siempre caracterŪstico de la tierra el rumbo, hasta llegar al derroche, al despilfarro que conduce Š la ruina. Sin embargo, las costumbres de todos los tiempos no han sido siempre las mismas, y como aquťllas son las que dan la pŠuta Š los hombres para todos sus actos, hay que tener muy en cuenta cuŠles fueron aquťllas, si se ha de juzgar con acierto lo que nuestros pasados hicieron. La sociedad espaŮola, en general, de los siglos XIV y XV fuť una mezcla de moderaciůn y sobriedad por una parte y de esplendor y lujo en otras, que no se compadecen, fŠcilmente, ambas tendencias. Mientras que en las personas el vestir era ostentoso y cuanto al traje y militares arreos se referŪa, llegaba Š un grado de riqueza singular, en cambio, contentŠbanse con una mesa sencilla, frugal, sin los arrequives introducidos por el moderno refinamiento. Carnes, volaterŪa y pescados sazonados como hoy decimos, muy al natural, sin los mil compuestos condimentos de la cocina moderna, legumbres y bastos, aunque apetitosos dulces, vinos puros y generosos, frutas etc., eran los fundamentos por decirlo, asŪ de los yantares de aquellos sůbrios varones; y Š medida que los tiempos avanzaron fueron quilatŠndose los placeres de la mesa con las finuras del paladar hasta los venturosos tiempos presentes en que la ęquŪmicaĽ ha sustituido muchas principales sustancias alimenticias por exquisitas drogas, falsificando aquellas con una sorprendente habilidad en sus relaciones con la vista y con el paladar. Refiriťndonos Š tiempos, ya muy viejos, veamos como el esplťndido Concejo sevillano cumpliů con los deberes de la hospitalidad y proveyů al sustento de algunos calificados huťspedes. En la noche del viernes 21 de Julio de 1402 entrů en esta ciudad el moro Helile mensajero del rey de Granada, acompaŮado de otros tres, pasando en ella siete dŪas mientras esperaba la respuesta que el corregidor alguacil y regidores habŪan de darle de las cartas que trajo del dicho rey granadino, que serŪan probablemente relativas Š treguas. En su virtud, la Ciudad disputo que su Mayordomo Juan MartŪnez, se hiciese cargo de les gastos del hospedaje y ťste diů la siguiente relaciůn de ellos Š los Contadores del Concejo en esta forma: ęViernes, en la noche 21 dŪas de Julio aŮo del nasÁimiento de nro. saluador ihu. xpo. de 1402, llegů Š Seuilla dicho mensajero. En este dŪa les enviť una fanega de cebada que costů 15 mrs. Envieles dos pares de gallinas que costaron 24 mrs. Envieles mŠs pan e fruta e vino que costů 10 mrs. SŠbado 22 dŪas del dho. mes de Julio les enviť dos pares de gallinas que costaron 24 mrs. En este dŪa les enviť pan e melones, e fruta e vino que costů 15 mrs. Domingo 23, les enviť un par de gallinas que costaron 12 mrs. En este dŪa les enviť pan, vino e fruta e melones que costaron 18 mrs. y 5 dineros. * * * * * Los restantes dŪas fueron agasajados con las mismas vituallas. En los dŪas 25 y 26 de Julio se les diů ademŠs un cuarto de carnero, sin olvidarse de la cebada para las cabalgaduras. Segķn la cuenta del Mayordomo, todos los gastos del hospedaje montaron Š 278 mrs. y 5 dineros, corta suma en verdad, que solo podemos esplicarnos por la sobriedad de costumbres de la ťpoca, mŠs bien que por exigencia de la religiůn de los huťspedes, que, como se ha visto, no tenŪan escrķpulos en ęempinar el codoĽ Š pesar de la prohibiciůn corŠnica. En este mismo aŮo, de 1402, el lunes 18 de Septiembre, llegů Š Sevilla un embajador del rey de benamarquŪn (ŅBenimarŪn?) llamado Hadael melque aben locay alcaide de Marruecos, que iba de paso para la corte acompaŮado de otros cinco moros y tres cristianos, mŠs un leůn que de presente llevaban Š los reyes. Cinco dŪas posaron en Sevilla y durante ellos las partidas de mantenimientos, son anŠlogas Š las del documento anterior, aumentadas con las ollas que les enviaron para cocinar, y ademŠs especias, carbon, ciruelas, paja y carne de vaca para el leůn. Diez y ocho aŮos despuťs, del 1420, tenemos noticia de una comilona cŪvico-religiosa que se relata bajo el epŪgrafe siguiente: ęEstos son los mrs. que yo pero ruyz (Ņescribano?) del rey di e despendi por mandado de Ruy peres desquivel e alfon fernŠndez del marmolejo en la yantar que ovieron los seŮores de sevilla en la cofradŪa que ordenaron a onrra e rreuerencia de las virgenes santa yusta e santta rrofina en la qual mandaron guisar de comer para quarenta personasĽ. Veamos lo que comieron y bebieron aquellos buenos seŮores: 80 pares de pollos Š 4 mrs. el par. 21 par de pollas Š 7 mrs. el par. 20 pares de gallinas Š 8 mrs. el par.[114] * * * * * 2 terneras 150 mrs. 40 piezas de vacas dos libras cada pieza. 40 mrs. 1 arroba de vino de villarreal que bebieron los seŮores cuando salieron de las biesperas 15 mrs. 3 arrobas de vino de la sierra que bebieron todos ęlos otrosĽ[115] que y (allŪ) estaban 23 mrs. Peras e cermenas (cermeŮas) porque comieron quando salieron de las dichas biesperas 17 mrs. Costaron endrinas[116] para la yantar 3 mrs. Costaron figos 20 mrs. Costaron 200 peras para la yantar las 100 Š 4 dineros cada una, 30 mrs. las otras 100 a dos dineros cada una que son todas 50 mrs. Costaron 150 limones 7 mrs. Costo agraz e perejil e cebollas e ajos e oregano e vinagre para las ollas e para echar la ternera en adobo 15 mrs. Costo un Ņderraso? de manteca 3 mrs. Costo arrope para las gallinas menudas 2 mrs. Costo sal blanca para las masas para lo que fuť menester 1 maravedŪs. Costo arroz para el manjar blanco 6 mrs.[117] Dos onÁas de aÁafrŠn, 24 maravedŪs. Una onÁa de gengibre Ņ6 dineros? Dos onÁas de canela, 5 mrs. Quatro onÁas de pimienta, 4 mrs. Matalauua, Ņ6 dineros? Seis aÁumbres de leche, 6 mrs. Mostaza, un mrs. Vino blanco e bermejo de villarreal e de la sierra para la yantar 210 mrs. Melones, 20 mrs. Pan, 45 mrs. Tocino para los pollos, 25 mrs. Carbůn para el manjar blanco, 6 maravedŪs. Costaron de alquiler, 60 tajadores de madera[118] 30 mrs. Costaron de alquiler de cuatro barras de fierro para asar la ternera 10 mrs. Costaron de alquiler dos calderas de cofradŪa para asar la vaca e la ternera con sus aparejos 10 mrs. Costaron 60 haltamices blancos de barro 20 mrs. Quarenta salseretas blancas 8 mrs. Veyntiquatro picheles verdes para vino 13 mrs. Veinte jarrillos para dar agua 4 mrs. Dos jarras grandes bermejas para enfriar el vino 4 mrs. Seis ollas grandes de tanjar 30 mrs. Tres esteras de enea en que estendiesen la vianda.[119] Costů agua dulce (Ņhidromiel?) para cocinar e para el vino 6 mrs. Costaron traer ędos cargas de enea para echar donde comieronĽ(2). 6 mrs. DŪ Š los cocineros e a los once que ayudaron a esto 40 mrs. DŪ Š los juglares 30 mrs. Costaron las candelas blancas en que ovo 63 libras a 6 mrs. la libra ęe la quarentena con la marŪaĽ 6 mrs. y un dinero.Ľ[120] Lib. del Mayordomazgo mayor de 1420. Conociendo un poco las costumbres de la ťpoca, puťdese fŠcilmente reconstituir el cuadro que formaron los Sres. del Concejo sevillano, fundadores de la cofradŪa de Stas. Justa y Rufina, con los demŠs cofrades invitados al yantar con que se festejaban y festejaban Š las Patronas de la Ciudad, que pecaba de sobrio, si lo comparamos con los refinamientos y exquisiteces de la cocina moderna, pues, ya vemos que los comensales se contentaron con pollos y gallinas, vaca, ternera, manjar blanco, frutas, vinillo de villarreal y de la sierra, suprimiendo, quizŠ por cara, la nieve, que ya entonces estaba muy en uso, no obstante que esta comilona tuvo que efectuarse en un mes de los estivales, Š juzgar por las frutas que se sirvieron. Y sin embargo, no tuvieron empacho en dar 30 maravedises Š los juglares que amenizaron la reuniůn con sus mķsicas y cantigas. Parcos anduvieron tambiťn en materia de dulces, pues aparte del ęarrope para las gallinasĽ combinaciůn verdaderamente diabůlica, digestible solo para aquellos estůmagos, y del manjar blanco, ni siquiera endulzaron sus paladares con alguna frutilla de sarten, bien enmelada, ů con finos alfeŮiques ů piezas de alaju. Uno de los pormenores mŠs curiosos de esta cuenta, es, sin duda, el de las esteras de eneas que hicieron veces de manteles y las dos cargas del mismo vegetal que debiů servir de asiento Š los comensales; costumbre poco extraŮa Š partir de los dŪas de D. Alonso X, que siguieron monarcas y particulares, tomŠndola de los sarracenos, y de la cual podrŪan citarse muchos ejemplos. * * * * * Con ocasiůn de las bodas de Enrique IV, Š 20 de Mayo de 1455 diů Sevilla un mandamiento Š su Mayordomo, en el cual leemos: ęque por quanto el rey nro. seŮor nos enbio mandar que sy plasiese e seruiÁio le deseauamos faserle enbiasemos para las bodas que su seŮoria agora auŪa de celebrar en la Áibdad de cordoua algunos perfumes e agua de azahar e pescado e asymismo algunas enpanadillas de aÁucar e asymesmo enbiasemos ciertas cargas de pescadoĽ. El Cabildo acordů en la fecha citada enviarlo todo, ordenando que las empanadillas ęfuesen las mŠs nobles que se pudieran.Ľ He aquŪ la lista de todas las vituallas y demŠs cosas con que la Ciudad agasajů Š sus Reyes, aquellas mŠs selectas y escogidas que las del Yantar de los cofrades de Stas. Justa y Rufina. ęSeys tortas de aÁucar a 225 mrs. cada una 1350. Diez caxas de diacitrůn[121] a 110 mrs. Cinco arrobas de dŠtiles a 200 mrs. 1000. Mil e doscientas enpanadillas de aÁucar e doradas a 4 mrs y 1/2 5400. Ocho mil panecillos con ciertos juegos de axedrez de perfumes 1200 mrs. Dos arrouas de agua de azahar e otras dos arrouas de agua de rosada con algalia e almisque 1000 mrs. (Siguen dos partidas con el gasto de la hechura de unas cŠxas). Mil ostras 350 mrs. Veynte dosenas de langostinos 80 mrs. Seys berrugantes e tres coruinas 500 mrs. Una banasta de sardinas 300 mrs. Ochenta salmonetes 360 mrs. e mŠs otros treynta que se pusieron en pan. Una banasta de acedŪas 600 mrs. Media palometa 50 mrs. * * * * * El costo total de lo servido montů Š 16.065 mrs. Fiestas y regocijos pķblicos Dedicamos algunas pŠginas anteriores Š la gran fiesta religiosa del ęCorpus ChristiĽ y ahora vamos Š tratar de otras profanas de que nos dan noticia los documentos de nuestros Archivos, en los cuales se reflejan las costumbres de los tiempos, viťndose por las notas que vamos Š consignar cůmo se fueron modificando, hasta cambiar por completo, los gustos, aficiones y tendencias populares. Procesiones religiosas en muchos casos, juegos de caŮas, justas y torneos, corridas de toros y de sortijas, cucaŮas, fueron los principales regocijos que despertaban el interťs de todas las clases en los siglos XV y XVI y con ellos se solemnizaban las visitas de Personas Reales Š la Ciudad, y sus natalicios, las buenas nuevas traidas por los mensajeros, de nuestros triunfos obtenidos contra los sarracenos, asŪ como por las proclamaciones y bodas de los Reyes, por los dŪas de Santas Justa y Rufina, de Santiago, San Clemente, Santa MarŪa de Agosto, (que asŪ llamaban entonces Š la Virgen de los Reyes), por las canonizaciones ů beatificaciones de Santos, tomas de posesiůn de Asistentes y Regentes, recibimiento de Prelados etc. Durante la guerra de Granada fuť tambiťn motivo de pķblico regocijo, la entrada del Pendon Real de la Ciudad, victorioso de las muchas gloriosas jornadas en que tomů parte, como se juzgarŠ por los datos que adelante consignamos. Para las alegrŪas que en esta ciudad se hicieron por las bodas de Don Juan II con DoŮa MarŪa de Aragůn, en 1420 se lidiaron toros se hizo un palenque para justar ęante la puerta del alcaÁar do fasen el audienciaĽ ů sea en el espacio que ocupa actualmente la Plaza del Triunfo, pues, el lugar de las audiencias hallŠbase junto al arco de entrada al Patio de Banderas. Con gran jķbilo recibiů Sevilla la nueva del nacimiento de la infanta DoŮa Catalina, hija de aquellos monarcas, y siguiendo la costumbre de entonces, el Concejo diů 10000 mrs. de albricias Š DoŮa Mencia Tellez criada de la reina, acordando celebrar pķblicos regocijos, cuyo gasto se especifica en la forma siguiente: ępor dos tablados que se pusieron el vno delante de las gradas (las de la Catedral) y el otro a la puerta del AlcŠÁar 910 mrs. por quatro arrobas de vino para los seŮores a 64 mrs. la arroba 256. por otras quatro arrobas de vino blanco para la otra gente a 25 mrs. 100. (suprimimos las partidas referentes Š conducciůn de materiales). por cincuenta libras de peros para los jugadores de las caŮas e el domingo en la tarde a 2 mrs. la libra 100. por veinte libras de peros para los seŮores a dos mrs. la libra e otras cuarenta libras para la otra gente a un maravedŪ 80. por seis celemines de castaŮas a cinco mrs. el celemŪn 30 mrs. e por las tortas 20 mrs. que son 50. a cuatro carpinteros que fisieron las barreras a 30 mrs. cada vno e que se gouernasen e mŠs a 4 moros a 15 mrs. cada vno 180. a sancho rruys carpintero[122] que fizo la barrera de los seŮores 20. por la madera que se furtů de la barrera de los toros con alguna que se tomů para adobar la puerta do estaban los toros etc. 216. por seis toros que se lidiaron a la puerta del alcaÁar 3000. fecha del libramiento 22 noviembre de 1423Ľ. AnŠlogas fiestas de justas, toros y caŮas se celebraron en 1425 por el nacimiento de Enrique IV y de las cuentas del Mayordomazgo Mayor constan los particulares siguientes: ęcostaron 30 varas de justar[123] a 40 mrs. la vara 1200. costaron 10 rroquetes e goÁetes para las dhas. varas a 100 mrs. cada un roquete e goÁete que son 1000. costaron 10 arandelas para las dichas varas a 60 mrs. cada vna que son 600. costaron 10 agujas para las dichas varas 60 mrsĽ. que diů al ome que puso la tabla para la justa 100 mrs. Siguen partidas de vino y de peras y termina con la siguiente, bien extraŮa por cierto. ęcostů vna libra de matahalua (sic) Ņmatalahuga?Ľ. Tambiťn celebrů justas esta ciudad para solemnizar el nacimiento del infante Don Alonso, expidiťndose libramiento al mayordomo del Cabildo, en 24 de Febrero de 1454 en que se mandů Š Pedro FernŠndez Marmolejo Veinticuatro y Procurador mayor de la Ciudad y al Jurado Antůn GonzŠlez de Almonte fiel ejecutor, ęque fiziese tomar e tomase el paŮo que entendiesen que fuese menester para la tela en que se auŪan de faser las dhas. justas las quales tomaron de pero de xerez trapero e de ferrando martinez tondidor dos pieÁas e media de paŮo azul e pardillo de que se puso la dha. tela el qual dho. paŮo monto segund lo ellos igualaron 4250 mrs. a raÁůn de 1700 mrs. cada pieÁa.Ľ Tuvo lugar la justa en las Gradas y hubo procesiones, se corrieron sortijas y se lidiaron diez toros delante de las puertas del AlcŠzar, por acuerdo de 3 de Diciembre de 1453. En cabildo de 12 de Agosto de 1455 se acordaron los gastos con que habia de festejarse la visita del Rey Don Enrique IV y de su mujer DoŮa Juana de Portugal, que montaron la suma de 500.000 mrs. citŠndose entre ellos el costo de la justa con la joya que se diů de premio Š los caballeros que en ella tomaron parte, que fuť el de 39.400 mrs. asŪ como el de 25.000 tuvieron los veinte toros que se lidiaron. Curiosos son los pormenores de la cuenta de otros gastos, no solo por el conocimiento de lo que la Ciudad hizo, sino por el del sťquito palatino que acompaŮů Š los monarcas en aquella ocasiůn. Cien mil mrs. Š la Reyna como obsequio ů dŠdiva de la Ciudad. Cincuenta mil Š los oficiales de las Casas Reales en esta forma. ęA barrasa cauallerizo e aposentador de nro. seŮor el rey[124], 2000. A rodrigo de vera e a samaniego et a garcia lebrůn et a francisco, aposentadores 8000. A los reposteros de camas 4000. A los porteros 3500. A los reposteros de estrados 1500. A la cobigera 2000. A los reposteros de plata 1500. A los reyes de armas los quales son seuilla y toledo 4000. A los trompetas 3000. A fernando de torres 1700. A juan de lara e juan martinez ballesteros de cauallo 1500. A los coperos 1500. A los monteros despinosa 2000. A los monteros de la guarda de ventura 1500. Al aguadero 300. A gonzalo deslaua portero del consejo 500. A gutier fernandez de alcala en cuenta de 6000 mrs. que la dha. cibdad le mando dar 4000. A los aposentadores e oficiales de la seŮora reyna 5000. AdemŠs pagů la Ciudad: Al comendador Alfonso Ortiz 77200 mrs. por el paŮo de brocado (paŮo) que diů el dŪa del recibimiento de la Reyna con los flecos, borlas, varas y ęotros aparejosĽ y para las antorchas que se dieron Š los regidores caballeros que venian con ella. Al Rey como obsequio de la Ciudad 223000 mrs. distribuidos en esta forma: ęel paŮo de brocado que a su alteza se ovo a dar el dŪa de su recibimiento 70000 mrs. e mas que le fizo seruiÁio la dha. Áibdad de mill doblas de oro castellanas que montaron a raÁon de 153 mrs. cada una 153000 mrs. En dinero contado que se diů Š las personas nombradas en vna copia firmada de Don Pedro de GuzmŠn y de MartŪn FernŠndez Alcaldes mayores y de Antůn DŪaz Quintero Veinticuatro y de los contadores de esta Ciudad 40700 mrs. que montů el gasto que se hizo por la justa ... ęcon la seda que se puso (por premio) para dar a los caballeros que mejor lo fasiesenĽ. A Juan SŠnchez Calderůn vecino de Sevilla 12000 mrs. por 24 varas de tapete de terciopelo que vendiů para darlo al Doctor Fernando DŪaz de Toledo ęoydor y refrendario de nro. seŮor el rey e su relator cuando la primera vez veno a esta Áibdad la cual dha. seda fue dada al dho. relator para vna ropa, por ciertos rejidores de esta Áibdad por nuestro mandado que la leuasen en enmienda de algunos trabajos quel dho. relator por seruiÁio de la dha. Áibdad ha pasado.Ľ Al mismo Calderůn 5500 mrs. por las telas, una de paŮo y otra de lienzo, que por mandato del Rey se pusieron (en el palenque) para justar, ęlos gentiles homes de su corte el dŪa de santa marŪa de agosto y el siguiente.Ľ A Ruiz SŠnchez de Huete 1360 mrs. por 17 varas de lanzas ęque diů con que justasen ciertos caballeros desta Áibdad ...Ľ y a IŮigo Lůpez astero 1860 mrs. ępor adereÁar las lanzas Ņpara dha. justa?Ľ Creemos, puede afirmarse, que el mŠs solemne recibimiento de monarcas y que los mŠs ostentosos festejos que celebrů Sevilla durante el siglo XV, fueron con ocasiůn de la visita de los Reyes Catůlicos, en 1477, durante la cual tuvo lugar el nacimiento del Principe Don Juan, cuyo bautizo se verificů con la mayor pompa, porque la naciůn entera cifrů en aquel todas sus esperanzas, sus mŠs vehementes anhelos de prosperidad y de venturas. Las dŠdivas que Sevilla hizo Š sus Reyes y Š las personas de su numeroso sťquito, capellanes aposentadores, reposteros de camas, trompetas, mozos de espuelas, reyes de armas, ballesteros de maza, cetreros, reposteros de capilla, monteros de espinosa, reposteros de plata, mozos de cŠmara y coperos; los enormes dispendios causados para la compra de las telas de brocados, sedas, terciopelos con que fueron ataviados los seŮores del Concejo, las que se invirtieron en el riquisimo palio que habŪa de cobijar Š los monarcas, y por ķltimo, lo que se gastů en lidiar toros y en las justas, montů mŠs de 200000 maravedises y de todo, al por menor, dimos noticia en nuestro folleto ęLos Reyes Catůlicos en Sevilla,Ľ por lo cual omitimos su repeticiůn, pues, nos proponemos consignar en este artŪculo solamente datos inťditos. Veamos ahora como recibiů Sevilla la gratŪsima nueva de la rendiciůn de MŠlaga, por boca de los seŮores del Concejo sevillano. ęviernes 24 de Agosto de 1487 aŮos, estando ayuntados dentro en el cabildo desta dha. Áibdad ques en el corral de los olmos el bachiller lorenÁo fernandez teniente de asistente y el licenciado francisco santillan comendador de merida y fernandarias de sayavedra e pedro mexia e melchor maldonado y diego de guzmŠn veynte e quatros de la dha. Áibdad y el alguacil fernando de morillo y Áiertos jurados de la dha. Áibdad el dho. teniente lorenÁo fernandez presento la carta que su alteza enbio a la dha. Áibdad en que le face saber de la toma de la Áibdad de malaga e de la vitoria que dios le dio en ella e leida mandaron que se apregonase publicamente con trompetas e atabales y mandaron apregonar lo siguiente: manda la dha. Áibdad con acuerdo del seŮor asistente que todos los veÁinos y moradores de la dha. Áibdad guarden maŮana sabado fasta medio dŪa como el dŪa santo del domingo y cesen de sus ofiÁios y labores asymismo que todas las cofradŪas con sus priostes e cofrades con sus candelas y sus cirios de las cofradŪas y con los pendones que sacan el dŪa de corpus xpi. y con las danÁas de espada vayan todos maŮana sabado a las seys oras del dŪa a la yglesia mayor para que de allŪ todos en procesiůn vayan delante de la procesiůn general con las cruzes e el seŮor arÁobispo que va en la dicha procesiůn a santiago el nuevo[125] desta dha. Áibdad la qual dha. procesiůn a de yr por cal de genoua a san franÁisco e cal de la syerpe e cal de las armas y la calle ancha de san viceynte que va a dar fasta la dha. iglesia de santiago. Et ęque barran esta tarde las dhas. calles por donde ha de yr la dha. procesiůn e cuelguen paŮos e paramentos por ellas. asymismo mandaron questa noche e maŮana sabado en la noche todos los que pudieren fagan fogueras y pongan fachones encendidos por sus aÁoteas y ventanas y candelas encendidas a sus puertas e fagan grandes alegrŪas por manera que se muestre el plazer de la vitoria que dios a dado al Rey nro. seŮor y a toda la xpitiandad lo qual todo fagan e cumplan sopena de dos mill mrs. a cada vno que lo contrario fiziere lo qual todo con la dha. carta de su alteza en presenÁia de los dhos. seŮores e demas ... se apregono en las gradas desta Áibdad y en la plaza de sant francisco y en el alfalfaĽ (Actas Capitulares). Otras veces cuando el acontecimiento que se celebraba no era tan importante, limitŠbase la procesiůn Š los alrededores de la Iglesia Mayor, como ocurriů con las tomas de Baza, Guadix y AlmerŪa. Desde muy antiguo solemnizŠbase la fiesta de Nra. Sra. de los Reyes, y tenemos una nota del aŮo de 1496 en la cual consta que el 14 de Agosto de dicho aŮo el Alguacil mayor de Sevilla Dn. Alfon de Guzman ęfizo fiesta en la plaza de San Francisco de juegos de caŮas y de toros asistiendo en ellas el sr. duque de medina sidonia el alcaide de los donceles y otros muy nobles caballeros.Ľ Pues veamos ahora como recibŪa la Ciudad Š su Pendůn Real, cuando regresaba victorioso de alguna expediciůn militar, con cuyo motivo desbordŠbanse el entusiasmo y alegrŪa populares. En cabildo de 14 de Mayo de 1501 se tratů de la forma de recibir la EnseŮa Real que volvŪa de la guerra de la Alpujarra, y despuťs de leŪda una carta del Conde de Cifuentes, dice el acta capitular del mencionado dŪa ęla qual (carta) vista e leyda el dho. pero fernandez e don alonso de guzman alguacil mayor dixeron que como oy viernes viene a la Áibdad e ha de entrar en ella la seŮa. de la Áibdad que fue a la dha. guerra que gelo fazian saber para que diesen orden en el recibimiento della sobre lo qual el dho. teniente e Regidores hablaron e acordaron que todos los del Regimiento salgan al recibimiento de la dha. seŮa. e para ello se faga el pregon siguiente: sepan todos como el pendon desta Áibdad que lleuo el seŮor conde de Áifuentes asystente desta Áibdad con la gente della a la guerra contra los moros de las serranŪas viene e entra en la Áibdad agora despues de las diez oras por ende la Áibdad con acuerdo del honrado licenciado lorenÁo comeŮo teniente de asystente por el dho. seŮor conde manda que todos los caualleros e hidalgos e escuderos e Áibdadanos de cauallo e de a pie desta Áibdad en repicando las campanas de la iglesia mayor de la dha. Áibdad salgan por la puerta de carmona con el Regimiento de la Áibdad a recibir el dho. pendon e asymismo salga toda la gente de cauallo e de pie que fue a la dha. guerra que ha venido a la Áibdad sopena de perder el sueldo que se le deue e al que no se le deuiere sopena de doscientos mrs. a cada vno. el qual dho. pregon fue fecho el dia viernes en la maŮana en las gradas de la iglesia de santa marŪa la mayor de la dha Áibdad e el dho pendon entro en la dha. Áibdad el dho. viernes catorze dias del dho. mes de mayo deste aŮo. Llegado el de 1509, con ocasiůn del recibimiento de D. Fernando el Catůlico, que fuť solemnŪsimo, hallamos ya introducidos nuevos festejos de que hasta entonces no hemos visto ejemplos, como fueron entre otros, la erecciůn de arcos triunfales, costumbre importada de Italia Š nuestro parecer, y las cucaŮas. Acerca de los primeros conocemos un mandamiento de la Ciudad Š su mayordomo Fernan Ruiz de Porras para que pagase ęa Alonso Rodriguez maestro mayor de la Santa Iglesia desta Áibdad o a quien su poder oviese 15000 mrs. que nos acordamos en el dho cabildo dele mandar dar e librar y el ha de a ver por el trabajo que puso en el fazer de los arcos e otras cosas que se fisieron por el recibimiento del rey nuestro seŮor por su venida que agora vino a esta Áibdad ... etc. 3 de Enero de 1509. Nada menos que 13 fueron los arcos que se erigieron, uno de ellos en la Alfalfa, lo cual sabemos, porque hemos visto un libramiento de la Ciudad (20 de Marzo de 1510) por el cual se dispuso pagar Š AgustŪn RodrŪguez ębaruero del alfalfaĽ 500 mrs. por el daŮo que se le hizo en los tejados ęquando se fizo el arco para la entrada del ReyĽ. El monarca por tanto debiů entrar por la Puerta de Carmona. En la cuenta de los gastos causados por el recibimiento constan los siguientes asientos: Asimismo al dho. juan garrote de nueve trallas de sogas a medio real la tralla 150 mrs. las quales fueron menester para el mastil que se puso en san franÁisco y para el corral de los toros y para los andamios.... Costaron ocho cabeÁas de cordeles ... para los paŮos de los andamios y la (tralla) que fue para enparejar los cauallos que corrieron la seda 40 mrs. Costo media arroba de sebo para enseuar el mastil de san franÁisco en que pusieron las calzas y el jubon (que se dieron por premio) a razon de 180 mrs. el arroua. A los marineros que pusieron el mastil en san franÁisco y el otro en la puerta de Xeres en que pusieron el terciopelo ambos mastiles medio ducado. * * * * * Que se dio a juan ruys carnicero para los ocho toros que trujo para correr y despues se los torno a lleuar 8500 mrs. Costaron seis varas de terciopelo verde para que corriesen los caualleros ... a precio cada vara de 825 mrs. Costaron dos varas de raso negro a ducado la vara y de un par de calÁas negras 12 reales las quales fueron para poner en el mastil de san franÁisco ... 1158 mrs. Si queremos conocer un nuevo festejo que vino Š aumentar el programa, como hoy decimos, de los sevillanos, tenemos que venir al aŮo 1521, en el cual tuvo lugar la elevaciůn Š la silla del imperio, del Cesar Carlos V. No solo hubo los conocidos hasta entonces, y mŠs en boga, como justas y toros, sino que por vez primera se corrieron regatas en el Guadalquivir y en las cucaŮas ů en las justas tomaron parte las mujeres de la mancebia[126] lo cual serŪa bien del agrado del pķblico. He aquŪ los documentos en que nos apoyamos. Con fecha 7 de Octubre de 1519 expidiů la Ciudad un mandamiento Š sus contadores, para que el Mayordomo Niculoso Despindola pagase 22578 mrs. por razůn de quatro varas de grana que compro a 800 mrs. la vara que monto 3200 mrs. e de tres varas de terciopelo verde que costo a 850 mrs. la vara que montan 2550 mrs. e de tres varas de raso negro a 340 mrs. la vara e mas de dos varas de damasco a 450 mrs. la vara que monta 900 mrs. e mas de 6 varas de terciopelo grana a 850 mrs. cada vara que montan 5100 mrs. mas de dos bernegales de plata[127] que pesaron 3 marcos e 6 onÁas e 3 reales e medio a razon de 2210 mrs. cada marco que monto 8408 mrs. e mas de la fechura 13000 mrs. que son 9708 mrs, que se dieron Š los justadores para las alegrŪas e fiestas que la dha. Áiudad mando que se hicieren por la bienaventurada nueva de la coronaciůn del emperador e rey nro. seŮor etc. AcompaŮa Š este documento una hoja suelta con el siguiente epigrafe: ęConoscemos los jurados diego de aŮasco y fernando de baŮuelos desta otra parte contenidos que rescibimos de vos niculoso despindola mayordomo de seuilla quatro varas de grana que corrieron ęlas mugeres de la manÁebŪaĽ en sabado seis dias deste mes de agosto mas rescibimos tres varas de terciopelo verde y tres varas de raso negro y dos varas de damasco negro que corrieron los barcos por el rio domingo siete dias deste mes de agosto y asymismo rescibimos seys varas de seda de francia que corrieron los caualleros de cauallo miercoles diez dias del mes de agosto fho. honze dias de agosto de 1519, diego de aŮasco rubrŪca ... de treuiŮo ... rubrica. Sigue la cuenta de las telas compradas Š varios mercaderes, autorizada por las firmas de Pedro Lůpez y Juan de Mesa y termina con la cuenta de los bernegales de plata, uno de los cuales se diů Š Francisco Tello ępor mejor justadorĽ y el otro Š Cepeda ępor mŠs galŠn.Ľ Al dorso hŠllase el mandamiento al Mayordomo Espindola para que comprase ante los contadores de la Ciudad como se acostumbra a hacer 3 varas de terciopelo 3 de raso, 2 de damasco ępara el palio que se a de correr el domingo primero que verna por el rio y 4 varas de grana para el palio que ęhanĽ de correr maŮana sabado ęlaĽ mujer de la mancebŪa (sic) lo qual es por las alegrŪas de la elecciůn del rey nro. seŮor emperador[128]. Muy conocidos son los pormenores de las fiestas con que celebrů Sevilla la visita del Emperador en 1526, entre ellos los siete arcos que se erigieron, pomposamente adornados con estŠtuas, inscripciones y pinturas, ejecutadas estas ķltimaspor los mŠs ilustres maestros de la Ciudad, entre ellos Alejo FernŠndez y Cristůbal de Morales. ZķŮiga nos ha trasmitido la memorŪa de aquellas solemnidades muy puntualmente y el Maestro Malara hŪzolo asŪmismo en su libro, de todos conocido, del Recibimiento de Felipe II, por tanto, como nada nuevo podrŪamos aŮadir Š ambas narraciones, omitimos tratar de dichos sucesos que no tuvieron rivales en ninguno de los del mismo gťnero celebrados posteriormente. En resumen; durante todo el siglo XV redujťronse los regocijos y fiestas populares Š juegos de caŮas y de sortijas, toros, torneos, procesiones lucidŪsimas en que tomaban parte los gremios con sus banderas, danzas de espadas, y comilonas en que la fruta y el vino blanco derrochŠbanse, como aconteciů cuando el bautizo del PrŪncipe D. Juan, hijo de los Reyes Catůlicos, pues entonces el Concejo gastů 12979 mrs. para pagar ęel pan e vino e fruta que fizo dar (la Ciudad) en la beuida e almuerzo que se diů el dia que fue bautizado el muy ilustre seŮor prŪncipe de Castilla a toda la gente que quiso venir a la casa de nro. cabildo a beuer el dho. dia con la juncia que se echo desde el alcaÁar real fasta la iglesia mayor.Ľ Llegado ya el siglo XVI, ademŠs de los festejos que se verificaron en el anterior, erŪjense arcos triunfales, en cuyos adornos competŪan el Arte y las Letras y los mŠs celebrados pintores, escultores, poetas y humanistas, animados de noble emulaciůn y estimulados por el espŪritu cultŪsimo de la ťpoca, dieron las mas brillantes muestras de pericia, de saber y de ingenio, revelŠndose ya claramente que la sociedad espaŮola, que antes disfrutů tan solo con los ejercicios corporales de fuerza y de destreza, rendŪa ya culto Š las manifestaciones del talento, aun cuando para halagar al pueblo continuasen los espectŠculos de cucaŮas y de regatas y los demŠs citados. En cuanto Š las justas, como reminiscencias del espiritu caballeresco de los siglos anteriores, todavŪa, Š principios del XVII, en el aŮo de 1618 gustaban los sevillanos de los torneos, como demuestra una peticiůn dirigida Š la Ciudad por Juan de Ojeda, sobre el pago de unos gastos que hizo en los torneos el dia de las Fiestas Reales, segķn consta del Acta Capitular de 13 de Julio de dho aŮo. LA FIESTA DEL CORPUS en el Convento de Madre de Dios Desde muy antiguos tiempos la comunidad de religiosas dominicas de aquella advocaciůn, celebrů, con gran pompa, la mencionada fiesta religiosa, de la cual confesamos que no hemos encontrado noticias en los cauchos papeles viejos que nuestra vista ha recorrido, y solo conocŪamos la ligera menciůn que de ella consignů en su obra, ęNoticia artŪstica de todos los edificios sevillanos,Ľ D. Fťlix GonzŠlez de Leůn, al tratar del referido monasterio, (pŠg. 166 de la 2.™ parte.) La casualidad hizo llegar Š nuestras manos algunos curiosos documentos, en los cuales, se contienen muy interesantes datos acerca de la dotaciůn de dicha fiesta y fundŠndonos en tan fidedignas fuentes, vamos Š facilitarlos Š los curiosos, conservando asŪ su memoria en estas pŠginas. La cubierta del manuscrito que poseemos, contiene el siguiente epŪgrafe. ęEscriptura que otorgo este Real Convento y D. Andrťs de Bandorne que contiene las condiciones y obligaciones que se hizieron para la prozesion de el Corpus Christi que este convento Real en cada vn aŮo zelebra.Ľ Hubo, pues, en Sevilla, ademŠs de la procesiůn solemne que celebraban ambos Cabildos en honra del Ssmo. Sacramento, otra muy lucida por cierto, costeada por las religiosas de Madre de Dios, cumpliendo las obligaciones contraidas con un piadoso y esplťndido dotador, las cuales vamos Š consignar, por que de su sola exposiciůn dedķcense los pormenores todos que intervenŪan en su realizaciůn, sin que tengamos que echar Š volar la fantasŪa con relatos mŠs ů menos verŪdicos. En 22 de Febrero de 1687 la Priora (Sor MarŪa de San Jerůnimo y Sandier) y religiosas del convento de Madre de Dios, con licencia del Rvdo. Padre Maestro Fr. Manuel de Sto. TomŠs, Prior Provincial de la Religiůn dominica, otorgaron una escritura en la cual dijeron: ęque por quanto el Capitan don Andrťs Vandorne[129] vecino desta dha. Ciudad en la Collazion de san Nicolas, mouido del zelo y devocion que tiene a el Augustisimo misterio del SantŪssimo Sacramento de la evcharistia nos da y entrega de sus propios bienes y caudal 3600 ducados de a onze reales cada vno, de moneda de vellon, para que este dho. convento los imponga y situe por su quenta y riesgo sobre todos los bienes que al presente tiene, y adelante tuuiese, y expesial sobre los que seran declarados en esta escritura, para que con los 180 ducados que redituan en cada vn aŮo a rrazon de 20000 el millar conforme a la nueua pregmatica de S. M.; nos obliguemos, y a este dho. convento, a tener manifiesto a su Divina Magestad a Missa mayor, visperas y completas el dŪa del Corpus Christi y todo los ocho dias de su octava de cada vn aŮo perpetuamente, hauiendo sermon, y el Domingo de la Infraoctaua y el dia octauo y aplicando por la yntencion del dho. Capitan don Andres Vandorne seis misas cantadas, cinco del SantŪssimo Sacramento y vna de Dominica, el sauado, todas dentro de la dicha octaua, haziendo una prozesion solemnŪsima por las calles ęcomo antiguamente solia salir deste dho. conventoĽ en vn Domingo de los del mes de Julio, el que fuese mas prosximo a el dia del SeŮor San Buenaventura, en el qual dia, se a de dezir missa cantada y sermon teniendo a su diuina Magestad manifiesto la qual dha prosesiůn se hauia de hazer por las partes y lugares y en la forma que por menor yra declarando en esta escriptura, lo qual se auia de empezar a cumplir y zelebrar en este presente aŮo de 1687 en adelante y lo mismo en cada vn aŮo, perpetuamente, para siempre jamas, todo lo qual hauŪendolo conferido y tratado en este dho. convento entre las Religiosas de el en tres diferentes dŪas, hauemos venido en aceptar dha. dotaciůn por ser de evidente vtilidad a este dho. convento etc. MŠs adelante dice: Iten nos obligamos de hazer una procesiůn solemnŪsima por las calles, ęcomo antiguamente solia salir deste dho. conventoĽ por todas sus canales (sic) sin Cruz de Parroquia, segun las Bullas y Priuilegos de nuestra sagrada Religiůn, que dha. prozesion a de hazer su extacion en esta forma: salir por la puerta grande de la Iglesia de este dho Convento y vaxar a la puerta reglar del, siguiendo luego la calle de su dormitorio y por el pazadiso[130] hasta la plazuela de su sachristia y boluer el esquina de la Iglesia hasta entrar por la Puerta principal, de a donde ha de salir, en la qual procesiůn a de yr manifiesto el SantŪsimo Sacramento y le han de acompaŮar vna Imagen de la sachratisima Reyna de los Angeles madre de Dios y seŮora nuestra, con su hijo preciosisimo en los brazos. Y el gloriosisimo Patriarcha seŮor Sancto Domingo, fundador de nuestra Sagrada Religion. Y la vien auenturada virgen Sancta Cathalina de Sena, cuyas Imagenes an de yr en sus pasos muy bien adornados sin que en ningun tiempo se pueda variar y quitar ni augmentar mas numero de pasos que los referidos, y a de acompaŮar en dha. prozesion al Sanctissimo Sacramento musica de cantores, y con cada paso de nuestra seŮora y los sanctos han de yr dos ministriles en cada vno. Y el numero de Religiosos y zera que pareziere competente a la descencia y acompaŮamiento de nuestro seŮor Sacramentado. Iten nos obligamos de lleuar en la dha. prozecion vna o dos danzas y disparar cantidad de Ruedas y Cohetes de fuego mientras se celebrase la missa y prozesion para mayor veneracion y Culto de tan Augustisimo misterio y conmouer los animos de los fieles a su mayor deuociůn. Iten la dha. prozecion nos obligamos de hazer por la tarde en vn domingo de los del mes de Julio de cada vn aŮo, perpetuamente, el que fuere mas prosximo a seŮor san Buenaventura, el qual dŪa a de hauer missa cantada y sermon del Sanctissimo Sacramento, y teniendo manifiesto a su Diuina Magestad la qual dha. Missa aplicamos desde luego por la yntenciůn del dho Capitan don Andres Vandorne, por uia de gratificaciůn de la limosna que por esta escriptura haze a este dho. Convento. Y si por algķn accidente de temporal no se pudiese hazer la dha. fiesta y sermon y prozecion en dho. dia nos obligamos de la hazer en el primer Domingo bacante despues del seŮalado y por ninguna causa que sea, se a de poder hazer dha. fiesta y prozesiůn de diez de Julio auajo, sino siempre se a de hazer y celebrar vn Domingo, de onze de Julio arriua. Item es calidad y condiziůn expresa de esta escriptura, mediante la qual ha tenido efecto el entregarnos el dho. Capitan don Andres Vandorne los dhos 3600 ducados para su doctacion, que si en algun tiempo este dho. Convento no cumpliese las dhas, fiestas, missas sermon y prozecion ... por el mismo caso este dho. Convento a de ser obligado como lo obligamos a boluer y restituyr los dhos. 3600 ducados y entregarlos al convento de sancta MarŪa la Real de esta dha. Ciudad ... para que con lo que redituaren hagan y cumplan en dho. convento todo lo contenido en esta escriptura.Ľ No satisfecho aun el piadoso Capitan Vandorne, por otra escritura otorgada en 27 de Septiembre de 1692 aumentů su dotaciůn con otros 3400 ducados obligŠndose el convento Š aumentar tambiťn el nķmero de las memorias, fiestas y sufragios convenidas en la primera escritura ť introduciendo en la procesiůn las novedades siguientes: ademŠs de las efigies de la Virgen MarŪa, Santo Domingo y Santa Catalina de Sena, se llevarŪan tambiťn las del NiŮo Jesķs, San Francisco y Santo TomŠs de Aquino, en sendos pasos, muy bien adornados; y si la Comunidad tuviese devociůn Š otro Santo, podrŪa tambiťn sacarlo. AdemŠs de los gigantes y danzas, irŪan doce niŮos con las hachas delante del guiůn y la mķsica de la Catedral, conviniendo las partes otorgantes en que el gasto que causasen los dos ministrŪles que acompaŮarŪan los pasos, segķn la primera escritura, se convertirŪa en mayor cantidad de fuegos artificiales que se quemarŪan durante la procesiůn. Tambiťn quedů revocada la condiciůn, de que si las religiosas de Madre de Dios no cumplŪan lo estipulado, entregasen los 700 ducados Š las de Santa MarŪa la Real, obligŠndose aquellas particularmente, y en justa correspondencia con las mercedes recibidas del fundador, Š aplicarle una de las tres partes del rosario que diariamente rezaba la comunidad. Para mŠs acabado conocimiento de lo que fueron estas fiestas, copiamos Š continuaciůn el siguiente certificado: ęGonzalo del Pozo Vrrego escribano del Rey nro. SeŮor vecino de esta ciudad de Sevilla doy fe que oy dia de la fecha siendo como las seys de la tarde, estando en el Real Convento de Monjas de Madre de Dios de esta Ciudad, que es del orden de Santo Domingo, en la CapŪlla maior de el, vi que del dho. convento salio la prozesion del Corpus, que todos los aŮos acostumbra hazer, la qual empezo a salir por la puerta principal de la Iglesia, y despues de auer salido los santos de la dha orden, se siguio la custodia, en la qual Ūba colocada la SSma. Cruz y despues ocho sacerdotes reuestidos, del Real Convento de San Pablo de esta Ciudad, a quienes doy fe conozco y tomaron sobre sus hombros los quŠtro de ellos las parŪguelas, en que iba puesto el SSmo. Sacramento, en vna Custodia, y reconoci no yr persona alguna debaxo de las dhas pariguelas, y andubo la dha. procesion al reedor del dho. Convento, e yo el presente escribano fui en ella, junto al Preste, y en las pausas que hizieron se remudaron los otros quatro sacerdotes, sin yr otra persona ni ponerse debaxo de las dhas. pariguelas, y en esta conformidad se celebro la dha. procesion, hasta llegar a poner los sacerdotes la dha Custodia en el sitio y lugar donde la tomaron, todo lo qual vi y reconoci, por auer asistido en dho. Real Convento de Madre de Dios desde las tres y media hasta cerca de la oracion, que se acauo la dha. procesion, y por auer passado asi, a mi el presente escribano me lo pidio por testimonio la parte del dho convento, y para que conste donde conuenga doy el presente en Seuilla a Treze de Julio de 1698. En testimonio de verdad--Gonzalo del Pozo--rķbrica, (papel del sello, 4.ļ de 10 mrs. del mismo aŮo.) Tales fueron sucintamente extractadas, las condiciones que se estipularon para celebrar la procesiůn del Corpus entre las mencionadas partes de la comunidad de Madre de Dios, y el Capitan Vandorne y dados los aumentos que tuvo por la escritura de 1692, debiů atraer la atenciůn de los sevillanos por su lucido acompaŮamiento, sus mķsicas y fuegos de artificio, sus numerosos pasos, sus gigantones y danzas. ExtraŮo es, por tanto, que la memoria de tal fiesta no sea mŠs conocida de los curiosos, pudiendo decir por nuestra parte que la sola noticia que de ella tuvimos la hallamos en la obra de D. Fťlix GonzŠlez de Leůn el cual le dedica los siguientes renglones: ęAdemŠs estŠ la Iglesia (de Madre de Dios) muy adornada porque su comunidad fuť muy rica y entre otras cosas dignas de recuerdo era la procesiůn del Corpus que celebraban por las calles todos los aŮos el segundo Domingo del mes de Julio, donde despuťs de las bellas imŠgenes de MontaŮťs y Roldan que conducŪan en parihuelas lo menos era la suma riqueza de los vestidos en telas y bordaduras y las muchas alhajas de oro y plata y pedrerŪa que llevaban y lo mŠs era la inmensidad de riquŪsimas flores contrahechas y otros adornos de que iban cubiertas las parihuelas y los arcos, bajo los cuales llevaban las imŠgenes que eran vistosŪsimos y de gran costo y trabajo.Ľ Estimulados por la curiosidad hemos acudido Š las religiosas de Madre de Dios y su priora actual la R. M. Sor Sto. Domingo bondadosamente nos ha facilitado el exŠmen del Libro de Caja que empieza en 1791 y dos de Manuales de los aŮos siguientes, en que constan todos los gastos que hacŪa el monasterio. Con los asientos que contienen podemos reconstituir la forma en que se celebraba la procesiůn, trazando el esplťndido cuadro que ofrecŪa la religiosa festividad. AnunciŠbase desde el dia de la vŪspera con mķsica de clarines y de un tambor, con acompaŮamiento de un alguacil y de un pregonero que recorrŪa las calles de la carrera anunciando la fiesta,[131] las cuales cubrŪanse de arrayŠn, y cuyas casas lucŪan ricas colgaduras, siendo entre todas las mŠs vistosas las tapicerŪas que adornaban los muros exteriores de la iglesia,[132] lanzŠndose cohetes que aumentaban la pķblica alegrŪa. AdemŠs repartŪanse cťdulas de convite y gratificŠbase Š cuatro soldados y Š un cabo que desde el amanecer del dia de la procesiůn guardaban la iglesia, en donde, pomposamente ataviados, hallŠbanse dispuestos los pasos, cuyo nķmero habŪa aumentado considerablemente, pues ademŠs de los que se convinieron sacar en las escrituras de 1687 y 1692 que comprendiů solamente Š las efigies de la Virgen con la adoraciůn de la Madre de Dios, Sto. Domingo y Sta. Catalina de Sena, el NiŮo Jesķs, San Francisco de AsŪs y Sto. TomŠs de Aquino, como en la segunda de aquellas quedaron autorizadas las religiosas para sacar otras imŠgenes de su mayor devociůn, aumentaron el nķmero de pasos, con los de la Virgen del Rosario, nuestra SeŮora de la MontaŮa, San Vicente Ferrer, Santa Rosa, ofreciendo tambiťn Š la pķblica veneraciůn otro en que se mostraba, sobre rica bandeja de plata, la cabeza del mŠrtir San Laureano, hecha del mismo rico metal. Basta solo este breve relato para comprender el esplendor con que se celebrů esta procesiůn en los ķltimos aŮos del siglo XVIII, realzado con la presencia de la que suponemos serŪa rica custodia, acompaŮada por numerosa clerecŪa y particulares, con sus cantores y mķsicas; sus nubes de incienso, sus cohetes y ruedas de fuegos artificiales, sus danzas y gigantones, sus ricos simpecados; en suma, con el jķbilo y regocijo que inundaba las almas de miles de espectadores que afluirŪan Š las calles de la carrera. Terminada la procesiůn, el convento servŪa un esplťndido refresco Š los sacerdotes y personas de calidad que en ella habŪan asistido. De todo esto no ha quedado apenas la memoria; y examinando los libros Manuales hallamos, que, en todos viene figurando el gasto de la procesiůn hasta el de 1835 en el cual ni se menciona siquiera. Aquellas ęauras de libertadĽ que entonces todo lo invadieron, borrando tantas y tantas pŠginas tan genuinamente sevillanas; al privar de sus rentas Š las comunidades les impidieron en absoluto cumplir las voluntades de generosos donantes; y las rentas que ťstas dejaron, arrebatadas Š sus legŪtimos dueŮos, han pasado Š poder de algķn insigne patriota que hoy se pavonea con ellas en nombre de la libertad. Tal ha sido el fin de la dotaciůn del generoso caballero Don Andrťs Vandorne. Coleccionistas antiguos Tiťnense hoy por nuevas muchas cosas que no lo son; y entre ellas, juzgan algunos que las aficiones que demuestran no pocos de reunir y coleccionar objetos artisticos, raros ů curiosos, son achaque de la cultura moderna, del refinamiento de nuestras costumbres ů nacidos puramente del capricho ķ originalidad con que ciertas gentes pretenden atraerse la atenciůn de los demas, en estos tiempos tan ansiosos de novedades, por estimar que apartŠndose de lo corriente y vulgar ganan plaza de hombres superiores y extraordinarios. Cierto, que, en nuestros dŪas es muy corriente decorar y amueblar las casas con objetos antiguos, pero esto no se hace, generalmente, ni por el noble afan de salvarlos de la destrucciůn, ni de recrearse con su vista, ni por el cariŮo que siente el coleccionista, sino, en la mayor parte de los casos, por pueril vanidad, porque ęes de moda y de buen tono,Ľ como hoy se dice, ostentarlos en la propia morada, aunque Š sus dueŮos ni se les alcance su significaciůn ů importancia, ni menos puedan dar razůn en caso de apuro, al ser interrogados respecto Š las ťpocas Š que correspondan, y por tanto, ni apreciar su mťrito ů su rareza. Lo que importa es poseerlos para pasar ante el vulgo de levita por opulento y por culto. No fueron ťstos los estŪmulos de los antiguos coleccionistas, ni lo son tampoco Š fť, los de los verdaderos aficionados contemporŠneos. Aquťllos y ťstos se afanaron y afanan en buscar y en reunir, inteligentemente, movidos del noble intento de evitar la pťrdida ů destrucciůn de ejemplares que importan al conocimiento de la historia de nuestras artes; y gracias Š ellos, se ha salvado en nuestra patria buen nķmero de objetos artŪsticos inapreciables, que sin la diligencia, el entusiasmo y el cariŮo de sus dueŮos, habrŪan ido Š aumentar los tesoros artisticos del extranjero. Cuando el Renacimiento se extendiů por Europa, y en los albores del siglo XVI invadiů con su poderoso aliento las comarcas espaŮolas, ofreciendo el grandioso espectŠculo de la transformaciůn del mundo viejo por un mundo nuevo, Š que contribuyeron capitales sucesos, adelantos y descubrimientos portentosos, despertůse entonces vivŪsimo entusiasmo por las investigaciones y estudios de la antigŁedad, y los mŠs esclarecidos ingenios afanŠronse por hacer surgir del lecho de polvo en que hasta entonces habŪan permanecido sepultadas en el olvido, las grandiosas formas del arte pagano, lo mismo en el concepto artŪstico que en el literario, apareciendo entonces aquella bizarrŪsima falanje de anticuarios, eruditos, humanistas, jurisconsultos y poetas, enamorados de la antigŁedad clŠsica que poblaron las universidades espaŮolas extendiendo por todas las clases el culto de las ciencias, de las letras y de las artes, despertŠndose nobilŪsima emulaciůn entre los mŠs ilustres ingenios italianos y espaŮoles. °Quť efecto no producirŪan en nuestros artistas, en nuestros capitanes y literatos los esplendores de las grandes ciudades italianas al visitarlas por vez primera! ŅCůmo extraŮar entonces que nuestros antepasados enamorŠndose de aquellas bellezas, se deleitaran con su estudio y ansiasen la posesiůn de aquellas preciosidades para transportarlas Š sus opulentas mansiones espaŮolas! Muchos ilustres varones sevillanos, influidos por la cultura italiana, se nos ofrecen ya desde aquella ťpoca como entusŪastas celeccionistas de libros, estampas, monedas, cuadros, armas, y en suma, de cuantos objetos artŪsticos ů curiosos podian adquirir, con los cuales al mismo tiempo que enriquecŪan sus moradas, servŪanles de enseŮanza y de gratŪsimo recreo, librŠndolas de las garras de la ignorancia! La historia nos ha trasmitido el recuerdo de algunos de ellos, ocupando hasta ahora el primer lugar el insigne Don Fernando Colůn, que como de todos es sabido, reuniů Š costa de gran suma de dinero, de infatigable diligencia y de singular erudiciůn una de las mŠs famosas bibliotecas del mundo, y, ademŠs, y ya este dato no es tan conocido, una numerosŪsima colecciůn de estampas que basta solo tener en cuenta la ťpoca en que por ťl fuť reunida, para estimarla inapreciable, y que si hoy existiese serŪa de un interťs capitalŪsimo artŪstica y tipogrŠficamente considerado. Dejů el insigne bibliůfilo otra prueba mŠs de su inteligencia y de su infatigable labor en el grueso volumen que contiene el CatŠlogo de dichas estampas, el cual en su primera hoja lleva M. S. el epŪgrafe siguiente, puesto, probablemente, por alguno de los bibliotecarios capitulares del siglo XVIII. ęDe picturis quas Colůn adquisiveratĽ en lo que no anduvo cierto quien lo escribiů, pues el CatŠlogo no fuť de pinturas, seguramente, sino de estampas; bastando para confirmar tal parecer el nķmero extraordinario de las que se describen y los epŪgrafes con que estŠn clasificadas, que indican los tamaŮos del papel y los diferentes grupos ů series que constituŪan la colecciůn; hecho todo con una minuciosidad, que asombra la suma de paciencia invertida reveladora del cariŮo con que don Fernando hizo el CatŠlogo[133]. Para que el lector pueda juzgar copiamos algunos asuntos: ęNuestro SeŮor desnudo y atado Š la columna, estanle aÁotando dos judios el que esta delante de el con la diestra tiene los aÁotes y en la siniestra la soga de la columa no se le parece el pulgar della y junto a el esta el juez en los Ņpechos? tiene dos botones, tiene en las manos un setro sobro que ... no se le paresce el pulgar della, es campo negro, ay lexosĽ (monograma dibujado por D. Fernando, de Alberto Durero y la fecha 1512.) ęNuestro SeŮor que lo han quitado de la Cruz y esta desnudo en cueros y con un paŮo, tiene tapadas sus verguenzas y esta echado sobre la falda de un santo que tiene la barba endida y larga y nuestra seŮora la diestra tiene debajo de la barba de nuestro seŮor que lo quiere besar y se le parece la siniestra ay un Ņnaviete? y un molino de viento.Ľ Monograma dibujado W. ęPar de una gran peŮa esta uno sentado que con la diestra ayuda a tener una como redoma a una muger luego esta una con una peŮa a las espaldas luego otra que tiene dos trompetas, luego otro que tiene la siniestra sobre un viejo vestido de pie que esta so un portal y en la siniestra del portal esta un hombre vestido ay lexo. Monograma de una M. y F. unidas.Ľ Las descripciones de muchos asuntos alegůricos, como este ķltimo, confirman el concepto de que no se describen cuadros, y ademŠs en ninguno de los asientos se mencionan colores de trajes, fondos de oro y otros pormenores, que, seguramente no habrŪa omitido D. Fernando tratŠndose de cuadros. ŅDůnde ha ido Š parar tan singular riqueza, preguntarŠ al lector? De aquellos miles de estampas no ha quedado una en Sevilla. Es mŠs, puede asegurarse que una vez ganado por el Cabildo el pleito Š los frailes de San Pablo y entregada por ťstos la Biblioteca, la Corporaciůn eclesiŠstica no recibiů la colecciůn de estampas, pues, en los varios autos capitulares en que se tratů del pleito, menciůnase solamente la ęLibrerŪa,Ľ y sin duda aquella no fuť tampoco Š poder de los frailes de San Pablo, antes habŪa volado yendo Š parar tal vez Š las manos del deudor de D. Fernando, el comerciante genovťs, Francisco Leardo[134]. Fuť uno de los průceres mŠs ilustres que honraron Š Sevilla el Duque de AlcalŠ D. PerafŠn de Rivera, el cual por la calidad de su extirpe, por el trato con los mŠs doctos varones de su ťpoca y por su cargo de Virrey de NŠpoles no pudo sustraerse al influjo cultŪsimo de su ťpoca, y al de la regiůn privilegiada en que ejerciů su mando, asŪ es que al morir, segķn el dicho de ZķŮiga ędejů lleno el mundo de su famaĽ y nosotros podrŪamos aŮadir que tambiťn su palacio de Sevilla con no pocos testimonios de su cultura y de su amor por las memorias artŪsticas del pasado, cuidŠndose de enriquecer con ellas su morada; y asŪ no es extraŮo, que, tomando tan noble ejemplo sus sucesores, hubiesen emulado en atesorar en la misma infinitos objetos de valŪa inapreciable para la historia y para el arte. Cuidůse, pues, el insigne sevillano de salvar de la destrucciůn preciados monumentos escultůricos que sirviesen de ornamento Š su Palacio, y Š Sevilla enviů gran nķmero de estŠtuas antiguas de Roma que le diů el PontŪfice PŪo V, las cuales, dice ZķŮiga, se ven en el patio y jardin de su palacio, con otras muchas insignes antiguallas, entre ellas unas que se afirman ser las estŠtuas mutiladas de Pasquino y Marfrodio, tan mentadas de Roma, en que nunca faltarŠ su memoria, y el sitio que ocuparon destinado Š los libelos y Pasquines, no fŠciles de hacer callar, ni al castigo ni al escarmiento. A 2 de Abril de 1572 muriů en NŠpoles tan ilustrado procer y su cadŠver transportado Š Sevilla, al siguiente aŮo recibiů cristiana sepultura en su Cartuja de las Cuevas, de cuya iglesia tenŪan el patronato los Duques de AlcalŠ, mediante acta notarial que fuť levantada, la cual, no nos parece fuera de proposito extractar en este lugar, por el interťs que despierta cuanto se relaciona con la memoria de los varones eminentes, y por ser la primera vez que vť la luz pķblica, el curioso documento: En 8 de Mayo de 1573 hallŠndose en la celda del Rdo. P.D. Hernando Pantoja prior de las Cuevas, testamentario que dijo ser del Excmo. seŮor don Pedro AfŠn de Ribera, Duque de AlcalŠ, Marquťs de Tarifa, Conde de los Molares, Adelantado Mayor de AndalucŪa y Visorey y CapitŠn General del Reyno de NŠpoles, difunto y estando presente Baltasar de Torres mayordomo que habŪa sido del dho. Duque y uno de los albaceas testamentarios del dho. Duque en lo que toca al Reyno de NŠpoles y en presencia de Juan Pťrez escribano de Su Majestad y pķblico de Sevilla y de los testigos y uso escritos: Baltasar de Torres hizo muestra al dho. prior de ęvn cofre redondo de vara y media de largo poco mas o menos con vna cubierta de baqueta, cerrado con su llaue y dixo que dentro en el dho. cofre que alli estaba presente traia y estava el cuerpo del dicho excelentŪsimo seŮor duque de alcala y que se le avia dado y entregado metido en el dho. cofre el muy reuerendo padre fray miguel ŅRani? guardian del monasterio de la cruz que diz que es de la orden de san francisco de la hoÁervancia en la dha ciudad de napoles para que lo truxesse a esta ciudad de Sevilla y lo entregase al dho. padre prior de las cuevas como tal albacea del dho. seŮor duque en cumplimiento de lo quel dexo dispuesto y hordenado por su testamento y que el en cumplimiento dello queria entregar el dho. cofre al dho. padre prior y luego fue abierto el dho. cofre y desliado y estava vn cuerpo que alli dixeron que hera del dho. seŮor duque de alcala y el dho baltasar de torres y diego melgarejo que ansi se dixo por su nombre caballerizo que dixo aver sido del dho. seŮor duque y francisco gonzalez clerigo presbitero capellan que dixo auer sido de su excelencia todos tres y cada vno de los sobre dhos. juraron a dios y a la cruz en forma del derecho quel dho. cuerpo de que allŪ hizo muestra el dho. baltasar de torres es el mismo cuerpo de su excelencia del dho. seŮor duque de alcala y alli lo mostraron y boluieron a liar como venia y lo metieron en el dicho cofre y se cerro y le dio y entrego el dicho baltasar de torres la llave del dicho cofre al dicho padre prior el qual se dio por entregado del dho. cofre y de la dha. llave.Ľ Siguen las diligencias de traslaciůn del cadŠver y de su depůsito en una bůveda, enterramiento del linaje de Rivera[135]. No dejů legŪtima descendencia el Duque D. PerafŠn, sucediťndole en los Estados de su casa, su hermano D. Fernando EnrŪquez de Ribera, el cual, asŪmismo que los tŪtulos y bienes de su antecesor, heredů el espŪritu de cultura de aquel, que supo quilatar, al punto de merecer los mayores encomios de sus contemporŠneos. De ťl pudo decir un ingenio sevillano lo siguiente: ęEntre los seŮalados varones en Letras naturales de Sevilla, pone D. NicolŠs Antonio al Excmo Sr. D. Fernando AfŠn de Ribera HenrŪquez, Duque de AlcalŠ ęNon tantum eruditioni evasit prśstans atque adeo eruditorum verus alta Mścenas.Ľ Fuť en tanto grado aficionado Š las Letras, que no tenia rato en el tiempo que vacaba Š los negocios pķblicos, en que el ocuparon los Sres. Reyes Catůlicos D. Felipe 3.ļ y D. Felipe 4.ļ, que no lo emplease en darse Š la lecciůn y estudios, no solo de buenas Letras, sino de las demŠs Ciencias, para cuyo fin juntů en su Palacio de Sevilla y en el de Bornos muchos y muy singulares Libros de que formů muy copiosas Librerias, siendo la de Sevilla una de las grandes del Reyno, no solamente por el nķmero de Libros que juntů, sino por constar de todas facultades y de exquisitos y raros Manuscritos, asŪ originales como copias, que puso en ellas, que aun hoy se conservan muchos de ellos, si bien deteriorados y disminuidos por la falta de la presencia de los Excmos. Sres. en quien recayů la Casa de AlcalŠ y descuido y poca aficiůn de los que lo han tenido Š su cuidado: y para solo poner la LibrerŪa, labrů el Duque una pieza, tambiťn de singular hermosura y grandeza, capaz de tanto nķmero de Libros, que adornů ęcon muchas EstŠtuas y piedras y monumentos antiguos,Ľ que aun hoy se ven algunos, aunque pocos, que juntů la curiosidad de este Principe, cuyo retrato se vť en la LibrerŪa, que hace recuerdo siempre que en ella se entra, de vn SeŮor que tanto supo honrar las letras[136].Ľ Basta decir en elogio de lo que debiů haber sido el tesoro bibliogrŠfico reunido por el Duque, que de ťl formaron parte las selectas librerŪas de Ambrosio de Morales y del Doctor Luciano de Negrůn,[137] segķn dice ZķŮiga (aŮo de 1637) consignando tambiťn que Š ellas agregů lo mŠs estimado que saliů en su tiempo en todas lenguas y profesiones y muchos raros manuscritos y otros estimados rastros de la antigŁedad en inscripciones, medallas, anillos y mucho de lo semejante (sic) tesoro que Š no auerse disipado en las peregrinaciones de su edad mayor en que traŪa siempre consigo los mŠs exquisitos para dar Š la curiosidad los ratos que sobrasen Š la obligaciůn y en el desavŪo de su muerte fuera vno de los mayores que ha visto juntos en la edad presente, no solo la EspaŮa sino la Europa toda.Ľ El docto Rodrigo Caro nos dice, tambiťn, que en la insigne Casa de Pilato reunieron sus dueŮos ęmuchas efigies de marmol de prŪncipes y varones insignes antiguos y dos grandes colosos de la diosa Palas y otra multitud de estŠtuas y despojes de la antigŁedad y el ExcelentŪsimo Duque Don Fernando Enriquez Afan de Rivera que hoy posee esta casa, ha juntado una gran librerŪa y en ella tantos volķmenes de todas ciencias y letras humanas, manuscritos y medallas antiguas que compite con las mŠs insignes del mundo.Ľ Quť paradero han tenido tantas riquezas bibliogrŠficas, artŪsticas y numismŠticas, ignůrase, y cuanta diligencia hemos tenido en averiguarlo ha sido esteril. Unicamente ha llegado Š nuestras manos una ęRelaciůn de las alhajas, Pinturas, EstŠtuas y demŠs que al presente existen en el Palacio del duque mi seŮor Š la parroquia de San Esteban de esta ciudad remitida Š su excelencia en el mismo dŪa 4 de Agosto de 1751,Ľ autorizada con las firmas de NicolŠs Hortiz de Escovar y de Antonio Ruiz de RebolledoĽ cuyo documento estimamos muy interesante, y en tal virtud vamos Š transcribirlo. Dice asŪ: ęRelacion individual que forma la ContadurŪa de los Estados Ducados y Marquesados de AlcalŠ que reside en Sevilla en fuerza de orden del Excmo. Sr. D. Luis Antonio FernŠndez de Cůrdoba EspŪnola y de la Cerda, Duque de Medinaceli, de Feria, Segorbe, Cardona, AlcalŠ y CamiŮa, Marquťs de Priego, del Cogolludo y de Aitona etc. etc., mi seŮor Cavallero del insigne orden del Toisůn de Oro, del Real de sŠn Genaro y del de Santiago. Gentil hombre de CŠmara de S. M. su caballerizo y Vallestero de 20 de Junio del presente aŮo de 1751, de todas las alhajas, pinturas y estŠtuas y demŠs que al presente existen en su casa Palacio de esta ciudad Š la parroquia de San Esteban, con distinciůn de sus clases y parajes donde se hallan colocados, que todo es en la forma siguiente: PINTURAS EN LA CAPILLA: Un lienzo del Descendimiento de la cruz, de dos varas de alto y dos y media de ancho, con moldura dorada que forma altar. Una tabla con marco dorado de dos tercias que hace coronaciůn al altar de Ntra. SeŮora con el NiŮo Jesķs. Un Cristo crucificado sobre una peana Š modo de Risco todo de talla de vara de alto. Un San Andrťs de talla sin diadema, (que dicen la tuvo de plata) de media vara. Una cruz de madera de pino, de poco mŠs de dos varas y media de largo, cinco pulgadas de ancho y tres gruesos, con sus clavos, dada de color oscuro y una tarjeta en la parte inferior que expresa servŪa (como de hecho sirve) para andar procesionalmente el via crucis desde dicha Capilla, hasta el humilladero que llaman de la Cruz del Campo fuera de la Puerta de Carmona mensura de estas estaciones. Una columna de jaspe colorado Š vetas de cinco cuartas de alto y poco mŠs de una cuarta de diŠmetro movible, que estŠ en medio de dicha Capilla y es figurativa de la en que su Magestad SantŪsima estuvo atado. Una lŠmpara de metal azofarado, de poco mŠs de media vara de largo. Cuatro candeleros de tres cuartas de largo, del mismo metal con las armas de la Casa y otros cuatro de madera que estaban en las Almonas. Un atril de madera maqueado. Dos cajones que sirven para guardar los ornamentos que sirven de altaritos colaterales del principal para revestirse el sacerdote, con sus frontales, que en el uno estŠ el Santo Crucifijo arriba referido, y en el otro la SantŪsima Cruz. Una imŠgen de talla de tres cuartas de alto de nuestra SeŮora de la Concepciůn con su corona de plata, la imagen estofada de colores y oro con su peana dorada, que es la que estaba en la Capilla de las Reales Almonas. En los cajones de la de este Palacio hay los ornamentos siguientes: (Citanse algunos de telas lisas, sin importancia, dos calices, etc.) SIGUEN LAS PINTURAS. Una tabla embutida en la pared, en la meseta principal de la escalera, de ntra. SeŮora con el NiŮo Jesķs, guarnecida de flores, con moldura dorada y cristal. En la librerŪa hay las pinturas siguientes: El Oratorio alto de esta Casa estŠ hoy sin uso en la librerŪa; y se compone de un mediano retablo, y en ťl cuatro lienzos moderados, con la Coronaciůn, el Padre Eterno, en medio San Josť, con el NiŮo Jesķs y Š los lados S. Andrťs y San Francisco, todo pintura del clťrigo Roelas y algo maltratadas. Sobre la puerta de dha. librerŪa estŠ una tabla embutida en la pared, retrato del seŮor Duque Don Pedro, de medio cuerpo, armado, de mano de Ticiano y maltratado. Dos tablas de mas de dos varas de alto y tres cuartas de ancho, de nuestro SeŮor y nuestra SeŮora con vestidura Š lo antiguo, de cuerpo entero sobre campo dorado. Un lienzo de San Francisco de Borja de una vara poco mŠs de alto y una de ancho. Una tabla de Š vara, del nacimiento de nro. SeŮor Jesucristo, que dicen fuť del seŮor Filiberto hijo del Duque de Saboya de mano de Alberto Durero. Un retrato del capitŠn Pedro Navarro de media vara, maltratado. Un retrato de medio cuerpo con gorrilla y una cadena al cuello. Un retrato del SeŮor Fernando Cortťs de dos tercias, maltratado. Una copia ů retrato de Artemisa de tres cuartas, maltratado. Un retrato de Ariosto con un reloj de arena en la mano, copia de Rafael de Urbino, maltratado. Un lienzo de dos varas de alto de SeŮor San Juan Bautista, original de Artemisa (sic) maltratado. Un lienzo de mŠs de Š vara de alto de medio cuerpo, armado, la mano derecha sobre un morriůn, retrato del SeŮor Don Felipe el Hermoso. Un lienzo de dos varas de ancho y una y media de alto con moldura dorada de un crucifijo y Š sus pies YŮigo Lůpez de Mendoza y su mujer marqueses de Santillana con ropaje antiguo maltratado. Ocho lienzos de siete cuartas de alto y vara de ancho que representan ocho artes liberales originales de Vazquez. Una tabla de MarŪa SantŪsima nra. SeŮora con el NiŮo Jesķs con moldura dorada de vara de alto de mano de Parma el Mozo. Dos lienzos de mŠs de dos varas de alto y una y media de ancho con molduras doradas de dos Emperadores Š caballo maltratados. Dos lienzos de vara de alto de dos enanos de mano de Pacheco, maltratados. Un lienzo de Erodias con la cabeza de San Juan en un plato del racionero Cťspedes. Un lienzo de un retrato de una lŠmpara que el SeŮor Duque Don Fernando diů Š San Antonio de Padua muy maltratado. Ocho retratos de SeŮoras y SeŮoritas de la casa, de diferentes tamaŮos maltratados. Otros dos cuadros de cerca de vara de unos retratos muy maltratada su pintura. Cuatro caŮones de mosquete antiguos maltratados del tiempo que dicen fueron de la batalla naval de Lepanto. Dos escriptoritos de madera de naranjo con sus llaves, el uno de media vara de largo y mŠs de tercia de alto con doce gavetas chicas y una mŠs grande y el otro de dos tercias de largo y cerca de media vara de alto con diez y seis gavetas que parece servian de estudio de medallas y repartidas en dichas gavetas hay monedas y 51 medallas de plomo de caracteres de PontŪfices y cosas antiguas numerables 2121 monedas y medallas de cobre de diferentes tamaŮos y hechuras de caracteres arriba referidos 65 de latůn, 293 cerquillos de todos tamaŮos de Bufano que parece serŪan para poner en ellos las expresadas monedas ů medallas. =EstŠtuas de la galerŪa alta de la librerŪa:= En esta galerŪa que mira al jardŪn hay las estŠtuas siguientes: Una estŠtua de marmol de Baco con la pantera Š los pies de siete palmos de alto colocada en su nicho. Otra estŠtua de Hťrcules de marmol moderna digo del mismo tamaŮo, tambiťn colocada en su nicho. Otra estŠtua de marmol moderna de cinco cuartas de alto que representa un joven atado Š un tronco con el cuerpo escorzado. Otra estŠtua de marmol moderna de cinco cuartas de alto que representa una Venus con una paloma en la mano izquierda tambiťn en su nicho como las antecedentes. Cinco estŠtuas de medio cuerpo antiguas colocadas en sus nichos que corren el Šmbito de la galerŪa. Dos estŠtuas pequeŮas de medio cuerpo antiguas de la parte de afuera de dicha galerŪa mirando al jardin que Š la una le falta el rostro. =GalerŪa baja de la librerŪa:= En esta galerŪa que estŠ diŠfana y al andar del jardin hay las estŠtuas y columnas siguientes: Una estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho de cinco cuartas y media de alto que representa la Diosa Thetis. Otra estŠtua de marmol antigua en su nicho de ocho palmos de alto que representa la Diosa Salus ů Higea. Otra estŠtua de marmol en su nicho de poco mŠs de una vara de alto que representa una mujer recostada sobre un tronco. Otra estŠtua de marmol antigua en su nicho de poco mŠs de una vara que representa una Venus con una paloma en la mano izquierda sobre una columna. Siete estŠtuas de medio cuerpo en sus nichos de marmol en la parte superior de dicha galerŪa unas antiguas y otras modernas de emperadores y emperatrices romanas. Dos columnas de marmol de tres varas y tres cuartas de alto y media vara de diŠmetro y sobre la una (porque la otra estŠ tendida en el suelo) una cabeza pequeŮa de piedra de parangůn con el cuello de jaspe blanco. Otra columna de marmol tambiťn, tendida en el suelo de tres varas y cuarta de alto y una cuarta de diŠmetro. Otra columna de jaspe verde de cuatro varas de alto y cerca de media vara de diŠmetro y sobre ella una cabeza de marmol antigua del Emperador Vitelio. Otra columna de půrfido por labrar de dos varas y media largas de alto y mŠs de cuarta y media de diŠmetro sobre la cual estŠ una cabeza de marmol de Esculapio. Dos estŠtuas de marmol modernas que representan dos mujeres hincadas de rodillas en acto de orar, de vara y media de alto, maltratadas, que memorias antiguas dicen que estaban en el convento de monjas de Madre de Dios. Dos estŠtuas pequeŮas de medio cuerpo de la parte de afuera de dicha galerŪa sobre sus arcos mirando al jardŪn. Dos Basas muy maltratadas de estŠtuas antiguas con sus inscripciones latinas. =GalerŪa alta del cuarto principal:= En esta galerŪa que mira al jardŪn hay lo siguiente: Una estŠtua de Pomona de siete cuartas de alto con la cabeza, manos y pies de piedra de parangůn y el cuerpo de Šgata ordinario con el brazo derecho y manos lastimados sobre su pedestal en su nicho. Otra estŠtua de mujer tambiťn en su nicho del mismo alto con la cabeza manos y pies de piedra de parangon y el cuerpo de Šgata ordinario. Un sŠtiro de marmol antiguo tambiťn en su nicho de cerca de tres cuartas de alto que tiene en la mano un botijoncito. Un sileno de marmol antiguo tambiťn en su nicho de cerca de tres cuartas de alto, con una botejita en la mano derecha y en la izquierda sobre el mismo hombro un canastito con frutas. Cinco bustos ů estŠtuas de medio cuerpo en su nichos redondos que corren el Šmbito superior de la galerŪa. Cuatro cabezas en nichos mŠs pequeŮos de marmol antiguo sobre los antecedentes en los huecos de los arcos. Dos estŠtuas pequeŮas de medio cuerpo de la parte de afuera de dicha galerŪa sobre sus arcos mirando al jardŪn. =GalerŪa baja de dicho cuarto:= Una estŠtua de Baco tambiťn en su nicho con una pantera Š los pies todo de marmol de siete cuartas de alto sobre una basa de la misma piedra. Otra estŠtua de la Diosa Amphitrite ů Thetis con un delfin Š los pies tambiťn en su nicho de siete cuartas y media de alto sobre una basa de la misma piedra lastimadas las piernas y le faltan los dedos de las manos. Un niŮo tambiťn en su nicho de cuatro cuartas y media de alto que tiene en la mano izquierda una paloma y en la derecha una concha todo de marmol. Otra estŠtua de marmol tambiťn en su nicho de tres cuartas de alto de un pastor que lleva Š los hombros un carnero y Š los pies tiene un perrito. Cinco bustos ů estŠtuas tambiťn en sus nichos en la parte superior de esta galerŪa, todas de la propia piedra. Dos estŠtuas pequeŮas de medio cuerpo de la parte de afuera de dicha galerŪa sobre los arcos mirando al jardin. En este cuarto hay cuatro mesas de piedra una de marmol embutida de piedra de varios colores de cinco cuartas en cuadro y tres dedos de grueso puesta sobre un pedestal de piedra jaspe en cuadro, otra de piedra negra de menos de dos varas de largo y una de ancho con su pie de madera, otra de jaspe veteado de cerca de vara y tres cuartas de largo y vara y media cuarta de ancho, quebrado por una esquina con su pie de madera y otra de jaspe de colores de mŠs de dos varas de largo y mŠs de vara de ancho con guarniciůn de piedra negra embutida y su pie de madera. =GalerŪa grande del jardŪn:= En esta galerŪa que es diŠfana sobre arcos al plan del jardŪn hay lo siguiente: Una estŠtua de la Fortuna de marmol antiguo de diez cuartas de alto sobre una basa de cerca de cinco cuartas de alto. Otra estŠtua de Jķpiter de marmol antigua de diez cuartas de alto y le faltan los dedos de la mano derecha. Cuatro cabezas de marmol sobre las columnas que despuťs se expresarŠn. Dos mascarones de marmol sobre las columnas que despuťs se expresarŠn. Dos bolas grandes de marmol que despuťs se expresarŠn. Una columna de jaspe verde de tres varas y cuarta de alto y cerca de media vara de diŠmetro con su basa y capitel de marmol. Otra columna de jaspe colorado del mismo tamaŮo que la antecedente con su basa y capitel de marmol. Otra columna de jaspe extraŮo de cerca de cuatro varas y media de alto y media de diŠmetro con su basa y capitel de marmol. Otra columna de marmol algo manchado del mismo tamaŮo que el antecedente con unos pernos por estar lastimada con su basa y capitel de marmol blanco. Cuatro columnas de marmol de tres varas y tres cuartas de alto y cerca de media vara de diŠmetro con sus basas y capiteles. Una tabla de jaspe labrado para mesa tendida en el suelo de dos varas y media de largo, tres cuartas y media de ancho y cuatro dedos de grueso quebrada por varias partes. =Cenador del jardŪn ů GalerŪa quemada:= En este cenador ů GalerŪa que antes se quemů y hoy estŠ techada de nuevo hay lo siguiente: Una estŠtua de marmol antigua de nuevo (sic) de nueve palmos de alto maltratada en su nicho que representa una mujer con la cabeza cubierta con el manto que la memoria antigua dice ser Plotina mujer de Trajano. Otra estŠtua de marmol antigua tambien en su nicho de ocho palmos y medio de alto que representa un Apolo con la lira en la mano izquierda y en la derecha el Peltro (sic) lastimada las manos. Una estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho de nueve cuartas de alto y que representa un Mercurio con el manto que llaman clŠmide sobre el hombro izquierdo, le falta una mano y el caduceo. Otra estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho de siete palmos y medio de alto que representa un senador romano con su toga, tiene los pies y manos rotas. Otra estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho de ocho palmos de alto algo lastimada y que representa otro senador romano que parece ser Cicerůn. Otra estŠtua de marmol antigua tambiťn en su nicho, de ocho palmos de alto que representa una matrona romana y le faltan las manos y parte de los brazos. Siete estŠtuas de medio cuerpo tambiťn en sus nichos, sobre las antecedentes todas de marmol, las cinco de emperadores romanos y las otras dos de mujeres con el ropaje que cubre el pecho de jaspe. =Gruta del jardŪn:= En la Gruta ů risco de este jardŪn hay una estŠtua de marmol antigua de una mujer desnuda que parece Susana ů Venus como dice la memoria antigua sentada para baŮarse, mayor que del natural y que tiene lastimado un brazo. =Paredes del jardŪn:= En el lienzo del jardŪn saliendo del cuarto principal sobre la derecha, hay embutidas en la pared once piedras de fŠbulas, historias y trofeos de guerra todas de relieve; unas de dos varas y otras de menos tamaŮo y Š proporciůn su ancho con el grueso correspondiente como figuran (sic) tablas. En el sitio que ocupa la escalera que sube del jardŪn Š la librerŪa hay cuatro nichos; el uno vacŪo. En el primero estŠ una estŠtua de Esculapio de marmol antigua de siete cuartas de alto maltratada. En el tercero otra estŠtua de marmol antigua del mismo tamaŮo de un hombre desnudo (maltratada) con la cabeza de barro y le falta una mano. En el cuarto otra estŠtua de marmol antigua del mismo tamaŮo, de otro hombre desnudo tambiťn maltratada. En medio de dicho jardŪn hay una fuente con su taza de marmol de cinco cuartas de diŠmetro y su pedestal de relieve toda ella de mŠs de vara de alto con su saltadero de bronce. En dicho jardŪn hay oculto y boveado (sic) un almacťn de 27 varas de largo y dos varas y tercia de ancho y cuatro varas y media de alto donde se recoge el agua para el riego con su llave y caŮůn de bronce por el plan de ťl para su repartimiento. =Cuarto de los primogťnitos:= En el jardŪn que estŠ en este cuarto que llaman de los primogťnitos hay una estŠtua de Venus acostada en cama con un cupidillo en los brazos, todo de marmol pario de siete palmos de largo; Š la Venus le faltan las narices y al cupido el brazo izquierdo y no tiene el arco que dice la memoria; esta estŠtua estŠ sobre una tarima de madera debajo de un corredor de dicho jardŪn. A los extremos de este corredor hay dos pedestales de jaspe veteados de encarnado de poco mŠs de vara de alto y media de circunferencia sobre los cuales parecen estaban colocados dos niŮos en figuras de aguadores de jaspe negro veteado de menos de vara de alto con sus cŠntaros sobre el hombro y hoy se hallan fuera de su sitio quebrados en muchas partes incapaces de poder servir. Sobre un estanque de material de mŠs de trece varas de largo y cinco de ancho y una de alto, hay una estŠtua de marmol pario de una mujer desnuda de cinco cuartas y media de alto que tiene una urna en la mano derecha por donde echa el agua al estanque. En los dos testeros de este jardŪn en dos huecos ů nichos de medio punto hay dos saltaderos de agua con sus tazas pequeŮas y pedestales delgados de marmol, toda su altura una vara. =ZaguŠn ů patio apeadero:= A la entrada de este Palacio por la parte de afuera sobre la mano izquierda mirando Š la plazuela hay un nicho de dos varas y tres cuartas de alto y dos varas de ancho labrado de piedra de jaspe veteado oscuro y colocado en ťl con su peana una cruz de la misma piedra de dos varas y media de alto que sirve de segunda estaciůn del Via-Crucis desde la Capilla de este Palacio al sitio que llaman la Cruz del Campo ů Humilladero extramuros de esta ciudad. En este zaguŠn ů patio de apeadero hay un pilůn de material para dar agua al ganado de las caballerizas con su caŮo de bronce por donde recibe el agua sobrante de la pila del patio principal. A la entrada de dicho patio principal sobre su portada mirando al Apeadero hay dos estŠtuas pequeŮas de dos ninfas de marmol que acompaŮan Š dicha portada y Š los escudos de armas de la casa que estŠn encima y Š los lados de ella pintados en la pared. =Patio principal:= En dicho patio principal al rededor de sus cuatro corredores arqueados estŠn 24 nichos ovalados de piedra marmol embutidos en la pared en la parte superior y en ellos de firme 24 estŠtuas tambiťn de marmol que representan parte de ellas emperadores romanos y parte otros hťroes. A las cuatro esquina de dicho patio fuera de los corredores mirando al centro de ťl hay cuatro estŠtuas algo maltratadas de cuerpo entero sobre pedestales de piedra tosca de vara y cuarta de ancho y vara de alto; la una de marmol que representa la Diosa Palas de tres varas y dos tercias de alto, otra de la misma piedra y tamaŮo que representa la propia Diosa aunque en diferente postura y acto, otra de la misma piedra de dos varas y cuarta de alto que representa la Diosa Ceres y la otra de la misma piedra de dos varas y tercia de alto que representa la Copa Siriaca de Virgilio segķn la memoria antigua. En medio de dicho patio hay una fuente de cuatro caŮones con un pilon pedestal y tasa de marmol, el pilon tiene tres varas y media en cuadro, la taza es redonda y tiene tres varas de diŠmetro y hoy remata con una cabeza de dos caras del Dios Jano tambiťn de marmol que parece se puso en lugar de un sŠtiro que antes tenŪa y estaba quebrado, tiene de alto toda la fuente desde el suelo hasta su remate cuatro varas. =Cuartico que sirve para piedras:= En este cuarto que solo sirve para piedras y estŠ en la galerŪa baja de la librerŪa haciendo frente Š la habitaciůn del jardinero hay lo siguiente: Tres cuerpos de estŠtuas de marmol sin cabezas, brazos ni piernas. Un Cupido de marmol antiguo (durmiendo) sin piernas, de media vara de largo. Cuatro cabezas de marmol antiguas arrancadas de sus cuerpos, dos de hombre y dos de mujeres sin que les vengan Š los cuerpos que no las tienen. Un pie de marmol que le falta el dedo pulgar de cuarta y media de largo. Una mano de marmol antigua de una cuarta de largo. Un vaso de marmol antiguo de relieve bajo, quebrado en la orilla, de cerca de media vara de largo. Una columna de půrfido de ocho cuartas y media de alto y cuarta y media de diŠmetro por labrar. Un pedazo de columna de půrfido mŠs fino tambiťn por labrar de cerca de vara y media de largo y cerca de tres cuartas de diŠmetro. Cuatro columnas de jaspe verde de ocho cuartas y media de alto y cerca de una cuarta de diŠmetro; la una quebrada por la mitad y la otra por varias partes. Tres columnitas de marmol, la una de siete palmos de alto, la otra de ocho y la otra de nueve, todas de medio palmo de diŠmetro; las dos partidas en varios pedazos. Dos columnas compaŮeras de jaspe veteado de encarnado de cerca de vara de alto y una cuarta de diŠmetro cada una con su basa. Una basa de estŠtua de marmol de una cuarta de alto y dos cuartas y media de ancho; tres capiteles de columna de marmol el uno de palmo y medio de alto y los otros dos menores. Una fuente con su pedestal de marmol y sobre ťl un monstruo marino de varias piedras y colores que sostienen la taza que es ovalada de jaspe veteado oscuro con un subiente tambiťn de jaspe encarnado y blanco, fŠltale el remate Š esta fuente que parece fuť hecha para sobre un estanque, la altura serŠ de siete cuartas y media, la taza tiene de largo vara y media y de ancho tres cuartas y media. Seis piezas de marmol que parece sirvieren de cerco al pilůn de fuente del jardŪn de varios tamaŮos y todas de media vara de alto y medio palmo de grueso que por estar maltratadas parece se debieron quitar de su sitio. Una bola grande de jaspe sin compaŮera. Un niŮo de jaspe veteado oscuro sentado de un lado con un delfŪn que le abraza el cuello de media vara de alto sobre su pedestal, delgado de dos pulgadas. Tres piedras en tabla de pizarra la una de cuatro palmos y medio de alto y tres de ancho dedicadas Š un tal Tempronio, (sic) otra del mismo tamaŮo tambiťn con su inscripciůn dedicada Š un tal Valerio Propincuo y la otra de una vara de alta y tres cuartas de ancho con su inscripciůn dedicada Š Marco Calpurnio. Una cabeza de marmol colosal de dos cuartas y media de alto. Otro niŮo de marmol en acto de dormir de cuarta y media de largo. Un relieve de marmol de una vara de largo y tres cuartas de alto, antiguo, con dos hombres Š caballo que representa una de Cursiůn (sic). Otro relieve de mŠrmol antiguo de mŠs de tres cuartas de alto y cerca de media vara de ancho que representa la Diosa Salus ů Higea dando de comer Š la culebra enroscada en el tronco de un Šrbol, maltratado. Otros dos relieves de marmol antiguos partidos en varios pedazos. Un medallůn de marmol con la cabeza de Nerůn de cerca de media vara de alto y una tercia de ancho. Dos lŠpidas de marmol antiguas, la una de cuarta y media cuadrada y la otra menor; ambas tienen en medio labradas unas como escudillas y en sus fondos unos agujeritos. Un sŠtiro de marmol de tres cuartas de alto que era el que estaba por remate de la fuente del patio principal y hoy estŠ quebrado por varias partes. Igualmente hay en este cuarto diferentes fragmentos menudos incapaces de servir, de brazos, piernas y demŠs de estŠtuas y otras hechuras que no van expresadas en esta relaciůn por no subsistir sin poderles dar destino Š dichos fragmentos con arreglo Š las que en ellas se refieren, como lastimadas. Y para que asŪ conste Š S. E. el Duque mi seŮor en cumplimiento de su citada orden habiendo tenido presente las memorias antiguas que le acompaŮaban y se devuelven por esta ContadurŪa la firmamos en Sevilla Š 2 de Agosto de 1751.--D. Nicolas Ortiz de Escobar.--D. Antonio Ruiz de Rebolledo[138]. He aquŪ lector Š lo que habŪan quedado reducidas las grandezas artŪstico arqueolůgicas acumuladas por los Duques de AlcalŠ, y ciertamente que apena considerar el abandono en que estuvieron las pinturas y esculturas del Palacio, como lo demuestra la circunstancia de que raros son los ejemplares que se citan que no vayan seguidos de la calificaciůn de ęmaltratados:Ľ En cuanto al monetario, tambiťn vemos la depredaciůn que sufriů, la cual debiů ser total en la parte de la gliptoteca, pues no se cita ni una sola piedra grabada. Y Ņquť diremos de la famosa librerŪa? El hecho de no mencionarla siquiera, hace suponer que ya no existirŪa, lo cual parece confirmado porque ęhallŠbase sirviendo de almacťn al retablo antiguo.Ľ Tambiťn echamos de menos en el inventario la menciůn de la primitiva cabeza de barro del Rey D. Pedro, que estuvo en las casas del Jurado Pereda en el Candilejo, salvada de su destrucciůn por el gran Duque de AlcalŠ D. Fernando Enriquez de Rivera[139] Curiosa serŪa la investigaciůn del paradero de tanta riqueza, trabajo que ķnicamente puede realizarse examinando los papeles del archivo de la casa de Medinaceli en Madrid, adonde sin duda irŪan Š parar tal vez los retratos y pinturas de la Casa de Sevilla y algunas de las estŠtuas mencionadas en el Inventario de 1751. No fueron solo los Duques de AlcalŠ los ķnicos sevillanos aficionados Š coleccionar libros, monedas, y objetos antiguos ů curiosos por su rareza y bien merece ocupar en estos recuerdos de antaŮo, lugar preeminente, el ilustre historiador Gonzalo Argote de Molina, del cual, su biůgrafo, el no menos ilustre por sus pinceles y por su pluma Francisco Pacheco, nos dice lo siguiente: ęDespuťs destos exercicios de las Armas se diů al estudio de las letras y hizo en sus casas de cal de Francos (con buena elecciůn Š mucha costa suya) un famoso Museo, juntando raros i peregrinos libros de istoria impresa y de mano, luzidos y extraordinarios Cavallos de luzida raÁa y vario pelo y una gran copia de Armas Antiguas y Modernas que entre diferentes cabeÁas de Animales i famosas pinturas de FŠbula i retratos de insignes Ombres de mano de Alonso SŠnchez Coello hazŪan maravillosa correspondencia. De tal suerte que obligaron Š su Magestad (hallŠndose en Sevilla aŮo 1570) Š venir en un Coche disfrazado, por orden de D. Diego de Cůrdova a honrar tan celebrado CamarŪn. Ilustrado su entendimiento con la lecciůn y Comunicaciůn de los mŠs doctos de su tiempo especialmente del Licenciado Francisco Pacheco mi tio ... etc. Por el dicho del pintor Pacheco consta que entre los retratos figuraba el del licenciado Carlos de Negron; y Don Adolfo de Castro consigna en sus notas al Buscapiť, que tambiťn tuvo los de NicolŠs Monardes y Ambrosio de Morales. Al tratar de la colecciůn del ilustre Veinticuatro sevillano, dice lo siguiente: "El retrato de Monardes existŪa en Sevilla en el Museo de Gonzalo Argote de Molina. De este museo dŠ noticias el mismo Monardes, cuando al pie del dibujo del Arnadillo (Armadillo) pone esta nota: ęeste animal saquť de otro natural que estŠ en el museo de Gonzalo de Molina un caballero de esta ciudad: en el cual hay mucha cantidad de libros de varia lecciůn, y muchos gťneros de animales y aves y otras cosas curiosas traŪdas asŪ de la India Oriental como Occidental y otras partes del mundo y gran copia de monedas y piedras antiguas y diferencias de armas, que con gran curiosidad y con generoso Šnimo ha allegado.Ľ Este museo, continķa Castro, fuť uno de los primeros de Europa en aquel tiempo, y tal vez, el ķnico de EspaŮa. En ťl tambiťn paraban los retratos de aquellos varones que por sus letras y erudiciůn en todo gťnero habŪan ilustrado ť ilustraban Š AndalucŪa. Ambrosio de Morales en los cinco libros ępostreros de la Crůnica general de EspaŮaĽ (Cůrdoba 1586) pone antes de unos versos de Argote de Molina, en favorable recomendaciůn de su obra, estas palabras: ęELOGIO DEL MUY ILUSTRE SE—OR DON GONZALO ARGOTE Y DE MOLINA YERNO Y ŕNICO HEREDERO DEL CONDE DE LANZAROTE Y FUERTEVENTURA AL RETRATO DE AMBROSIO DE MORALES QUE SE VEÕA EN SEVILLA EN SU GRAN MUSEO ENTRE LOS OTROS RETRATOS DE LOS VARONES ILUSTRES EN LETRAS DEL ANDALUCÕA QUE EN EL ESTABAN.Ľ * * * * * Un ilustrado biůgrafo del famoso mťdico Nicolas Monardes consigna los siguientes datos, juzgŠndolo como docto coleccionista de objetos de Historia natural: ęMonardes reuniů un museo de objetos naturales constituido por substancias medicinales procedentes de Amťrica, que aunque no numeroso, era sumamente notable por lo raro de los ejemplares que coleccionů, y sobre todo, por la novedad que entonces ofrecŪan unos objetos reciťn aparecidos en el horizonte cientŪfico y acogidos con el entusiasmo que se reciben las novedades que se presentan envueltas entre los esplendores de la grata esperanza de hallar en ellas remedios mŠs eficaces y seguros para combatir las enfermedades que los hasta en aquel dŪa conocidos. Es uno de los museos mŠs antiguos que se han formado; y Beckman lo cita como ya existente en 1554, es decir, que llegů Š tener fama entre sus contemporŠneos como digno de ser conocido y estudiado. DŪcese que sirviů de modelo y estŪmulo Š Argote de Molina y Š Rodrigo Zamorano para que Š su vez reunieran entonces en Sevilla gran nķmero de objetos naturales, de todo lo cual resultů un verdadero progreso cientŪfico. La colecciůn de Monardes ofreciůle motivo y base fundamental para sus escritos, y singularmente para la obra titulada ęHistoria medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias OccidentalesĽ, que es indudablemente, su trabajo de mŠs empeŮo. Que la colecciůn de objetos naturales traidos de Amťrica, formada por Monardes, llegů efectivamente Š constituir un notable museo, lo prueba la circunstancia de que se cita por todas las personas dedicadas Š estos estudios, y es, segķn el referido Beckman uno de los mŠs antiguos que han existido refiriťndose al aŮo 1554, y aunque los indicados Argote de Molina y Rodrigo Zamorano se ocuparon en Sevilla en reunir substancias de esta Ūndole, no llegaron estas colecciones Š igualar Š la de Monardes, ni en el nķmero de ejemplares, ni tampoco en las condiciones especialŪsimas de los mismos, dignas de ser tenidas muy en cuenta por lo conveniente para el estudio, en todos conceptos, asŪ como por el valor cientŪfico, importancia y criterio en la elecciůn de los objetos coleccionados, que superaba Š todos. El conocimiento de las substancias que procedentes de Amťrica llegaban Š sus manos lo hacia con verdadera fť y entusiasmo, profundizando hasta donde lo permitŪan los conocimientos de la ťpoca, todo lo relativo Š esos cuerpos, verdaderas novedades entonces, describiťndolos con gran minuciosidad y copia de datos, que revelan el criterio de aquel tiempo, y Š la vez sagacidad de quien por vez primera tenŪa la fortuna de dar Š conocer al pķblico unos objetos que constituŪan casi en su totalidad una conquista de la ciencia y un nuevo consuelo Š la doliente humanidadĽ[140]. El famoso matemŠtico y cosmůgrafo Jerůnimo de Chaves, tan encariŮado estuvo con los curiosos objetos que llegů a reunir, que quiso ponerlos Š salvo para lo futuro consignando la siguiente clŠusula en su testamento; ęyten digo que yo tengo en mi escritorio muchos e muy buenos libros e instrumentos de mi arte y otras muchas cosas curiosas ť vidros y todo lo tengo puesto por buen orden de manera que esta adornado, por tanto yo dexo e mando todo lo que esta dentro del dicho escritorio de la manera questa en ťl eceto el dinero al monesterio e convento de ntra. SeŮora de la cartuxa extramuros desta Áibdad para efeto que todo lo pongan en vn aposento del dicho monesterio por horden como yo lo tengo para recreacion de los muy reverendos padres prior e frailes del dicho monesterio para que lo puedan enseŮar a cualquier seŮor que vaya al dicho monesterio pero de tal manera lo enseŮaren que no consientan que se saque ninguna cosa porque es mi voluntad que no se pueda vender ni dar a ninguna persona sino que siempre este en el monesterio.Ľ Desgraciadamente tambiťn se ha perdido hasta el rastro de ťsta, que debiů ser inapreciable colecciůn de curiosidades, y varias fueron las garantŪas que tomů el insigne sevillano para poner Š salvo de la destrucciůn lo que con tanta inteligencia, dispendios y celo exquisito llegů Š reunir en el discurso de su vida, y que considerů digno de que se conservase para estudio y recreo de cuantas personas visitasen el monasterio[141]. * * * * * Al tratar de la biblioteca del Duque de AlcalŠ D. Fernando Enriquez de Rivera, hicimos mťrito de pasada, del acrecentamiento que tuvo con la riquŪsima del doctor Luciano de Negrůn. Y ahora que de ťste tratamos en particular, no debemos omitir lo que consignů Pacheco en elogio de tal tesoro bibliogrŠfico, en las siguientes frases: ęFuť sepultado (el doctor Negrůn) con general concurso en la Iglesia Mayor, dentro de la Capilla de la Antigua, dexando para memoria suya una famosa librerŪa hecha Š gran costa (donde fueron muchos los libros que en ella juntů de todas Facultades y Lenguas) tan conocida y alabada en EspaŮa que no fuť inferior Š la de Tiramniůn que floreciů en tiempo de Pompeyo el Magno ni Š la que el Emperador Gordiano juntů ni Š las demŠs que los antiguos escritores encarecen. I siempre la iva aumentando para que viniesse Š manos de un tan docto y esclarecido PrŪncipe como Don Fernando Enriquez de Ribera tercero Duque de AlcalŠ.Ľ No se redujo la aficiůn del ilustre Doctor sevillano Š los libros, tķvola tambiťn Š las pinturas, reuniendo, asŪmismo, ejemplares escultůricos que sirvieron de preciado adorno Š su biblioteca, segķn consta de la siguiente clŠusula de su testamento. ęyten mando a la fabrica desta sancta yglesia en obediencia del motu proprio de la santidad de pio quinto y en conservaciůn del derecho que por el tiene adquirido lo siguiente:--Vna figura de xpo. nro. redenptor de plata en vna cruz de evano, yten otra figura de xpo. de marfil con su caja y cruz, yten vna cruz de evano guarnecida con diversos vidrios de colores y con su pie, yten dos quadros de xpo. nuestro redentor y nuestra seŮora y los doze apůstoles y san juan baptista y san pablo y san marcos y san lucas que son todos diez y ocho que estŠn en mi libreria y otro retrato grande guarnecido como los demŠs de xp. nuestro redenptor con la corona y caŮa y soga y nuestra seŮora que se llama passio duorum y otra imagen grande de santa maria del populo y otra de nuestra seŮora que tiene en sus manos al niŮo Jesķs con vn velo y otra ymagen de san nicolas de tolentino puesto en oracion y otra de la magdalena que llaman tulerunt dominus. m.l. y cuatro lienzos del bassanis estan por guarnecer del nacimiento, circuncisiůn y lanÁar del templo xļ ementes et vendentes y el nacimiento del baptista y un san Gregorio y san geronimo, san agustin, san ambrosio, dos de santo thomas, san esteuan, san lorenÁo, san sebastian, santo domingo, dos de san francisco y otro de xļ nuestro redenptor y otro de nuestra seŮora que son por todos veynte e Áinco questan en el oratorio los quatro por guarnecer y los veynte e vno guarnecidos y con los de la librerŪa vienen a ser todos quarenta y tres ymagenes como estan referidas todas, mando se den Š la fabrica de la sancta yglesia para que si los dichos seŮores dean y cabildo les pareciese acomodarlos en la sacristia mayor o en los altares colaterales de las reliquias. yten mando las ocho figuras de escultura hechas de madera que estan en mi libreria a la dha. fabrica que son de xpo. nro. redenptor y de adan, noe, abraham, moises, aaron, daniel, elias, para que los dichos seŮores dean y cabildo (si les pareciere) lo manden situar en los dos arcos vazios questan en la sacristia mayor correspondientes sobre los caxones o donde mŠs sean seruidos.Ľ Ignoramos la suerte que han corrido los cuadros mencionados. En cuanto Š las esculturas podemos asegurar que no existen. * * * * * Al tratar Francisco Pacheco en su Libro de retratos del Maestro Francisco de Medina dice: ęEsta muerte del marquťs de Tarifa fuť al prudente varon causa de retirarse (dejando la Catedra de San Miguel y la pompa de palacio) en lo mŠs apartado de los arrabales desta Ciudad Š vida quieta donde dispuso un riquissimo Museo de rara librerŪa y cosas nunca vistas de la antigŁedad i de nuestros tiempos ... etc. MŠs adelante aŮade: ędexů (por su muerte) grandes curiosidades de papeles de estampas i de escritos de las cosas mŠs notables de su tiempo, de pinturas originales, de monedas antiguas de todos metales ... etc. * * * * * El maestro Rodrigo Zamorano, Piloto mayor delas flotas de las Indias, examinador de maestres de las misma carrera que tuvo en Sevilla un gabinete de cosas naturales de Amťrica escribiů la CronologŪa ů repertorio de la razůn de los tiempos impreso en la dicha ciudad en 1585, obra todavia digna de ser consultada por los marinos, asŪ como por los agrůnomos y metereologistas. Tuvo correspondencia con el botŠnico Clusio segķn lo demuestra una carta escrita en 1603 que se halla entre las ęC.C. Hispaniensium epistolśĽ publicadas por Asso en Zaragoza el aŮo de 1793[142]. Hallamos ampliada la anterior noticia con los objetos que coleccionaba el Maestro, por el Sr. Rodriguez MarŪn, en las siguientes frases: ęEl Ldo. Rodrigo Zamorano como examinador de Maestres de la Carrera de Indias, cada maestre que va tiene Š dicha traerle alguna cosa nueva ů extraordinaria y asŪ tuvo las paredes de los portales de su casa todas llenas de estas conchas, peces y animales muy de ver[143]. Probable es que tan precioso museo de Historia natural hubiese sido conservado y enriquecido por Rodrigo Zamorano de Ozeta, hijo del docto cosmůgrafo, pues, que en todo vťmosle seguir el noble ejemplo de su padre, y en tal virtud Š 18 de Septiembre de 1636 le fuť expedido el tŪtulo de Piloto mayor Cosmůgrafo y CatedrŠtico de cosmografŪa, para sustituir al capitan Lucas Guillťn de Veas. Es, por tanto, razonable suponer que atendiera cariŮosamente Š la conservaciůn de tanto objeto raro y curioso, no sůlo por respeto Š la memoria de su padre, sino por propios gusto y enseŮanza[144]. * * * * * Don Pablo Espinosa de los Monteros dŠ noticia de otro docto coleccionista[145] en el pŠrrafo que copiamos: ęLa piedra de este sepulcro (la del PontŪfice Honorato existente en el vestŪbulo de la Biblioteca Colombina) estuvo muchos aŮos en esta Ciudad sin ser conocida, entre pedaÁos de ruinas de edificios hasta que nuestro gran sevillano (sic) Arias Montano la conociů, con la luz de su celestial ingenio y la llevů Š su casa, donde la tuvo en la veneraciůn que era justo. Despuťs de su muerte volviů Š estar en el primer olvido y desprecio hasta que el Doctor Ioan de Torres noble hijo desta gran Ciudad y muy diligente en adquirir memorias de AntigŁedad la llevů Š su casa donde oy la tiene entre el tesoro de tantos libros y curiosidades, cuantas no serŠ posible dezir, ni facil el verlas por su mucho nķmero.Ľ * * * * * ęContemporŠneo de los ilustres sevillanos que dejamos mencionados, ťmulo de ellos por su saber y por sus cultas aficiones, fuť el ilustradŪsimo malagueŮo Don Adan Centuriůn, cuya memoria ha ilustrado con interesantes datos biogrŠficos el docto escritor Dn. Antonio Aguilar y Cano, al cual debemos los siguientes datos.Ľ ęEl Marquťs del Aula distinguiůse como cultivador incansable de las antigŁedades[146]. AsŪ en lo que Š la ArqueologŪa se refiere, como en lo concerniente Š la FilologŪa, MitologŪa, Historia y sus ciencias auxiliares. El insigne D. Antonio Delgado ocupŠndose de nuestro D. Adan bajo el aspecto de anticuario, le califica de personaje poco conocido, pero, sin duda, de vasta instrucciůn y juiciosa crŪtica; el licenciado Rodrigo Caro compara alguno de sus trabajos con los de Isaac Casaubůn y J. Scaligero, HŁbner le distingue entre sus coetaneos, el marquťs de Valde Flores le llama muy docto caballero; el Padre Barco le califica de muy sabio y erudito y muy instruido en todo gťnero de letras; por ķltimo, D. Nicolas Antonio, dice: que aŮadiů Š la nobleza heredada de sus mayores, el clarŪsimo ornamento de su amor y estudio de las bellas letras, y que por sus conocimientos de la antigŁedad y por su erudiciůn, fuť justamente tenido en grande estima entre los prŪncipes de la literatura de nuestra Patria en su siglo ... Una envidiable posiciůn social y cuantiosŪsimas riquezas permitiťronle alimentar sus aficiones y perfeccionar sus conocimientos con una costosa y gran biblioteca, en que se hallaban, al decir de Barco, los mŠs selectos libros de todas las facultades y una numerosa colecciůn de los mŠs preciosos manuscritos de que tuvo noticia. TenŪala repartida entre su palacio de Estepa y sus casas de recreo de Lora y Gilena. AyudŠronle en sus tareas literarias y en la de coleccionar antigŁallas su hijo natural D. Juan de Cůrdoba y su sobrino D. Juan Bautista Centuriůn, alcanzando con tales elementos, resultados, para su tiempo bien extraordinarios. De los monumentos romanos hizo tanto aprecio, que al decir de un escritor, no perdonů diligencia ni gasto para recoger cuantos pudo encontrar en Estepa y su estado, y aun fuera de ťl y los coloců en un palacio que edificů en Lora, si bien ocultando su nombre tras el de su hijo y colega en aficiones Don Juan de Cůrdoba. A la puerta de aquel suntuoso edificio se leŪa una inscripciůn latina[147] que traducida al castellano dice asŪ:--Para perpetua memoria--D. Juan de Cůrdoba Centuriůn de Adan, hijo del marquťs de Estepa del consejo del Rey de EspaŮa Felipe el Grande atendiendo al interťs que pudiera ofrecer Š la posteridad, recogiů con esmero estos fragmentos mutilados de los tiempos antiguos, esparcidos violentamente por el territorio de Estepa, salvŠndolos asŪ en lo posible de su completa destrucciůn y procurů colocarlos con este orden, consignando los nombres de los lugares de donde fueron extraidos, para que cada uno de ellos conservase el honor de su antigŁedad. AŮo de la Era cristiana, 1659.Ľ La colecciůn constaba de cinco estŠtuas, catorce inscripciones, y buen nķmero de fragmentos arquitectůnicos y otras antigŁallas. En su mayor parte, por disposiciůn del Sr. D. Francisco de Bruna Ahumada oidor decano de la real audiencia de Sevilla y Alcaide del Real AlcŠzar de dicha ciudad, autorizado al efecto por el Conde de Floridablanca, fueron trasladadas Š la colecciůn que se formů Š fines del siglo anterior en el citado AlcŠzar y que hoy forma parte del Museo provincial de AntigŁedades. * * * * * El Sr. Aguilar y Cano, de quien hemos copiado los anteriores datos, nos facilita otros muy interesantes, que Ūntimamente se relacionan con el objeto que nos hemos propuesto en este artŪculo, dŠndonos Š conocer el CatŠlogo de la pinacoteca que perteneciů al Sr. marquťs de ArmuŮa, notable coleccionista de cuadros, vecino de la misma ciudad de Estepa, en que figuraban ademŠs de muchos asuntos religiosos, otros tambiťn numerosos de vistas de ciudades, paisajes, retratos, cacerŪas, bodegones, etc., cuya simple enumeraciůn[148] da Š conocer el subido interťs artŪstico de aquella galerŪa, que juntamente con la de D. AdŠn, reuniťronse en D. Francisco Cecilio Centuriůn y Cůrdoba hijo y sucesor de D. Adan y nieto del de ArmuŮa; la cual es probable pare hoy en poder del descendiente de aquel, Excmo. Sr. Duque del Infantado. * * * * * Por ķltimo citaremos Š otro sevillano doctŪsimo y gran bibliůfilo D. Juan Lucas Cortťs, del cual D. Justino Matute dice: Fuť tan afecto Š libros, que acopiů una librerŪa que se vendiů en 40.000 ducados por su muerte, sacados los gastos[149].Ľ * * * * * Hasta aquŪ las noticias que tenŪamos reunidas, de las que nos habŪan salido al paso al efectuar otras investigaciones. Abrigamos la seguridad que cualquier curioso que preste su atenciůn al mismo asunto, ha de encontrar sin gran esfuerzo muchas mŠs de las que nosotros hemos reunido; pues, seguramente, aquellos ilustres varones, ornamento de esta ciudad y de las patrias letras y de las artes, coleccionaron sobre todo, libros raros, manuscritos, pinturas, esculturas y monedas, siguiendo los ejemplos de los magnates con quienes sostenŪan estrechŪsimas relaciones, pues dichos ejemplos producen siempre tan nobles y beneficiosos resultados, estimulando en unos la tibieza ů aumentando en otros el entusiasmo, cuando se vive como se vivŪa entonces, rodeado de una atmůsfera de refinada cultura y de exquisito gusto. Es razonable, por tanto, suponer, que hombres tan cultos y eruditos como el maestro Pedro de Medina, el Bachiller Peraza, el Ldo. Pacheco, Pedro Mexia, Pedro NķŮez Delgado, Espinosa de los Monteros, Alonso de Morgado y tantos otros mŠs que ennoblecieron nuestra patria, recogerian, amorosamente, libros impresos y manuscritos, monedas y cuantos objetos curiosos venŪan Š sus manos, aficiůn que no decayů en los ilustres varones sus sucesores, trasmitiťndola Š su vez Š los que florecieron en el siglo XVIII, entre los cuales sobresaliů por su amor ť inteligencia en artes, letras y antigŁedades el famoso D. Francisco de Bruna, Š quien por su autoridad y prestigios llamaron, nada menos, que el SeŮor del Gran Poder, representante de la cultura sevillana de su siglo; muchos de todos los cuales, asŪ como de los contemporŠneos, trataremos en otra ocasiůn, para no fatigar al lector demasiado, con este ya tan largo artŪculo, contentŠndonos por ahora con citar los nombres de sus ilustres contemporŠneos, Valiente, Serna, Sotelo, Blanco, Lista, Reinoso, Arjona, Forner, Oviedo, Marmol, GermŠn y Ribůn y Baquerizo, con otros mŠs que no recordamos en este momento. EFEM…RIDES SEVILLANAS =1416= Este aŮo vino Š esta Áibdad don fernando obispo de cordoba sobre razon de los debates e contiendas que son entre don enrrique conde de niebla et don alfon de guzman su hermano et don juan ponce de leon seŮor de marchena et entre don juan de guzman hermano del dicho conde e don pedro de astuŮiga e martin fernandez de puerto carrero para tratar entre ellos paz e sosiego. Mandů el concejo se diesen al obispo para su ayuda de costa cinco cafices de ceuada et cinquenta pares de gallinas et doze carneros et dos cargas de vino bueno. =1420= Llegaron a esta ciudad Fray Juan y Fray Pedro frayles del monasterio de Santa Catalina de Monte Sinay, que venŪan pidiendo limosna por todo el mundo, porque la Áibdad mŠs cercana a su monasterio era la de Damasco la cual habŪa sido destruida por el rey Ņmoranto? con otras gentes entre las que habŪa grandes guerras y asi habŪan perdido su mantenimiento. Se le dieron 500 maravedises de limosna. =1441= Por una carta de D. Juan II fecha en Toro Š 15 de Diciembre de 1441, fueron desterrados de esta ciudad y de cinco leguas Š la redonda D. Juan Conde de Niebla, D. Pedro Ponce de Leon Conde de Arcos, D. Alonso de Guzman y D. Juan de Leon, ordenando al Concejo, que si no obedecŪan, se juntasen con el Pendon de Sevilla y le obligasen a cumplir su mandato. =1450= Se recibiů en esta ciudad carta del Adelantado PerafŠn de Ribera fecha en Osuna Š 25 de Mayo, notificando Š la ciudad que los moros habian tomado la villa de Ortexicar. =1453= En 21 de Noviembre se recibieron Cartas del Rey D. Juan II y de la Reyna D™ Isabel notificando Š la ciudad el nacimiento de un infante y fuť acordado que se verificasen procesiones, se corriesen sortijas, celebrŠndose justas y una corrida de diez toros, delante de las puertas del AlcŠzar. * * * * * Este aŮo hubo toros y justas, para cuyas fiestas se hizo un palenque en las Gradas, por el nacimiento del infante D. Alonso: trajo las cartas del Rey con la nueva Juan de Monsalve Maestresala de su alteza Š quien se dieron 1000 maravedises de albricias y 13000 Š Diego de Carranza que trajo otra carta de la Reyna. =1454= Hiciťronse en esta ciudad las exequias por el rey D. Juan II y mandů el Concejo que se diesen al Bachiller Anton GonzŠlez, procurador de los Sres. Dean y Cabildo de esta Sta. Iglesia 2000 maravedises, en enmienda del afŠn y trabajo que tomů. =1455= Entrů en Sevilla Enrique IV con la reyna D™ Juana. La ciudad les sirviů con su esplendidez acostumbrada, dando al rey mil doblas de oro castellanas y Š la reina mil maravedises y 5000 Š los servidores, ademŠs gastů considerables sumas en paŮos de brocado regalados Š los reyes, en la pintura de las antorchas, en las justas y en la seda conque se premiů al mejor justador, con otros muchos dispendios. =1457= Llegaron Š esta ciudad dos caballeros de la ciudad de Constantinopla llamados Nicola Tragonet y Alejandro Canano, los cuales habŪan sido cautivados por los turcos con sus mujeres ť hijos cuando aquella ciudad fuť ganada y para no renegar de la fe catůlica se rescataron por grandes precios y para buscar dinero conque rescatar Š sus mujeres ť hijos, con gran vergŁenza de sus linajes pedŪan limosnas por la cristiandad, solicitando del Concejo les diesen 17000 maravedises. La Ciudad dispuso que el jurado Juan Mexia los buscase prestados pues no tenŪa en sus arcas dicha suma y asŪ se hizo. =1461= Se recibieron en la ciudad tres cartas Reales, una para que se quitasen los muladares que mŠs podŪan perjudicar, otra sobre rufianes y vagabundos y la tercera prohibiendo los tableros y juegos de dados. =1467= En 31 de Agosto trajo Š Sevilla Alvaro de Goa la noticia ędel vencimiento que Š Dios ntro. seŮor plogo de dar al rey don alfon ntro. seŮor en la batalla que su alteza agora diera contra don enrrique su aduersario et contra los que con el venŪan. La ciudad le diů en albricias 10000 maravedises. =1468= En Agosto de 1468 partieron de Sevilla su alcalde mayor Diego Ceron y Juan de Pineda escribano mayor y Juan RamŪrez de Segarra y Francisco de Alfaro para ir Š besar la mano y recibir por princesa de Castilla Š D.™ Isabel. =1470= Trajo Š la ciudad D.™ Constanza Manuel, dama de la reyna Catůlica la carta en que noticiaba el nacimiento de la princesa D.™ Isabel. =1473= Se recibiů en esta ciudad carta de D. Enrique IV dada en Simancas Š 25 de Febrero concediendo el oficio de Almirante mayor de la mar Š D. Alfonso Enriquez. =1474= Se hizo la concordia entre los seŮores Duque de Medina y Marquťs de Cadiz, la cual hizo D. IŮigo Lůpez de Mendoza Conde de Tendilla, al cual le diů la Ciudad 7000 maravedises por las costas y gastos que habŪa hecho y 53000 Š Alfonso de Velasco por los mismos que hizo en los dŪas que estuvieron en su lugar de Marchenilla los dichos seŮores y otras personas tratando de la paz. =1475= Trajo Š Sevilla la noticia de la toma de Zamora, Diego SedeŮo, mozo de espuelas del rey, al cual se dieron 11000 maravedises. =1477= De Medina del Campo Š 26 de Diciembre escribiů Š la ciudad el rey catůlico para que buscasen al jurado Juan AlemŠn que matů con asechanzas al salir de palacio Š Alfon NuŮoz fŪsico del rey. =1479= Partiů de esta ciudad el Mariscal Fernan Arias de Saavedra Veinticuatro, para jurar y recibir en nombre de la misma al PrŪncipe D. Juan por primogťnito heredero de estos reinos, con 50,0000 maravedises como ayuda de costa. Por carta de la Reina Catůlica fecha en esta ciudad Š 23 de Febrero se prohibiů que nadie hiciese molinos de la forma que los habŪa inventado Maestre Pedro Azlor fŪsico de S. A. =1480= En 15 de Mayo de este aŮo presentaron una peticiůn al Cabildo de la ciudad Fr. Alonso de Medina y Fr. Alonso de Sevilla para que se les concediese un pedazo de terreno que querŪan aumentar al que les habŪa dado el virtuoso caballero LuŪs de Monsalve en el cual iba Š ser edificada la ermita de San Onofre ędonde estŠ la cruz en el camino que viene de la Rinconada.Ľ =1482= Recibiůse en esta ciudad carta del Rey Catůlico, su fecha en Cůrdoba Š primero de Abril pidiendo cien caballos y mil peones para abastecer y pertrechar la ciudad de Alhama. =1483= En este dŪa por la maŮana miťrcoles 23 de Abril vino nueua a esta Áibdad que entrando el rey moro y el alatar de loxa y otros moros a correr a luÁena salieron el duque de najara e el conde de cabra y otros caualleros y los desbarataron y prendieron al rey moro y a tres hijos del alatar y a otros muchos moros principales y mataron el alatar y a otros caualleros moros la qual nueva vino per cartas a la cibdad e se pregonů con mucha alegrŪa en las gradas de esta cibdad. * * * * * Fernando de Ecija vecino de esta ciudad trajo la nueva de como el conde de Cabra y MartŪnez Alonso y otros caballeros habŪan desbaratado y cautivado al rey de Granada y otros muchos caballeros y peones que le acompaŮaban. La ciudad le diů 3000 mrs. de albricias. * * * * * En Marzo partiů de Sevilla Pedro de Rojas lugarteniente de Asistente para averiguar ęla desaventura acaecida en tierra de moros asy al seŮor conde de Cifuentes como Š los caballeros que con ťl fueron desta cibdad.Ľ * * * * * ęlunes dos de junio non se fizo cabillo porque salio el pendon real desta Áibdad para yr con el rey nro. seŮor a la tala de Granada.Ľ =1487= HallŠndose en esta ciudad los Reyes Catůlicos expidieron una carta fecha a 3 de Diciembre para que el Consejo permitiese Š Maestre Ramiro maestro mayor de la artillerŪa que cortase la madera que juzgara conveniente de los montes pķblicos asŪ como para que sacase de las minas de Sevilla y Cůrdoba lo que necesitara para la construcciůn de piezas de artillerŪa. * * * * * SŠbado 25 de Agosto entrů en Sevilla el Pendůn Real por la toma de MŠlaga y fuť recibido muy solemnemente. =1492= En 18 de Enero entraron triunfantes en esta ciudad su Pendůn y milicias por la toma de Granada. Pregonůse su llegada para que todos los caballeros escuderos y personas que tuviesen cabalgaduras, saliesen Š recibirlos Š la Puerta de la Macarena Š las 7 de la maŮana juntamente con todos los ministriles que tuviesen ęatambores e atabales e tamborinos e trompetas e cheremias e gaitas e panderetes salgan al dho. recibimiento y vengan taŮendo delante del pendon.Ľ * * * * * Domingo 26 de Agosto: ęeste dŪa traxieron al seŮor Duque de Medina-Sidonia falleÁido de la Ņvida? presente por el rŪo de la su villa de sanlucar de barrameda e lo enterraron en el monesterio de sant ysidro el qual diz que muriů supitamente.Ľ[150] =1496= 14 de Agosto ędia de nra. seŮora, este dia fizo el seŮor don Alfon de guzman alguacil mayor de seuilla fiesta en la plaÁa de sant francisco desta Áibdad de juegos de caŮas e toros e estuuo presente a ellas el seŮor duque de medina-cydonia e el alcayde de los donceles e otros muy nobles caualleros los quales se fizieron muy cumplidamente. =1500= ęEste dia martes 18 de febrero partio el Pendon Real desta Áibdad de seuilla para yr a fazer guerra a las Alpuxarras que estan alÁadas dios nro. seŮor lo trayga con vitoria amen.[151] * * * * * Jueves 3 de Abril: Este dia entro en esta Áibdad el rey de nauarra e saliole a recibir el rey nro. seŮor e otros muchos grandes seŮores con el.[152] Debiů ser Juan de Albret, marido de la reina Catalina hermana de Francisco Febo. =1502= En 15 de Febrero de este aŮo hŪzose entrega por los moriscos de esta ciudad de la mezquita de la MorerŪa al Adarvejo, cumpliendo el mandato de los Reyes Catůlicos; siendo asistente el Conde de Cifuentes. =1503= Hubo una avenida tan grande del Guadalquivir que rompiů la puente. =1508= A 27 de Agosto entrů solemnemente en Sevilla el Rey Catůlico. La ciudad erigiů en su honra trece arcos, los cuales hizo Alonso RodrŪguez Maestro mayor de la Santa Iglesia y se le dieron por su trabajo 15000 mrs. Tambiťn se lidiaron toros y hubo cucaŮas en la plaza de San Francisco y Puerta de Jerez, dŠndose por premios unas calzas y un jubon en la primera y un pedazo de terciopelo en la segunda y los caballeros corrieron sortijas premiŠndose al vencedor con 7 varas de terciopelo verde. =1511= En este aŮo hallŠndose en las casas del Dr. Alvarez Chanca posando D. Antonio de Rojas, Arzobispo de Granada, entablů la reclamaciůn del diurno concedido por la Reina Catůlica Š las iglesias de las Alpujarras. * * * * * En 18 de Junio estando en el AlcŠzar, fuť armado caballero por el rey Anton Garcia Armador (Ņde las galeras?) en premio de sus servicios de cuyo acto dieron fť los escribanos de Sevilla. DŪa de Santiago se jugaron toros y caŮas en la Plaza de San Francisco. =1512= ŅEste?... dŪa 2 de Septiembre fizieron justiÁia de juan de montoro criado de la marquesa de Ņmoya? porque el postrero dia del ochauario de nra. seŮora de agosto deste aŮo mato a la mujer del dotor juan saluago alcalde mayor de seuilla a ruego del dŪcho dotor por lo complazer. era ella fija de anton quebrado y la muerte que le dieron al dicho juan de toro[153] fue que lo arrastraron y le cortaron la cabeÁa en la plaza de sant francisco y ambas manos y lo descuartizaron y pusieron la cabeÁa en la picota y la vna mano a la casa de la puerta del dotor a cal de francos y la otra en el logar donde la mato a la plaÁuela de los torneros y los quatro quartos cada vno a las puertas de la Áibdad y el dho doctor se metio a fraile en sant geronimo donde esta oy dia dios los perdone a todos[154]. =1516= ęEn este dŪa, sŠbado 10 de Mayo, se alÁaron pendones en esta Áibdad de seuilla por los muy altos e muy poderosos la Reyna doŮa Juana e el Rey don Carlos su fijo nros. seŮores dios nro. SeŮor los dexe biuir e Reynar por luengos tiempos a su seruiÁio[155].Ľ =1520= Hubo mal de pestilencia en esta ciudad por lo cual se cerraron las puertas de que estuvieron por guardas Francisco de Torres y Miguel Navarro. =1521= La ciudad enviů Š don Jorge de Portugal Veinticuatro y al jurado Alonso de Cespedes y Š Francisco Sanchez escribano para que asistiesen por Sevilla Š la junta de la Rambla ęsobre la confederaciůn desta andaluzŪaĽ dando de ayuda de costa Š los dos primeros Š razůn de 1000 maravedises diarios y 570 al escribano. =1522= ęEste dŪa (sŠbado 9 de Agosto) corrieron toros en la plaÁa de sant francisco e pusyeron vn mastel e cierta seda para que el que subiese lo ganase por alegria del emperador nro. Rey e seŮor ser en castillaĽ[156]. * * * * * ęviernes 15 dias del mes de agosto dia de nra. seŮora ovo fiestas de toros por la venida del nro reyĽ[157]. =1523= Este dia miťrcoles 10 de Junio sepultaron al ilustre e magnifico seŮor don diego de deÁa arzobispo de seuilla salŪeron todas las cruzes de las collaciones de negro y la clericia e las ordenes e lo sepultaron como perlado en su colegio de santo tomas en gloria sea. antes que fallesciese fizo muchas limosnas especial al monasterio de la madre de dios de dos mill dozientas arrobas de azeyte e otras muchas requien śternam dona eis domine et lux perpetua.Ľ[158] =1525= jueves 23 de noviembre ęsan clemeynteĽ (dia de) saco el pendon el duque de arcos y entro el asistente juan de silua.Ľ[159] =1526= Este dia 3 de marzo entrů la emperatriz mujer del emperador don carlos nro. seŮor enesta Áibdad de seuilla salieron los veintycuatros e jurados e escribanos publicos vestidos de seda plega a dios de les dexar biuir e Reinar mucho tiempo a seruicio de dios nro. seŮor[160]. ęEste dia 10 de marzo entro su magestad del emperador don carlos nro. seŮor salieron los veintiquatros e jurados e escriuanos publicos vestidos de seda e todos los de la Áibdad muy arreados e fueron desposados el y la ynpetetris doŮa ysabel e velas e encerradas (sic) por el delegado del papa que se llamaua de afisco dios les guarde e les de poder contra los tyranos.Ľ[161] * * * * * En este dia 14 de marzo se comenÁaron a firmŠr las escrituras en lugar del syno por declaracion de los seŮores del consejo real de sus magestades.[162] =1543= En 23 de Julio, en la visita que hizo Š la iglesia de San Andrťs de esta ciudad don Pedro Melgarejo de Urrea obispo de Dulcinio visitador general de las iglesias de Sevilla mandů Š los curas que en los asientos de bautismos hiciesen constar los nombres de los compadres y comadres que fuesen de las criaturas que se cristianasen, de donde eran vecinos, quť oficios tenŪan y que se salvasen las enmiendas que se hiciesen en las partidas. =1544= En 15 de Septiembre se pregonů la obra de carpinterŪa para el techo de la sala Capitular. Acudieron presentando trazas Juan FernŠndez, Guillermo, Francisco de Herrera, LuŪs de Villafranca y Pedro Izquierdo. =1549= En 6 de Julio de este aŮo, HernŠn Arias de Saavedra renunciů el oficio de Correo Mayor en don Pedro Afan de Ribera Marquťs de Tarifa. Martes 2 de Enero este dŪa amaneciů crecido el rio hasta que llegů Š las puertas del Arenal y Triana y andaban por la cesterŪa con barcos y andaba el agua por santa ŅmarŪa?[163]. =1557= En 20 de Septiembre nombrů la Ciudad Š Juan VŠzquez padre de los huťrfanos ęque es poner mozos y mujeres con amos y amas.Ľ El dicho VŠzquez sustituyů en el cargo Š Gabriel de Zamora. =1559= En este aŮo fuť procesado MartŪn de la Cruz pastelero que vivŪa en la Puerta del Arenal, al Cantillo de la MancebŪa, porque se le averiguů que empleaba en sus pasteles carne hedionda unas veces y otras en vez de vaca puerco ů carnero. =1571= Celebrů esta ciudad con mascaras, procesiones y otros regocijos la gran victoria de Lepanto. =1573= En 8 de Marzo hizose entrega Š los frailes de la Cartuja del cadŠver de don Pedro Afan de Ribera, Duque de AlcalŠ, Marquťs de Tarifa, Conde de los Molares, Adelantado mayor de AndalucŪa y Visorey y CapitŠn General del Reyno de NŠpoles fallecido en dicha ciudad. =1585= El lunes 4 de Noviembre se desplomů la nave mayor de la iglesia parroquial de San Esteban y se pidiů Š la ciudad ayuda para reedificarla. =1586= Se celebraron grandes fiestas por el feliz alumbramiento de la Infanta doŮa Catalina, hija de Sus Majestades. =1597= Fuť recibido por asistente don Francisco Arias de Bovadilla conde de PaŮonrostro. Al darse cuenta en el Cabildo de 24 de Marzo, se reparů en que la Provisiůn Real no decŪa muy noble y muy leal ciudad, acordŠndose que el Procurador mayor lo hiciese presente Š la Corte. * * * * * Se corrieron toros en el barrio del Duque. En 20 de Agosto pregonůse la limpieza de la ciudad con trompetas Š caballo. =1598= Prodķjose un alboroto en el Cabildo de la ciudad y fuť la causa el haberse recibido una carta de Gibraltar dando Š la de Sevilla el tratamiento de merced. Se acordů que la carta se rompiese sin hacer caso de ella, mediante convenir asŪ Š la grandeza y autoridad de la ciudad por parte de ęun lugarejo corto y de gente tan ignorante y bruta que se podŪa creer con propiedad, ignorarŪa el modo de hablar Š sus superiores y porque no se desvaneciese si la ciudad reparase en su necedad y que asŪ se le avisase Š sus almoxarifes para que asŪ lo tuviesen entendido.Ľ * * * * * En Mayo pusieron preso en la Carcel de la Audiencia Š don Silvestre de GuzmŠn, Diputado por la ciudad de las fiestas del Corpus, por un lance que tuvo con los Alguaciles de dicho tribunal. * * * * * En Cabildo de 23 de Mayo propuso el Jurado Rodrigo CataŮo que los moriscos se alisten y se haga cala y cata de sus armas y traigan una seŮal para ser conocidos. =1600= En agosto hubo ocho toros en la plaza de San Francisco que fueron de don Bartolomť de la Puebla, jurado de Sevilla, en 25 ducados cada uno. =1602= Hubo fiestas de toros en la plaza de San Francisco y se levantů un tablado delante de las casas del Cabildo para que las presenciase la seŮora Marquesa de Montesclaros. =1605= Vino Š esta ciudad Julio Cťsar Fontana, ingeniero de S. M. y por su orden, para ver lo que se podŪa ahorrar en las obras y edificios de la Lonja y estudiar el remedio que deberŪa oponerse Š las continuas inundaciones. * * * * * Se hicieron fiestas por el nacimiento de Felipe IV; que consistieron en una mascarada compuesta de 12 cuadrillas al mando de los caballeros don Diego Ortiz de ZķŮiga, 24; SebastiŠn de Casaus, Fernando de Saavedra, Pedro de Tapia, Antonio Petruche Provincial de la Hermandad, Juan de Arguijo, 24, Juan Pťrez de GuzmŠn, Ldo. don Juan Ponce de Leůn, don Bartolomť GonzŠlez Delgadillo de Avellaneda, Asistente, LuŪs de Miranda, 24, seŮor Duque de AlcalŠ. =1610= Promoviůse cuestiůn entre los canůnigos, comisarios de Cruzada y el Alferez mayor Marquťs de la Algaba sobre el asiento que se les asignů en Cabildo. =1618= Hubo una terrible avenida del Guadalquivir en que pereciů extraordinario nķmero de ganado. =1623= ęA don Antonio de Castroverde, por este tiempo le prendieron los alcaldes de la Real Audiencia y estŠ condenado en vista Š cortar la cabeza y en revista le condenaron Š degollar y le degollaron en sŠbado de Ramos 8 de Abril de 1623 aŮosĽ[164]. =1624= En 4 de Marzo, el rey Felipe IV acompaŮado del Almirante de Castilla y don Carlos su hermano y del seŮor Duque del Infantado y el de Cea y el de AlcalŠ, Conde de Parma y de la Torre, Marquťs de Castro Rodrigo y de AlcalŠ y de otros muchos seŮores caballeros de habito fue en vna muy maravillosa falua por el rio de esta ciudad de Sevilla Š las Cuevas que fuť muncho que verĽ[165]. * * * * * En primero de Marzo de 1624 entrů en Sevilla Felipe IV y se le hizo muy gran recibimiento, de suerte que no se ha visto otro mŠs grandioso en el mundo[166]. El 8 de Marzo visitů los conventos de Madre de Dios y de las Mercedes[167]. El 5 de Marzo subiů Š la Giralda[168]. El 13 saliů para DoŮana[169]. =1629= Se tomaron acuerdos en 6 de Junio y 6 de Julio para que los escribanos del Cabildo no recibiesen carta ninguna dirigida Š la ciudad, si en el sobrescrito no dijese ęa la muy noble y muy leal ciudadĽ y Š la persona que trajese las cartas sin este requisito se les devolviesen sin abrir. =1630= En este aŮo dieron muerte al Veinticuatro don Fernando de Medina Melgarejo, la cual se atribuyů Š don Bernardo de Rojas y Saavedra, de la Orden de Santiago. * * * * * Los jurados de la ciudad representaron Š la misma la conveniencia de que se suprimiesen las ęCasas de la gulaĽ cuyo nķmero habia aumentado al punto que en este aŮo habŪa mŠs de treinta. TraŪase Š ellas la caza y pescado en vez de llevarla Š las plazas pķblicas vendiťndola Š excesivos precios, con lo cual se perjudicaba Š las gentes. En ellas dŠbase de comer y beber Š hombres y Š mujeres y tambiťn cama para dormir Š los que las pedŪan, de todo lo cual seguŪanse graves perjuicios. =1634= En 7 de Septiembre por cťdula Real dada en Madrid se concediů Š Oracio Levanto el estanco de la plata mientras que el Erario no le devolviese 15000 ducados que habŪa prestado. En su virtud, el dicho, ů las personas por ťl apoderadas, serŪan las ķnicas que podrŪan arrendar la plata, aguamaniles y vasos para bautizos ordinarios. =1635= En este aŮo tuvo el estanco de los lutos y bayetas en Sevilla y Triana, Acacio Salvador. =1641= En Julio de dicho aŮo se enterrů en Santa Cruz el maestro Rodrigo Zamorano. =1642= ęLunes 20 de enero de 1642, fue dia del glorioso San Sebastian y este dia estubo toda la ciudad cercada de agua y anegados todos los arrabales desta ciudad y triana estubo anegada toda y se cayeron algunos edificios y el Cabildo desta Santa Iglesia hizo muchas limosnas y algunas personas, Dios se lo pague, y el rio se llevů la puenteĽ[170]. =1647= Lunes 16 de Septiembre se corrieron toros en la Plaza de San Francisco con asistencia de ambos Cabildos. =1653= Este dŪa 7 de Febrero mandů el Cabildo de la Santa Iglesia que su secretario don Rodrigo de Quintanilla, Arcediano de Jerez diga al seŮor Dr. MartŪn VŠzquez Ziruela Racionero, que serŠ muy del servicio de Dios y grande autoridad de esta Iglesia el que su merced escriba el teatro de esta Santa Iglesia porque lo fŪa de su gran capacidad y grandes letras, uirtud y puntualidad y que para la ejecuciůn de esta obra se den al dicho seŮor todos los papeles y demŠs antigŁedades que ay en los Archivos y en las demŠs oficinas de esta Santa Iglesia, dejando recibo de ellos para que luego buelban a ponerse donde estauan. * * * * * Este dŪa 8 de Agosto se leyů en el Cabildo de la Santa Iglesia una carta de Lima del Dr. don Diego Andrťs de Rocha, el cual enuia al Cauildo vn libro que ha escrito sobre el Apocalipsi. Mandů su seŮorŪa que se le responda. =1654= En 19 de Junio mandů el Cabildo de la Santa Iglesia que los seŮores oficiales de FŠbrica hagan que se eche mucha agua enfrente de la Capilla de los Reyes los dias de fiestas para que no se sienten allŪ mujeres escandalosas. =1670= ęMiťrcoles 5 de Febrero, hubo toros en la Plaza de San Francisco por la elecciůn de Presidente de Castilla en el seŮor Conde de Villa-Umbrosa (que habŪa sido Asistente de Sevilla,) Š los cuales asistiů el Cabildo de la Santa Iglesia en el lugar que se le seŮalů, que fueron dos arcos y medio de los balcones en el cual sitio estuvieron muy estrechos con haber ido muchos seŮores menos de los que son: colgůse el dia antes con los paŮos amarillos el sitio que pertenecŪa al Cabildo y con dos alfombras grandes se alfombraron todas las gradas asŪ lo que tocaba Š la Ciudad como Š la Iglesia. LlevŠronse escaŮos para todos los balcones menos el primero que fuť cabezera porque cupiese el banquito de los seŮores Oficiales de FŠbrica y un tapete por debajo de cada escaŮo, que la alfombra no llegaba al balcůn, con una almohada para el seŮor Dean ů Presidente para los pies. Fuť el Cabildo la tarde en forma, con bonetes y esta vez se llevů por mandado del Cabildo dulces en esta manera: cajas de piezas que cabŪan una libra y estas atadas con un listůn encarnado y vino ypocrŠs y agua de canela y agua clara, todo con nieve: llevŠronse cuatro docenas de vidros de Venecia, tres salvillas y tres fuentes y al tiempo de repartir se le diů al seŮor Asistente una fuente de dulce suelto para que tomase y al mismo tiempo se empezů Š repartir las cajas Š una por seŮor: fueron cuatro pages de los seŮores Oficiales de FŠbrica, con toallas los que lo llevaban y luego las bebidas empezando por el vino ypocrŠs, luego se echů Š la plaza una fuente de dulce (y para esto convendrŠ llevar cantidad aunque sea ordinario) llevŠronse juntamente cuatro hachas para alumbrar la salida, y cuatro orinales para si se ofreciese alguna necesidad, todo esto estuvo debajo del mesmo andamio en uno a modo de aposento que allŪ se formůĽ. =1671= Se recibiů la Real Orden para gastar 3000 reales en la fiesta de San Francisco de Borja de la cantidad concedida para la del Santo Rey don Fernando. =1673= SŠbado 30 de Septiembre y lunes 2 de Octubre, hubo caŮas y toros en la Plaza de San Francisco Š que asistiů el Cabildo de la Santa Iglesia en el sitio de la ciudad en dos arcos y medio. La relaciůn de esta efemťride difiere muy poco de la anterior del aŮo 1670. * * * * * Se concediů licencia por la Ciudad para sembrar tabaco. =1674= ęLunes 25 de Julio hubo otros toros en la Plaza de San Francisco Š que asistiů el Cabildo EclesiŠstico y se estrenaron los escaŮos morados que para este efecto se hicieron y se puso el sitio alfombrado con las dos alfombras iguales y la colgadura fuť de la verde, un paŮo de Š tres y dos de Š seis y tres escudos de las armas de la Iglesia repartidos en dichos paŮos; la almohada del seŮor Dean estuvo puesta siempre Š los pies del escaŮo que ya no se aguarda Š ver si la pone el Regente como se solŪa, sino desde luego se pone como en los demŠs tribunales.Ľ =1679= Acordů la Ciudad que se suspendiesen las representaciones de comedias en el Coliseo y en la MonterŪa hasta que cesaran las calamidades. =1683= ęEn esta ciudad se prendieron algunos carniceros y juntamente con ellos Š los cobradores de sus tablas porque introducian y vendŪan la carne de oveja por de carnero conque vbo vna destrucciůn muy grande y algunas paridas se murieron de comer dicha carne y Š los enfermos que se les lleuaua y la comian se morŪan algunos y otros eran tantos los cursos que hacŪan que perdŪan el sentido y no se sabŪa Š que atribuir. Pero como Dios nuestro seŮor no quiere que ayga cosa encubierta se descubriů y Š los dichos carniceros y sus cobradores los azotaron en esta ciudad y les echaron Š galeras y al que tubo la culpa de que se introduziese y bendiese dicha carne que fuť el alcayde de la carniseria para que entrase dicha carne Š desoras de noche lo aprisionaron tambiťn y le privaron del puesto de alcayde y confiscaron sus bienes.--Dios nos de su gracia y nos libre de tales tentaciones y de poder de justicia y perdone Su Majestad SantŪsima al que esto escribiůĽ[171]. =1680= ęa nuebe de ottubre de este aŮo a las siette de la maŮana poco mas, ttemblo la ttierra dia de san Dionicio aleparica (sŪc)[172]. =1681= ęEn diez y siete de abril del aŮo del seŮor de 1681 dieron garrote a Juan Ruiz y a don Juan Troncosso vezinos de esta ciudad dentro de la Carcel Real de ella por selladores de moneda falsa y luego los sacaron a la plaza de san francisco y lo pusieron en dos palos y estubieron en ellos aquel dia desde las siete de la maŮana hasta las dos de la tarde y aunque los susodichos estaban sentenciados a dar garrote y quemarlos fuera de la Puerta de Jerez se executo de tal forma por amor de estar algunas ciudades y lugares padeziendo mal de peste y esta ciudad estarse guardando dellos porque con el concurso de la gente que saliera por las puertas a ver lo susodicho no se introdujera alguna gente de los dichos lugares apestados en esta dicha ciudad--siendo asistente y regente desta dicha ciudad don Andres de la Concha y Zapata del Consejo de S. M. y theniente mayor el seŮor don Sebastian NuŮez Rasero y segundo el seŮor don Rodrigo de Miranda y QuiŮones y Alcalde de la Justicia el seŮor don CŠndido Molina y el escribano de la causa fuť Jerůnimo MartŪnez de Parga[173]. FIN ÕNDICE PŠgs. Anteportada, I Portada, III Al lector, V Antiguas industrias sevillanas.--Tejidos y tejedores, 1 El Zapote.--Ultima memoria de las Casas de D. Fernando Colůn, 31 La mezquita de los osos, 47 Recibimiento en Sevilla de un embajador de Inglaterra, 53 La policŪa urbana de Sevilla en los siglos XV, XVI y XVII., 67 Los leones de los Reyes de Castilla, 77 La compraventa de los esclavos en Sevilla, siglos XV-XVI, 83 La fiesta del Corpus Christi en Sevilla en los siglos XV y XVI, 91 Profesiones de antaŮo, 127 La casa sevillana en los siglos XIV, XV y XVI, 149 Yantares, 180 Fiestas y regocijos pķblicos, 195 La fiesta del Corpus en el convento de Madre de Dios, 217 Coleccionistas antiguos, 231 Efemťrides sevillanas, 287 Õndice. Erratas mŠs importantes. Colofůn. Notas. ERRATAS MŃS IMPORTANTES [ya corregidas (n. del t.)] _DICE_ _L…ASE_ PŠg. 37. Nota (1) Carona y Laznio Carona y Lanzio Ľ 44. En el renglůn primero de la nota ępero 130 aŮos antes pero 19 aŮos antes Ľ 101. 1947 1497 Ľ 149. de aquellas centurias de pasadas centurias Ľ 237. Nota(1)ęen que Leandro vendiů en que Leardo vendiů FU… IMPRESO ESTE LIBRO INTITULADO CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS (2.™ SERIE) EN LA OFICINA DE ęEL CORREO DE ANDALUCÕAĽ EL DÕA 31 DE DICIEMBRE DEL A—O DE N.S. JESUCRISTO DE 1910. [imagen: colophon] NOTAS: [1] ęAlmerie etait la ville principale des musulmans Š l'epoque des Almoravides. Elle etait alors tres-industrieuse et on y comptait entre autres cents metiers Š tisser la soie, et l'on fabriquait des, etoffes connues sous le nom de holla, de di dib‚djs di ciclaton, de ispah‚niÓ, de dfordj‚nÓ; des rideaux ornťs de fleurs, des etoffes ornťes des clous, de petits tapis, des etoffes connues sous les noms d'attabi (talķ) de mi'djar &c. Avant l'epoque actuelle AlmerŪe etait ťgalement renommťe pour la fabrication des utensiles en cuivre et en fer et d'autres objets.... Le port decette ville recevait des vaisseaux d'Alexandrie et de toute la Syrie, et il n'avait pas dans toute le Espagne, de gens plus riches, plus industrieux, plus comerÁants que ses habitants, ni plus enclis soit au luxe et a la depense, soit a l'amour de thesaurier.Ľ Edrisi--Descriptiůn d'Afrique et de l'Espagne, pŠg. 240. [2] Ebn Aljatib, un viajero arabe, alababa las hollas ů vestiduras que se tejŪan en MŠlaga que eran de varios colores y con preciosas labores de figuras que representaban Califas y otros personajes famosos, subiendo sus precios Š muchos miles. Descripciůn del reino de Granada por Simonet, pŠg. 76. El cťlebre geůgrafo Ebn Said dice que Nerja (Naricha ů Narifa) ęera una alqueria tan grande como una ciudad ... que alcanzaba Š la sazůn gran nombradia por sus fŠbricas de ricos tisues (tiraz) y telas de seda de colores y aŮade que pasů por aquel pueblo con su padre Musa Ebn Amran en la ťpoca en que sus naturales solŪan teŮir ů pintar la seda, y hallů gran muchedumbre de ellos reunidos en el Šlveo del rŪo donde habŪan plantado una gran tienda. [3] El seŮor marquťs de Cerralbo en su notabilŪsimo Discurso de recepciůn en la Real Academia de la Historia, pŠg. 154. [4] Le musťe historique des tissus de la Chambre de commerce de Lyon, por Raymond Cox, pŠgina, 54. [5] ęUna colcha, la fas de paŮo de oro que llaman marabique ...Ľ Recibo que diů Teresa GonzŠlez en favor de Sancha Lůpez. Sevilla, 16 de Marzo 1862***. Colec. de docums. del autor. [6] ęEra costumbre entre los principales jefes musulmanes de poseer en su palacio una casa destinada Š la fabricaciůn del tiraz ů manufactura de seda. En ella se tejŪan telas con inscripciones, con emblemas para el uso del seŮor y de sus servidores. Era en general, mercancia prohibida, sirviendo Š veces para regalos diplomŠticos, asŪ se explica la existencia en Europa de telas, manifiestamente orientales, conservadas en nuestras iglesias ů colecciones pķblicas. Arun-al-Raschid las enviů Š Carlo Magno entre otros productos de la industria Šrabe.Ľ R. Cox. op. cit. pŠg. 52. [7] AdemŠs de las singulares telas moriscas que citamos en el texto y de otras notables que poseen algunos de nuestros templos y afortunados coleccionistas, consťrvanse notables ejemplares hispano-moriscos en el museo de tejidos de Lyon. Al tratar de las ricas telas moriscas, acude Š la mente el recuerdo penosŪsimo de las que constituyeron en los siglos XIII, XIV, XV y XVI los vestuarios de las imŠgenes articuladas de la Virgen, de los Reyes, Fernando III, D™ Beatriz de Suavia y D. Alonso X, que se custodiaron en la Capilla Real de nuestro Templo metropolitano; tesoro tan estupendo y singular, que si hoy se conservara produciria la admiraciůn del mundo entero. Pues bien, aquella inusitada riqueza constituida por regios donativos en el lapso de cuatro siglos, desapareciů, y con ella los interesantŪsimos simulacros de los citados monarcas y hasta el pavťs de San Fernando que alcanzů Š ver el ilustre Argote de Molina. Las reformas de que fuť objeto la Real Capilla con motivo de la canonizaciůn del Santo Rey destruyeron estas y otras inapreciables joyas. [8] La letra T. es abreviatura de la palabra _Tejedor_. [9] Puede verse tambiťn la Memoria sobre el problema propuesto por la Sociedad Patriůtica acerca de la manufactura de seda., etc. por Don Bernarbť Portillo. Tomo I. de las Memorias de dicha Sociedad. [10] PermŪtanos el seŮor don Juan Caballos Pťrez que interponiendo el interťs histůrico Š los respetos de su reconocida modestia consignemos su nombre y perdůnenos una libertad que se funda solamente en las que creemos exigencias de la justicia dando Š cada cual lo suyo. [11] Informe del Veinticuatro de Sevilla Francisco Maldonado de Saavedra en que se describen los jardines y palacios de Don Fernando Colůn, en el barrio de los Humeros tal como se hallaban en el aŮo de 1597. ęCuriosidades bibliogrŠficas y documentos inťditos. Homenaje del Archivo Hispalense al IV Centenario del Descubrimiento del Nuevo Mundo.Ľ Sevilla, Rasco. 1, vol. 4.ļ, 1892. [12] Con los pormenores que aparecen en el contrato otorgado entre Don Fernando Colůn y los escultores Carona y Lanzio nos hemos atrevido Š reconstruir la fachada de la casa del insigne bibliůfilo. DŪcese en el documento Š que nos referimos: ęche havemo da fare inseme una porta di marmoro biancho et quatro fenestre di una medesma forma ... la quale hano de esser de la grandessa et opera e manifatura che habiamo datto designato de la nostra mano in uno cartono al signo Dum (sic) Fernando Colůn Spagnollo che ť quello che comanda a faze la dicta operaĽ. Puede verse tan precioso contrato en la obra ęNotizie dei profesori del disegno in Liguria dalle origini al secolo XVI por Alizeri. Gťnova 1880. 6 volumnes fol. tom V pŠg. 103. [13] Dichos sepulcros asŪ como un hermoso retablo, todo ello de mŠrmol blanco, estuvieron en la iglesia del convento de San Francisco de esta ciudad y hoy se encuentran en Pontevedra por disposiciůn de los duques de Medina de las Torres, sus descendientes. [14] AsŪ lo dispuso en su testamento Don Fernando Colůn, encargando Š sus herederos que procurasen conservar siempre legibles dichas inscripciones. Apťndices Š la obra, ęDon Fernando Colůn historiador de su padreĽ. Harrisse. [15] Cuando la Biblioteca Fernandina pasů al Cabildo Catedral consta por los ęLibros de FŠbrica, que cada volķmen de los del Cabildo estaba sujeto con una cadena, prevenciůn muy en boga entonces, y Š la que parecen referirse las palabras subrayadas en el texto, que consiguů Don Fernando en su testamento. Vease nuestra obra Sevilla Monumental y ArtŪstica. Tomo II. Biblioteca Colombina. [16] El amor de Don Fernando Colůn Š su librerŪa y Š sus grabados se demuestra por sus ęAbecedarios y RegistrosĽ que de ťl se conservan autůgrafos. Labor Ūmproba que nos dŠ Š conocer tambiťn su rara erudiciůn y doctrŪna bibliogrŠfica. De estos Ūndices forma parte el Registrum C que es un catŠlogo en 4.ļ de los grabados que poseyů. HallŠnse divididos en grupos, segķn los tamaŮos del papel en que estaban impresos, y, separadamente los que contenŪan figuras desnudas ů vestidas. De cada una de las estampas hacŪa el gran bibliůfilo minuciosa descripciůn, sin olvidarse de citar las firmas y monogramas de sus autores. Tan importante hemos juzgado siempre la publicaciůn de este volumen, que hace algunos aŮos la hubiťsemos efectuado, pero, al participar estos propůsitos al muy docto, entonces Bibliotecario mayor de S. M. nuestro amigo el SeŮor Don Manuel R. Zarco del Valle, nos hizo saber que una copia del ęRegistrumĽ paraba ya en manos de Mr. Thibandeau de Londres, sabio coleccionista de grabados, quien despuťs de estudiarlo detenidamente lo darŪa en breve Š la estampa. Estos deseos no se han visto cumplidos para los curiosos que esperan con ansia su publicaciůn, seguros de que ha de revelar preciosas noticias de los mŠs excelentes grabadores de los siglos XV y XVI. [17] Pocos aŮos, quizŠ, despuťs de la muerte de Don Fernando, parece que sus casas y huertas pasaron Š poder del banquero genovťs Francisco Leardo, el cual las vendiů Š Fray Francisco de Beaumont, religioso mercedario, que hubo de adquirirlas con el intento de labrar un colegio conventual, dedicado Š San Laureano, en 14 de Marzo de 1594{*} pero 19 aŮos antes, consta que en ellas hallŠbase establecida una importante fabricaciůn cerŠmica dirigida por el genovťs TomŠs de Pťsaro, segķn consta en una escritura de 26 de Diciembre de 1575{**}. En 1597 dispuso Don Felipe II que la Ciudad fundase un hospital para albergue de mendigos y vagabundos, y en su virtud esta encomendů el asunto Š Don Francisco Maldonado, el cual informů diciendo que el local mŠs a propůsito era el edificio ęque llaman las Casas de Colůn.Ľ Creemos que la fundaciůn del albergue quedů en proyecto y que los Pťsaro, TomŠs y su hijo Jusepe continuaran con su fŠbrica en el mismo sitio hasta 1602 por lo menos, fecha en que segķn ZķŮiga se comenzů Š edificar el Colegio de San Laureano. El transcurso de 35 aŮos fuť suficiente para convertir el artŪstico monumento erigido por Don Fernando Colůn en una fŠbrica de cerŠmica y el de otros 27 mŠs, para que de ťl quedase solo el recuerdo de su existencia. {*} Harrise Don Fernando Colůn historiador de su padre, pŠginas 109 y 110. {**} Gestoso. Historia de los barros vidriados sevillanos, pŠginas 241 y siguientes. [18] Ni en la ęCuenta del gastoĽ se cita el nombre de aquel diplomŠtico, ni en los historiadores sevillanos se hace menciůn de su estancia en Sevilla. A la bonŪsima amistad del Sr. Conde de las Navas, Bibliotecario mayor de S. M. debo el conocimiento de su nombre. [19] Vťase lo que ocurrŪa respecto Š la falta de limpieza en el mismo AlcŠzar de esta ciudad, pags. 54 y 55 de este libro. [20] Actas de dicho aŮo. Arch. Mun. [21] Papel con letra del XVI. ęArch. Mun.Ľ [22] Papel sin fecha, letra del XVI. [23] Leroy de la Marche. "Le Roi Renť." [24] PŠg. 21, tomo III de Crůnicas. Bib. de AA. EE. [25] Acta del Concejo de Sevilla, 8 Marzo 1479. [26] Colec. Belmonte, Tomo I. fol 93. Archi. gral. de Indias. [27] Actas Capitulares, ęArch. Mun.Ľ [28] Lib. 3.ļ de Heredades de la Sta. Iglesia, fol. 67, Archivo de la Catedral. [29] Ibid, loc. cit. [30] Arch. Mun. [31] Lib. de escrituras de dicho aŮo de Francisco Segura. ęArch: Protocs.Ľ [32] Lib. 3.ļ de escrituras de dicho aŮo de Manuel Segura, ęloc. cit.Ľ [33] Oficio 1.ļ Lib. 1.ļ de dicho aŮo fol 211 vto ęArc. de Protos.Ľ [34] Ofi. 11 lib. 2.ļ de dicho aŮo, cuad. 87. ęloc. cit.Ľ [35] Ibid. loc. cit. [36] Of. 11 libro ķnico de dicho aŮo fol. 2818. [37] Oficio I, lib. I de dicho aŮo folio 881. _Archivo de Protocs._ [38] Of. 1.ļ Lib. 1.ļ de dicho aŮo fol. 128 ęArch. de Protocs.Ľ [39] Amador de los Rios dice que se celebraba en los tiempos de Alonso X, paro sin citar testimonios que autorizasen su dicho, ęHistoria de la literatura espaŮola,Ľ tomo VII, pŠginas 428. [40] ęSeys pieÁas de oropel para fazer los růtulos que lieuan los profetasĽ. Lib. de FŠb. [41] Al Jesķs se pagaban 100 mrs. y 25 Š los demŠs. [42] En 1497 consta que todo el gran grupo de personas de la ęrocaĽ destacŠbanse sobre una tela de 34 varas de largo que imitaba el fondo del cielo. [43] Actas Capituls. de dho. aŮo. [44] Viernes 6 de Junio de 1511 ęfuť acordado por la cibdad y por el SeŮor Asystente ... mandar e mandaron a guillen de las casas veynticuatro e a alonso ochoa jurado de esta Áibdad diputados de la fiesta del corpus xpi. fagan fazer dos fachas doradas del tamaŮo que les pareÁiese la vna para el Rey y la otra para la Reyna puestas en cada vna sus armas por las quales se pagase al cerero que las fiziese los mrs. que ellos concertaren.Ľ Cuad. de Actas Capitulares. Arch. Mun. [45] Actas Capitulares. Arch. Mun. [46] Lib. de Propios. Arch. Mun. [47] Estos se aderezaban en la Plaza del AlcŠzar, entrado ya el siglo XVII como consta en un asiento de Libros Propios de 19 de Mayo de 1604. [48] Cuad. de Actas Capituls. [49] Antes se les ha llamado tintores. Debiů ser error del amanuense pues los reparos de dhas figuras mŠs propios parecen de los segundos que de los primeros. [50] Actas Capituls. Arch. Mun. [51] Lib. de caja de 1570. Arch. Mun. [52] Manual de caja 1570. Arch. Mun. [53] Lib. de caja. Arch. Mun. [54] Lib. de caja. Arch. Mun. [55] Lib. de caja. Arch. Mun. [56] Lib. de caja. Arch. Mun. [57] Of. 4. Lib. II de dicho aŮo, fol. 24, Arch. de Protos. [58] Tom. VI. Letras C. D. Siglo XVI. Arch. Mun. [59] Cabo 3 Diciembre. 1596. [60] Libro de Propios y de actas capituls. Archs. de la Cat. y Mun. [61] Lib. de Propios fol. 438. [62] Libr. de Propios fol. 429, Arch. Mun. [63] Libro de Propios Arch. Mun. [64] Lib. de Propios 162. Arch. Mun. [65] 20 Junio 1602 loc. cit. [66] Libs. de Propios Arch. Mun. [67] Ibid, loc. cit. [68] Lib. de Propios. 10 Junio 1603. Arch. Mun. [69] Lib. de Propios. En dicho aŮo Š 22 de Junio tuvo lugar ęel ensayo real de los carros de representaciůn.Ľ loc. cit. [70] Libs. de Propios y de Actas. Arch. Mun. [71] Acta capitular. [72] Cab.ļ 11 Junio 1672. [73] Colec. ant. Fiestas del Corpus. Los gigantes se depositaban en un almacťn de la Pta. Real en este aŮo. Titulos de propiedad. Cap. 4. [74] Registro de escrituras de 1752. [75] Cuad. de Actas capituls, de dicho aŮo, Arch. Mun. [76] Lib. II de escrituras de Manuel Segura, fol. 1390 Arch. de Protos. [77] Ignoramos el significado de esta frase. [78] Of. 11 Lib. IV de dho. aŮo sin fol. Arh. de Protoc. [79] Of. 11 Lib. 1.ļ que lleva en el tejuelo el de 1552. Arch. Protoc. [80] Of. 11 Lib. 1.ļ de dho aŮo. Arh. de Protoc. [81] Libro de escras. de Juan GarcŪa, 1449-1474. [82] Libro del Mayordomazgo de 1441, Arch. Mun. [83] Libro. 1.ļ de dho. aŮo, Oficio 11. Arch. de Protocs. [84] Lib. de escrituras de Juan GarcŪa, 1441, loc. cit. [85] Lib. de escrituras del citado escribano del dho. aŮo. Arch. de Protoc. [86] Lib. de escrituras del oficio 3.ļ. loc. cit. [87] Lib. I de dho. aŮo de Manuel Segura, Arch. de Protos. [88] Acta capitular de dha. fecha. Arch. Mun. [89] Cuadr. de Actas capituls. Arch Mun. [90] Libro de escras. de Francisco Segura. Arch. de Protos. [91] Lib. Mayordomazgo de dicho aŮo. Arch. Mun. [92] Lib. de Propios. [93] Lib. de Propios. [94] Lib. de escrituras de dho. aŮo de Francisco Segura. Arch. de Prots. [95] Lib. 1ļ. de dho aŮo de Manuel Segura. Arch. de Prots. [96] Acuerdos para librar de 1636. Arch. Mun. [97] Vťase la pag. 94 de este libro. [98] ŅSerŠ el citado Cristůbal MartŪnez? [99] Hijo del Maestre Antůn Zapata ů el mismo Maestre Antůn? [100] Cuadr. de Actas capituls. de dho. aŮo, Arch. Mun. [101] En 1473 MartŪn RodrŪguez obligůse Š pintar unas puertas para el Sagrario de la Iglesia de Sta. MarŪa de la Merced de esta ciudad y bien merecerŪa copiarse al propůsito la descripciůn que de la pintura de otras puertas se hace en un contrato celebrado en 1528 entre la comunidad del Carmen y el pintor Antůn SŠnchez de Guadalupe; que el lector curioso puede ver en el artŪculo dedicado Š este pintor en el tomo 3ļ de nuestro Diccionario de ArtŪfices. AsŪ se explica que veamos Š artistas de gran crťdito pintando puertas, bancos, cirios, candeleros, etc., que hoy se entregan Š los pintores de brocha gorda. [102] Carecemos de pruebas para asegurarlo, pero, si los sevillanos siguieron el gusto florentino, emplearŪan en la decoraciůn exterior de sus casas, pinturas al fresco, como hemos visto en aquella ciudad italiana. En las iglesias del Carmen y de San Miguel de esta ciudad las hubo en los muros exteriores Ņque extraŮo pues que los particulares hubieran seguido este ejemplo? Vťanse los articulos de Antůn SŠnchez de Guadalupe y de Diego de Torres en el tomo 3.ļ de nuestro Diccionario de ArtŪfices. [103] Ignoramos el significado de esta palabra. [104] Vťase el artŪculo Francisco Ximťnez en el tomo 3.ļ de mi Diccionario. [105] AsŪ llamaban los artistas de estos tiempos Š toda composiciůn decorativa de estilo plateresco. [106] ŅAlternarŪan los motivos al claroscuro con los policromados? [107] ŅAlficares por alfťizares? [108] Segķn MariŠtegui en su Glosario, llŠmanse asŪ cada una de las goteras formadas por diversos planos del pavimento de un patio, para facilitar las salidas de las aguas pluviales, dirigiťndolas Š la atarjea ů alcantarilla. Eguilaz en su Glosario dice que es ęEspecie de soladura pavimento ů revestimiento de un edificio con piedras labradas. Tambiťn, techo. [109] En nuestro concepto estas voces corresponden Š la carpinterŪa de lo blanco. [110] Gestoso, Diccionario. Tomo 3.ļ, pŠg. 345. [111] Gestoso, Diccionario. Tomo 3.ļ, pŠg. 355. [112] Vťase la pŠgina 393 de nuestro Diccionario en que se describen unas que pintů Antůn SŠnchez de Guadalupe para el convento del Carmen. [113] Vťase el techo firmado por Juan de Simancas en la sala del PrŪncipe de este AlcŠzar. [114] Suprimimos las partidas referentes Š transportes de las vituallas y otros gastos de diversas Ūndole por no juzgarlos interesantes. [115] ŅSerŪan los convidados? [116] Ciruelas negras. [117] Dice Covarrubias: ęManjar blanco por ser de leche aÁķcar y pechugas de gallinas, plato de EspaŮoles, antiguamente se guisaban en las casas de los PrŪncipes ů SeŮores, agora se vende pķblicamente con la tablilla Š la puerta que dize ęaquŪ se venden tortas y manjar blanco. El famoso Martinez MontiŮo en su receta para hacer el manjar blanco dice, tambiťn, que se hacŪa con pechugas de gallinas, azķcar, leche y harina de arroz. Muy aficionados debieron ser los sevillanos al ęmanjar blancoĽ pues vendiase por las calles ya entrado el siglo XVI, dando lugar Š excesos por parte del pķblico; que tratů de remediar, el chapinero Alonso Gomez dirigŪendo al Concejo un memorial en el cual se decŪa que: ęhandan muchas moÁas por las calles vendiendo pasteles de manjar blanco y estas tales moÁas por no servir Š nadie se andan perdidas y Š esta causa muchas beses se rebuelben muchas questyo es que Š llegado Š quererse matar vnas personas con otras y sy necesario es yo estoy presto de dar ynformaciůn dello. pydo y suplico Š V. S. sea seruido mandar que las tales moÁas no vendan los otros pasteles de manjar blanco ny fruta de sarten y pues no es mantenimiento forÁoso V. S. deve mandar que ya que lo quieren hazer y vender, que lo vendan en sus casas porque de andar estas por las calles se siguen muy grandes escŠndalos por traer tras sy veynte moÁuelos que en hablando alguno alguna cosa, luego son con el con una da (sic) (Ņdaga?) ů puŮal en la mano por V. S. lo mande remediar con justicia. Colec. de Varios antiguos. Arch. Mun. [118] ęPlato redondo de palo sobre el qual se corta la carne.Ľ Covarrubias [119] ŅComerŪan sentados en el suelo? Asi nos inclinamos Š suponerlo, y que lo harŪan sobre las dos cargas de eneas de que se habla despuťs. [120] La frase entrecomada repŪtese en la cuenta con las variantes de que otras veces dice: ęla veyntena con la marŪaĽ ignoramos su significaciůn. [121] Dulce de cidra. [122] Padre de Diego Royz, cuyo nombre se hallů en 1843 en un rosetůn de la media naranja del salůn de Embajadores, y al cual se atribuye tan hermosa obra de carpinterŪa. [123] En las telas ů palenques que se instalaban para justar, ponŪase el Pendon real en la parte destinada a los mantenedores y en la de los aventureros, el de la Ciudad, asŪ consta en el Lib. del Mayordomazgo mayor de 1425. [124] Todos los oficios que se citan en esta lista van seguidos de la frase ęde ntro. seŮor el reyĽ, que suprimimos para evitar enojosas repeticiones. [125] Santiago de la Espada. Iglesia y convento de los freires y caballeros de dha. advocaciůn, fundado en 1409 por el maestre Don Lorenzo SuŠrez de Figueroa. Vťase Sevilla monumental y artŪstica. Tomo III, pŠgs. 5 y 518. [126] Los documentos en que se contiene tan curiosa noticia solo emplean la frase de ęcorrieron las mujeres;Ľ pero es indudable que aquellas tomaron parte en los pķblicos regocijos Š pesar de su condiciůn. [127] ęVaso tendido para beber agua: es nombre que particularmente se usa en Toledo: dixose de Berr que en arabigo vale tierra y asŪ serŠ vaso terrizo aunque tambiťn los contrahacen de plata.Ľ Covarrubias. [128] Lib. Mayordomazgo 1519, Arc. Mun. [129] Fuť este caballero generoso bienhechor de las religiosas de Madre de Dios, y con sus rentas se costeů la obra del retablo mayor de su iglesia, el cual comenzů Š colocarse en jueves 11 de Octubre de 1703, como consta en un letrero que existe en el trono ķ hornacina de dicho retablo, destinado al SantŪsimo Sacramento. [130] El arquillo que servŪa de paso Š la otra parte del convento, en la acera opuesta, donde estuvo el llamado Apeadero de la Reyna Catůlica, por donde se comunicaban ambas partes del Convento. [131] ęEn 1791 se pagaron 55 rs; 20 al alguacil; 15 al pregonero, 8 al tambor y 12 Š los clarineros. [132] TodavŪa hemos conocido los clavos de donde pendieron los ępaŮos de corteĽ de los cuales resta solo la memoria. [133] Es muy de sentir que no se haya ocurrido hasta ahora Š ninguna de las sociedades que se han ocupado en esta ciudad de la impresiůn de obras raras impresas ů manuscritas, publicar este inapreciable CatŠlogo. Muchos aŮos hace se nos asegurů que el ilustrado coleccionista de estampas londinense Mr. Thibandeau, se proponŪa realizar esta tan plausible obra, pero los aŮos han transcurrido y el CatŠlogo permanece casi desconocido de los crŪticos y eruditos, Š quienes tanto aprovecharŪa. [134] Vťanse las notas (15) de las pŠgs. 40 y 41 y la (17) de la 43 de este libro. En esta ķltima se cometiů una errata de bulto que aprovechamos esta ocasiůn para corregirla. Refiriťndonos Š la fecha de 1594 en que Leardo vendiů Š los religiosos de la Merced las casas y huertos, dŪjose que 130 aŮos antes habŪa establecido en ellas su fabricaciůn cerŠmica TomŠs de Pťsaro, cuando solo fueron 19 aŮos antes, en 1575. [135] Lib. III de 1573, cf. 4 fol. 286. Arch. de protocs. [136] Claros varones en Letras naturales de Sevilla que juntaba el Lic. Rodrigo Caro con notas y adiciones por D. Juan N. GonzŠlez de Leůn, M. G. Bib. Colomb. [137] Poseemos un testimonio del testamento del Dr. Luciano de Negrůn, el mismo que tuvo Š la mano su albacea el Padre Maestro Fr. Rodrigo de Quintanilla, fecho en Sevilla Š 31 de Mayo de 1606: en ťl se lee la clŠusula siguiente: Iten al licenciado sebastian suares mando cient ducados y el manteo y sotana de Ņfileyle? mios por la boluntad que le devo y le pido asista a la venta de la librerŪa questa abaxo en la sala de azulejos y de la que estŠ en el corredor que le tengo seŮalada y es toda vna para que el padre maestro haga lo que le he comunicado y remito todo lo demas al memorial que le dexo firmado de mi nombre sin que sea obligado Š mostrarlo.Ľ La librerŪa, por tanto, serŪa adquirida en venta por el ilustre D. Fernando. [138] Facilitť copia de este Inventario al docto arqueůlogo francťs mi amigo el Sr. Arturo Engel que lo publiců en el _Bulletin Hispanique_ de Burdeos en el nķmero 3 del tomo V. Julio Septiembre 1903. [139] Vťase mi obra ęSevilla MonumentalĽ tomo 3ļ pŠgina 398. [140] El Dr. Don JoaquŪn Olmedilla y Puig, ęEstudio histůrico de la vida y escritos del sabio mťdico espaŮol del siglo XVI Nicolas Monardes, Madrid, 1897, pŠgs. 9 y 10. [141] AsŪ consta en el testimonio original de dicha clŠusula, de que se sirviů el monasterio de las Cuevas para reclamar su derecho Š dicho tan interesante legado, cuyo documento lleva la fecha de 30 de Marzo de 1574. Dejů ademŠs al mismo convento unas casas en Santa Marina, en la calle Real, con cargo de una misa rezada de Pasiůn todos los viernes, en sufragio de las almas de su Madre Francisca NķŮez y de la suya. Colecciůn de documentos del autor. [142] Colmeiro. La BotŠnica y los botŠnicos de la PenŪnsula hispano lusitana. [143] Nota 41 de la pŠg. 26 de la obra Rinconete y Cortadillo. [144] Poseemos varios documentos inťditos referentes al padre y al hijo, que pensamos publicar con otros relativos Š Pilotos, Navegantes, Cosmůgrafos y Colonizadores de Indias, por lo cual y por no alargar ya demasiado el presente artŪculo dejamos de consignar. [145] Primera parte de la Historia AntigŁedades y grandezas de Sevilla, Lib. II; fol. 106. [146] Naciů el 12 de Agosto de 1582, muriů en 5 de Abril de 1658. [147] Puede verla el curioso en la interesante monografŪa ęEl Marquťs del AulaĽ por D. Antonio Aguilar y Cano, pŠgina 23 y en el tomo primero de nuestra obra ęSevilla monumental y artŪsticaĽ pŠgina 400. [148] Puede verla el curioso en la obra tantas veces citada del Sr. Aguilar y Cano. [149] Adiciones Š los hijos ilustres de Sevilla. Sevilla, Rasco 1886, pŠgina 81. [150] Apostella marginal que se halla en una escritura de la fecha citada que forma parte de un cuaderno suelto del Lego. II de Fragmentos de escrituras, Arch. de protocs. [151] Id. id. que se halla en el Libro de escrituras de dicho aŮo de Gonzalo Bernal de la Becerra. Oficio 5ļ. [152] Libro de escrituras de dicho aŮo de Gonzalo Bernal de la Becerra, Oficio 5.ļ. [153] Antes se le nombra Montoro. [154] Libro cuarto de escrituras de Manuel Segura. [155] Nota marginal que se halla en una escritura de la fecha citada en el Libro primero de las del referido aŮo de Manuel Segura. [156] Libro primero de escrituras de la fecha citada de Manuel Segura. [157] Ibit: loc. cit. [158] Libro segundo de escrituras de Manuel Segura. [159] Libro tercero de escrituras de dicho aŮo de Manuel Segura. [160] Nota marginal que se halla en una escritura correspondiente al dŪa citado del libro primero del mencionado aŮo de Manuel Segura. [161] Libro primero de dicho aŮo de Manuel Segura. [162] Libro primero de dicho aŮo de Manuel Segura. [163] Cuadno. de escrituras que empieza en lunes primero de enero de 1554. LŪbro primero oficio 11 de dicho aŮo folio 38. [164] Abecedario ů Indice del Libro 5.ļ del Oficio 10. AŮo de 1622. [165] Oficio 19, Libro 2.ļ de dicho aŮo, registro 8. [166] El mismo Libro registro 14. [167] Ibid. registro 17. [168] Ibid. registro 6. [169] Ibid. registro 19. [170] Nota existente en el Libro de Bautismos del Sagrario de dicho aŮo, fol. 62. [171] Al final del Indice del Oficio 16 de dicho aŮo. [172] Indice del Oficio 16 del citado aŮo. [173] Nota al final del Indice del Oficio 16 del citado aŮo. 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63,715 words • 1061h 55m read

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Book Information

Title
Curiosidades antiguas sevillanas - (serie segunda)
Author(s)
Gestoso y Pérez, José
Language
Spanish
Type
Text
Release Date
June 3, 2011
Word Count
63,715 words
Library of Congress Classification
DP
Bookshelves
Browsing: Culture/Civilization/Society, Browsing: History - European, Browsing: History - General
Rights
Public domain in the USA.